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J. C. García Fajardo

Regla 16. Competir en momentos de diversión, durante el trabajo o en la vida en pareja, es el camino más seguro para agotarse y perder la mejor parte.

Muchos confunden ser competente, en cualquier orden de la vida, con necesitar siempre de un contrario con el que competir para afirmarse en su insegura existencia.
Competir noblemente sin olvidar que se trata de un juego, forma parte del entrenamiento de la vida. No gozarse con los logros y alegrías de los demás es tan poco deportivo como valiente.
¿No te alegran los éxitos de tus amigos? ¿No sientes que forman parte de algo que compartes con quienes son como alas de un mismo vuelo? ¿Pueden sentir los padres celos de los éxitos de los hijos? ¿No se enorgullece uno como aquel caballero que le dijo al Cid: 'Si no vencí reyes moros, mio Cid, engendré quien los venciese'?
¿Acaso la amistad no es una forma de proximidad, y ésta semilla que engendra amor, como escribió Aristóteles?
Si es difícil saber perder ante los compañeros, todavía lo es más saber ganar sin altanería ni falsas modestías. Una vez terminados los juegos y las pruebas, se comentan los lances saboreándolos sin importar quién o quiénes fueron los autores de los mismos. La victoria que no supera el triunfo y se convierte en 'éxito' para todos producirá resentimiento, vacío y ansias de sutiles venganzas. Por eso, escribió el Maestro R. Panikkar: 'la victoria nunca trae la paz porque engendra venganza' ¡Lo que importa es compartir el éxito: sacar lo mejor de cada uno y saber mirar juntos en la misma dirección.
A veces, durante las conferencias, veo caras de perplejidad cuando afirmo que 'existe algo mejor que hacer el Bien'
'¿Lo imaginan?', pregunto. Nadie se atreve a responder hasta que con una inmensa sonrisa les espero: '¡Ayudar a que otros lo hagan! (Entre otras cosas se aleja la vana-gloria).

Nesemu

7 comentarios

Nesemu -

Nesemu:
Estamos en el camino. No nos ocupa Salsa rosa, ni Rajoy ni siquiera Bush...Se trata de 'sabernos', de ser en plenitud asumiendo el riesgo de 'ser lo que no somos', como Hegel adaptó de lo más profundo del pensamiento oriental. Aquí sólo unas letras para dar un abrazo de bienvenida a Nimba, halcón que vuela alto y siente hondo. Para decirle a Tano: antes de la plenitud es preciso experienciar el 'vaciamiento'. Estás en esa faso de 'perdido': te llevo tatuado en la palma de mi mano, descubrí tu luz entre la multitud e hicimos juntos cientos de millas hasta las dunas de Mersuga (que había erigido yo la víspera para acogeros, no lo cuentes por ahí... ya sabes)
David... ¿sabe algo la garza en su vuelo de la sombra que proyecta sobre la superficie del lago... en una noche de luna? Eres un regalo que nos ha hecho a tus amigos el Cielo... no detengas tu vuelo.
Sergei,.. ¿qué podría decirte que ya no sepas? Quizás una palabra: ¡adentro!

Fran -

Tranqui Sergei. Yo te salvo aunque tampoco sepa nadar.
Choff

Mierda, éste no soy yo.¡¡¡Socorroo!!

Sergei -

¿Adentro?

¡¡Chof!!

;)

Nimba -

¿Cómo conseguir alegrarnos de los éxitos de los demás si nos sentimos separados del resto? Sólo cuando descubramos que la esencia de todos es idéntica y que TODOS somos Uno, seremos capaces de entender y de vivir el éxito de los demás como propio y dejaremos de necesitar jactarnos por nuestras victorias, ya que no estaremos separados del resto. La soledad desaparece con ese sentimiento de Todos somos Uno, sentimiento que se puede desarrollar mirando hacia dentro.

David Álvarez -

Hay que saber dar la vuelta la imprecación del contrario, del vencedor. Tender la mano a nuestro homólogo, abatido en el limo; ser adalid de una victoria, que sólo se consigue si somos dos. El orgullo degenera en arrogancia y esta en desprecio. Más tarde el desprecio en odio y,¿de qué éxito pretende el hombre vanagloriarse si ya no le queda nadie a quién demostrárselo?

tano -

profesor, y cuando la suerte no sonríe y nos sentimos única ala de un vuelo sin destino. cuando nuestro otro yo se muere por salir a destrozar lo que el yo ha conseguido con mas pena que gloria durante tantos años de mentiras. a veces, no soy yo al que quiero escuchar, no es mi razon o mi comportamiento habitual el que deseo me guíe. ¿como llegar al exito sin dar cuenta de ello a todo el que te cruzas? como perder sabiendo mirar al que gana sin envidia, sino deseando su felicidad y sintiendote parte de ella. esta noche no sé a que yo escuchar. quiero ganar sintiendo que no dejo a nadie en la estacada y haciendo feliz a todo aquel que desea mi felicidad. pero, una noche mas me siento solo porque mi desgracia causa la mofa del vencedor y mi victoria provoca las lágrimas de mis contrarios. mi estrella no reluce y sin punto de apoyo en el cielo deambulo solo por esto que maldecimos vida, y que debería llamarse soledad.

Sergei -

Que mensaje tan difícil de asimilar para la mentalidad occidental hecha a la competencia, el orgullo y la envidia.

Pero que maravilla, que bonito si todos fuésemos capaces de metérnoslo en la cabeza.