¿Existe la izquierda?
En Italia, después de la rocambolesca experiencia de Silvio Berlusconi con su gobierno de derecha, un gobierno de centro izquierda accederá al poder con Romano Prodi al frente de una frágil coalición.
En Francia, se tambalea el gobierno de derecha que gobierna desde hace once años, cuando Jacques Chirac reemplazó a François Mitterrand.
En Europa, la izquierda está en el poder en doce países sobre los 25 que conforman la Unión Europea: Suecia, Gran Bretaña, España, Portugal, Hungría, Lituania y República Checa. Además, los socialdemócratas participan en gobiernos de coalición dirigidos por la derecha: Alemania, Bélgica, Chipre, Finlandia y Luxemburgo.
El problema que se plantea es si actualmente es tan clara la diferencia entre la izquierda y la derecha que se caracterizaban, sobre todo, por su apuesta por la transformación de los derechos políticos en derechos sociales, en la izquierda, mientras que los partidos de la derecha apostaban por un desarrollo sin fin que confundían con el crecimiento económico. A cualquier precio, pero que siempre pagaban las clases más desfavorecidas ampliando cada vez más la desigualdad a pesar de que disminuyese proporcionalmente el número de los pobres.
Mientras en Europa aún existe una fuerte sensibilidad por los problemas sociales, en Japón, EEUU, Canadá, México y Australia los gobiernos están controlados por la derecha. El aparente fenómeno de un viraje hacia la izquierda en Latinoamérica: en Cuba, Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay, Argentina, Chile y Costa Rica, no deja de presentarse confuso ante la distancia que separa a Chile de Cuba o de Venezuela. Esa brecha es tan grande que no caben simplificaciones que pueden ser derrumbadas por un manotazo de los grandes poderes financieros que, en realidad, deciden la macroeconomía con su reflejo en la política y en la vida social. De hecho, en la IV Cumbre Unión Europea- América latina y Caribe celebrada en Viena, los proyectos de cooperación más significativos se dirigen a los países centroamericanos más próximos a la influencia de EEUU.
De ahí, que sea tan difícil distinguir entre la izquierda y la derecha cuando pensamos que China está gobernada por un partido que se pretende comunista pero cuya política económica no es socialista, Rusia que mantiene al partido comunista en la oposición, o Vietnam en donde su crecimiento económico no se debe precisamente a su pretendido socialismo. O en la mayor democracia del mundo, India, en donde se alternan gobiernos pretendidamente socialistas, Partido del Congreso, o nacionalista hindú, como el BJP.
En el mundo árabe musulmán sería muy difícil calificar de izquierdas o de derechas a los gobiernos de Egipto, Pakistán, Indonesia, Afganistán y otros. En Túnez, Argelia o Marruecos no sería posible distinguir con claridad las promesas electorales de los partidos y su comportamiento posterior cuando conquistan el poder.
Si por lo tanto, esa distinción entre izquierdas y derechas, que tanta importancia tuvo en los siglos XIX y XX y que tanto contribuyó al progreso de la Humanidad, ya no parece servirnos para estudiar sus estructuras de poder, aparentemente democráticas, deberíamos movernos por otros parámetros más fiables y equitativos, como hizo la ONU cuando puso en marcha su Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considerando a éste desde una superficie más amplia y extensa que la del mero crecimiento económico, más humana y justa, más global y solidaria.
De ahí que nos suma en el desconcierto el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU, al haber entrado en su seno dictaduras como Cuba, China, Pakistán, Azerbaiyán o Arabia Saudita. Venezuela no logró entra pero obtuvo 101 votos mientras el despótico Irán se presentó haciendo una defensa de "los más altos niveles de promoción y protección de los derechos humanos".
El nuevo Consejo de Derechos Humanos sólo podrá recuperar el perdido prestigio andar si logra condenar a los Estados violadores de derechos humanos, lo que puede conllevar la suspensión de miembro de la ONU. Pero para eso será necesario el voto de las dos terceras partes de los 191 Estados, algo muy difícil de conseguir.
De ahí que, ante la confusión entre los gobiernos de derechas y de izquierdas, ante la violación sistemática de los derechos humanos, no seamos pocos quienes creamos que en la actualidad, el control de las violaciones de esos derechos fundamentales en el mundo lo realicen con más ONG como Amnistía Internacional o Human Rights y otras Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que muchas de las instituciones políticas que nos hemos dado y que en realidad están controlados y dirigidas por los grande intereses económicos sin corazón y sin patria.
José Carlos Gª Fajardo
18 comentarios
Atenea -
Javier Ibáñez -
Nuestros políticos son ya dudosos representantes y ser de un "bando" o de otro sólo representa una falta de pensamiento. Seamos nosotros mismos, digamos que son para nosotros cosas como la justicia, la política, el medio ambiente, el futuro etc.
Intentemos salir de la opinión general, de lo fácil, ¿izquierda, derecha, centro? tú, yo y todo aquel que quiera opinar.
Juan R. -
Yo no entiendo qué hay de derechas en el Prestige o en la guerra de Irak ni qué hay de izquierdas en el caso Filesa o en el GAL o en cualquier otra corrupción. Las VERDADERAS RAZONES por las que un partido político en la actualidad pierde el poder NO SON RAZONES EN NINGÚN CASO IDEOLÓGICAS.
Nadie pierde ni gana el gobierno por medidas como el matrimonio homosexual(que, por cierto, no es una medida socialista como esencia) o mejor dicho, por la adopción por parte de las parejas homosexuales, que es la única diferencia entre las propuestas de ambos partidos(a parte del nombre MATRIMONIO, que es lo de menos y lo de más...pero no diferencia una política).
No existen medidas de izquierdas o de derechas, existen partidos que se llaman de izquierdas o que se llaman de derechas y que toman decisiones, nada más. No tiene sentido ninguno que un partido de izquierdas(así se denominan) acepte que con el Estatut, Extremadura pase de percibir el 2,5% del PIB al 1,8% mientras que Cataluña aumente del 19,6% al 20,5%. Si la izquierda se trata de igualar oportunidades(ya que el comunismo y la igualdad de bienes en vez de oportunidades, como ha dicho Nacho M. es un fracaso), la política realizada en este caso no hace más que diferenciarlo. Es intolerable, a mi modo de ver, que dos de las comunidades autónomas más socialistas y más pobres de España pierdan dinero(que lo necesitan y mucho) en detrimento de otras más ricas. Por mucho que la izquierda monopolice la justicia y la igualdad, esta medida no es ni de izquierdas ni de derechas, es simplemente injusto.
Estoy también de acuerdo con Nacho M. en que ahora mismo la gente es sumisa a lo que diga el partido que votó. Es un fanatismo sólo comparable a lo que ocurre en los campos de futbol: te cuesta mucho más ver un penalty en el área de tu equipo que verlo en el área del equipo contrario. Es un problema de identificación, la gente se identifica con un partido político y debe luchar por lo que éste hace aunque sea descabellado.
Así que no existe ni izquierdas ni derechas, sino PP-PSOE...Madrid-Barca al fin y al cabo.
(nótese una estupidez: el declive del Real Madrid comenzó al mismo tiempo que el del PP)
Nacho M. -
Las promesas electorales que se dijeron, ¿a qué ideología pertenecen? Uhhmm.. Pues claro que hay diferencias, pero no son ideológicas, no son más que una serie de intentos de acabar con el de enfrente para imponer el pensamiento único, olvidandose de la ideología, y por supuesto, del ciudadano. El problema es que en España, la oligarquía gobernante lo hace de tal manera que la población permanece sumisa, se aferra un partido y no se suelta. Yo creo que si ahora mismo el PSOE o el PP, indistintamente, proponen una burrada, sus seguidores le siguen obedeciendo y los que obedecen al otro partido se llevan las manos a la cabeza. ¡Pero es que es tan predecible que sabes de antemano lo que va a pasar! Piensalo, si la baza electoral del PSOE fueron una guerra y el naufragio de un barco, (aplicable a todo partido) ya me dirás que disputa ideológica es esa, si no es más que una campaña de desprestigio.
El usar el insulto como argumento nunca llegó a convencerme, pero vamos que hay gente para todo. "Facha", "Rojo"... me dirás que esas palabras ahora van carentes de toda ideología y no son términos que lo único que connotan es desprecio. No creo, creo que, a veces, no se sabe muy bien que decir, y se recurre a eso. Además, queda muy sectario, ¿no crees?
Y bueno, del tema de la Iglesia no me enterado, ya que descarto que hayas sacado las cosas de contexto. ¿La religión es una cuestión de fe, claro... ¿pero no lo es también la ideología? ¡Pero es que si estudias nociones basicas de física moderna te darás cuenta que hasta la ciencia es una cuestión de fe! ¿Qué argumento es ese entonces para decir que el hombre de fe no puede intervenir en política, si es un hombre también, con los mismos derechos que tu y que yo, y que, como vivimos en un país democrático tienen derecho a estar representados en el Parlamento?¿Quien te ha dicho que el catolicismo el la religión oficial del Estado? Si en España hay más castaños que rubios, ¿es el castaño el color de pelo ofical del Estado? Si hay más colegios cristianos, ¿no será porque el pueblo los quiere, y así lo ha elegido? Y me dirás: pero yo no soy católico y no quiero pagarlo. Pues es un punto de vista oye, pero no olvides que yo no estudio periodismo y pago la facultad, y que nunca he conducido por la autovía de Vigo, y también la he pagado, así que esa es la pega del sistema de impuestos, cuya ausencia tan duramente se critica en, por ejemplo, EEUU. Si existe una mayoría cristiana, la democracia dice que tendrán el mismo derecho a decidir que tú (el mismo, ni más ni menos, en la proporciones que indican las leyes electorales). De todas formas no tengo muy claro el por qué de tantos odios, así que será un gusto que tranquilamente me lo expliques...
Un saludo!
Rodrigo Martín Ergoyena -
felicitas -
Estoy contigo mocito.
Jorge P. -
Jarkoe -
mocito -
Andrés -
A lo largo de la Historia se han desarrollado buenas y malas acciones, pero no por parte de la izquierda o la derecha, sino por personas que se decían de un bando. Siempre han sido personas. Creamos entonces en la condición humana para salvarnos. Mientras no lo reconozcan muchos, quizá demasiados, estamos perdidos.
Aleph -
Noelia -
Gem -
Muñoz -
Nacho M. -
Estoy de acuerdo 80% contigo en el asunto eclesial. Creo, sinceramente, que a Jesucristo no le gustría nada que la Iglesia se afine a la derecha, pero también es necesario saber distinguir entre Iglesia y cristianismo, que, por culpa de los hombres, está ideológicamente separado. Pero no estoy de acuerdo en lo que dices sobre la separación Iglesia-Estado. Si dices que no se han separado porque los pensamientos cristianos influyen en nuestro sistema, no estoy de acuerdo. Croe que un liberal querrá tener como representante a un liberal, un socialista a un socialista, un comunista a un comunista... y un cristiano a un democristiano. Si sus ideas son esas votarán lo que ellos quieren, es la esencia pura de la democracia y es, en mi opinión, algo bueno. No tiene nada que ver con el siglo XV en el que había una religión impuesta. Creo que la democracia se basa en la libertad, y que el cristiano quiera tener democristianos en el poder forma parte del uso de esa libertad, la misma que yo uso para que me represente una persona que se aproxime lo máximo posible a mis ideas. No te entiendo, me haces suponer que querrías que tu forma de pensar fuese impuesta, yo prefiero que haya diversidad ideológica, es la únca forma de que haya equilibrio, y todos me parecen necesarios e igualmente respetables. Sí, sí, hasta la ideología de la Iglesia. Supongo que no querías decir eso, pero con mi gran ignorancia es lo que he llegado a entender. Como dijo Voltaire. "No estaré de acuerdo con lo que dices, pero daré la vida por tu derecho a expresarlo"
Un saludo
Martín Ergoyena -
Fajar -
Nacho M. -
La derecha, ideología que comenzó a fraguarse por la clase burguesa en La Ilustración, proponía una situación de mayor libertad de mercado y menor control estatal del ciudadano.
En los dos siglos pasados, la izquierda emergió para combatir 'el problema obrero', como ideología que pretendía homogeneizar los bienes, es decir, un control estatal de los bienes de producción (socialismo) o de todos los bienes (comunismo).
¿Cuál es el problema? Que esa izquierda, al tratar de homogeneizar los bienes a toda la nación, olvidó dos cosas: la justicia, es decir, que una persona que, con su esfuerzo, estudio y capacidad de trabajo, aportaba mucho a la sociedad, tenía la misma recompensa que el que no aportaba nada, y se dedica, por ejemplo, a estar en el bar sin hacer nada productivo para la sociedad. Y el segundo descuido, derivado del anterior, es la desmoralización del trabajador, con que era prácticamente imposible generar los productos necesarios para el bienestar de la sociedad.
Relamente, creo, el verdadero comunismo no se aplicó más que en comunas de pocos integrantes. La URSS, China y Cuba hoy en día, tienden a privatizar porque es difícil de sostener un país de otro modo.
Los socialismos que, como dice el texto del profesor Fajardo, gobiernan hoy en día países como Suecia, Gran Bretaña, España, Portugal, Hungría, Lituania y República Checa, no son más que partidos, a mi modo de ver, de derechas que dicen ser de izquierdas.
El PSOE, que tenemos muy al alcance todos, no me parece más que un partido que cumple los requisitos de la derecha. Todo, o prácticamente todo, es privado, existe poco control del Estado sobre el individuo, permite opar con total libertad... Su diferencia con el PP, si nos fijamos, es mínima, consiste en un par de ayudas sociales más (aunque el PP no ha descuidado esto), la afinidad a la Iglesia, y poco más, aunque en los periódicos se le quiera dar una diferencia abismal. Son diferencias, más que nada, dialécticas, consisten en peleas más que nada. Muy distinto es, por ejemplo, IU, que es la única izquierda, a efectos prácticos, del país.
Como conclusión decir que siempre me extrañó que la Iglesia fuera afín a la derecha, cuando el cristianismo es la esencia pura de la ideología de izquierdas. Incluso, va más allá, su esencia es compartir, tanto bienes como sentimientos.
Creo que un país se puede levantar de la pobreza mendiante la generosidad, y no me refiero a dar dinero. me refiero a que allí se construyan infraestructuras, y, sobre todo, se les eduque y se les enseñe técnica y tecnología. Sin embargo, me parece que la decisión sobre la generosidad pertenece a cada persona, y nunca imponerlo como norma general del Estado, nunca obligar, porque es así como se destruye la libertad.