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J. C. García Fajardo

Nesemu: Alguien

Alguien

Lo siento, estaba ahí, en mi web y me saltó de pronto. Lo siento. Yo también lo busco a tientas, no sé quién es, ni siquiera si existe, no sé nada, sólo sé que muchas veces lo necesito. ¿No es causa suficiente sentir sed para crear el agua?
Nesemu

//Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.
Hizo un último recorrido por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.
Fernando se acercó y el niño le rozó con la mano:
- Decile a ... – susurró el niño- Decile a alguien que yo estoy aquí.

(Es tan hermoso este relato de Galeano que no me atrevo
a añadir ni una palabra.)

José Carlos Gª Fajardo

4 comentarios

Miguel Jordán -

Este relato es el reflejo de una actitud. Aquella que los hombres aprendieron en el curso de una nueva escala de valores. La individualidad a llegado a tal extremo que es factible que un niño no tenga con quien hablar.Es esa discriminación de la que todos somos complices. Porque los que sienten sólo compasión son los que forman el extremo social, económico y humano que está destrozando el derecho a una vida digna.

Isabel -

Uauh... Todos tenemos un niño dentro de nosotros que no quiere quedarse solo. Hay tantas personas que buscan o anhelan alguen a quien hablar. Ya no importa quién. Sólo importa la comprensión, eso buscan. Y nosotros a veces nos la dejamos olvidada en casa como si fuera el libro de amtemáticas que dejamos atrás en el colegio. Nos falta mucho que aprender.

Hormiguero -

Y ese niño está detras de nosotros cada día cuando salimos de paseo. Está a nuestro lado cuando nos sentamos en una cafetería llena de humo, y nos mira mientras seguimos leyendo el periódico. Nos grita en silencio cuando salimos del metro y lo dejamos solo de nuevo o durmiendo en un banco del Parque del Oeste o en su casa sin recibir ni la visita de la vecina. Ese alguien está ahí, junto a nosotros, quizá tan sólo esperando a que dejemos de centrarnos en nosotros mismos y en nuestros minúsculos círculos...

Carlos Miguélez -

Es la inmensa soledad del hombre en un mundo al que le falta solidaridad. Me ha conmovido. Permanezcamos alerta.