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J. C. García Fajardo

Nesemu: Ser uno mismo

Seguimos escuchando las palabras del Profeta, rumiándolas en nuestro corazón. En hebreo rumiar es sinónimo de reflexionar... pero en el corazón. Sabemos que a Occidente, desde Aristóteles y Descartes, lo domina la cabeza, al Extremo Oriente el abdomen (los Budas orondos, la sede del ki kai tandem, encima del ombligo reside la fuerza del ki, la energía compartida con el Cosmos), pero al Medio Oriente, cuya cultura compartimos por nuestra raíz judeo-cristiana, lo domina el pecho que alberga el corazón. La Biblia, los Escritos de Zoroastro, la sabiduría persa y sumeria, acádica y los mismos misterios egipcios y los de Mitra que recibiríamos algo transformados a través de Grecia y de la cábala, son incomprensibles para la razón, sólo se abren desde esa intuición que nada tiene que ver con el sentimiento sentimental o sentimentaloide. En esa intuición se reencuentran el Tao, Buda, el Zen, los Uppanisadhs, el Shivaísmo de Cachemira, lo mejor del Islam sufí y hasta la sabiduría de los gnósticos y de ese asombro camuflado en la piedra filosofal que no es el elisir de larga vida sino el despertar en el que coinciden hasta los magos, los sabios, los curadores de África y los mismos hombres sabios de América precolombina. Es bueno este caer en la cuenta. Cuando sucede una sola vez ya nunca se olvida. No se puede repetir a voluntad, no es materia de experimento científico sino de experienciar nuestras auténticas señas de identidad. Nuestro rostro originario.
El Profeta de Khalil, en esta secuencia, nos recuerda lo que tantas veces repetimos en clase y en nuestras conversaciones: ser uno mismo.
A veces hago un juego de palabras con alone (sólo), ponedlo así all one. ¡Cambia todo! Es como la expresión keep yourself together (contrólate): fijáos bien: sé uno contigo mismo, recomponte, ... Es formidable

Nesemu

//Y uno de los ancianos de la ciudad pidió: >

Y él respondió:

Puedo hablaros del bien que existe en vosotros, pero no así del mal. Pues ¿qué es el mal sino el bien torturado por su propia hambre y sed? La verdad es que cuando el bien está famélico busca su alimento hasta en las cuevas oscuras, y cuando lo que siente es sed, bebe hasta de las aguas estancadas.
* * *
Sois buenos cuando sois uno con vosotros mismos. Sin embargo, cuando no sois uno con vosotros mismos, no por eso sois malos. Porque una casa dividida no es una cueva de ladrones; sino solamente una casa dividida, Y un barco sin timón puede marchar a la deriva por entre islas peligrosas, sin hundirse.
Sois buenos cuando os esforzáis por dar de vosotros mismos. No obstante, no sois malos cuando buscáis ganancias para vosotros mismos. Pues cuando os esforzáis buscando alguna ganancia no sois sino una raíz que se aferra a la tierra y extrae la sustancia de su seno. Seguramente el fruto no puede decir a la raíz: /Sé como yo, madura, plena y dando siempre de la abundancia tuya/. Pues para el fruto, dar es una necesidad, así como el recibir lo es para la raíz.
* * *
Sois buenos cuando os encontráis completamente despiertos en vuestra conversación. Pero ello no significa que seáis malos cuando dormís y vuestra lengua se mueve en la inconsciencia. Y hasta una conversación vana puede fortalecer a una lengua débil.
* * *
Sois buenos cuando os dirigís hacia vuestra meta con pasos firmes y decididos. No obstante, no sois malos cuando os dirigís hacia ella cojeando. Aun los que cojean no retroceden. Pero vosotros los que sois fuertes y rápidos, procurad de no cojear ante el lisiado, obscureciendo su alma.
* * *
Sois buenos de muchísimas maneras, y no por eso sois malos cuando no llegáis a ser buenos. Tan sólo sois perezosos e indolentes. ¡Lástima es que los ciervos no puedan impartir celeridad a las tortugas!
* * *
En vuestro afán por un yo superior yace vuestra bondad, y ese anhelo está en todos vosotros. Pero en algunos, ese anhelo es un torrente que corre con fuerza hacia el mar transportando los secretos de las laderas montañosas y los cánticos de los bosques. Y en otros es un riachuelo suave que se pierde entre ángulos y recodos consumiéndose antes de llegar a su término. Pero no permitáis que aquel que mucho anhela diga a quien se conforma con poco: ¿A qué se debe que seas lento y titubeante? Porque el que realmente es bueno no pregunta a los desnudos: /¿Dónde están tus ropajes?/, ni al que carece de casa. /¿Qué le ha sucedido a tu morada?/

2 comentarios

J.Lennon -

Lo único que prevalece en el ser a lo largo de los años es la esencia; los gustos y la búsqueda de la felicidad son totalmente cambiantes. La esencia prevalece en vida y supera a la muerte.

Jose -

Cada uno puede ser lo que escoja ser, todo depende de uno mismo, sino quieres ser frustrado en tus deseos.