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J. C. García Fajardo

Historias de Papas

A los amigos de Sergei

Entrad en http://www.zenbria.com y veréis el regalo qu enos envía Sergei. Podréis bajar libros interesantes, ver curiosas fotos y tener un lugar en donde poder informaros. Creo que vale la pena. Nesemu

Es obsc eno estar en el Limbo

Con la que está cayendo... sida, hambre, ancianos abandonados, trabajo de los niños, explotación sexual, armas,  trata de blancas, droga, marginación de la mujer, pena de muerte, niños soldados, destrucción del medio ambiente, paro, cárceles abarrotadas, imigrantes sin horizontes, el papa Benedicto nombre una comisión de teólogos para estudiar qué se hace con el Limbo, - un invento medieval para que les saliesen las cuentas de su alucinante estructura ideológica y que ahora tiene que confesar que era eso, un invento, como tantas otras cosas - hay personas muy preparadas que emplean su tiempo y recursos en estas cosas. Lean el artículo del director de la revista Fusión, es más largo pero lo puedne encontrar en http://revistafusion.com/actualidad

'Muy mal deben andar las cosas por el Vaticano cuando deciden prescindir de un terreno en el 'más allá', una parcela que tenían dedicada a ubicar en ella a aquellos que decidían morirse sin haber probado el agua bautismal. Me refiero al limbo.
Una comisión teológica internacional se pasó varias días estudiando los pros y los contras de tal decisión, porque por una parte es sabido que cuando una empresa se deshace de bienes, de patrimonio, es señal de malos tiempos,y eso puede producir psicosis en los socios y caen en picado las acciones.
Por otra parte, la parcela en cuestión llevaba muchos siglos recibiendo y acomodando inquilinos, sobre todo niños, a los que no dio tiempo a bautizar o que nunca supieron que existía tal requisito para optar a otra ubicación celestial con mejores vistas y más exquisitas compañías.
Y claro, ¿qué se va a hacer ahora con toda esa población de almas? Es un claro problema de inmigración. Muy actual.
Al piso de arriba, o sea, al cielo, no pueden subir, porque no sólo sería romper las reglas de la Iglesia, sino que además podría provocar un motín entre los allí acomodados, que bastante tuvieron ellos que 'abstenerse y purificarse' para alcanzar tan excelso premio, para que ahora vengan otros, desplazados por problemas de espacio, a disfrutar de lo que no sudaron.
Según dice el Vaticano, el asunto tiene un carácter retroactivo que va desde Jesucristo hacia atrás, o sea, hasta el principio de la humanidad, ya que el bautismo, elemento esencial que decide la posibilidad de entrar en el cielo, cuenta a partir de Jesús.
Y ante tamaña sarta de estupideces, uno se pregunta como es posible que unos señores tan mayores, aunque la edad en un obispo es indescifrable, se pasen el tiempo discutiendo cosas así, cuando el planeta está como está, cuando su “divina” nave hace agua por todas partes, y cuando se van a quedar pronto sin personal por el veto ese de Ratzinger a los homosexuales.
Ahora se entiende porqué piden más dinero al Estado español, claro, tienen por delante el problema de alimentar y reubicar a todos los que tienen que abandonar el limbo por cierre y liquidación.
Yo, que me muevo entre el cabreo, la ironía y el humor cuando leo y oigo cosas como estas, tengo, no obstante, mi propia teoría al respecto. ¿No será que el limbo intentó ser una explicación abstracta para definir el estado mental de los que moran en el Vaticano, Papa incluido, y que ahora, entre deslices sexuales, corrupciones financieras, pactos con dictadores y demás lindezas, dejó de ser abstracto y ya no se sostiene por sí solo? ¿No serán sus Eminencias las únicas almas que habitan en ese indefinible lugar, estén o no bautizadas?
Yo creo que sí, porque siempre vivieron entre el más allá y el más acá, sin enterarse del uno ni del otro. Y siguen igual.
Miguel Coppa.- Director Revista Fusión
 
 


 

 

 

 


 
 


 
 


 

 


 


 

 

La tan alabada ininterrumpida sucesión apostólica

De Bonifacio VIII (1294-1303) ya hemos hablado. Su sucesor, Benedicto XI, hombre piadoso y digno, sólo duró un mes y murió probablemente envenenado Eligieron a Clemente V (1305-1314) del también hemos hablado y que fue un auténtico desastre en su furia contra la oren del Temple. A su muerte, eligieron a Juan XXII con 62 años y que fue un hombre devoto pero que puso a la obediencia ciega por encima de la pobreza y no supo mantener el uklso con el Emperador, hubo excomuniones mutuas y deposiciones con AntiPapas incluidos. Aumentóla centralización eclesiástica y desarrolló el sistema fiscal en beneficio de la Santa Sede debilitando la autonom´ñìa d elos obispos en sus diócesis que ya no iban a ser elegidos por los cabildos catedralicios para centrar el poder en Roma. Llegó un teólogo monje cisterciense Benedcito XII qu, al menos, n0o cayó en el nepotismo. Hasta que reinó elnefasto Vlemente vI (1342-1352) En esos diez años dilapidño fortunas, fue mundano y amante del lujo. En su vestuario personal se emplearon 1.080 pieles de armiño. Vendió puestos y dignidades ecelsiásticas al mejor postor sin importar su formación ni sus cualidades. En 1348 compró la ciudad de Avignon a la reina Juana I de Nápoles. De él escribió Petrarca: ''¡Qué vergüenza ver Avignon transformada en capital del mundo. La impía Babilonia, infierno de los vivos,sentina de los vicios, donde no puede encontrarse fe ni caridad ni religión ni temor de Dios ni pudor ni nada de verdadero y santo'' Ya es bastante. Construyó un magnífico palacio, el edificio gótico civil más grandioso existente en nuestros días, además de otros muchos palacios para los cardenales y los nobles de su corte. Escribe nuestro autor: 'No brilló en este pontificado el espíritu eclesiástico, sino el mundano, el palaciego, el sensual. Aunqu eno se aceopten todas las acusaciones vertidas en su tiempo sobre su vida privada (?) no cabe duda de que Clemente no brilló por sus virtudes religiosas'. Valiente eufemismo.
De su sucesor Inocencio VI (1352-1362) escribe ' espíritu simple y poco clarividente, fue engañado con frecuencia por los príncipes de los diversos países' Se dice que la mitad de cuanto recaudó el papado en Avignón fue consumido en ejércitos mercenarios y en el desbarajuste de los Estados Pontificios' Como actividad del vicario de Cristo asistido por el E S, no es muy edificante que digamos.
A Urbano V lo eligieron des`pués de que los cardenales intentaran elegir al hombre más incapaz y menos dotado para poder gobernar a su antojo. El pobre Hugo, desconcertado y consciente de que debía su cardenalato a ser hemano del difunto papa Clemente VI, tuvo la valentìa de negarse a aceptar la tiara. Por eso eligieron a un no cardenal que tomó el nombre de Urbano V y del que dicen que fue el mejor de los papas de Avignon.
Gregorio XI (1371-1378)fue el último papa francés de la historia. Sobrino del papa Clemente VI, fue nombrado cardenal a los 18 años sin haber estudiado teología ni ser sacerdote. Murió a los 49 años. La que se armó por las autoridades romanas que amenazaron con que si no elegían a un italiano no podrían garantizar su seguridad porquela muchedumbre abrió a hachazos las puertas de San Pedro y entonces eligieron a toda prisa al arbispo de Bari que no era cardenal y tomó el nombre de Urbano VI (1378-1389) que fue el último papa elegido fuera del colegio cardenalicio. Muchos historiadores hanconsiderado inválido ese cónclave porque actuaron bajo coacciòn y muchos lo borran de las listas de los papas. (Pero en el Vaticano I (1870) aprobaron el dogma de la infaliibildad en virtud del apoyo y del sostén contínuo del ES)
''Fue arrogante, despótico y duro hasta llegar a actuaciones patológicas. Su modo de ser irascible le hacía parecer en ocasiones un perturbado y, de hecho, murió loco. Se creyó superior a todo y a todos, y atacó, insultó y amenazó a los cardenales'' ¡Qué prenda! Por eso le abandonaron 13 cardenales que eligieron a otro papa, primo del rey de Francia, que se auto proclamó Clemente VII y se instaló conuna Corte deslumbrabnte en Avignon. Ya tenemos dos Papas a la vez. Ambos papas se excomulgaron a la vez y declararon anatemas a sus seguidores,por lo que ¡toda la Cristiandad se encontraba excomulgada! Increíble. En Roma residieron los ''papas''Urbano VI, Bonifacio IX, Inocencio VII y Gregorio XII mientras que Clemente VII y Benedicto XIII fueorn ''papas'' de Avignon. De estos ''papas'' escribe nuestro autor: Urbano VI siempre neurótico, a su muerte Clemente VII creyó que iba a convertirse en el único y 'verdadero' papa pero los cardenales romanos eligieron a Bonifacio IX cuyo carácter moral, ni ejemplar ni integro, disgustó a todas las naciones. Su sucesor Inocencio VII ''vivió miserablemente su pontificado, excomulgando a derecha y a izquierda''. Los cardenales eligieron a Alejandro VI convirtiendo la situación en caótica con ¡tres papas a la vez! A la myuerte de Alejamdro Vi eligieron a Juan XXIII
(sí Juan XXIII como el Papa bueno que sucedió a Pio XII) pero ''era un papa mundano, ambicioso y prepotente, más político que pastor. Después eligieron al cardenal español Pedro de Luna con el nombre de Benedicto XIII con un pontificado azaroso y lleno de altibajios. Las naciones bramaban, pedían un concilio que, dada la situación con tres papas infalibles y vicarios de Cristo... tenía que ser superior a los papas porque representaba a la Iglesia... De ahí nació la 'teoría conciliarista que sostiene que el Concilio es superior al Papa y que puede deponerlo...'que tantos quebraderos de cabeza habría de dar a la historia. Después del concilio de Constanza (1414) conseguida la renuncia del nefasto Juan XXIII y de Gregoria XIIsólo les quedaba el reclacitrante español Benedicto XIII que aún duró siete años aislado en su fortaleza de Peñíscola. En fin, ¿para qué seguir? El Concilio eligió a in cardenal, que no era sacerdote, Odon Colonna que tomó el nombre de Martín V que tuvo que sr ordenado sacerdote y consagrado obispo y coronado papa en la catedral de Constanza.
Me resisto a hacer ningún comentario pero me pregunto, cuando nos explicaban las razones, motivos y origen de la Reforma protestante ¿subrayaron con honradez estas miserables realidades de la curia romana?
Nombrado Eugenio IV (11431-1447) sólo recordar que era sobrino de Gregorio XII, que había sido nombrado obispo de Siena antes de cumplir los 25 años y creado cardenal a los 26 años... pero dejo aquí la secuencia porque es superior a mis fuerzas ¿Cómo hemos podido vivir indoctrinados de semejante manera? ¿Cuando ahora y en los últimos años los Papas desde Pio IX y aún antes hablaban, exhortaban, condenaban y silenciaban a otras personas no tenían conciencia de la miseria y de la fragilidad de esta tan alabada ininterrumpida sucesión apostólica?
Nesemu

Perlas VII: Sobre El último templario

Estaba a punto de escribir para mi uso las reflexiones sobre este libro que no hace sino contarnos, una vez más, lo que ya sabíamos pero no queríamos sacar las consecuencias. Estro era porque a algunos amigos muy queridos para mí el tema les parecía un ataque o una crítica a una institución en la que han crecido y en la que apoyan sus vidas, con todo el derecho. No era esa mi intención pero prefería el silencio, y escribir sin publicar hasta el final, a desconcertar a nadie. Entonces, leí en 'El último templario' de Edward Burman, y que me resistía a leer desde hace años por la espantosa proliferación de libros sobre ese tema, la sábana santa y otras muchas tergiversaciones que alcanzaron su cénit con el infumable Código da Vinci.
Pues bien, llegué a la pçag 117 y lei 'Jacques tuvo la impresión de que, súbitamente, todo el mundo era consciente de la poca seguridad que ofrecía el futuro'. Y en la 143 'Todo ha sido bastante irregular. La primera cosa extraña es que [el Emperador Enrique] fue asesinado; la segunda es que fue asesinado por un fraile dominico que durante la comunión le dio a beber vino envenenado. Jacques se sintió desconcertado por el hecho de que este último detalle no le sorprendiera como era de esperar. Las cosas más extraordinarias se estaban convirtiendo en algo rutinario'
Esto es lo que me golpeó, así como la pregunta que se haccen los dos 'existe realmente la necesidad de tener un emperador?'. Esto, en pleno siglo XIV con las increíbles broncas, crímenes y engaños entre Clenmente V y Felipe el Hermoso de Francia para hacerse con las riquezas de los Templarios. (Sobre este tema escribe Laboa: en nuestros días, la imaginación calenturienta de unos pocos y la ignorancia de muchos han favorecido una literatura falsa y descerebrada sobre los Templarios... sin ningún fundamento histórico'. De acuerdo)
Este papa, Clemente V, bajo la presión del rey de Francia, quiso juzgar a su antecesor Bonifacio VIII 'por sus herejías y costumbres morales' y contra los templarios, 2.500 de ellos habían sido arrestados y torturados en 1307, hasta que confesaron las acusaciones infamantes que les hacían los inquisidores, dominicos en su mayor parte... para arrebatarles sus inmensas riquezas, repetimos (este es otro tema del quenos ocuparemos)
Sobreese papa Bonifacio VIII escribe nuestro autor: 'de carácter orgulloso y despiadado... con sumodo de ser altanero, prepotente y despiadado se ganó muchos enemigos, pretenduió impioner a la sociedad de su tiempo un proyecto teocrático anacrónico (¡en el siglo XIV!) Publicó el texto Unam Sanctam'texto clásico de la hierocracia pontificia en el que se defendía sin matices la absoluta supremacía de la Iglesia sobre el Estado' Este Papa tenía un modo exagerado y tiránico de tratar aladversario. Felipe el Hermoso era frío y vengativo, de una tenacidad poco común en sus odios, por eso reunió en el LOuvre a los Estados Generales para acusar al papa Bonifacio de sodomita, asesino de su antecesor Celestino V, hereje y simoníaco'
En fin, ¿qué decir?
Entocnes, siguiendo adelante con la lectura de El último Templario (bastante farragoso y con exceso de descripciones) me dije que si el siglo XIV me llamaba la atención por su conciencia de crisis y de desconcierto, por sus tremendas dudas sobre la validez de las instituciones que los gobernaban y sobre los dogmas y creencias que los regían... ¿no podía ser esta Historia de los papas un pretexto para reflexionar sobre este presente tan injusto y desoncertante? Yo había estudiado la Historia de la Iglesia, en Roma, y explico en la Universidad desde hace 36 años la Historia Universal, por supuesto que conocía todos los hechos que se cuentan en este libro (no hay más que comprobarlo en los subrayados de mis textos de Historia durante cuatro años)pero como sucede en contadas ocasiones, ahora parecía disponer de otra perspectiva, que no debía desaprovechar.
La única incógnita: ¿debería trabajar el tema en la soledad de mi despacho o ir publicando mis reflexiones en este Blog? Esta duda no se hubiera podido plantear hace unos años.
Creo que voy a seguir teniendo presente la realidad del Blog: es propiedad del que lo sostiene y dirige; puede admitir los comentarios y sugerencias que lleguen, pero no puede dejar que se convierta en un pin pan pún, como sucede en no pocos blogs, en los que escriben algunas personas que parecen mojar su pluma en hiel y descalifican bajo el amparo del anonimato a tirios ya troyanos.
seguiremos.
Nesemu

Perlas VI: Julio II en lecho d e muerte decidió confesarse, después de años

Constantino estaba convecido de que el cristianismo era capaz de devolver al Imperio la unidad perdida, por eso se aprovechó de ella interfiriendo en las disputas entre moralistas de Roma (Donatistas) y teologías en Oriente. No eran tonterías sino que una vez establecidos sus intereses, forzaron la filosofía, los argumentos y las presiones para que todo resultase según sus premisas. Muchas de ellas siempre han adolecido de petición de principio y no muchas disoutas eran argumentos in circulo hasta que por repetición, costumbre y cansancio se adoptaba lo que imponía la autoridad bajo penas realmente desproporcionadas. El Cristianismo no fue creado por Jesús de Nazareth quien ni siquiera tuvo idea de estar creando una Iglesia sino de modificar y extraer lo mejor posible de la fe judía que profesaba, al igual que otros profetas. Pero después de la intervención de Saulo de Tarso se les fue la mano a todos y ya no supieron pararse ni se atrevieron a revisar sus descabelladas conclusiones apoyadas en sofismas inconmensurables. Pero, aceptada la premisa mayor 'todas las vacas vuelan'... tu abuela vuela... pues tu abuela es una vaca. Ríanse pero la mayoría de los dogmas han asumido ese proceso... porque así lo quiso Dios pues el resultado se iba adaptando a sus conveniencias. Y esto es así por mucho que se invoquen a pensadores tan ilustres como los Santos Padres, Agustín, Tomás de Aquino, Buenaventura y todos los demás... partían de un supuesto, la Revelación y nada menos que la Encarnación y la Resurrección de un hombre sencillo y despierto llamado Jesús y, a partir de ahí, fue posible todo lo que quisieron. Utilizaron a Platón o a Aristóteles a Averroes según les convino y cambiaron lo que quisieron para que sus argumentos parecieran correctos. ¿Qué algo no funcionaba? Pues suplet Ecclesia! Es tema de Fe, nosotros no lo podemos explicar, es el misterio, oponerse es pecado, el pecado lleva a la condenación eterna y para salvar el alma del pecador pues lo quemamos vivo en la hoguera... Así, un largo etcétera. Toda la retahila de dogmas que fueron imponiendo son auténticos despropósitos que no soportan una análisis razonable y serio. Así hasta esos colmos de la Infalibilidad pontificia, de la Inmaculada Concepción, de la Asunción de la Virgen, de la Eucaristía, del Infierno o del Limbo o del Purgatorios que a su tiempo eliminaron y se quedaron tan panchos. En muchos temas actuaron como aquel personaje de la Eneida, Procusto, que ponía sobre una cama a los visitantes: ¿que sobraban pies o cabeza porque eran más largos, pues se cortaba lo que sobresalñía, que no alcanzaban la smedidas del lecho, pues los estiraban hasta descoyuntarlo.
Durante veinte siglos celebraron veintiún concilios ecuménicos la mayoría de los cuales son auténticas barbaridades de prepotencia, de presiones, de interferencias de los diversos Emperadores y Reyes, de compras de los electores o de cambios de sedes para dejar fuera a los obispos incómodos. Hubo Concilios en los que participaron más nobles, abades nombrados a dedo, seglares enriquecidos, personajes que habían comprado su cargo por enormes sumas de dinero, después de haber eliminado, no pocas veces, a sus contrincantes. Digo que ha habido concilios en los que había más extraños que obispos. Se puede demostrar... ya irán saliendo.
El caso es que se afirmaba que para salvar a los hombres (¿de qué, me he preguntado siempre) pues era preciso que Cristo fuera Dios, pues hala, lo decretaban así y el que sostuviera ideas peligrosas pues era eliminado, excomulgado, expatriado o sencillamente encarcelado y muerto.
Nunca he podido comprender ese mito reiterado en tantas tradiciones religiosas del Pecado original, del demonio Luzbel transformado en Lucifer, del pretendido Paraíso perdido, del obsesivo control y condena del placer sexual, de la vida amorosa, de las comidas y de tantos aspecto smientras en la cúpula y en los mandos medios una enorme mayoria de Papas y de Obispos durante siglos daba el atronador ejemplo contrario. Recordemos que el gran Papa Julio II constructor de palacios y de templos grandiosos, guerrero y político, que enriqueció hasta el escándalo más increíble a sobrinos a los que hizo cardenales en su adolescencia y jucentud sin tener ni estudios ni aptitudes ni vocación para el cargo... finalmente, en su lecho de muerte, el 20 de febrero de 1513, decidió confesarse y recibir el viático, después de años sin hacerlo. Pidó a los cardenales que se aprestaban a repartirse sus despojos que 'rezasen por él porque había pecado mucho y no había gobernado la Iglesia debidamente'.
Aunque nos adelantemos, recojamos algunos datos aportados en el libro de Laboa: 'era de carácter enérgico y voluntarista; elegido cardenal a los veintiocho años por su tío el Papa Sixto IV de quiénn obtuvo muchos beneficios; todas las rentas le eran bienvenidas y resultaban insuficientes dado su espectacular tren de vida y los palacios, fortalezas y servidores que tenía que sustentar'. Compró a los Borgia gracias a la promesa que no cumplió de nombrar a César capitán general de sus ejércitos.... Sometió con mano d ehierro a diversos señores. Como Cardenal apoyó la elección de Inocencio VIIIcomo sucesor de su tío, pero cuando llegó el turno de Alejandro VI Borgia, llegó a aliarse con el rey francés Carlos VIII contra ese Papa y Julio II legó a animar al rey a que convocase un concilio ¡para deponer al Papa que no le gustaba1.''Poseía un temperamento mudable, vengativo e impetuoso. Su espíritu franciscano brilló por su ausencia. Se dedicó con pasión a refundar el patrimonio territorial de la Iglesia a sangre y fuego, no supo distinguir el plano religioso del político....'' Aguantó otro Concilio en Pisa convocado por el rey Luis XII para deponerlo a él y en el que sólo participaron nueve cardenales, Julio II lo desbarató convocando otro en Roma para excomulgar a sus contrarios...' En aquellos tiempos de crisis en toda Europa, con los luteranos, calvinistas y demás reformadores en plena actividad ni él ni su sucesor de infausta memoria, Leon X Médici, tuvieron la sensibilidad religiosa necesaria par adarse cuenta de la grave situación en que se encontraba la cristiandad. Perdieron una oportunidad formidable de diálogo y de Reformar, pero se aferraron a sus cargos y al poder que habían repartido entre sobrinos,parientes y demás ralea.

Baste por hoy, ya vamos calentando motores para tratar de comprender cómo hemos podido vivir durante veinte siglos uncidos a semejantes despropósitos. Y no vale decir que esto ya es historia pasada y que se trata d e un mundo que no existe... Sólo desde la ignorancia y la inconsciencia se pueden hacer estas afirmaciones

Papas v: Desde el humilde Pedro al Edicto de Constantino

Había dudado si iniciar estos comentarios desde el siglo X hacia atrás y después volver hacia adelante hasta nuestro tiempo actual. Así se dividía la historia en dos mitades de mil años cada una. Después pensé en arrancar desde el Concilo de Trento, s. XVI, por su espectacular repercusión, pero algo me quedaba cojeando. A riesgo de que resulte algo lenta, me acojo a las más lógica solución... comenzar por el principio aunque trazando los grandes espacios, tan queridos para Braudel y para la moderna historiografía, entre otras razones porque hay enormes períodos en qu elas fuentes históriocs o no existen o han sido descaradamente sustituidas por fantásticas leyendas que no se pueden aceptar en el campo de la ciencia y de la academia, otra cosa será en el de una fé muy discutible y poco seria. Seguirá esos grandes períodos que utiliza el autor:
1. Roma imperial y eterna (30-417)
Hasta el siglo II en que el teólogo Ireneo elaboró una relación de los obispos de Roma desde los orígenes hasta su propia época hay una lista de once que son sólo nombres, sin más, y de los que no sabemos nada de ellos. Es probable que se tratasen no de papas como los entendemos desde hace siglos sino de meros presbíteros, ancianos, lo cual demuestra que eran los presbíteros quienes gobernaban colegialmente la comunidad romana
Un dato importante a retener para la progresiva transformación y endiosamiento de una figura sobre la cual de Jesús no tenemos más que una muy breve alusión, y discutida por no pocos.
La mayoría de estos presbíteros u obispos estaban casados, de acuerdo con la exigencia que San Pablo hizo a Tito y a Timoteo en sus cartas de que no consgrasen como obispos, episcopoi, más que a varones casados, con familias respetables, hospitalarias, no dados al vino pues 'quién no es capaz de mantener el orden en su casa cómo lo va a mantener en la iglesia?'
Después hay un documentos que confirman que 'la Iglesia de Roma estaba compuesta por diversas comunidades autónomas que se reunían en sus casas para celebrar sus cultos y que eran dirigidas por ancianos'. Hasta el siglo II no aparece subrayada la figura del papa, ni casi la del obispo, sino la de estos presbìteros/obispos.
Parecerá una tontería pero va a tener consecuencias históricas tan importantes que permiten poner en duda el fundamento divino de esa evolución sino que fueron las circunstancias históricas las que casi la determinaron aprovechando la codicia de algunos sujetos y el ansia de poder tan ajeno al menzaje de Jesús 'El que de entre vosotros pretenda ser el primero, pongase el último etc' Y en muchos lugares más sobre todo en su ejemplo personal. ESto hay que tenerlo claro para comprender algunos intentos de reforma condenados como herejías porque molestaban al poder pontificio... y la apertura a la posibilidad real de volver a la sencillez y frescura de los primeros tiempos.
Hasta Víctor I (189-198) hay doce 'papas' que casi no han dejado huella. Este fue el primer obispo latino y el primero auténticamente monárquico de Roma. Excomulgó a quienes se oponian a sus decisiones, concentró el poder en sus manos y llama la atención su pretensión de imponer a todas las Iglesias, las de Oriente incluidas, la tradición romana. Esto habría de llevar a cismas, excomuniones, guerras, cruzadas, expolios y persecuciones sin fin, como veremos. Pero a nadie se le ocurría mencionar primacía alguna sobre los obispos de Antioquía, Bizancio o Alejandría.
Despué viene Ceferino (198-217) que ya se encontró con serios problemas. Ente otros los de quienes sostenían que Jesús era simplemente un hombre adoptado por Dios en el momento del bautismo y elevado después a la condición divina. Todavía no existía un canon de libros inspirados, es decir el Nuevo Testamento que manejamos se componìa de muchos libros más que han sido rechazados como apócrifos siglos más tarde pero sin los cuales no podríamos entender muchas tradiciones, dogmas, disciplinas,leyes y devociones que inspiraron el arte y sobre todo la pintura y la literatura... y que tan poco tenían que ver con el mensaje de Jesús. La misma Roma los separó del canon cuando no pudieron soportar más las tremendas contradicciones en sus planteamientos.
Calixto I (217-222) ya comienza la historia macabra pues fue linchado en el Transtévere por una multitud enfurecida. Había sido esclavo pero su amo lo liberó y lo puso al frente de una banca en la que fracasó rotundamente.
Pero la historia le debe el haber aceptado que la Iglesia no estaba formada sólo por elegidos que jamás pecaban sino porque facilitó la reintegración en la misma de los pecadores arrepentidos... porque comprobaron que de lo contrario sólo se quedaban unos cuantos, quizás los más hipócritas.
De Urbano I (222-230) no se sabe nada. Su sucesor Ponciano (230-235) murió mártir en Cerdeña condenado a trabajos forzados en las minas. Es interesnte porque antes de partir al exilio renunció voluntariamente a su puesto. 'Pocos papas en la historia han renunciado a su puesto, y éste fue el primero de ellos' Lo señalamos por lo mucho que se ha especulado con este tema durante las graves enfermedades de Pio XII o el peligro de su secuestro por los nazis, y después por Juan Pablo II ya patéticamente incapacitado para desempeñar su labor que aprovechó la Curia para hacer y deshacer a su antojo sin haber sido elegida para semejante responsabilidad. Sobre este tema volveremos pues ha afectado a paginas sangrientas en la historia de la Iglesia, desde la Edad media a Napoleón con el fuerte y desventurado Pio VII.
Después viene una serie de obispos de Roma sin especial interés (Antero, Fabiano,Cornelio, Lucio I, Esteban I)
De estos último es interesante Esteba I pues fue el primero que pretendió afirmar su mando por encima del de los demás obispos y sobre todo, porque pretendió que recibía su poder del mismo Pedro... y no de la comunidad que lo elegía. Siempre tuvieron miedo a este tema porque en los Concilios de Constanza y Basilea volverán a la teoría siempre amenazante de que 'quien puede elegir también puede deponer' si el elegido no se ajusta a las normas. Tema apasionante y que presidirá el debate de las instituciones políticas seculares de la Edad Media.
Bueno, la pretensión de Esteban resultó tan escandalosa, 'una locura inaceptable' pero que prevaleció y se mantuvo a lo largo de los siglos con las conscuencias que todo sconocemos, y que iremos viendo. Así pasamos por una serie de obispos de Roma hasta Melquiades (311-314) bajo cuyo reinado, ya reinado, tuvo lugar la promulgación del Edicto de Milán en 313 por Constantino en que se proclamaba la libertad de conciencia para todos los ciudadanos y que tan tremendas consecuencias habría de tener para la Iglesia al intepretar sus represententantes que Constantino había reconocido al Cristianismo como religión oficial del Imperio. Nada más falso. Allí dice: 'Hemos decidido otorgar a los cristianos y a todos los demás ciudadanos la libertad de elegir la religión de su gusto'
En mi modesta opinión y en la de no pocos analistas a lo largo de los siglos, ahí comenzó la grandeza político-económica y social del Cristianismo como poder y del papado como autoridad que se iría transformando en un Emperador todopoderoso hasta el límite, con Inocencio III, de pretender que todos los demás poderes de la tierra estaban bajo su autoridad. La célebre frase de su coronación fue así: ¡Acepta la tiara y sé consciente de que eres el padre de los principes y de los reyes, el gobernante del mundo, el vicario de Jesucristo a quien se debe honor y gloria por la eternidad' (1198)
Quedamos en el 313, fecha trágica y de enormes consecuencias en la Historia del papado.
Nesemu

Papas IV: San Pedro estaba casado....

Como prometido y por respeto al autor, y ante las reacciones viscerales de algunas personas que preferirían las orejeras del oscurantismo a la frescura y al aliento de la verdad... reproducimos la Introducción del autor a su libro 'HISTORIA DE LOS PAPAS' para hacer camino. Cuanto más me preparo para elegir un método atractivo para acercarnos a estos 264 papas, más me apena la reacción visceral de tantos que prefieren la injusticia y la mentira a la solidaridad y a los desafíos de la realidad... con tal de que no los saquen de sus pesebres.
Repito, siempre tendrán el libro a mano para consultarlo porque lo que está claro es que no voy a reproducir las virtudes que se suponen en un Pontífice sino auténticas monstruosidades que nos hacen preguntarnos ¿cómo pretenden una supuesta infalibilidad, decretada en 1870, después de que durante casi 2000 años ha habido ejemplos aplastantes de que eran hombres y en un gran número no de los mejores. Como a los militares se les supone el valor, a los Papas se les supone la coherencia con la doctrina que profesan y que han impuesto, a veces a sangre y fuego, a millones de seres humanos y a Instituciones y gobiernos en todo el mundo.
Tenemos derecho a esclarecer la realidad con los hechos documentados y no con panfletos o libelos.
Y no podré aceptar nunca la tesis absurda de que 'la maldad de tantos Pontífices es la mejor prueba de la divinidad de la Iglesia'. Eso no es de recibo.
Nesemu

Introducción

El apóstol san Pedro estaba casado, vivía en Cafarnaún y era pescador en el lago Tiberíades de Galilea. En un momento de su vida se encontró con Cristo, quedó subyugado por su persona y su doctrina, y su vida posterior quedó marcada por este suceso. Los obispos de Roma hasta el último, Juan Pablo II, han defendido siempre que son sus sucesores, que han heredado todas las atribuciones que le concedió Cristo y que mantienen su especial autoridad sobre la Iglesia. Se trata de la dinastía político-religiosa más prolongada y fascinante de la historia occidental; una dinastía que no se transmite por sangre, sino que es electiva en el ámbito de la comunidad cristiana de Roma; una dinastía que ha ido cambiando a medida que evolucionaba el mundo, asimilando no pocas de sus formas y costumbres pero, al mismo tiempo, manteniendo sus aspiraciones y exigencias iniciales.

En toda esta historia sobresale Roma, la ciudad imperial, la Ciudad Eterna, la urbe medieval ocupada y dominada por bárbaros y bizantinos, renacentista y gozosa, barroca y contrarreformista, la ciudad que durante dos mil años ha estado estrechamente relacionada con la historia y los avatares de los países europeos y, más en general, de Occidente. La capital en la que el poder y la gloria, la crueldad y la caridad, las pasiones y la generosidad, el pecado y la virtud, el arte y la miseria han encontrado sus expresiones más sublimes.

Pontificado y Roma se encuentran indeleblemente imbricados, entretejidos, solapados para lo bueno y para lo malo. Las aspiraciones y los logros de los papas presentan indudablemente fundamentos teológicos, pero tal como se han traducido y ejercido en la historia tienen sin duda mucho que ver con la pasión por el poder y las proyecciones míticas de los emperadores romanos, así como con la creación, el lento y peculiar desarrollo y la permanente colaboración de la llamada Curia Romana, órgano de gobierno, mitad aspiración religiosa y mitad segregación mixtificada del ansia de dominio.

Zeffirelli, en su espléndida película Hermano sol, hermana luna, nos ofrece una escena gloriosa tanto por su escenificación estética como por su agudo significado: Inocencio III, en la cumbre de su poder, recibe a Francisco de Asís, a quien nunca ha visto, y a sus primeros compañeros en una majestuosa sala de audiencias. El papa se encuentra sentado en su rico trono, en lo alto de innumerables escalones, rodeado por su brillante corte de cardenales y curiales. Todos van ataviados con lujosas vestiduras, cubiertos de joyas. Allí arriba, desde el pináculo de su gloria, Inocencio ve muy borrosamente el grupo apiñado de los frailes: no los distingue, no capta su sentido. Se alza del trono y decide bajar y, a medida que se acerca se le va deslizando la capa magna y van cayendo las vestimentas superpuestas, la mitra, las joyas, los anillos y cruces. Al mismo tiempo va descubriendo cada vez más nítidamente los rostros del andrajoso grupo formado por Francisco y sus hermanos. Cuando llega al nivel de san Francisco, Inocencio sólo viste el alba blanca, pero ve, oye e interpreta, es capaz de comprender el significado profundo del santo y se produce una sintonía real entre ambos. Poco después, en una lenta marcha atrás, va subiendo de espaldas los escalones, caen sobre él las gemas y los lujos hasta cubrirlo, y va perdiendo en igual medida visibilidad, hasta que de nuevo sólo intuye muy borrosamente a Francisco.

En una escena asistimos al significado profundo de una historia. Una Iglesia rica y poderosa puede moverse poco, adaptarse menos, evangelizar apenas. Francisco, como Cristo, el maestro, no tuvo dónde reclinar la cabeza. Es verdad que este mundo no da mucha capacidad a la utopía, y que las bienaventuranzas, con excesiva frecuencia, sólo han quedado en píos deseos, de forma que en un análisis de la historia hemos de tener en cuenta esta realidad para no caer en la pura demagogia o en la marginalidad. Sin embargo, en ningún caso podremos olvidar a tantas personas mágicas que han intervenido e influido en la historia del cristianismo con entrega y generosidad, con su vida. En realidad se trata de seguir la recomendación de Jesús a sus discípulos: «No así vosotros», es decir, no utilicéis el poder y la gloria como la utiliza el mundo, permanente tentación de cuantos ostentan el poder en la Iglesia.

Roma es, pues, un tema central, apasionante e irresistible en la historia que presentamos. Es la historia de la grandeza, de la religiosidad y del pecado, de una ciudad gloriosa y de los habitantes que la componen. Conociéndola, uno comprende cómo lo peor y lo mejor forman parte del ser humano y cómo ambos aspectos lo enriquecen y lo completan. Es la «feliz culpa» del teólogo contemplada por el historiador.

Las vidas de los papas no constituyen la historia del cristianismo, aunque estén ubicadas dentro de la misma. La experiencia religiosa cristiana la seguimos encontrando en Jerusalén, donde la mayoría de los cristianos son pobres y marginales, sin poder, porque viven en tierra extraña, aunque sea la suya. Mientras, en Roma, entremezclada con una historia bellísima de martirio, santidad y generosidad, descubrimos la limitación de las mediaciones, las miserias del poder y de la ambición, la poquedad de las inteligencias, la fuerza de la rutina y el formalismo, la repugnancia al cambio. A veces puede dar la impresión de que en Jerusalén quedó la corona de espinas y en Roma la tiara.

Por esta razón esta historia de los papas es también una historia de la Roma cristiana, siempre añorante de la pagana. Aquéllos sin ésta no son comprensibles. Ésta sin aquéllos sería mera memoria histórica.

Esa Roma cristiana ha influido de forma determinante en el nacimiento de la Europa que conocemos. Es la causa de una cierta homogeneización de la cultura europea, y se encuentra en el inicio de las misiones, es decir, de la presencia del cristianismo y del talante y la cultura europeas en los diversos continentes. Sobre todo, esta Roma contradictoria recibe permanentemente los flujos de cuanto de bueno se da en las distintas Iglesias implantadas en todos los países del mundo. A su vez, y a pesar de todo, es capaz de animar, dirigir, encauzar y completar tantas aspiraciones, iniciativas y experiencias como se producen en la periferia, en los creyentes, es decir, en los hombres y mujeres animados por la buena nueva de Cristo.

El protestante Ranke escribió en el prólogo a su clásica Historia de los papas: «¡Cuán insignificante aparece un mortal de talla ante la historia universal!» No hay duda acerca de la perspicacia de esta reflexión, pero creo que se puede afirmar igualmente que en la historia de las diversas dinastías que han reinado a lo largo de los siglos resulta difícil encontrar una que pueda compararse con la de los papas: por la personalidad de muchos de ellos y por el embrujo desconcertante y la provocación que emanan de sus andanzas, sueños y percances. También por la persistencia de sus ideales, no obstante sus infidelidades.

La colosal cúpula que protege y homenajea la tumba de Pedro, el pescador de Galilea, marca y representa una tradición que perdura a lo largo de los siglos. Allí murió por fidelidad al maestro y allí fue enterrado por sus discípulos, pero al mismo tiempo transmite de generación en generación la creencia de que el obispo de Roma es el sucesor del apóstol al frente de la comunidad romana, y que la ciudad es el centro de unión de las comunidades cristianas. La historia de los papas es también la historia de la evolución de estas creencias y de estas pretensiones.

© La Esfera de los Libros, S.L. Avenida de Alfonso XIII 1, bajos. 28002 Madrid

Papas III: Resumen del libro

En las presentes páginas se desgrana la historia de la grandeza, de la religiosidad y del pecado, de unos hombres cuyos actos no siempre fueron los modelos de virtud y santidad que ellos mismos predicaban para sus fieles. Así, en la colina vaticana han vivido papas santos -como León I el Magno, que se enfrentó a Atila-, reformadores -Gregorio VII fue el gran defensor de la independencia de la Iglesia frente al poder laico-, guerreros -Urbano II convocó la primera cruzada-, mecenas de las artes -a Julio II se debe la decoración pictórica de la Capilla Sixtina y el aspecto actual de la basílica vaticana-..., pero también papas considerados herejes -Juan XXII fue declarado tal por Luis de Baviera-, nepotistas -Alejandro VI, el papa Borgia, favoreció de forma escandalosa a su familia-, sometidos a gobernantes -Napoleón mantuvo prisionero a Pío VII- o que murieron asesinados o en extrañas circunstancias -Juan Pablo I amaneció muerto en su lecho tras sólo treinta y tres días de pontificado. Un recorrido fascinante por la vida y los hechos de los 264 papas que han ocupado la silla de Pedro y los concilios que han establecido los dogmas y las normas de la Iglesia; hasta Juan Pablo II el Magno, el pontífice más universal y carismático de todos los tiempos, uno de los artífices de la caída del comunismo y defensor a ultranza, en la desacralizada época que le tocó vivir, de que «nadie tiene derecho a expulsar a Cristo de la Historia».

Nadie pretende eso... si no, en todo caso, lo contrario. O al menos, ponderar cómo ha sido posible tamaña fascinaciónj, encantamiento o enajenación.
Mañana comenzaremos
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Papas II : Declarar Magno al Papa Wojtyla es una insensatez

Dentro de nuestro propósito de reflexionar sobre estas personas, adjuntamos entrevista con el autor de la Historia de los Papas.
Nesemu

Juan María Laboa: «Declarar Magno al Papa Wojtyla es una insensatez»

JOSE MANUEL VIDAL EL MUNDO

''Es uno de los más prestigiosos historiadores de la Iglesia.Profesor emérito de la Universidad Pontificia de Comillas y autor prolífico, acaba de presentar la 'Historia de los Papas' (Esfera de los Libros), un recorrido fascinante por los 264 Papas que han ocupado la silla de Pedro hasta Juan Pablo II.

La historia de unos hombres que no siempre fueron modelos de la virtud que predicaban a sus fieles. Dice que el Papado 'es una autoridad moral indiscutible'. Pero también alerta contra la papolatría y asegura que fue 'una insensatez declarar Magno al Papa Wojtyla, al día siguiente de su muerte'. Porque eso es algo que hace la Historia.

Precisamente ayer, el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, anunció que el proceso de beatificación y canonización de Juan Pablo II se abrirá el 28 de junio.

Pregunta.- ¿Qué pretende con su libro?

Respuesta.- Hacer un recorrido histórico por el Papado y por la relación especialísima que mantuvieron con la ciudad de Roma, la ciudad que mejor encarna el poder en el mundo occidental desde siempre.

P.- ¿Sigue estando de moda el Papado?

R.- Sí. En una sociedad que ha ido perdiendo tradición y autoridad, el Papado se ha convertido en punto de referencia y autoridad moral indiscutible. Estuvo ya de moda con Juan XXIII y Pablo VI y alcanzó su culmen con Juan Pablo II, sobre todo por su fuerza mediática.

P.- ¿Los nuevos movimientos tienden a la papolatría?

R.- En momentos de dificultades, la Iglesia tiende a guarecerse bajo paraguas protectores. Y especialmente los movimientos más conservadores que buscan seguridades.

P.- Con el riesgo de querer acaparar, secuestrar o adueñarse del Papa de turno.

R.- No sé si esos movimientos quisieron secuestrar a Juan Pablo II o él se dejó secuestrar por ellos. Pero hasta los progresistas no criticaron tanto al Papa Wojtyla cuanto a las espectaculares manifestaciones de su Pontificado.

P.- ¿Considera que el Papado alcanzó con Juan Pablo II un excesivo protagonismo?

R.- Sí. El Vaticano II intentó otro estilo de Gobierno de la Iglesia más colegial y más participativo. Con Juan Pablo II, volvió la verticalidad.

P.- ¿Quiénes han sido, para usted, los Papas Magnos?

R.- Gregorio Magno, Inocencio III, Pío V o Benedicto XIV. El más grande del siglo XX: Pablo VI.

P.- De los últimos papas, ¿con quién se queda y por qué?

R.- Los tres más significativos han sido Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. Juan XXIII es el más atractivo y el más revolucionario. Pablo VI es el Papa capaz de superar los grandes problemas de la Iglesia con el diálogo. Juan Pablo II fue un Papa más complejo, poliédrico y con gestos revolucionarios.

P.- ¿Fue Karol Wojtyla un Papa tan Magno como dijeron algunos?

R.- Tras la muerte del Papa, hubo una conmoción que hizo decir cosas exageradas. Los poquísimos Papas Magnos que hubo los hizo la Historia. Declararlo Magno al día siguiente de su muerte, me parece una insensatez.

P.- ¿Por qué sale elegido Papa el cardenal Ratzinger?

R.- Me da la sensación de que la elección estaba casi hecha antes del Cónclave. De lo contrario, habiendo alternativas como había, ¿cómo es posible que se produzca esa unanimidad? Ratzinger entró en el Cónclave con muchos votos. La otra corriente no tenía alternativa.

P.- ¿Puede un Papa de derechas ser un Papa de todos?

R.- Puede ser, pero la psicología manda mucho. Ser obispo y Papa hace ser más comprensivo. Aunque no está tanto entre las derechas y las izquierdas eclesiales, sino en una jerarquía gerontocrática con un Papa de 78 años.

P.- ¿Nos va a deparar «sorpresas» el nuevo papa, como dicen?

R.- Sí, porque es un teólogo de raza y creativo, que puede dar sorpresas, especialmente a nivel de gobierno de la Iglesia, apostando por la colegialidad. Los Sínodos pueden cambiar y ser más participativos.

P.- ¿Hay que redimensionar el papado?

R.- Sí, el sistema de Gobierno actual de la Iglesia no tiene posibilidad de diálogo ecuménico ni con los ortodoxos ni con los protestantes. Se necesita un papado participativo para un acercamiento ecuménico.

P.- ¿Puede cambiar el papado?

R.- El ministerio petrino ha ido cambiando a o largo de estos 2.000 años. Dado que es la única organización en la Historia absolutamente universal, la Iglesia necesita una mínima organización, con sus puntos de referencia o de comunión, adecuándose a los tiempos y respondiendo a la colegialidad.

P.- ¿Quién era su candidato a suceder al Papa Wojtyla?

R.- Ivan Dias, el arzobispo de Bombay. No por él mismo, porque no lo conozco, sino por proceder del tercer mundo y, en concreto de la realidad asiática. La Iglesia necesita nueva savia y un componente más fuerte tercermundista. El sistema grecorromano de la Iglesia actual nos va bien a los occidentales, pero el 70% de los miembros de la Iglesia que no lo son, encuentran dificultades en este sistema. Tiene que entrar en la Iglesia un componente exótico. Ese es el mayor reto de la Iglesia: hacerse más universal''.

Nesemu: I Planteamiento general del trabajo

Para que el juego sea limpio incluiré aquí el prólogo al formidable libro 'Historia de los Papas. Entre el reino de Dios y las pasiones terrenales", de mi buen amigo y admirado profesor de Historia Juan Mª Laboa, que he devorado con rotulador en mano. El libro es apasionante y, como estudioso de la historia y consciente de que esta historia, aún para los no creyentes, constituye la columna vertebral de Occidente, (nada hubiera sido lo mismo sin esa institución eclesiástica que devoró y aniquiló la que pudo haber sido otra forma de vivir de acuerdo con la vida, las palabras y el misterio de Jesús) voy a ir recogiendo algunos datos que figuran en el libro, siglo tras siglo, para pasmo de creyentes y de no creyentes. Ni en las diversas dinastías que gobernaron el mundo hay semejante cantidad de individuos criminales, nefastos y contradictorios debido a que la mayoría eran elegidos muy ancianos. Así, mientras en un siglo habría cuatro o cinco miembros de cada dinastía en el papado llega a haber catorce y hasta veinte. Asesinados, envenenados, agotados de comer, beber y guerrear o conspirar. Repito, parto de los datos de un profesor de historia eclesiástica eminente, sacerdote y creyente. Ahí está su libro y la espléndida bibliografía que adjunta. Cada cita mía puede ser contrastada. No escribo adversus haeressis ni adversus nadie... sólo quiero mostrar mi pasmo ante este hecho histórico: una cadena de 264 pontífices que gobernaron una Institución clave en 20 siglos de historia. Sobre todo porque afectó a millones y millones de seres que llegaron a ver invadida su intimidad, su conciencia, su razón y su libertad.
El tema no es baladí. Acabamos de asistir a la 'glorificación y apoteòsis' del último Para que desde junio ¡ya está en proceso de beatificación¡ y al que pretendieron colgarle el título de ¡Magno! como a León, a Inocencio, o a Gregorio, a los que sólo la historia pudo hacerlo.
Durante años he estudiado con la mayor profundidad de la que fui capaz esa Institución y sigo contemplando atónito su influencia en las conciencias de miles de millones de seres durante siglos, en el inmediato pasado y en la actualidad con esa elección de Ratzinger, el Rotweiller de Dios, a la cabeza de ese poderoso instrumento de influencia y de decisión.
Sólo trataré de recordar, de visualizar y de preguntarme cómo ha sido posible semejante manipulación y contrasentido porque nadie puede hoy admitir que haya sido ¡para mostrar la grandeza de Dios! a pesar de tan pobres instrumentos. No. Eso ya no es de recibo, ni lo fue nunca, pero influyó en las conciencias, en la economía, en el derecho, en la vida y en la muerte de millones de seres que fueron llevados a las guerras, a las cruzadas, a la hoguera o la posesión de ingentes riquezas y a la destrucción de culturas y de civilizaciones, de creencias y de tradiciones, de arte y de vida... en nombre del dios al que representaban en la tierra esos individuos. Pues si todo es falso, si todo es nada y vale lo que ha sido... pues tendremos que actuar en consecuencia, y al menos llamar a las cosas por su nombre.'Pero hubiera sido la barbarie' me dijo un día un clérigo universitario... y me quedé pasmado, pero sin reaccionar.
Como vivimos tiempos de papolatría en los que nuestros dirigentes políticos (con la Familia Real a la cabeza) se arrodillan y postran ante esos individuos, como se dedican más de 30.000 millones de pesetas al año, de los presupuestos generales del Estado para sostener a esa Institución no estará de más ponderar sus trayectorias en la historia de la humanidad, al menos en Occidente y en sus colonias y zonas de influencia desde América a Africa, desde Oriente Medio a China, Japón y Filipinas. Con esta perspectiva, con esta curiosidad y con este respeto al utilizar textos legales, legítimos y ortodoxos aprobados y aceptados por la propia Iglesia, vamos a comenzar este periplo... en torno a nosotros mismos como seres humanos pues la historia nos afecta y la llevamos en nuestros genes e instituciones, conciencias y miedos, aunque no lo sepamos.
Nesemu, (en nota aparte publicaré el prólogo)