El factor humano. Nelson Mandela y el partido que salvó a una nación, John Carlin.
"No hay que apelar a su razón, sino a sus corazones” N. Mandela “Todas las sociedades aspiran a utopías de un tipo u otro. Los políticos comercian con as esperanzas de la gente de alcanzar el cielo en la tierra. Como no es posible, las vidas de las naciones, como las de las personas, son una lucha perpetua por hacer realidad esos sueños. En el caso de Mandela, el sueño que le sostuvo durante sus veintisiete años de cárcel fue el mismo que el de Martin Luther King: que un día, a la gente se la juzgara no por el color de su piel sino por su carácter” John Carlin mantiene hondas conversaciones con el anciano Mandela y entrevista a varios personajes que lo conocieron, colaboraron o se opusieron visceralmente en su objetivo de reconciliar a los blancos y los negros y crear las condiciones para una paz duradera. Después de ganarse a su propia gente Mandela supo ganarse a sus enemigos. Mandela domina el arte de hacer amigos e influir en la agente. Este libro logra reflejar un poco la luz de Mandela. John Carlin es un colosal periodista inglés que estuvo largos años como corresponsal en Sudáfrica, y en otros muchos países. Radicado en España desde 1989, trabaja para El País y es colaborador habitual del Observer y The New York Times. El factor humano ha sido un éxito editorial en EEUU e Inglaterra, ahora se publica en otros muchos países y sus derechos han sido adquiridos por Morgan Freeman que la protagoniza con Matt Damon, y dirigida por Clint Eastwood. Pronto la veremos en nuestras pantallas. Deliciosa lectura para las vacaciones. J C Gª Fajardo
Así escribe Carlin en la Introducción a este necesario libro sobre esos diez años, desde el primer contacto político que tuvo él con el gobierno en 1985 cuando todavía estaba en prisión. Se ha escrito mucho sobre Mandela y se escribirá todavía más, pero faltaba un libro sobre el factor humano, sobre lo milagroso del milagro de la pacífica transición de la tiranía a la democracia, mejor ni con más compasión.
El propio Mandela describió el apartheid como un genocidio moral con el cruel exterminio del respeto de un pueblo a sí mismo. Un crimen contra la humanidad, según definición de la ONU, sin embargo, de esa injusticia épica nació una épica reconciliación. Mandela siempre pretendió como Lincoln “sacar a relucir los ángeles buenos de la naturaleza de cada persona.
Mandela dijo que “el deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas… Tiene más capacidad que los gobiernos para derribar las barreras raciales”. Y en la final de la Copa del Mundial de rugby de 1995, Mandela encontró una ocasión que evocaba de forma mágica la “sinfonía de la fraternidad” de los sueños de Martin L. King; un acontecimiento en el que se plasmó todo aquello por lo que Mandela había luchado y sufrido toda su vida.
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