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J. C. García Fajardo

Retazos de Sergei 087: La puerta

- Maestro, - le preguntó Sergei una tarde, mientras reparaban un recodo del río en donde desovaban las carpas -, aunque llevo algún tiempo contigo, no avanzo mucho en el camino de la iluminación. ¿Qué debo hacer?
- Si buscas la iluminación tardarás en encontrarla, porque la buscas para tu propio bien. Como el buen Maestro, el despertar llega cuando el discípulo está preparado. Iluminación, ¿para qué?
- Yo quiero decir la paz, el sosiego, la serenidad, -argumentaba Sergei.
- A lo que tú llamas paz, llamo yo justicia; trabajo que libera a lo que tú llamas sosiego; y a lo que tú llamas serenidad, yo lo llamo rectitud de juicio, paciencia, humor e infinita generosidad. Hasta el olvido de sí mismo en el servicio a los demás.
- Pero, Maestro y padre mío, ¿dónde está la puerta de ese Camino?
- ¿Oyes el rumor del torrente que salta ente las rocas?
- Sí, claro, Maestro.
- Pues bien, ahí está la puerta del camino que nos conduce al despertar. Así, caerás en la cuenta de que todo está en nosotros mismos. Y en lo que nos rodea, nos sucede o nos inquieta.
- ¿En la pregunta se encuentra la respuesta?
- Si está bien formulada, así es.
- ¿Y cómo saberlo?
- Anda, Sergei, creo que es hora de tomarnos una taza de té bien especiado, a la manera india que tanto te gusta, - le dijo el Maestro sonriendo, y esperanzado porque veía al polluelo debatirse dentro de una cáscara cada vez más fina.
 

José Carlos Gª Fajardo

12 comentarios

Diego Ochoa -

La impaciencia es fruto de la falta de tiempo. Queremos actuar y hacer las cosas en quinta marcha. Así nos pasa, que luego nos estrellamos. Más vale tarde que nunca; nos tenemos que tomar el tiempo necesario para buscar la respuesta adecuada, aquella con la que nos identifiquemos.

ELENA -

Siempre que busques en tu mente y pienses, podrás tal vez encontrar alguna respuesta.La mayoría de las veces no sabemos afrontar las situaciones porque no somos capaces de qué modo debemos enfrentarnos a ellas.Las preguntas idóneas que resuelven dicha incertidumbre están vagando por nuestra mente y algunas veces, no las pronunciamos por miedo, tal vez. Creemos que no las sabemos pero sólo las ignoramos incluso sabemos la respuesta. A veces nos precipitamos ante la toma de ciertas decisiones y buscamos soluciones sin meditación.Cierra los ojos y verás; como dijo cierto filósofo.En la vida se necesita paciencia; por ello tienes que encontar el equilibrio en ti y crearlo a los demás.Sólo así encontrarás la famosa paz interior.Hacer las paces contigo y con el mundo. Aunque suene una utopía podemos encontrar ese estado en un istante de nuestra vida, sólo en un istante efímero, que ni siquiera nosotros mismos nos daremos cuenta de haberlo vivido

Estrada -

Los seres humanos somos muy impacientes; lo queremos todo en el momento en el que lo pedimos y tal como lo pedimos. Por eso la mayoría de las veces no nos damos cuenta de que la puerta que estamos pidiendo a gritos se acaba de abrir delante nuestra.
Deberíamos tener más paciencia porque si miramos hacia atrás percibiremos que lo que realmente apreciamos o valoramos es aquello que nos cuesta llegar a él.

Cristina -

Todos algunas vez, nos hemos sentido "acorralados" en la vida y hemos pensado que lo que nos ocurría no tenía solución, pero siempre se acaba encontrando un rayo de luz, que nos ilumina y nos guía con su luz al camino de la vida. No debemos tener prisa en encontrar siempre salidas y respuestas a todas las cuestiones que se nos plantean, debemos comprender nuestra situación y después plantear alternativas que nos ayuden a seguir adelante, solo superando las pruebas que nos pone la vida lograremos encontrarnos a nosotros mismos, y llegar más lejos.

Mariola -

A veces, cuando nos caemos, no pensamos en la posibilidad de levantarnos, y si es preciso lo haremos para volvernos a caer,con ello quiero decir, que una puerta cerrada no nos puede suponer \"el fin del mundo\", ya abrá alguna que se abra, despacito y con buena letra conseguiremos lo deseado.
Así como, los cientos de preguntas que nos podemos hacer al cabo del día, y que al encontrar respuesta a pocas de ellas comenzamos a inquietarnos, sin pensar que cada cosa llega a su tiempo, y que, que yo me pregunte que tiempo va hacer el sábado, por mucho que suponga, hasta que no llegue el sábado no lo sabré, pues así sucede con todo lo demás, como dice Alejandra la impaciencia es un defecto muy común entre los humanos.

Alejandra Requena -

La impaciencia... creo que es uno defecto humano muy habitual.
Todo se quiere conseguir en el momento cuando por lo general todo tiene su proceso.
No importar como de profundo sea el océano, hay que seguir nadando.
Sólo con paciencia podemos encontrar el camino de la iluminación.

beatriz martinez -

A veces, por no decir muchas veces, buscamos respuestas rápidas para solucionar nuestros problemas, ni siquiera nos paramos un momento a reflexionar sobre esos problemas y por ello muchas veces no encontramos la respuesta. Otras veces preguntamos tonterías sin fijarnos en que una buena pregunta puede ayudarnos a crecer como personas y avanzar. Debemos dejarnos de tonterías y disfrutar todo lo que hay a nuestro alrededor, preguntar lo necesario ya que, ser como un niño curioso es lo que más nos ayuda a aprender. ojalá todos pudiéramos conservar la pureza, la inocencia y la curiosidad de un niño.

Sergei -

Respuestas. El hombre quiere respuestas, sólo respuestas. Rápidas y a su gusto.

Lo que no sabe es que no hay respuestas válidas... ¡porque no hay preguntas!

ginesa -

Hay un lugar en Francia que se llama Fondjouan. Hace algunos años asistí a un encuentro internacional de yoga. Allí encontré personajes que parecían sacados de un cuento, entre ellos, una persona que llamó poderosamente mi atención. No era atracción, no era admiración, era algo inexplicable... su energía lo decía todo. Yo andaba buscando, todavía, una verdad. Cuando conté a mi compañero mi sensación insistió en que debía hablar con él, aunque yo no ví la necesidad. Al volver a Madrid encontré entre mis papeles un escrito suyo; en él preguntaba a su maestro por la iluminación, el maestro le respondió "en el punto de tu ombligo está toda la sabiduría". No necesitamos buscar la sabiduría fuera de nosotros, debemos realizar el ejercicio de la experiencia.

María -

>>Mariajo, ese té suena delicioso...

Todos tenemos un mundo dentro de nosotros. Este mundo sólo se enriquece compartiéndolo con los demás. Tenemos que abrir nuestro corazón a todos, a pesar de los chascos. Es la única manera de conocer nuestro verdadero mundo. Conocer a los demás, las demás culturas, las demás formas de vivir, las diferentes vistas que nos ofrecen sitios diferentes cada vez que el sol se pone, o sale... Si siempre vemos salir el sol desde el mismo lugar, no estamos viendo las verdaderas maravillas que el sol nos ofrece.
Ofrece tu casa a tu hermano, si miráis los dos el sol desde el mismo punto de vista y lo compartís, también será diferente.
La paciencia es una virtud que no todos poseen.

Ayer leí esta frase, no tiene mucho que ver con el tema, pero hace reflexionar. "Odiar a un hombre es ver en él lo nuestro. Si no lo ves te es indiferente".

Patricia Palacios -

La vida promete muchas cosas que van llegando poco a poco. No hay que salir a buscarlarlas, pues cuando llegan la sorpresa es mucho mayor.
Puede que veamos que los esfuerzos que realizamos, en ocasiones, no sirven para nada y nunca conseguimos avanzar. Pero en realidad no es así, sólo hay que esperar, si una puerta se nos cierra, ya se abrirá otra, incluso a lo mejor puede que sea más grande e interesante.

mariajo -

Os invito a ese te especiado, al maestro, al discípulo y a los buenos amigos que sepan encontrar el lugar