Nesemu: Las Leyes
Quizás las leyes y los reglamentos hayan sido necesarios a causa de aquellos que no creen en un orden básico para la convivencia. Un profesor mío me dijo hace muchos años en Oxford: /En G.B. tenemos muchas normas, por el placer de saltárnoslas de vez en cuando. La sabiduría reside en saber cuándo/
Nesemu
//Fue después un abogado quien se acercó diciendo:
Pero qué hay de nuestras Leyes, maestro?
A lo que el aludido contestó:
Os complace el dictar leyes. Pero os complace más el quebrantarlas. Como esos niños que jugando junto al océano erigen castillos de arena con paciencia para posteriormente destruirlos entre risas. Pero mientras vosotros erigís vuestros castillos de arena, el mar lanza más arena a la playa. Y cuando los abatís, el mar ríe con vosotros. La verdad es que el mar ríe siempre con el inocente.
* * *
Mas ¿y aquellos para quienes la vida no es un mar, y las leyes que el hombre dicta no son castillos de arena, sino para quien la vida es una roca, y la ley un cincel con el cual poder esculpirla a su propia imagen? ¿Qué del paralítico que desprecia a los que bailan? ¿Qué del buey que ama su yugo y juzga al alce y al ciervo del bosque unos seres descarriados y vagabundos? ¿Qué de la vieja serpiente que no puede desprenderse de su piel, y llama desnudas y desvergonzadas a las demás? ¿Y de aquel que llega temprano al banquete nupcial, y que cuando se halla harto y satisfecho se va diciendo que todas las fiestas son violaciones y quienes las celebran violadores de la ley?
* * *
¿Qué diré de todos éstos sino que así mismo ellos reciben la luz del sol, pero de espaldas a él solamente ven sus sombras, y estas sombras son sus leyes?. ¿Y qué es para ellos el sol, sino un crisol de sombras? Y qué es reconocer las leyes sino doblegarse y trazar sus sombras sobre la tierra? Pero vosotros los que camináis de cara al sol, ¿qué imágenes dibujadas sobre la tierra pueden detenerlos? Vosotros los que viajáis con el aire, ¿qué veleta dirigirá vuestra ruta? ¿Cuál ley humana puede conteneros si sacudís vuestro yugo, pero no a la puerta de prisión humana? ¿Qué leyes temeréis si bailáis aunque sin tropezar en las cadenas férreas del hombre? Y ¿quién os llevará ante los jueces si os rasgáis las vestiduras, pero sin dejarlas en el sendero de hombre alguno?
* * *
Pueblo de Orfalis, podrás acallar el tambor y aflojar las cuerdas de la lira, pero ¿quién ordenará a la alondra de los cielos que no cante?//
Khalil Gibrán
Nesemu
//Fue después un abogado quien se acercó diciendo:
Pero qué hay de nuestras Leyes, maestro?
A lo que el aludido contestó:
Os complace el dictar leyes. Pero os complace más el quebrantarlas. Como esos niños que jugando junto al océano erigen castillos de arena con paciencia para posteriormente destruirlos entre risas. Pero mientras vosotros erigís vuestros castillos de arena, el mar lanza más arena a la playa. Y cuando los abatís, el mar ríe con vosotros. La verdad es que el mar ríe siempre con el inocente.
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Mas ¿y aquellos para quienes la vida no es un mar, y las leyes que el hombre dicta no son castillos de arena, sino para quien la vida es una roca, y la ley un cincel con el cual poder esculpirla a su propia imagen? ¿Qué del paralítico que desprecia a los que bailan? ¿Qué del buey que ama su yugo y juzga al alce y al ciervo del bosque unos seres descarriados y vagabundos? ¿Qué de la vieja serpiente que no puede desprenderse de su piel, y llama desnudas y desvergonzadas a las demás? ¿Y de aquel que llega temprano al banquete nupcial, y que cuando se halla harto y satisfecho se va diciendo que todas las fiestas son violaciones y quienes las celebran violadores de la ley?
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¿Qué diré de todos éstos sino que así mismo ellos reciben la luz del sol, pero de espaldas a él solamente ven sus sombras, y estas sombras son sus leyes?. ¿Y qué es para ellos el sol, sino un crisol de sombras? Y qué es reconocer las leyes sino doblegarse y trazar sus sombras sobre la tierra? Pero vosotros los que camináis de cara al sol, ¿qué imágenes dibujadas sobre la tierra pueden detenerlos? Vosotros los que viajáis con el aire, ¿qué veleta dirigirá vuestra ruta? ¿Cuál ley humana puede conteneros si sacudís vuestro yugo, pero no a la puerta de prisión humana? ¿Qué leyes temeréis si bailáis aunque sin tropezar en las cadenas férreas del hombre? Y ¿quién os llevará ante los jueces si os rasgáis las vestiduras, pero sin dejarlas en el sendero de hombre alguno?
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Pueblo de Orfalis, podrás acallar el tambor y aflojar las cuerdas de la lira, pero ¿quién ordenará a la alondra de los cielos que no cante?//
Khalil Gibrán
2 comentarios
Nesemu -
La utopía o es una verdad prematura o es el proyecto de una noble acción o es la descalificación que hacen d enuestras ilusiones los mediocres. No bajes la guardia, Jorge. Vale la pena.
Nesemu
Jorge P. -