Regla 16. Competir en momentos de diversión, durante el trabajo o en la vida en pareja, es el camino más seguro para agotarse y perder la mejor parte.
Muchos confunden ser competente, en cualquier orden de la vida, con necesitar siempre de un contrario con el que competir para afirmarse en su insegura existencia.
Competir noblemente sin olvidar que se trata de un juego, forma parte del entrenamiento de la vida. No gozarse con los logros y alegrías de los demás es tan poco deportivo como valiente.
¿No te alegran los éxitos de tus amigos? ¿No sientes que forman parte de algo que compartes con quienes son como alas de un mismo vuelo? ¿Pueden sentir los padres celos de los éxitos de los hijos? ¿No se enorgullece uno como aquel caballero que le dijo al Cid: 'Si no vencí reyes moros, mio Cid, engendré quien los venciese'?
¿Acaso la amistad no es una forma de proximidad, y ésta semilla que engendra amor, como escribió Aristóteles?
Si es difícil saber perder ante los compañeros, todavía lo es más saber ganar sin altanería ni falsas modestías. Una vez terminados los juegos y las pruebas, se comentan los lances saboreándolos sin importar quién o quiénes fueron los autores de los mismos. La victoria que no supera el triunfo y se convierte en 'éxito' para todos producirá resentimiento, vacío y ansias de sutiles venganzas. Por eso, escribió el Maestro R. Panikkar: 'la victoria nunca trae la paz porque engendra venganza' ¡Lo que importa es compartir el éxito: sacar lo mejor de cada uno y saber mirar juntos en la misma dirección.
A veces, durante las conferencias, veo caras de perplejidad cuando afirmo que 'existe algo mejor que hacer el Bien'
'¿Lo imaginan?', pregunto. Nadie se atreve a responder hasta que con una inmensa sonrisa les espero: '¡Ayudar a que otros lo hagan! (Entre otras cosas se aleja la vana-gloria).
Nesemu
Muchos confunden ser competente, en cualquier orden de la vida, con necesitar siempre de un contrario con el que competir para afirmarse en su insegura existencia.
Competir noblemente sin olvidar que se trata de un juego, forma parte del entrenamiento de la vida. No gozarse con los logros y alegrías de los demás es tan poco deportivo como valiente.
¿No te alegran los éxitos de tus amigos? ¿No sientes que forman parte de algo que compartes con quienes son como alas de un mismo vuelo? ¿Pueden sentir los padres celos de los éxitos de los hijos? ¿No se enorgullece uno como aquel caballero que le dijo al Cid: 'Si no vencí reyes moros, mio Cid, engendré quien los venciese'?
¿Acaso la amistad no es una forma de proximidad, y ésta semilla que engendra amor, como escribió Aristóteles?
Si es difícil saber perder ante los compañeros, todavía lo es más saber ganar sin altanería ni falsas modestías. Una vez terminados los juegos y las pruebas, se comentan los lances saboreándolos sin importar quién o quiénes fueron los autores de los mismos. La victoria que no supera el triunfo y se convierte en 'éxito' para todos producirá resentimiento, vacío y ansias de sutiles venganzas. Por eso, escribió el Maestro R. Panikkar: 'la victoria nunca trae la paz porque engendra venganza' ¡Lo que importa es compartir el éxito: sacar lo mejor de cada uno y saber mirar juntos en la misma dirección.
A veces, durante las conferencias, veo caras de perplejidad cuando afirmo que 'existe algo mejor que hacer el Bien'
'¿Lo imaginan?', pregunto. Nadie se atreve a responder hasta que con una inmensa sonrisa les espero: '¡Ayudar a que otros lo hagan! (Entre otras cosas se aleja la vana-gloria).
Nesemu
7 comentarios
Nesemu -
Estamos en el camino. No nos ocupa Salsa rosa, ni Rajoy ni siquiera Bush...Se trata de 'sabernos', de ser en plenitud asumiendo el riesgo de 'ser lo que no somos', como Hegel adaptó de lo más profundo del pensamiento oriental. Aquí sólo unas letras para dar un abrazo de bienvenida a Nimba, halcón que vuela alto y siente hondo. Para decirle a Tano: antes de la plenitud es preciso experienciar el 'vaciamiento'. Estás en esa faso de 'perdido': te llevo tatuado en la palma de mi mano, descubrí tu luz entre la multitud e hicimos juntos cientos de millas hasta las dunas de Mersuga (que había erigido yo la víspera para acogeros, no lo cuentes por ahí... ya sabes)
David... ¿sabe algo la garza en su vuelo de la sombra que proyecta sobre la superficie del lago... en una noche de luna? Eres un regalo que nos ha hecho a tus amigos el Cielo... no detengas tu vuelo.
Sergei,.. ¿qué podría decirte que ya no sepas? Quizás una palabra: ¡adentro!
Fran -
Choff
Mierda, éste no soy yo.¡¡¡Socorroo!!
Sergei -
¡¡Chof!!
;)
Nimba -
David Álvarez -
tano -
Sergei -
Pero que maravilla, que bonito si todos fuésemos capaces de metérnoslo en la cabeza.