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J. C. García Fajardo

Las pequeñas cosas: Falta de tacto

Lamento tener que comenzar esta nueva sección comentando la irresponsabilidad social e institucional que demuestra la Familia Real ante los terribles incendios en Canarias. Pero “arrojar la cara importa, que el espejo no hay porqué”.Los periódicos muestran las fotos de la Reina, la Princesa de Asturias y sus hijas a bordo del yate real. Amplias sonrisas y una falta de tacto que no era la norma en esa familia. Si algo les reconocieron todos fue el saber estar, la discreción y la prudencia. Esta misma prudencia que han observado todos los medios de comunicación ante algunas imprudencias de sus miembros. Tenían derecho a preservar la intimidad de su familia, como cualquier otro ciudadano. Ya verán las revistas del corazón.

Lo mismo que no cesamos de ver al Rey navegando en su nuevo barco Bribón. Igual que Don Felipe.

¿Tendrán que esperar a los entierros de las víctimas de esos incendios para ir a consolar a las familias de las víctimas? No faltará quien sostenga que si el incendio se hubiera producido en las Baleares, ellos se trasladarían a la mansión que tienen en Canarias, “regalo” del rey de Jordania, cuyo padre Hussein recibió todas las facilidades para construir esa enésima mansión real mientras el pueblo jordano, y los palestinos que lo habitan en el exilio impuesto por el Estado de Israel, padecen lo que todos sabemos. Es cierto que el Rey la “cedió” a Patrimonio nacional, así como la titularidad del yate comprado con las aportaciones multimillonarias de un grupo de empresarios mallorquines, sin esperar nada a cambio porque ya se conocen los principios que alumbran al empresariado. Ellos han actuado de acuerdo con su ética, pero uno debe saber qué regalos acepta y de quienes los acepta. También el anterior yate real Fortuna había sido un “regalo” del Rey de Arabia saudita que se deshizo de él por sus enormes gastos, averías y complicaciones sin cuento que se han pagado ya sabemos con qué fondos. El nuevo yate en el que han paseado a familiares de otras casas reales y a amigos personales y socios en negocios privados no le costaron dinero al Rey.  No hay que olvidar que una de las causas de la defenestración del eficaz Jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, fueron sus críticas a esos cruceros con personas que podrían resultar inconvenientes para su prestigio.

Si en mi comentario en “estas cosas pequeñas” he cometido algún error o imprecisión, desde ahora mismo estoy dispuesto a corregirlo, desde el debido respeto a la más alta Institución del Estado, aunque yo creo que debería ser el Parlamento. Eso que decían que nuestra antigua compañera periodista iba a aportar su conocida habilidad para el sentido de la noticia.

 

3 comentarios

Nesemu para Pau -

Ya ves, anónimo amigo, que he cumplido lo escrito al final de mi artículo. Lo que resta de él ¿es una opinión válida o tendremos que someternos todos a algún código que desconozco?
Pau, siempre te he leido con respeto, pero no termino de comprender la razón de el anonimato en los comentarios cuando el responsable del blog actúa a cara descubierta.

Nesemu -

Mi error ha consistido en no atenerme a la regla de oro de todo buen artículo: una idea con guarnición. Esta era la falta de tacto de la Casa Real. ¿Está de acuerdo?
(¿Es cierto o no lo que digo del Fortuna, Sabino etc? Voy a suprimir la alusión al Bribón aunque habría mucho que hablar. Gracias, Pau

pau -

El nuevo Bribón no es propiedad del rey de España, su armador es Josep Cusí, industrial farmacéutico e íntimo amigo del monarca desde antes de su reinado. Dicho barco está parcialmente financiado por la Caixa como sponsor, ya que se utiliza para competir en las mejores regatas internacionales su categoría.
El rey español es uno de los pocos que, cumpliendo la ley, cede los regalos recibidos por ser quien es al patrimonio nacional. Si Felipe y Aznar hubieran hecho lo mismo, hoy no estarían forrados.
Pero bien... lo cortés no quita lo valiente.
Así y todo se debe ir con cuidado, porque una de las premisas para desprestigiar un movimiento, queja pública o denuncia de escándalo, es llenarlas de exageraciones sin fundamento o engañosas, entonces la opinión pública o lector tiende a pensar que si "eso" no es cierto, lo demás tampoco lo es.
Un saludo.