Nesemu: Nuestros jardines secretos
Preparamos espacios para los encuentros, para el descanso, para que vengan a sentarse y leer, a pensar o a charlar. Para estar y sentirse a gusto. Esta fue la razón para construirlo y cuidarlo. Somos capaces de emocionarnos con la lectura de libros sobre jardines, como el de Los Jardines secretos de Mogador y hasta viajamos hacia Essaouira en busca de lo que ya allí no encontraremos, porque son secretos y sólo se abren a quienes van preparados para el reencuentro, y muy ligeros de equipaje. Este jardín fue nuestro regalo a una amiga en sus bodas de oro con la vida.
¡Venid y gozadlo! Conservad el silencio salvo en los días en que celebremos fiestas. No tenéis que pedir permiso, buscáis un lugar y os sentáis. Os cuento lo que sucedió el sábado por la mañana, repitiendo una escena casi idéntica del año pasado. Yo estaba con botas, pantalón corto y un sombrero de paja segando la hierba. Llegaron dos capitanes de rugby, cuadrados como armarios,y me pedían la llave para los vestuarios, pues ya estaban allí los dos equipos. Respondí que no la tenía. /¿Y qué hace, entonces, aquí?//Pues, cuido un jardín./ ¿No es, entonces, usted empleado de aquí? (no eran sutiles con el lenguaje)// Sólo soy un profesor de esta universidad que preparo un jardín para los amigos/ /No es posible. ¿Es que no hay cosas mejores que hacer?/,me preguntó. /¿Por ejemplo?/ respondí a la gallega. /Pues curar a alguien/ dijo lleno de su razón. /¿Y no es curar lo mismo que cuidar? Se curan los efectos de un desorden, y se cuidan las causas para que no se produzcan esos efectos/ Entonces, llegó el empleado de los vestuarios con la llave y se marcharon sin volver la vista atrás.
El año pasado, era en lo más duro del verano. No llevaba camisa y caía el sol a plomo. El sombrero de paja me ocultaba el rostro y dos guardias de la universidad entablaron conversación con el jardinero /En espera de que llegue alguno de los jefes de esto/ (tampoco dominaban el lenguaje) /Pues si tienen mucha prisa... a lo mejor llega el presidente/, les dije. /¿Con esta caló? Ni lo sueñe, nos basta con hablar con alguien de aquí/ (el jardinero no era alguien) /Pues si se esperan un momento, ¡va a ser que sí!, digo, que llegará alguien/ Y llegó, claro.
El viernes por la tarde, llegué con mi mujer para descargar casi un centenar de plantas, no pudimos con los sacos de tierra pero los dejamos en el coche para el sábado /Total, le dije, vendrán a ayudarme y será fácil/ /¿Tú crées que vendrán?/ (También es gallega, pero ya son 40 años juntos, /mi costumbre/ como añoraba Unamuno a su esposa/ /Pues, claro, repuse, ya tengo repartidas las tareas, con que cada uno haga algunos alcorques, otros limpien el canal, otros planten los macizos de geranios, y otros las petunias y la hortensia... con que uno remueva la tierra de los lauros, de los romeros y de las adelfas, yo me encargo de segar.../ Valle, a la que todos conocéis del viaje a Marruecos, no dijo nada (ni al llegar a casa a almorzar tuvo necesidad de preguntar nada). A la mañana siguiente, yo estaba segando desde muy temprano y el Khan me dijo: /Si no miraras tanto para la puerta.../ Me mosqueó el Khan pero asumí la realidad y comprendí que era un regalo poder trabajar en silencio. En la mañana del domingo ya me acompañó Dani Pepino al que llamé porque mi espalda no puede hacer los milagros que le atribuyen a Isidro Labrador... y si quería tener el jardín listo para que el lunes lo disfrutaran los taliban de la madrassa de lengua árabe... Además, trabajar con Kim, l'ami de tout le monde es un privilegio y un regalo porque él sí que se fue a Mogador en busca de los jardines secretos... y comprendió que estos suelen florecer en un corazón agradecido. Y es que algunos parecen pensar que los jardines surgen aquí y allá comola selva en los trópicos. Pocas cosas me desazonan más que ver cada mañana cómo dejan los céspedes de la universidad la tarde anterior al celebrar (?) sus fiestas. ¿Será tan difícil recoger los desperdicios? Pero si han escogido esos espacios, que con todo derecho les pertenecen, porque están arreglados y limpios gracias al trabajo de empleados cuyos nombres ignoran. Nosotros autorizamos desde ya y con entusiasmo (en-theos:habitados por un dios)a que nuestros amigos arranquen las hierbas innecesarias de los alcorques ... para que puedan crecer mejor. /A alcorque por barba.../ Valle me llama para desayunar. No diré nada.
Nesemu
¡Venid y gozadlo! Conservad el silencio salvo en los días en que celebremos fiestas. No tenéis que pedir permiso, buscáis un lugar y os sentáis. Os cuento lo que sucedió el sábado por la mañana, repitiendo una escena casi idéntica del año pasado. Yo estaba con botas, pantalón corto y un sombrero de paja segando la hierba. Llegaron dos capitanes de rugby, cuadrados como armarios,y me pedían la llave para los vestuarios, pues ya estaban allí los dos equipos. Respondí que no la tenía. /¿Y qué hace, entonces, aquí?//Pues, cuido un jardín./ ¿No es, entonces, usted empleado de aquí? (no eran sutiles con el lenguaje)// Sólo soy un profesor de esta universidad que preparo un jardín para los amigos/ /No es posible. ¿Es que no hay cosas mejores que hacer?/,me preguntó. /¿Por ejemplo?/ respondí a la gallega. /Pues curar a alguien/ dijo lleno de su razón. /¿Y no es curar lo mismo que cuidar? Se curan los efectos de un desorden, y se cuidan las causas para que no se produzcan esos efectos/ Entonces, llegó el empleado de los vestuarios con la llave y se marcharon sin volver la vista atrás.
El año pasado, era en lo más duro del verano. No llevaba camisa y caía el sol a plomo. El sombrero de paja me ocultaba el rostro y dos guardias de la universidad entablaron conversación con el jardinero /En espera de que llegue alguno de los jefes de esto/ (tampoco dominaban el lenguaje) /Pues si tienen mucha prisa... a lo mejor llega el presidente/, les dije. /¿Con esta caló? Ni lo sueñe, nos basta con hablar con alguien de aquí/ (el jardinero no era alguien) /Pues si se esperan un momento, ¡va a ser que sí!, digo, que llegará alguien/ Y llegó, claro.
El viernes por la tarde, llegué con mi mujer para descargar casi un centenar de plantas, no pudimos con los sacos de tierra pero los dejamos en el coche para el sábado /Total, le dije, vendrán a ayudarme y será fácil/ /¿Tú crées que vendrán?/ (También es gallega, pero ya son 40 años juntos, /mi costumbre/ como añoraba Unamuno a su esposa/ /Pues, claro, repuse, ya tengo repartidas las tareas, con que cada uno haga algunos alcorques, otros limpien el canal, otros planten los macizos de geranios, y otros las petunias y la hortensia... con que uno remueva la tierra de los lauros, de los romeros y de las adelfas, yo me encargo de segar.../ Valle, a la que todos conocéis del viaje a Marruecos, no dijo nada (ni al llegar a casa a almorzar tuvo necesidad de preguntar nada). A la mañana siguiente, yo estaba segando desde muy temprano y el Khan me dijo: /Si no miraras tanto para la puerta.../ Me mosqueó el Khan pero asumí la realidad y comprendí que era un regalo poder trabajar en silencio. En la mañana del domingo ya me acompañó Dani Pepino al que llamé porque mi espalda no puede hacer los milagros que le atribuyen a Isidro Labrador... y si quería tener el jardín listo para que el lunes lo disfrutaran los taliban de la madrassa de lengua árabe... Además, trabajar con Kim, l'ami de tout le monde es un privilegio y un regalo porque él sí que se fue a Mogador en busca de los jardines secretos... y comprendió que estos suelen florecer en un corazón agradecido. Y es que algunos parecen pensar que los jardines surgen aquí y allá comola selva en los trópicos. Pocas cosas me desazonan más que ver cada mañana cómo dejan los céspedes de la universidad la tarde anterior al celebrar (?) sus fiestas. ¿Será tan difícil recoger los desperdicios? Pero si han escogido esos espacios, que con todo derecho les pertenecen, porque están arreglados y limpios gracias al trabajo de empleados cuyos nombres ignoran. Nosotros autorizamos desde ya y con entusiasmo (en-theos:habitados por un dios)a que nuestros amigos arranquen las hierbas innecesarias de los alcorques ... para que puedan crecer mejor. /A alcorque por barba.../ Valle me llama para desayunar. No diré nada.
Nesemu
7 comentarios
Sergio -
De salmorejo, claro, no iba a ser de salchichón.
Rocío -
Una de las comidas más tradicionales de Andalucía es el salmorejo, crema que está hecha a base de tomates, pan, ajo, etc. Es en ésta época cuando más se hace, ya que se sirve fría. Pues cuentan que estando un cocinero preparando algo nuevo que fuese fresquito para aguantar mejor el calor y que no se hiciera pesado dió con esta nueva comida. Pero no sabía como llamarla y en ésto que entró un niño corriendo a la cocina y se metió en la olla. El cocinero gritó: "sal, morejo" y con este nombre se quedó.
Unidos, no. Los mismos.
Nesemu -
Propongo hacer unos carteles que coseremos en cada árbol:
EL JARDIN ES NUESTRO.
DISFRUTEMOSLO:
RECOJAMOS LOS DESPERDICIOS.
N
mariajo -
Sergio -
César -
Fran -
Tagore