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J. C. García Fajardo

Nesemu para Tano

¡Qué noche tengo hoy! Me atrae el baúl de los Retazos.
Un abrazo. Mañana quizás os regale un valioso texto de Facundo Cabral

Nesemu

Autoestima

Un joven aprendiz de discípulo pidió al Maestro que le ayudase para que lo valorasen más, pues se sentía inútil y nadie lo apreciaba.
El Maestro le respondió con simpatía
- Si quisieras ayudarme tú a mí, quizás podría ayudarte pero antes tengo que vender este anillo para pagar una deuda. Vete al mercado a venderlo. Es necesario que no aceptes menos de una moneda de oro.
El joven, apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes pero, en cuanto mencionaba la moneda de oro, nadie quiso pagar ese precio.
Regresó triste a casa del Maestro y le dijo :
- Maestro, no es posible conseguir lo que me pides. No creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- Eso que has dicho es muy importante – contestó sonriente el Maestro-. Antes, debemos conocer el verdadero valor del anillo. Ve a ver al joyero y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joyero examinó el anillo y le dijo al muchacho:
- Dile al Maestro que, si lo quiere vender ahora, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.
- ¿Cincuenta y ocho monedas? – exclamó el joven.
- Sí – replicó el joyero-. Yo sé que podríamos obtener por él cerca de setenta monedas, pero si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del Maestro a contarle lo sucedido.
- Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única – le dijo el Maestro después de escucharlo-. Y sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?Y, diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda. El joven se inclinó ante el Maestro y con una sonrisa nueva fue admitido como discípulo.

José Carlos Gª Fajardo

2 comentarios

tano -

solo son noches sin luna profesor, empiezo a ver que las estrellas tambien pueden alumbrar el camino.

Sergei -

Un aprendiz valioso al que seguro que nunca se le olvidará esta primera lección :D