Blogia
J. C. García Fajardo

Retazos de Sergei 092: No retener

- Maestro, - le dijo un día algo preocupado Sergei, mientras caminaban por la ribera del río -. Perdona mi atrevimiento pero...
- No te preocupes, liebre mongólica, en el mejor sentido, claro. ¡Suelta lo que sea, porque, al fin y al cabo, no podrás contener la sergiada.
- No, si ya sabía yo que, al final, queriendo hacer el bien y consolarte, me la gano siempre, - dijo como para sus adentros el aprendiz de discípulo.
- ¿Consolarme, Sergei? – le preguntó sereno el Maestro.
- Verás, yo sé que tus mejores discípulos viven en el monasterio. Los vas formando desde jóvenes, sigues su evolución, padeces y disfrutas con sus progresos y conduces a cada uno de acuerdo con la naturaleza de su karma.
- Es cierto. Esa es la misión que me ha encomendado el Abad de este gran centro. Y le estoy muy agradecido porque, a mis años, me ha permitido habitar en este rincón de la huerta, junto al río. ¡Y hasta me ha proporcionado un asistente!, - respondió con una sonrisa pero temiendo que el rapaz siguiera por ese camino -.
- Pero, al final, ¡todos se van marchando! Hasta los más queridos por ti. Y algunos, y a pesar de que tú todavía no los has visto maduros, pero por el afán de cambiar.
- Escucha esto que, al parecer, le sucedió al Nasrudín Hojda, del que muchos se ríen por sus aparentes disparates, cuando se trata de un auténtico maestro sufí. No es buena señal para un maestro espiritual el que sus discípulos permanezcan siempre sentados a sus pies.
- Escucho, oh Luz que Ilumina, ¡pero ya te has vuelto a escapar por la tangente! -, exclamó Sergei -.
- ¡Para eso están, Sergei, para eso están! Si siempre fueran secantes no podríamos crecer cada uno según nuestro anhelo. Pero escucha, gran melón, escucha:
Cuando Nasrudín llegó a China, reunió un buen número de discípulos a los que preparó para alcanzar la iluminación por el sabio camino de los místicos la tradición lo recuerda bajo el nombre de Afanti. Tan pronto como la alcanzaron, los discípulos se dispersaron. Y el Mulá bendijo a Alá porque había escuchado sus ruegos.

 

José Carlos Gª Fajardo


11 comentarios

Mariola -

Serán muchas las ocasiones en las que nos topemos con grandes maestros, pero nosotros hemos de aprovechar su sabiduría y tenerla como guía en nuestro camino,pero hemos de ser nosotros los que hemos de andar el camino.

Javier Mínguez -

El camino de los sabios nos sirve para comenzar el nuestro, nopara tomarlo y hacerlo nuestro, sino para pisar con decisión el comienzo del sendero propio. Me preocupa que hoy en día haya cada vez menos sabios, menos personas dignas de ser llamadas maestros, y los pocos que hay cada vez se les escucha menos. Van muriéndose, y no aparecen nuevos sabios.

Jam -

Como dice Miriam, nos encontraremos con multitud de maestros a lo largo de nuestro periplo. Lo que hay que hacer es coger de ellos lo realmente interesante y saber escapar de él a tiempo. No creo que sea bueno pasarse en el afán por aprender de alguien. Pero se nos olvida que también en algún momento seremos nosotros maestros para otros. Debemos entonces darnos cuenta de ello y transmitir lo que a esa persona o personas le ayude a realizarse.

Sergei -

¿Quién guarda algo? ¡Que lo suelte y siga su camio!

Por cierto, he de protestar por lo de \'gran melón\'. Pobre Sergei. Sólo quiere aprender lo que ya sabe.

Miriam -

Siempre vamos a tener maestros a lo largo de nuestra vida. Cuando tengamos que aprender algo nuevo, siempre habrá alguien que nos enseñará. Cuando lo hayamos aprendido, dejaremos a este maestro, para más adelante comenzar con otro nuevo. Hay que saber, cuando tenemos que despegarnos de un buen mentor, para aplicar en la vida lo que nos ha enseñado. Sin embargo, separarnos de él, no significa que nos separemos de lo que nos ha enseñado.

Anónimo -

Siempre vamos a tener maestros a lo largo de nuestra vida. Cuando tengamos que aprender algo nuevo, siempre habrá alguien que nos enseñará. Cuando lo hayamos aprendido, dejaremos a este maestro, para más adelante comenzar con otro nuevo. Hay que saber, cuando tenemos que despegarnos de un buen mentor, para aplicar en la vida lo que nos ha enseñado. Sin embargo, separarnos de él, no significa que nos separemos de lo que nos ha enseñado.

Paloma -

Siempre está bien tener una referencia en esta vida. Pero, no nos debemos confundir queriendo copiar y hacer lo que creemos que habría hecho nuestro referente. Sería, simplemente, como querer sustituirle y ahí estaría nuestro fracaso.

ÁNGEL M.M. -

Un maestro es fuente de sabiduría y experiencia pero hay otras cualidades que el definen como la paciencia y la elocuencia...
No creo que haya un momento para abandonar al maestro, él siempre puede enseñarnos algo.

Escila -

El eterno discípulo es el que no ha aprendido nada. La constante adoración por el que creemos superior sólo resta valor a nuestras facultades. Eso no quita que seamos respetuosos, aunque también debemos serlo con cualquiera que lo sea con nosotros, sepa o no sepa.
Es como el padre que admiraba tanto al suyo que siempre contaba sus hazañas a sus hijos olvidándose que éstos también anhelaban tener un padre del que enorgullecerse.

Anahi -

El Maestro nos enseña, explica, ayuda.. nos abre un camino, luego depende de nosotros cómo seguirlo. Pero el Maestro no puede estar siempre con nosotros, debemos salir a volar, aprender de nuestros errores, seguir nuestros criterios.
Sólo saliendo a volver encontraremos el camino que queremos seguir.

Santiago C. -

No se si es la lectura correcta,pero es una de las que me vienen a la cabeza.
Voy a llevar este cuento de Sergei a la vida diaria, a la que vivimos todos los dias.
Todos tenemos personas a las que nos juntamos, de las cuales dependemos en muchos momentos o en las que nos apoyamos en muchas ocasiones para aprender.
Un ejemplo pueden ser nuestros padres. Pueden hacer la función de maestros ante la vida, y mostrarnos los caminos que tenemos. Luego cada uno, marcado por sus vivencias y su forma de ser, se irá encaminando por uno y otro camino.
La función de un maestro es fundamental.