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J. C. García Fajardo

Nesemu: Los ryads ante la Gran Mezquita

Lanzo al ruedo del debate compartido la emoción que nos produjo La Gran Mezquita de Hassán II. Con independencia del disparate que nos parece el gasto de semejantes sumas en un edificio para el culto sugiero que nos detengamos en los aspectos artísticos, y en el ambiente.
No olvidemos, by the way, que cuando se construyeron la fabulosas catedrales que hoy todos admiramos las condiciones sociales del pueblo cristiano eran todavía más miserables que las actuales en Marruecos. Ahí interviene un factor de ideología (fé, creencia, superstición) contra el que no caben sencillos y lógicos argumentos racionales. Es otra dimensión que no se puede abordar con ligereza.
El Ryad del Amin José

22 comentarios

carlos -

solo queria el dibujo maldita sea

Paula -

Pegaso -

Casablanca, más que un alto en el camino...

En la plaza de la mezquita, al igual que en las caballerizas de Meknes, percibías, aún ausentes, miles de auras. Algo
envolvía y sobrecogía.
El suelo del interior te hacia caminar sobre el mar y un techo que se dibujaba de estrellas en la noches de verano.
Nosotros, aquí, también las tenemos pero no nos atrevemos a mirarlas. Hay campos en los que, como siempre ha sido,
nos llevan mucha ventaja.

No sé si de no existir la mezquita los habitantes
de Marruecos tendrían muchos más recursos económicos, dudo de que todos los marroquíes no sientan orgullo por esa obra y estoy seguro de que cada visitante queda enamorado del vértice que une mar,tierra y cielo; Hassan II.

Arantxa -

Increíble, así la describiría. Extraordinarias las dimensiones, el suelo tan pulido, los techos, las fuentes…increíble la belleza de la construcción como increíble fue el valor de Hassan II al construirlo a costa de su pueblo que tanto hambre padecía y que sigue padeciendo.

Cristina -

Antes de entrar en la mezquita, dos compañeros y yo entramos en una “cafetería” apartada de la calle principal. La mugre la invadía.
Tras esta experiencia nos adentramos en la suntuosidad de la Mezquita. La impresión que este contraste me produjo fue enorme, pues no comprendía porqué unas personas que se mueren de hambre y viven en esas condiciones, donan su dinero para construir ese edificio extraordinario. Dentro me sentí pequeña

Alba -

El anónimo soy yo, se me olvido poner el nombre antes. Lo siento¡¡

Anónimo -

Sigiendo la tendencia de Mercedes, voy a transcribir,parte de mi trabajo de Marruecos, pero he intoducido unas reflexiones.

"La grandiosidad de sus dimensiones, del lujo y el arte, crean una de la obras arquitectónicas más maravillosas del mundo. Su fachaza cincelada y verde, solo es comparable al esplendor del interior. Los mármoles de los suelos parecen agua, al reflejo de sus ventanales. El agua, la tierra y el cielo se fusionan en un elemento, la Mezquita de Hassan II. Cada columna, sostiene un poquito del cielo, el agua se mece en la tierra de mármol y el cielo se esconde tras el techo. La divinidad en la materia, se contempla en este lugar"

Lo que realmente me fascinó de aquel lugar, fue su situación. Me explico, el mar corría a las faldas de la mezquita, acariciándola y mimándola. Arropando su frescura marfilesca , por un costado, y por el otro se define en la firmeza de la tierra. Un monumento protegido por los tres grandes elementos, el agua, la tierra y encima de todo aquello; el cielo. ¿Acaso no es maravilloso? Independientemente, del gasto, de sus desmesuradas dimensiones…Pensemos, que ha sido la mano del hombre, su arte, la que ha conseguido unir lo que nadie antes consiguió.

Leo -

La primera estampa que recuerdo de la mezquita de Hassan II fue aquella en la que las aguas del atlántico rompían directamente sobre sus cimientos. Una imagen extrañamente familiar, quizás por la comparación con el castillo de St. Michel igualmente erigido sobre el mar.
Uno se siente realmente pequeño cuando cruza el umbral de un coloso de tal magnitud, pero se siente aún más minúsculo cuando irrumpe en el silencio la llamada a la oración. No pude más que guardarlo en mi móvil, todavía se me eriza el vello cuando lo escucho de nuevo...

Fernando -

La gran mezquita de Hassán II me quedó fascinado. Al entrar nos quitamos el calzado, y enseguida contemplamos la grandeza del edificio. El mar que la rodeaba llegaba hasta el interior, para reflejar en el suelo todo lo que en el techo había.
Cada detalle hechoi a mano, cada detalle pintado a mano; la mezquita de Casablanca nos mostraba el arte y "EL CUIDADO POR EL DETALLE" de los marroquies.

Nesemu -

Hormiguero, yo también me pregunto, con un punto de tristura, adónde se han marchado nuestros compañeros de viaje. ¿Ya se habrán secado sus odres? Largo es el camino, pero si no se comparte, no crece.
Y el día de mañana dirán que en la Univ no han tenido oportunidades para escribirm, para practicar...para atreverse a soñar.

Casielles -

“¿Por qué gente que pasa hambre paga impuestos especiales para arañas de cristal, para alfombras y fuentes?”, me pregunté yo también en Casablanca.

Di otra vuelta en redondo y me contesté, no sé si con tiento: “porque esta es, realmente, la demostración palpable de que si, de su miseria particular, cada cual es capaz de dar algo a la comunidad para que, junto lo de todos, se haga algo grande, con un montón de aportaciones que salen de la indigencia se construye Belleza, mezquitas, catedrales. Y la gente comprende que hay algo que trasciende, siempre una esperanza. Porque cuando a cualquier marroquí se le derrumbe su casa, pierda el sustento, pierda todo, sabrá que aquí tiene un palacio, una torre que llega al cielo, un montón de gente que los construyó con él.”
Me alegro realmente de que no todo sea cuantitativismo, razón, ahorro. De que exista el exceso de jaspes y alabastros para los pueblos tristes.

Isabel -

Cuando llegábamos a Casablanca no me podía imaginar una mezquita de esas características. Las ola rompían contra el mármol. LAs personas se agolpaban junto a las vayas para escuhar el rumor del mar y la llamada a la oración.La torre era tan impresionante que algunos objetivos no se atrevían a plasmarla entera y algunos carretes se velaron. Simplemente me obnubiló.
No olvido el hecho del dinero que se han gastado en construir esa mezquita. Debo reconocer que cuando voy a la Iglesia me gusta que esté bien decorada o bonita, quizá porque también la considero algo mío y así es. Cada uno entiende la decoración de una forma. Hay parroquias que decoran con los dibujos de los más pequeños y tenemos el caso opuesto en los que entrar en la Iglesia o Catedral te impresiona enormemente. Sin ir más lejos tenemos los Jerónimos o la Iglesia del Cristo de Medinaceli en Madrid. Recientemente se terminó la Catedral de Moneo en Nueva York que habrá costado miles de euros. Lo que quiero decir con esto es que no debemos echar la culpa a los musulamanes y al islamismo. La religión y la fe cada uno la entiende de una manera. Lo importante es que cada uno esté a gusto consigo mismo y confíe en haberlo hecho bien. Esa mezquita nunca dejará de ser impresionante por mucha pobreza que recoja a su alrededor. LAs gentes quieren esa Mezquita.
Ryad de Isabel

Hormiguero -

Me da mucha pena que de los 55 que fuimos sólo 9 han escrito... ¿Es que no mereció la pena el momento para contarlo después? ¿O es que ya nos hemos acomodado de nuevo en nuestro sillón? ¿Es que no pasó por el resto el viaje?

Nesemu -

Uno sucumbe ante la Hermosura, ante la Verdad, ane la Unidad y ante la Bondad. Son los transcendentales, que no existen hasta que se encarnan y, entonces, es el hombre el que se postra ante la inmensidad del mar, del desierto, del bosque... de una sinfonía, de unos trazos armoniosos, de una sonrisa de niño o de anciano... que no exigen nada a cambio. Noelia, deja en paz tu mente calculadora yu dime cuánto el desierto, quién trazó el universo, quién ha sido capaz de encerrar en un odre los océanos? Yo no sé la respuesta pero me puedo expresar postrándome y admirándome en silencio. ¿Qué es el hombre? Y sin embargo, lo hiciste superior a todo lo creado (desde la perspectiva humana, claro)
Por una vez, por mil veces, no todo se puede medir, pesar, calcular. Hay un tiempo para el asombro, también. Larry, Sergio, Merche, todos, seguid así. El asombro y la admiración son la antesala de la sabicuría, de la justicia y de la paz.

Rôvënty -

La mezquita de Hasan II parecía una imagen virtual, sacada del ordenador, quién sabe si para rodar la nueva película de Star Wars. Recuerdo cuando las olas chocaban contra los pilares como si quisieran romper su magnificencia divina. Y entonces comprendes que sólo un dios podría ser capaz de hacer algo tan maravilloso. Sólo un dios cuyos brazos son los hombres. Ni todo el dinero puede comprar esa maravilla, quizá porque piensen que es mejor dar de comer al alma que al cuerpo.
Ryad del pequeño Alberto

Noelia García -

Siento ser tan negativa y tan radical (como siempre) pero me parece que esa gran mezquita no ha sido construida con el dinero (de buena voluntad) de muchas personas. No creo que si la gente se está muriendo de hambre, que no tienen trabajos fijos, y que hay gente pidiendo por las calles, se pongan a dar un dinero (que no tienen) para que la construyan. No digo con esa que no sea espectacular y que sucumba la fe por su inmensidad.
Todo lo digo sin maldad.

Merche -

Voy a transcribir lo mismo que he puesto en el trabajo al respecto de Casablanca,porque es lo que sentí en ese momento:

-Tócala, Sam. Si ella ha podido resistirlo, yo también.

¿Puede uno resistirse ante la inmensidad, la grandiosidad, la majestuosidad, la grandeza, el lucimiento, el gigantismo de la mezquita de Casablanca?
Ante ella, ante su visión, las medidas, los pesos, las olas bajo su suelo, la historia apenas tiene importancia.
Sólo un dato que a mí me chocó: la mezquita sólo tiene doce años: en Europa estamos acostumbrados a las antigüedades, catedrales con siglos de historia… pero sólo una década de vida… la pregunta es inevitable: ¿no había otro lugar, otras necesidades que construir antes que en la religión?
Pero lo cierto es que los ojos se te van, no saben donde posarse. Al entrar, el vacío que encuentras es tan grande que el corazón se encoge. Es como estar más allá del infinito. En otro mundo.

Iñaki, genial lo de "terreno ganado a Neptuno para Alláh..."

Larry -

La explanada de la Mezquita me recordaba a San Pedro y la grandiosidad de la mezquita a las catedrales europeas; la magnificencia me hacía inclinarme hacia el gran poder que debe tener Dios para los fieles de Casablanca. Algo así debían pensar los reyes hace miles de años. ¿Ha cambiado algo en este mundo? No sé por qué, creo que no. A parte de ello, me impresionó el mar y el terreno que han ganado a Neptuno para dárselo a Alláh. La cosa debe ir de dioses...

Sergio -

Si alguien tiene una foto de la torre entera, que la pase. Mi carrete se veló. Aparte, es impresionante, impresionante. Pero a veces tenemos maravillas como esa cerca, por ejemplo, el Monasterio de El Escorial, y ni siquiera las hemos visitado.

Ryad del Amín Sergei :)

Hormiguero -

No sólo me impresionó el edificio, sino el lugar donde se ubicaba y su envoltorio humano. Y me volvió a recordar, una vez más, el respeto que le tienen a la fe. Lo que se sentía al entrar descalzados en tan magno lugar nos hacía entrar en otra dimensión, y yo al menos percibí durante aquellos minutos unos sentimientos tan especiales que soy incapaz de describir. Esa estampa de la mezquita no se me olvidará nunca, no sólo por su extraordinaria construcción, sino por la magia que tanto dentro como en sus alrededores se respiraba. Aún tengo la sensación de acabarme de hacer una foto con Arancha y varias pequeñas niñas marroquíes sonrientes con el sonido de la llamada a la oración de fondo desde ese alminar…

Jordan7 -

La mirada doscientos metros arriba de la gran Mezquita de Hassan II me produjo un mareo tan inolvidable como inesperable. No sólo son los dos cientos metros, también los sesenta metros de columnas para abajo que hacen que esta gran mustra de la mejor arquitectura flote por encima del mar, que choca constantemente contra sus muros. Rompe con todo lo impensable, con todo lo racional. Cuando ves monumentos de esta espectacularidad se rompen todos los esquemas. ¿Es fé? ¿Es creeencia? Ya nada tiene explicación. Sólo te puedes dar cuenta que parte del pasado está ante ti.

Ryad de Carlos Miguélez -

Ningún momumento me ha impresionado tanto como la mezquita de Hassan II. Por sus dimensiones, por su mármol blanco contrastado con el azul del mar, que pasa por debajo de la construcción; porque está ornamentada por los mejores artistas de Fez y de Marrakech, con una preciosa madera de cedro y unos alicatados delirantes.
Los baños romanos son el colmo del lujo, pero reflejan cómo el mundo musulman ha servido de puente entre Occidente y Oriente. La filosofía griega nos llegó gracias a las traducciones de los árabes. Por ejemplo.