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J. C. García Fajardo

Retazos de la Luna Azul 025: Para ser exactos

(Por favor, no tratéis de comprenderlo. Los cuentos son asi, llenos de sabiduría... la de lsolocos, la de los niños, la de los limpios de corazón. Nesemu)

Ya se acercaban los tiempos serenos del otoño y el Maestro hablaba de subir a la montaña para visitar al anciano sabio que tanto le había ayudado en su formación y crecimiento. Quería hacerlo antes de que bajasen las nieves, y Sergei intuyó algo porque lo encontró una mañana reparando un viejo reloj de viento.
- Maestro, ¿vamos a viajar a algún sitio?, - preguntó ante la mirada atenta de Ting Chang que revisaba la pata de un ave herida.
- ¿Vamos?, – preguntó sin volver la cara el Maestro.
- ¿No creerás que vamos a dejarte viajar solo? Nosotros te acompañaremos para atenderte y no molestaremos nada durante tu encuentro con tu Maestro.
- Sergei, eres un poco más resabiado que el asno del Mulá. Cada cosa tiene su tiempo y tú no deberías andar escuchando mis conversaciones con el Abad.
- ¡Maestro, si yo sólo andaba por allí atento a tus necesidades! Por supuesto que no hay que preocuparse. Como tú dices, el tiempo no existe, lo hacemos y para medirlo existen los relojes.
- Ay, Sergei, Sergei, ¡tan cerca y tan lejos! -, respondió con afecto el Maestro -. A propósito de relojes. El del Mulá nunca daba la hora exacta y su amigo Wali le dijo un día “Mulá, ¿para qué te sirve tu reloj si nunca funciona bien? Deberías hacer cualquier cosa con él, mejor que tenerlo así". El Mulá lo escuchó en silencio. Después, cogió un martillo y golpeó con fuerza el reloj patatero que le había regalado su abuelo. “¡Ya está! Ahora ya está parado y no fallará”. “Pero, ¿cómo eres capaz de decir que ahora dará mejor la hora? Mulá, ¡no hay quien te entienda!”. “Escucha, Wali, antes nunca daba bien la hora. Ahora la dará exacta, al menos, dos veces al día. ¿Estás contento?”
 

José Carlos Gª Fajardo

 

13 comentarios

Diego Ochoa -

¿Como sería el mundo si no tuviéramos agobios por llegar tarde, si no estuviéramos preocupados por la puntalidad y caminásemos por la vida sin pausa pero sin prisa (como dice la canción) o si nos quitáramos la cadena sin candado que supone el control del tiempo?
¿Estaríamos perdidos, desorientados, o por el contrario felices por evitar la sensación de la falta de tiempo y la rutina de todos los días?

Maria -

Perdemos el tiempo pensando sólo en el fin que pretendemos. No nos damos cuenta que perdemos la vida porque ningun fin alcanzaremos, porque siempre buscaremos uno nuevo. La persona feliz se diferencia de la que no lo es porque aprende a disfrutar del camino que le lleva a ese "fin".
La vida es como granos de arena que llevamos en nuestras manos, intentamos que no se escape apretandola, y no nos fijamos en el masaje que se produce mientras se escapa, porque tarde o temprano las manos se quedarán vacías.

Mariola -

Ojalá, pudiéramos hacer todos como el Mulá, y deshacernos de tantas dependencias que tenemos en la vida, el reloj es una de ellas, es el que marca muchas veces la duración de nuestros actos.

Cristina -

El Mulé será su propio reloj, pues no hay mejor guía del tiempo que uno mismo, además en cierto modo, los relojes son un objeto que nos privan de libertad, pues siempre tenemos que vivir actuando según un horario, dejemos las rutinas para aquellos que las deseen y sigamos nosotros marcándonos el tiempo de cada cosa o por lo menos intentándolo.

Juanjo Madrigal -

El Mulá supo hacer de Cronos su aliado, en un reloj de viento, halló su libertad. ¿Seremos capaces nosotros de lograrlo algún día?

SEVILLANO -

¿Qué es el tiempo realmente? aquello que se nos va y no podemos controlar, al menos el Mulá tendrá esas dos horas fijas para retener y alargar como le apetezca.

Pérez S. -

La hora no es más que nuestra propia hora, nuestra única y exclusiva hora, individual, la que mide nuestros propios momentos, solamente nuestros y de nadie más, y no tiene importancia cual sea la que deben de macar los relojes, cuando en realidad, ese mismo punto del día puede significar múltiples aspectos diferentes en las distintas personas del mundo que están viviendo esa hora, minuto y segundo de su vida. Y es que cada persona es un mundo, y cada uno de estos tiene una consideración completamente diferente respecto a las manecillas de su reloj; la hora del descanso, la del almuerzo, la de entrar a trabajar, la de salir de viaje, la de dormir, la de explotar, la de ser explotado, la de mendigar, la de dar, la de prestar, la de ser ejecutado… ¡todo en el mismo instante! un simple momento lleno de situaciones diferentes.
Es casi la una de la madrugada, ¿es la hora de dormir o la de recoger la basura?

Raquel C.M. -

Al menos ahora dará la hora exacta dos veces al día... es increíble este Mulá.

Jarkoe -

Cuidado con el tiempo: puede escapar en tan sólo un seg...seg...no recuerdo como se decía... Siiiiiii! He conseguido atraparlo, y resulta que tiene millones de manecillas, y, sobre todo, mucha más vida... Fdo: un amigo de Kairos.

Belén -

"Deberías hacer cualquier cosa con él, mejor que tenerlo así"
¿Porqué?

beatriz martinez -

Siempre consigue sorprenderme el Mulá, en donde todos vemos lo negativo el se empeña en resaltar lo positivo de la cuestión. Deberíamos aprender a ver la vida como solo él sabe hacerlo.

Estrada -

No todo lo que tenemos o hacemos tiene que buscar un fin, simplemente es así porque nos apetece.

Bealma -

Entonces ha tenido suerte de que las manecillas no hayan salido volando...

¿El reloj de viento es quizás un medidor del tiempo donde las manecillas "salen volando"?