Esto sí que es serio: China lanza un misil con éxito, y sonríe inalterable
Misil chino
El lanzamiento de un misil balístico para destruir un satélite meteorológico realizado con éxito por China el pasado 11 de enero ha despertado evidentemente no sólo gran alarma y crítica en Estados Unidos, la gran potencia espacial, sino también en los países vecinos como Japón y Corea del Sur. Es pronto aún para determinar si la prueba supone el comienzo por parte de Pekín de una carrera militar en el espacio y de una versión china del programa de guerra de las galaxias emprendido por Reagan en los ochenta en plena confrontación con la extinta Unión Soviética. Lo más preocupante es que la República Popular guarda aún silencio. Fue el espionaje estadounidense quien informó sobre el lanzamiento el pasado viernes.
El portavoz de Exteriores chino afirma que nadie debe sentirse amenazado y que no hay intención de emprender una carrera armamentista en el espacio. Sin embargo, Pekín debería, primero, confirmar que ha realizado la prueba y, segundo, explicar cuáles son las razones que la han motivado. Hay que remontarse a más de dos décadas desde que tuvo lugar el último de los ensayos de esta clase por parte americana. Desde entonces a hoy, EE UU ha mantenido una suerte de moratoria no declarada al respecto y tiene en sordina la costosa Iniciativa de Defensa Estratégica propuesta por el presidente Reagan para desarrollar la capacidad de destruir misiles desde el espacio. Este programa conlleva un grave peligro debido a la basura espacial que produce la destrucción de un artefacto. El misil chino habría pulverizado un vetusto satélite de unos 750 kilos de peso y se estima que los fragmentos permanecerán en órbita más de una década.
No es de excluir que con esta acción China quiera forzar la firma de un tratado mundial sobre la prohibición de destrucción de misiles en el espacio, algo que Estados Unidos no parece muy inclinado a aceptar. El presidente Bush anunció el pasado octubre la importancia que el espacio tiene para la seguridad de su país, que se arroga el derecho a negar el acceso a cualquier otro rival capaz de utilizarlo con fines hostiles. ¡Increíble! pero ningun país del mundo denunció semejante prepotencia. China tampoco, pero ahora pulveriza un viejo satélite suyo. Pero sea como fuere, la prueba puede suponer el reinicio de ensayos por parte americana y alentar las tesis de los halcones del Pentágono, que creen que los dos vuelos tripulados espaciales realizados en 2003 y 2005 por China forman parte de una política en el espacio con fines militares. Pekín prevé enviar a la Luna un vehículo no tripulado en 2017. La diferencia del presupuesto espacial chino comparado con el de EE UU es aún abismal (2.000 millones de dólares frente a 16.000 millones). Pero resulta difícil afirmar que esa cifra es auténtica. En cualquier caso, lo que sí parece estar claro es la importancia estratégica que Pekín ha decidido conceder al control del espacio.
El lanzamiento de un misil balístico para destruir un satélite meteorológico realizado con éxito por China el pasado 11 de enero ha despertado evidentemente no sólo gran alarma y crítica en Estados Unidos, la gran potencia espacial, sino también en los países vecinos como Japón y Corea del Sur. Es pronto aún para determinar si la prueba supone el comienzo por parte de Pekín de una carrera militar en el espacio y de una versión china del programa de guerra de las galaxias emprendido por Reagan en los ochenta en plena confrontación con la extinta Unión Soviética. Lo más preocupante es que la República Popular guarda aún silencio. Fue el espionaje estadounidense quien informó sobre el lanzamiento el pasado viernes.
El portavoz de Exteriores chino afirma que nadie debe sentirse amenazado y que no hay intención de emprender una carrera armamentista en el espacio. Sin embargo, Pekín debería, primero, confirmar que ha realizado la prueba y, segundo, explicar cuáles son las razones que la han motivado. Hay que remontarse a más de dos décadas desde que tuvo lugar el último de los ensayos de esta clase por parte americana. Desde entonces a hoy, EE UU ha mantenido una suerte de moratoria no declarada al respecto y tiene en sordina la costosa Iniciativa de Defensa Estratégica propuesta por el presidente Reagan para desarrollar la capacidad de destruir misiles desde el espacio. Este programa conlleva un grave peligro debido a la basura espacial que produce la destrucción de un artefacto. El misil chino habría pulverizado un vetusto satélite de unos 750 kilos de peso y se estima que los fragmentos permanecerán en órbita más de una década.
No es de excluir que con esta acción China quiera forzar la firma de un tratado mundial sobre la prohibición de destrucción de misiles en el espacio, algo que Estados Unidos no parece muy inclinado a aceptar. El presidente Bush anunció el pasado octubre la importancia que el espacio tiene para la seguridad de su país, que se arroga el derecho a negar el acceso a cualquier otro rival capaz de utilizarlo con fines hostiles. ¡Increíble! pero ningun país del mundo denunció semejante prepotencia. China tampoco, pero ahora pulveriza un viejo satélite suyo. Pero sea como fuere, la prueba puede suponer el reinicio de ensayos por parte americana y alentar las tesis de los halcones del Pentágono, que creen que los dos vuelos tripulados espaciales realizados en 2003 y 2005 por China forman parte de una política en el espacio con fines militares. Pekín prevé enviar a la Luna un vehículo no tripulado en 2017. La diferencia del presupuesto espacial chino comparado con el de EE UU es aún abismal (2.000 millones de dólares frente a 16.000 millones). Pero resulta difícil afirmar que esa cifra es auténtica. En cualquier caso, lo que sí parece estar claro es la importancia estratégica que Pekín ha decidido conceder al control del espacio.
35 comentarios
wikhi -
pollo elviro -
Pollo elviro -
Sergio Martín -
¿Por qué nos escandalizamos ahora? ¿Por qué ahora lo hacen los que EEUU nos cuenta siempre que son los malos? es una vergüenza y una incoherencia critica a china si antes no ponemos veto a las ideas totalitarias de la actual política norteamericana.
No podemos permitir y consentir que ninguna potencia se haga con el control del espacio porque de hacerlo estaremos condenando nuestra libertad.
Teresa Montesinos -
Además, ¿qué pretenden ahora? ¿continuar la lucha por ver quien es el más fuerte y tiene más poder también en el espacio?Pienso que el resto de países deben pararle los pies.
Neus -
María Vindel -
jose navareño garrido -
Marietes al power (Santacruz) -
Qué mal repartido está el planeta joder.
Montoya -
Creo que en la investigación del universo debería establecerse un consenso , al fin y al cabo no pertenece a nadie y espero que nunca tenga dueño el universo.
Muñoz -
ulises lazaro -
Alvaro Marchante Carrero -
Pablo J -
Lo que no queda claro es si EEUU dejará que se lleve a efecto un reparto de esta importancia estratégica, cuando han sido siempre ellos la gran potencia espacial que ha instaurado su hegemonía en el espacio.
Sylvia -
Teresa Villar -
Patricia Pérez Cámara -
sopla levante -
Jarkoe -
Julia Magaña -
Su deseo de mantener su posición de dominio y control sobre los demás países choca con el deseo de los países de no dejarse dominar y ser controlados y esta actitud actitud por parte de EEUU es insostenible en todos los sentidos.
Se trata realmente de un enfrentamiento de egos, y da verdadera vergüenza.
Carlos Fernández-Marcote -
Andrés (Óscar) -
A EEUU le ha salido un granito, esperemos que no se lo quita como acostumbra a hacer.
Media Veronika -
pancho -
Carpintero -
Carpintero -
Paula s.T. -
Lucía -
Jose Mendoza -
Belén Lobos Montañés -
"Cuando teníamos todas las respuestas nos cambiaron las preguntas".
Sara Ayllón -
Leticia -
Van a privatizar hasta el universo.
Marta Gálvez Z. -
Rôvënty -
Cristina Montañés -