Inmigración a la carta: Los más inteligentes primero
Sólo los extranjeros con un fuerte potencial de inteligencia, de preparación y de capacidad de trabajo serán desde ahora admitidos como inmigrantes en Francia. De acuerdo con el anteproyecto de ley del Ministro del Interior Sarkozy, se endurecen las condiciones de estancia para extranjeros y se hace un llamamiento a la fuga de cerebros de los jóvenes mejor preparados de los países del Sur, sobre todo, de aquellos que ya cursan sus estudios en Francia. Lo que era una práctica positiva para la preparación de los jóvenes africanos en las antiguas metrópolis con el fin de modernizar las naciones emergentes, se ha convertido en una trampa mortal ante el declive de los jóvenes franceses necesarios para asegurar el cambio en los puestos de trabajo y de enseñanza. Esta ausencia de recambio se debe a la crisis demográfica y también a una indolencia de muchos jóvenes en una sociedad consumista, hedonista y responsable de la caída de los valores, del esfuerzo y de la ilusión necesarios para integrarse en una empresa social común y solidaria. Con enorme torpeza se les ha hecho creer que tienen derecho a todo sin esfuerzo alguno, a contestar la autoridad de sus profesores y que pretenden sustraerse a las exigencias de una sociedad bien organizada. En la sombra, acechan unos padres obsesionados por el sofisma de que “cuanto más, mejor” y de que sus hijos deben crecer en una burbuja del máximo confort con la menor exigencia personal posibles, aunque les conduzca a un autismo y a una pobreza mental desintegradores.
El nuevo título de residencia se entregará sólo “a los extranjeros capaces de participar, por sus capacidades y talentos, de manera significativa y duradera en el desarrollo de la economía francesa y en el esplendor de Francia en el mundo o que contribuya al desarrollo de su país de origen”. Su duración será de tres años renovables. Se trata de una forma explícita de atraer una mano de obra extranjera cualificada para suplir las carencias francesas. El primer ministro Villepin no ha vacilado en respaldar esa iniciativa para activar el paso de una inmigración “padecida” a una inmigración “seleccionada”. Lo podrán decir más alto pero no más claro.
En primer lugar, se dirigen a los estudiantes extranjeros en Francia y a otros previamente seleccionados en sus países de origen mediante unas campañas de captación bien organizadas. A los titulados en Francia se les permite ampliar su residencia en el país durante seis meses para facilitarles la búsqueda de trabajo.
Otra regla que va a transformar lo establecido se refiere al reagrupamiento familiar que distinguirá entre los “talentos comprobados”, que podrán hacer venir a su familia al cabo de seis meses, mientras que para los otros el plazo se alarga hasta los dieciocho meses. Asimismo, todos deberán justificar recursos suficientes y disponer de un alojamiento digno “que permita la inserción”. El problema radica en quiénes y cómo establecen los requisitos de selección. Podrán convertirse en arbitrarios y excluyentes, injustos e inhumanos, como en su día lo fueron para seleccionar a la mano de obra africana según su fuerza muscular, el estado de sus dientes, la ausencia de defectos físicos y la integridad de su aparato productor. Mientras que para las mujeres se prefería que ya fueran embarcadas cuando estaban embarazadas para así amortizar mejor los riesgos y costes del viaje en aquellos horrendos barcos de los tratantes de esclavos.
También regula las uniones entre franceses y extranjeros para evitar los “matrimonios blancos” realizados para facilitar la residencia. Por último, se exigirá un dominio suficiente de la lengua francesa lo cual será de gran importancia para los inmigrantes que no procedan del África francófona, como los latinoamericanos.
Otro punto que ha sublevado por su rigor a las asociaciones de residentes es la restricción en la admisión de extranjeros enfermos. El citado anteproyecto establece que sólo los extranjeros que lleven un año de residencia en Francia tendrán derecho a “cuidados urgentes cuya ausencia entrañaría riesgo de muerte”. Uno de los logros más significativos del Estado de bienestar, junto con las pensiones y la educación, como son los cuidados sanitarios para todos los residentes en el territorio nacional, con independencia de su estatus legal, se pondría por esta ley fuera de un auténtico estado de derecho. Una auténtica regresión de los derechos sociales conquistados.
El Presidente de la Comisión de la Unión africana, Alpa Oumar Konaré, ha denunciado esta discriminación a la que no vacila en calificar de “trata de cerebros” que significaría “un rechazo al derecho al desarrollo de los pueblos de África”, como en su día lo fue la “trata de esclavos” seleccionados en virtud de su fuerza física.
José Carlos Gª Fajardo
El nuevo título de residencia se entregará sólo “a los extranjeros capaces de participar, por sus capacidades y talentos, de manera significativa y duradera en el desarrollo de la economía francesa y en el esplendor de Francia en el mundo o que contribuya al desarrollo de su país de origen”. Su duración será de tres años renovables. Se trata de una forma explícita de atraer una mano de obra extranjera cualificada para suplir las carencias francesas. El primer ministro Villepin no ha vacilado en respaldar esa iniciativa para activar el paso de una inmigración “padecida” a una inmigración “seleccionada”. Lo podrán decir más alto pero no más claro.
En primer lugar, se dirigen a los estudiantes extranjeros en Francia y a otros previamente seleccionados en sus países de origen mediante unas campañas de captación bien organizadas. A los titulados en Francia se les permite ampliar su residencia en el país durante seis meses para facilitarles la búsqueda de trabajo.
Otra regla que va a transformar lo establecido se refiere al reagrupamiento familiar que distinguirá entre los “talentos comprobados”, que podrán hacer venir a su familia al cabo de seis meses, mientras que para los otros el plazo se alarga hasta los dieciocho meses. Asimismo, todos deberán justificar recursos suficientes y disponer de un alojamiento digno “que permita la inserción”. El problema radica en quiénes y cómo establecen los requisitos de selección. Podrán convertirse en arbitrarios y excluyentes, injustos e inhumanos, como en su día lo fueron para seleccionar a la mano de obra africana según su fuerza muscular, el estado de sus dientes, la ausencia de defectos físicos y la integridad de su aparato productor. Mientras que para las mujeres se prefería que ya fueran embarcadas cuando estaban embarazadas para así amortizar mejor los riesgos y costes del viaje en aquellos horrendos barcos de los tratantes de esclavos.
También regula las uniones entre franceses y extranjeros para evitar los “matrimonios blancos” realizados para facilitar la residencia. Por último, se exigirá un dominio suficiente de la lengua francesa lo cual será de gran importancia para los inmigrantes que no procedan del África francófona, como los latinoamericanos.
Otro punto que ha sublevado por su rigor a las asociaciones de residentes es la restricción en la admisión de extranjeros enfermos. El citado anteproyecto establece que sólo los extranjeros que lleven un año de residencia en Francia tendrán derecho a “cuidados urgentes cuya ausencia entrañaría riesgo de muerte”. Uno de los logros más significativos del Estado de bienestar, junto con las pensiones y la educación, como son los cuidados sanitarios para todos los residentes en el territorio nacional, con independencia de su estatus legal, se pondría por esta ley fuera de un auténtico estado de derecho. Una auténtica regresión de los derechos sociales conquistados.
El Presidente de la Comisión de la Unión africana, Alpa Oumar Konaré, ha denunciado esta discriminación a la que no vacila en calificar de “trata de cerebros” que significaría “un rechazo al derecho al desarrollo de los pueblos de África”, como en su día lo fue la “trata de esclavos” seleccionados en virtud de su fuerza física.
José Carlos Gª Fajardo
24 comentarios
Jam -
Susana -
Iván -
Javier Mínguez -
Creo que este anteproyecto de ley es reflejo de hacia donde va la sociedad occidental: el retraso de las libertades y los derechos elementales y un vacío de la democracia de manera solapada y desconocida por la mayoría de la sociedad. Como nos asedian con gran cantidad de programas de tv, música, comida y reclamos de cualquier índole a los que les va perfecto el apelativo "basura", nadie se acuerda y muchomenos se preocupa por lo que realmente es importante. Vivimos en un mar de confusión, de declaraciones políticas dignas de una reyerta de preescolares en el recreo, y tras toda esta inútil disputa se esconde el verdadero cáncer de nuestra sociedad: el expolio de lo que realmente es importante (la educación, la sanidad, el trabajo,...).
Y la verdad que la maniobra de distracción la están ejecutando magistralmente con la gente joven, a la que nos meten por los ojos millones de reclamos a los que no podemos escapar. Así nos quieren convertir en zombis consumidores, una horda de descerebrados que simplemente compren y que no sean capaces de no estar conformes, que no sepan protestar, que no sean capaces de encabezar revoluciones ni de exigir cambios. De nosotros depende no poner de nuestra parte, presentar batalla y decir "¡no, no queremos ser lo que vosotros queréis que seamos sin luchar!"
Sonia Sanz -
Noelia -
Patricia Palacios -
Patricia -
Andrés -
¿Os suena de algo? jejeje!. Cada dúia un poco más cansado de ser hombre, y estio no acaba. Lo preocupante es que aumenta.
Esconderos en casa y taparos con mascarillas, que la subnormalidad de Bush parece contagiosa.
rocoli -
No logro encontrar diferencia alguna entre esta frase y la definición de un tornillo.
Es extraño, hablamos de terrorismos, integrismos y nacionalismos que causan víctimas sin caer en la cuenta de que el mecanismo más genocida actualmente es el Primer Mundo: toma como base los derechos del hombre y en lugar de levantarlos sobre un plano social lo hace sobre uno mercantil, y lo que se encarna en semejante conjunción no es un ciudadano, sino algo ajeno a la humanidad que han tenido la desfachatez de llamar recurso humano. No le hacen falta hornos de limpieza étnica, le basta con controlar las Bolsas del mercado y amurallar ese trozo ínfimo de tierra donde aún nos creemos la inmaculada coincidencia de nuestra realidad con las exigencias del Derecho hasta tal punto que aún hablamos de Estado del bienestar; además no le serían suficientes, porque ya no es que sobren 6 millones de judíos, gitanos y comunistas, sino el 80% de la población mundial.
Yo en este blog he descubierto que hablar del mundo es más inofensivo y prudente que habitarlo.
Isabel Muñoz -
En lugar de buscar el mayor bienestar posible buscamos una vida denigrante para el inmigrante, que sin embargo está mejor preparado que el francés. ¿Adónde vamos a llegar? Al odio. Hitler se escudaba en la inteligencia judía que habñia conseguido llegar a grandes puestos para decir a su sociedad lo que los alemanes habían perdido en manos judías.
Todo lleva al odio. AL "negro" (perdonen si no utilizo el eufemismo pero me parece más discriminatorio decir "prsona de color")le odiarán por tener mejores trabajos que aquellos que han sido educados en un sistema de bienestar en el que no han tenido que hacer nada para ganar todo. El blanco será odiado por tener más derechos habiendo trabajado la mitad. Y este artículo no habla de los sueldos, pero me atrevería a decir que esos inmigrantes que han estudiado ganarán la mitad que los que sean blancos y franceses.
¿Adonde vamos a llegar? Me atormenta pensarlo.
laura suárez -
¿acaso los inmigrantes tienen que pasar por esta criba estúpida sólo porque Francia es una gran potencia?
verdaderamante, ami se me caería la cara de vergÜenza¡
con esto que va a conseguir? nada.
que los franceses se sientan avergonzados de pertenecer a un país clasista y que revive los años pasados sólo porque carecen de recursos y no saben que hacer.
Belén -
Martín Ergoyena -
enovilla -
Sonia Martínez -
Ruth Pilar -
Jarkoe -
DANIEL -
Escila -
Estrada -
Y por otra parte, ¿cómo son capaces de no asistir a los que no llevan un año en el país o están enfermos de gravedad? Son personas ¡Que no tengan dinero, no significa que no sean seres humanos!
Alejandra Requena -
En cuanto a la elección de los inmigrantes para los puestos de trabajo me parece una mala imitacion de la antigua teoría de la selección natural, por la que sólo sobrevivían aquellos capaces de defenderse en el medio natural.
Es más, si lo que pretenden es que los grandes cerebros del sur emigren, sus países de procedencia siempre necesitaran de los otros países para desarrollarse.
María Martínez - Cimoril -
Para ser consecuentes, lo primero de todo deberían construir colegios públicos en los países menos desarrollados. Con ellos podrían educar sin discriminar a todos los jóvenes. Pero no por ello dejaría de ser una anteproyecto de ley de lo más primitiva y discriminatoria.
No qué conocimiento de la realidad tienen en el Gobierno francés, pero desde luego, no se acerca mucho a lo que es la realidad de los emigrantes.
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