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J. C. García Fajardo

Nesemu: No como en el supermercado

El Profeta responde a un comerciante que le dijo:
¡Háblanos del Comprar y Vender!

A lo que él contestó diciendo:
Para vosotros produce la tierra sus frutos, y lo único que queréis es conocer cómo llenar vuestras manos. Es en el cambio de esos productos de la tierra donde hallaréis la abundancia y quedaréis satisfechos. No obstante, a menos de que el cambio se efectúe con amor y justicia, solamente os llevará a la avaricia y a otros al hambre.
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Cuando en el mercado vosotros los mercaderes de los campos, del mar y de los viñedos, os halléis con los tejedores y los alfareros y los que cosechan las especias, invocad entonces al espíritu de la tierra para que os ayude en vuestros tratos y santifique las balanzas asi como las cuentas que equilibran un valor con otro.
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Y no permitáis que los perezosos tomen parte en vuestras transacciones porque ellos darían sus palabras por vuestro trabajo. Decidles a esos hombres: Acompañádnos al campo, o id con nuestros hermanos al mar y echad vuestras redes. Pues la tierra y el mar serán igualmente generosos con vosotros como lo son con nosotros.
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Y si llegan los cantores, las bailarinas y los flautistas, comprad también lo que ofrecen. Porque también ellos son cosechadores de frutos y de incienso, y aquello que traen, aunque fabricado de sueños, son vestidos y alimentos para vuestras almas.
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Y antes de abandonar el mercado, mirad que nadie se retire con las manos vacías. Porque el espíritu, amo de la tierra, no dormirá tranquilo en el aire hasta que las necesidades del último de vosotros no hayan sido satisfechas.

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