La crispación es un modo de vida, un estilo y una deslealtad.
Me parece bueno este artículo de Manuel Rivas: El suspense
La crispación no es sólo una estrategia política: es un modo de vida, un negocio, un estilo y un género artístico. La variante castiza del suspense. Un género chico, pero muy funcional. En lo económico, en la España de hoy rige una especie de confort hipotecado. Un bienestar a plazos. Hay mucha gente, más de la que parece, que lo pasa mal. Pero los deslocalizados, los mileuristas, las criadas e inmigrantes sobreexplotados, los accidentados laborales, las víctimas de la corrosión competitiva, todos ellos constituyen una "zona de sombra humana" en la exuberancia estadística donde brincan al charlestón las cuentas bancarias. La iniciativa de mayor calado social del Gobierno, la Ley de Dependencia (¡pena de nombre cuando existe la palabra solidaridad!), sólo parece haber obtenido un eco subterráneo. La cuestión social está eclipsada. La realidad ha sido arrancada del calendario y todo el ruido lo ocupa ese género indeterminado de la crispación. No tenemos genios artísticos de la intriga como Alfred Hitchcock o Patricia Highsmith, pero tenemos taimados guionistas de la crispación, especialistas en capturar leones en Escocia. Fue Hitchcock quien inventó el término macguffin para designar la clave de un suspense. ¿Cómo identificar un macguffin? Hitchcock lo explicaba con un diálogo de pasajeros en un tren inglés. "¿Qué es ese paquete?", preguntaba uno. "Es un macguffin", aclaró el del paquete. "¿Y para qué sirve?". "Para atrapar leones en Escocia". A lo que el otro respondió con asombro. "¡No hay leones en Escocia!". "Pues entonces", dijo el dueño de la cosa, "no hay macguffin". Imaginemos por una pista de las Highlands a Mariano Rajoy, Acebes y Esperanza Aguirre en un 4x4 conducido por el avispado gaviero Zaplana, claro, y Aznar de circunspecto copiloto. Cualquier paisano escocés se dará cuenta, a la primera, de que son cazadores españoles a la captura de los famosos leones inexistentes. En eso consiste la crispación. En ir, desde la pérdida del poder, detrás de un macguffin mutante. El matrimonio homosexual. El Estatut. La asignatura católica. Y el ridículo macguffin a cuenta del 11-M. Ahora, una manipulación penitenciaria que dejaría atónita y abatida a doña Concepción Arenal. La pregunta es: ¿cuántos leones inexistentes quedan en Escocia?
(Y ya no quiero escribir nada sobre esa inicua e infame convocatoria de manifestaciones contra el gobierno ¡ante las Embajadas del Estado español! Nunca se había visto felonía semejante desde un partido de la oposición en un régimnen de libertades y con las libertades constitucionales garantizadas. Se hacía en tiempos de la URSS o de los fascismos... pero convocadas por los exiliados y perseguidos por las tiranías... pero ¿en la España actual? Increíble. Las Embajadas no representan a los gobiernos ni a los partidos, sino a los Estados)
12 comentarios
Alicia Martín -
alejandro estrada -
jose navareño garrido -
A. Olea -
Nosotros vamos por delante de cualquier otro país; somos ANTI y nos encanta.
Vean si no, cómo es posible que en esta España unida (y grande, y libre...) ya no sólo haya antimadridistas y antibarcelonistas.
Ahora también tenemos antipopulares y antisocialistas. Estos grandes calificativos han suplido a antiguallas pacifista, progresista... sin 'anti' no mola.
(Qué triste definirnos por lo que atacamos en lugar de por lo que defendemos.)
raul -
Irene Zugasti -
Rubén -
Y así seguiremos haciendo de la crispación una manera de entender y vivir la política.
Elia Pesquera -
Saludos
Emma Bernardo -
Nesemu -
1. No se publicarán "anónimos"
2. Ni comentarios que vayan contra las leyes
3. Ni agresiones a otros blogers, ni lenguaje inapropiado.
Estas son las reglas. Gracias
Alvaro Marchante -
Hitchcock ha utilizado muchas veces el macguffin para reírse de los críticos de sus películas que buscan una explicación racional a todo. Lo que le interesa al cine es manipular al espectador y someterlo al ritmo de la historia.
El PP actúa de tal forma que ni los críticos pueden buscar una explicación racional, por tanto conduce a la crítica por donde quiere.
Alvaro Marchante -