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J. C. García Fajardo

Puente intergeneracional

Me ha gustado este artículo de Carlos Miguelez que hoy ofece el Centro de Colaboraciones Solidarias a cerca de 500 medios. Lo leeremos publicado en muchos periódicos de Latinoamérica y de EEUU. Sólo hace unos años, Carlos era ayudante mio, participa en Raitán, habla varios idiomas y es un buen viajero, es responsable del Voluntariado en Solidarios y publica en varios medios. ¿Quién habló de crisis en nuestra carrera? Siempre hay puestos interesantes sin cubrir que aguardan a profesionales competentes, decididos y con imaginación. Nesemu 

Voluntariado, puente intergeneracional 

Nacer, superar la infancia, estudiar una carrera para encontrar un trabajo, trabajar para ganar más dinero y poder casarse, tener hijos, jubilarse. Para los medios de comunicación y las sociedades modernas, la vida se detiene en ese punto. Pero suele transcurrir mucho tiempo antes del final. Las personas se jubilan a los 65 años y alcanzan con facilidad los ochenta años en los países desarrollados. Viven jubilados durante una cuarta parte de sus vidas.
Médicos, científicos y empresarios han hecho hasta lo imposible por añadirle años a la vida. ¿Quién se ocupa de darle vida a los años? Siguen vivas las palabras de Rita Montalcini, médico y premio Nobel, que motivan a la gente para no aparcarse en la jubilación. "Mucha gente se jubila, y se abandona... Mi cerebro pronto tendrá un siglo, pero no conoce la senilidad. El cuerpo se me arruga, es inevitable... Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar, y nunca se degenerará". Para ella, el sentido de su vida está en lo que hace cada día: ayudar a los demás.
El voluntariado social ofrece una opción de vida para las personas mayores, pues es una forma más de participación social activa. Si la diferencia sólo estriba en las arrugas, el pelo blanco y el cuerpo disminuido, ¿por qué privar a las personas mayores de satisfacer una necesidad antropológica, la de ayudar a los demás?
En Europa, sobre todo en los países con sistemas de educación, de sanidad y de investigación más desarrollados, el voluntariado entre personas que se acercan a la jubilación o que ya son jubilados ha aumentado de manera considerable, según un estudio reciente. Mejor salud, más tiempo y un tejido social bien formado fomentan esta participación que da un plus de valores y de humanidad a la sociedad.
El voluntariado social tiene como origen la crisis de valores que hubo en los tiempos difíciles de la guerra de Vietnam. Emerge como un fenómeno compuesto primordialmente por jóvenes que se lanzan a las calles para protestar y para soñar con un mundo mejor, mientras otros se evaden con las drogas, que se convierten a partir de entonces en fenómeno sociológico. Esas personas ya son mayores.
Los jóvenes se lanzan estos días a las calles. En Francia, para que el gobierno dé marcha atrás en sus planes de permitir el libre despido. En España, por el derecho a reunirse con sus amigos en lugares públicos y poder beber alcohol. Las generaciones adultas advierten alarmadas una pérdida de valores en la juventud actual. Pero es probable que los jóvenes persigan algo más que el derecho a beber en público.
En un debate en televisión sobre los valores de la juventud actual, el filósofo español y profesor de bachillerato José Antonio Marina contó que un día se le acercaron dos jóvenes estudiantes. Una de ellas lloraba mientras contaba que sus padres se habían separado. De pronto, la otra comenzó a llorar también y él, extrañado, le preguntó: "¿Qué pasa? ¿También tus padres se han separado?" A lo que ella respondió: "No. Lo que pasa es que mis padres no me quieren". Extrañado, le preguntó a la joven cómo había llegado a esa conclusión. "Es que me dejan hacer lo que quiera, no me ponen límites".
Que las actitudes y los comportamientos de la juventud de hoy sean los síntomas de la enfermedad no quiere decir que sean la enfermedad misma. Es preciso que los padres recuperen la autoridad que les corresponde. El problema es que resulta difícil recuperar el sentido de una palabra que ha sido mal empleada durante tanto tiempo. Sin referentes y sin límites, la juventud no podrá encontrar el camino. Más que nunca, es necesario recuperar a los abuelos.
La justicia da a cada uno lo que le corresponde. A las personas mayores les pertenecen una serie de derechos únicamente por el hecho de ser personas, y algunos privilegios que son fruto de su experiencia vivida y contrastada a lo largo de los años. Uno de esos derechos es el de sentirse útil y de hacer algo por los demás. Los jóvenes tienen el derecho de seguir a las personas mayores comprometidas que alguna vez se sintieron perdidas en un mundo que les desagradaba.

Carlos Miguelez 

11 comentarios

Dorian Gray -

\"Darle vida a los años\". ¿Qué otra cosa podemos hacer en este sin sentido?: aprovechar nuestra suerte y vivir, sólo se trata de eso: vivir, y no joderle la vida a los demás.

Estrada -

Creo que ayudar a los demás no tiene nada que ver con la edad. Se supone que una persona se jubila a los 65 años porque ya no tiene la fuerza que se requería anteriormente para producir bienes. Sin embargo, para ayudar no se requiere de esa fuerza, simplemente de una psicológica y ganas.
Ellos necesitan de nuestros cuidados y cariños y nosotros de los suyos además de su experiencia.

SEVILLANO -

Cuidar de nuestros abuelos y de las personas mayores, es cuidar de nuestas raíces. Son una fuente de sabiduría inagotable y necesitan de nuestro cariño y cuidados, igual que una vez nosotros necesitábamos que nos ayudaran a cosas tan simples como atarnos las zapatillas.

Cuando una persona se jubila cree que ya no es necesaria para el devenir de su familia y somos los que estamos a su alrededor los encargados de demostrarles con cariño, que no es así.

Os habeis preguntado alguna vez que sería de nosotros sin la presencia de nuestros abuelos? Seríamos seres incompletos.

Sonia Sanz -

Fernando, creo que el problema de que muchos ancianos se sientan así es que tienen la impresión fundada de que te jubilas y te retiras del mundo.

Creo que si se sintiesen útiles muchos tendrían el vigor que han perdido. Muchas veces hace más el cómo te sientas por dentro que el dolor de tus articulaciones. Muchos se sienten enfermos porque creen que así debe ser. No sé si me entiendes, peor tengo la sensación de que sentirse útiles podría curar más dolencias que muchos medicamentos

Fernando -

Son palabras muy hermosas pero no creo que se correspondan con la realidad de la mayoría de los abuelos. Es cierto que hay jubilados con una energía que dejaría con la boca abierta a cualquier chaval, pero la mayoría se encuentran solos en sus casas o en residencias. Para algunos, el simple hecho de dar un paseo es una labor que exige mucho esfuerzo. Todos dicen que los abuelos están solos pero luego les cuesta ir a visitarlos. Esa actitud hacia ellos es perjudicial para ambas partes. Para los abuelos que siguen sin compañía pero, sobre todo, para la familia. Descuidar a los abuelos es, aparte de desagradecido, una pérdida de sabiduría y experiencia para toda la familia.
Desde hace unos meses vivo con mis abuelos y he aprendido mil cosas. Entre ellas, a mirar la vida con otros ojos. A preferir la calidad en la vida que la cantidad de años.

Sonia Sanz -

Los países desarrollados han evolucionado sí, pero algo se les ha quedado en el tintero. Esto que olvidaron en el camino es a sus mayores; lo que no produce ya no sirve.
El término producción está muy mal empleado. Hay mucho que producir, no solo bienes materiales. Ayuda, compañía, tiempo, diálogo... ¡hay tantas cosas que se pueden regalar a cualquier edad!

La edad no resta importancia, cada persona cuenta y hemos tendido (érroneamente) a tratar a los ancianos como si fueran niños; a anularles, a creernos más sabios y valiosos y a dejarles de lado por ello.

El respeto con el que se trata a un anciano en muchos países del llamado \"tercer mundo\" se ha perdido y nos debería dar vergüenza.

---> Me quedo con esta parte: \"¿Quién se ocupa de darle vida a los años?\". Me da mucho que pensar.

Mariola -

En esta vida estamos de paso, y ya que es así, este paso por ella tiene que ser lo mejor posible, no intentemos correr y darle a la vida más años de los que tiene, la clave estáen disfrutar, ayudar y ser feliz.

Jarkoe -

Tener esperanza, hacer, sentir, luchar, disfrutar cada día: darle vida a los años; estoy totalmente de acuerdo. Cada segundo es nuestro, es de todos, y la edad no es una merma, sino que supone, como escribe Carlos Miguelez, \"algunos privilegios\", una suerte que nosotros debemos aprovechar, porque si no se perderá en el tiempo. Las generaciones, más que luchar, necesitan comprenderse, compartir. Seguir viviendo, buscando realidades-sueños... ¿jubilación? No es un freno (como podemos comprobar).

Karla -

La importancia de no quitarle años a la vida, sino de ponerle vida a los años, es lo que nos lleva a seguir activos, seguir atentos a la ilusión de ayudar, de no creerse inútil en una sociedad que nos cataloga, a no dejar de ayudar a un prójimo que está ahí y que por motivos, muchas veces tontos, no vemos.
Somos jóvenes, podemos reivindicar lo que creemos nuestro, que nuestras manifestaciones no sean llagas, sino curas a un sistema, ¿Porqué se nos prohíbe intentar cambiar las cosas? Es verdad que fallamos, que nos caemos, pero ¿No es de un padre brindar la mano a un hijo caído?, y no es de un hijo, ¿No volver a tropezar con la misma piedra?
El futuro que nos forjamos ahora es el que nos define en el mañana, porque mañana nosotros seremos aquellos jubilados, y para ese entonces no valdrá suponer: ¿Qué habría pasado si...?

Irene Pérez -

Yo sinceramente opto porque lo más importante no es la edad sino la cantidad de vida que tenemos dentro.
El mundo siempre ha sido víctima de injusticias y el único ser capaz de convertirse en héroe y solventarlas es el hombre. Sin embargo parece cuestionarse constantemente la concienciación de la juventud en esta \"amarga\" realidad.
Saber seleccionar cual es nuestra verdadera misión es una tarea cuanto menos confusa.De cualquier modo quien tiene un porqué para vivir encontrará siempre el cómo.

Rôvënty -

La clave bien al final. Los jóvenes carecen de referentes.
Siempre la generación joven ha luchado contra la vieja, pero nunca esta última fue tan permisiva y se dejó vencer con tanta facilidad