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J. C. García Fajardo

Nesemu: A vueltas con China

Antonio Burgos no es uno de mis analista preferidos, su sorna y sus prioridades no atraen. En esta ocasión y aunque escrito con una frivolidad y hasta imprecisión en los datos, su artículo en ABC /A la China la tenemos encima/ puede servirnos para continuar la reflexión y el debate sobre esa realidad imparable e inmensa que se nos echa encima. Ese sí que es uno de los temas que deberían de ocupar a nuestros europarlamentarios y nos los desvaríos y censuras, referendos y demás que los entretienen.
Nesemu

//La película era de Marco Bellocchio y tiene ya casi cuarenta años encima. Nos hartamos de comentarla en cine-clubs de «Film Ideal» y de pantalones de pana y campana, ¿no, José Luis Garci? Era «La Cina è vicina». Entonces la China estaba lejísimos. En el Libro Rojo de Mao cuya traducción inglesa compramos en el Portobello londinense; en los pasquines de Pina López Gay y los prochinos de la Facultad; en Paco Casero y el SOC, que querían convertir la marisma de Fernando Villalón en arrozales de una revolución cultural por tientos de José Menese.

Ahora la China no sólo «é vicina»: la tenemos encima. Los índices dirán pronto que la economía española amarillea y se le rasgan los ojos. Anuncian vuelos directos entre Madrid y Shangai. Hasta la corcha irán. De empresarios. ¡Hala, todos a comprar en China, que está tirado! Van los empresarios a China como las amas de casa a las rebajas de Londres. Y nadie advierte de este peligro amarillo. Voces de muerte sonaron cerca del Llobregat: las telas chinas están acabando con el textil catalán. El Viudo Ríus cerró el telar de Mariona Rebull: la pieza china es tela, tela de barata. A Jesulín tendremos que ponerle Jesulín de Shangai: de Ubrique no queda nada, de lo barata que hacen la marroquinería los chinos. Medio Elche ha cerrado, ante la invasión de los zapatos que aparan los chinos, que es que lo tiran. Los bolsos, ni te cuento. Y no descarto que fuera chino ese horror en forma de traje de flamenca de diseño que estrenó Carmen Calvo en la Feria de Córdoba. Hasta los capotes y muletas de la Feria de San Isidro vendrán pronto de China.
-Vamos, como en «La Verbena de la Paloma»: un mantón de la China, ná, China, ná, China...
El mantón de la China es el manto de la falsa prosperidad, de nuestra claudicación productiva. Uno de cada cinco habitantes del planeta es chino. La economía china crece a más del 9 por ciento anual. China fabricó en 2003 más televisores que Japón y Corea, y produjo 25 millones de ordenadores. En China la población pasa del campo a las ciudades-dormitorio de la mano de obra baratísima en polígonos industriales inmensos, que pueden llegar como desde Murcia a Alicante o desde Sevilla a Cádiz.
Los containers traen de China ropa, telas, recambios, componentes, electrónica, zapatos, muebles, herramientas, aire acondicionado, electrodomésticos, marcas blancas de lo que haga falta. Todo a 100. Usted se lleva a China un paquete de tortas de Castilleja y tiene allí a siete mil chinos que se las hacen igualitas, pero con una diferencia importante: cada torta le sale a 0,2 céntimos de euro. Y, una vez puestas en el supermercado, no hay quien las distinga de las verdaderas. Se habla mucho de la deslocalización industrial, de fábricas que se van a la Europa del Este buscando jornales más baratos, pero muy pocos alertan sobre la dislocación de nuestra economía, desarticulada por China como el gran abastecedor del mercado español, mientras nosotros sólo les vendemos chupachús. Hasta aceite de oliva están empezando a molturar los chinos. Como aquello es tan grande, tienen incluso climas mediterráneos para plantar los olivos que aquí arrancamos o que dependen de la subvención europea.
-¡Pues el día menos pensado esto va a pegar un explotío que nos vamos a enterar...!
Y tanto. Este artículo mismo, está hecho en China. Cada mañana llamo a mi chino de Shanghai, a Re Kua Drín. Le digo el tema y el joío chino, como lo copian todo tan bien, me lo escribe exactamente igual que si fuera mío. Y me lo sirve por correo electrónico, tirado de barato. ¿A qué cuela como mío? ¿Por qué cree usted que iba a saber yo tanto de la China si no hubiera cerrado mi escritorio, porque me conviene más que me hagan los artículos en Shangai?//

El remate es de buen articulista, lo reconozco
Nesemu

4 comentarios

Roi Amor -

La verdad es que lo que dice este artículo sobre China es verdad. Pero no sólo España esta en peligro ante el surgimiento de esta nueva superpotencia, si no también el resto de Europa e incluso Estados Unidos. La cierto es que si algo no para el crecimienco económico de este estado, el estado del bienestar que conocemos cambiara drásticamente, y no precisamente a mejor. Personalmente creo que una de las pocas cosas que podría frenar a China en este momento sería una crisis interna, una revolución del pueblo contra este estado que se considera comunista pero que explota sin piedad a sus ciudadanos.

Scicker -

Este artículo (algo vulgar para mi gusto) intenta alertar sobre algo ya conocido por todos, sino que se lo cuenten a los fabricantes de Elche que llevan meses denunciando la sucia compentencia china con la que es imposible rivalizar. Recordemos que hace ya bastante tiempo se produjeron grandes disturbios y peleas entre estos comerciantes y los chinos de esta ciudad.
Los empresarios miran por su beneficio, y éste se encuentra en China. Mientras los Gobiernos sigan permitiendo a las multinacionasles instalarse en China para conseguir grandes ganancias explotando a los trabajadores, esto no tendrá fin.

Elisa -

El tono quizá no es el adecuado aunque relata una realidad evidente. El imperio chino mira hacia Occidente y este lo recibe con los brazos y bolsillos abiertos seducidos por sus precios. El "todo a un euro" es difícil de superar, aunque el producto nacional ofrezca calidad y garantía.

Pablinator -

El artículo nos hace plantearnos muchas cosas. Sobre todo, ¿dónde está el límite de este país emergente?
Pronto lo sabremos o no.