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J. C. García Fajardo

La solidaridad no es marketing televisivo

Se extiende la moda de organizar maratones televisivos o radiofónicos para recaudar fondos con destino a los pobres del llamado Tercer mundo. Utilizan a personas con alguna fama en esos más que discutibles “maratones de solidaridad”. Se sirven de llamadas telefónicas que cuestan dinero, o de donativos de oyentes que no parecen haber encontrado otros medios más al alcance de la mano que ese espectáculo para cooperar en proyectos de auténtica ayuda al desarrollo. Todo se convierte en una mascarada que revuelve las tripas porque siempre encuentran a Organizaciones dispuestas a aceptar ese dinero como si el fin justificara los medios. No entendemos que un diario de prestigio haya puesto en marcha un “Sorteo Solidario con UNICEF”. Cada día sortean un Mercedes y cada semana un loft. Para participar tienes que enviar un SMS  o hacer una llamada telefónica determinada. ¿Cree alguien que quienes llaman piensan en la meritoria labor de UNICEF con la infancia o se prestan a ese montaje publicitario del diario para conseguir un Mercedes o un loft? Si alguien quiere ayudar a los marginados no puede pretender que le den nada a cambio. Se sirven de  Organizaciones de la Sociedad Civil animadas por la generosidad de un voluntariado social comprometido y que no quieren convertirse en cómplices de un sistema injusto e inhumano. Otras veces organizan pases de modelos o de joyas o cenas de gala para recaudar fondos “contra el hambre”. Esto ni es serio ni es el camino adecuado.
La razón de ser de una auténtica Asociación Humanitaria es el servicio a los más pobres, la búsqueda de las causas de la injusticia para denunciarlas y aportar propuestas alternativas que procuren un desarrollo endógeno, sostenible, equilibrado y global. Los voluntarios que nutren  las filas de las ONG actúan movidos por la pasión de la justicia que viene a sumarse a sus capacidades profesionales. Y no al revés, como sucede con no pocos yuppies de la cooperación que se han lanzado a ese “yacimiento de empleo” en el que ellos denominan con desparpajo “tercer sector”. Ya nos tienen catalogados para venir a aprovecharse de tanta generosidad en aras de lavar su imagen corporativa. Falta grandeza en esa actividad de marketing pedestre. Pero junto a esos arrivistas y a compañías de imagen y de marketing solidario, existen millones de personas que de forma generosa, continua, responsable y coordinada prestan una ayuda impagable en la acción de las organizaciones humanitarias.
Las auténticas ONG que no dependen de partidos políticos o de grupos de presión, aportan su colaboración para restaurar el tejido social herido por un modelo de desarrollo inhumano, para reparar las injusticias cometidas, para devolver parte de lo mucho que se ha saqueado, para caminar al lado de los explotados por nuestro sistema colonizador y pretendidamente “civilizador” y para cooperar en una actitud de igualdad y de sinergia.
Para denunciar los abusos que se puedan producir están los medios de comunicación, las universidades y los foros sociales, y mejor aún para participar y cooperar antes de que haya que denunciar y lamentarse. Pero de ahí a criticar la labor de tantos millones de voluntarios sociales como si necesitaran a los desheredados como soporte o lava conciencias, va un inmenso trecho que algunos, injustamente se atreven a propalar. Hay quien llega a criticar que las ONG tengan profesionales contratados para organizar los proyectos y los servicios. ¿Cree alguien que la continuidad, la eficacia y el buen hacer se pueden garantizar sólo con voluntarios?
Las ONG independientes están en el punto de mira de las oligarquías financieras. Cuando los bancos se ocupan de dar limosna a los pobres y las transnacionales financian programas de ONG, mediante escandalosas campañas publicitarias, hay que echarse a temblar. Como sucede con campañas humanitarias financiadas por productores de tabaco, de alcohol o de productos contaminantes y cancerígenos. ¿Por qué los grandes no dejan en paz a las ONG? ¿Por qué no mejoran sus condiciones laborales, sus pensiones, la calidad de sus productos, el pago justo por las materias primas que arrancan del expoliado sur?
Las ONG no son el servicio posventa de las fábricas de armas ni para apagar los fuegos que provocan con sus criminales negocios. Ni tampoco la pantalla de relaciones públicas con la que los gobiernos pretenden lavar su imagen financiando interesados "proyectos de desarrollo" en países cuyas economías esquilman con inversiones que los despojan de futuro. Que la justicia presida sus transacciones comerciales, sus inversiones y la utilización de su mano de obra en las empresas deslocalizadas que proliferan en los países empobrecidos para aprovecharse de su falta de reglamentación social.
Se necesitan muchas más ONG que acudan como la sangre a los labios de las heridas, para aliviar y cicatrizar. Es falaz y torticera la afirmación de que hay demasiadas ONG. ¿También sobran los voluntarios? Mientras las ONG se autofinancien con recursos propios, aportados por sus asociados, serán necesarias en la medida en que haya estructuras de injusticia. Las que no puedan ser autónomas deben desaparecer, si sobreviven con la financiación oficial de sus proyectos se prostituirán. La verdadera libertad se apoya en la autonomía y en la solidaridad, no en la beneficencia ni en la enajenación de sí mismo y de la capacidad de crítica para aportar propuestas imaginativas.
Las auténticas ONG forman parte del tejido social y se miden por sus servicios, no por su poder. Les debe mover la pasión de la justicia. Seamos coherentes. Su grandeza estriba en saberse responsables solidarios y no en ir a la cabeza de algaradas o a participar en viscerales maratones de solidaridad. Como se acercan vientos de descrédito, es preciso organizar la resistencia para hacer realidad nuestra esperanza.

José Carlos Gª Fajardo

 

14 comentarios

Marta -

Hace tiempo que participo en una agrupación de la Iglesia (aunque ni me va ni me viene, todosea dicho) que ofrece apoyo escolar a niños de Pan Bendito. Las condiciones no son malas, nos repartimos entre la parroquia y una escuela, y los críos, aunque a regañadientes, avanzan, y sobre todo valoran. Cuando se amplió la línea 11de metro rebimos tres llamadas del ayuntamiento y la comunidad para posar en la foto (a lo Gallardón en el festival de cine solidario), y demostrar así el progreso del barrio. Qué curioso, oye, que justo hayan decidido construir viviendas de protección oficial, y ante la escasez de solicitudes acudan a promocionarlo. Como Fraga en Palomares... y es que no paro de encontrar paradojas en todo esto. Qué ganas de politizar todo y de ser solidario solo cuando se puede salir guapo en la foto.Como decían, no es solidaridad, es justicia. No había visto este topic antes...

sheila -

La solidaridad es un concepto ampio.Se puede ser solidario de muchas maneras como por ejemplo dando dinero,ropa,libros,yendo a lugares necesitados....En las personas sale de manera voluntaria sin imposición.Hay que reconocer que en muchas ocasiones la publicidad de organizaciones en programas de televisión hace que la gente se conciencie y done.Es bueno, es una característica humilde en esa persona que lo haga. Aunque los programas ganen dinero basándose en esto, no es malo ya que consiguen mostrar problemas en la vida y además durante bastante tiempo y así se consiguen muchas ayudas.
Lo último de mi discurso es que hay que colaborar aunque sea lo mínimo para ayudar a esas gentes que no tienen lo que nosotros o simplemente no tienes nuestras capacidades físicas o psicológicas como minusválidos, enfermos de síndrome de Dawn...
AYUDA

María Ibáñez Fdez -

Yo no pienso que estos actos sean tan negativos. Vale que detrás siempre se encuentra el marketing, pero se consigue durante 6 horas que una cadena de televisión nos esté mostrando las decadencias que tiene el mundo. Quizás no todo el mundo que vea esos programas acaben concienciados con la causa, pero por lo menos se ha intentado ¿no?. Además no sé si seré muy ingenua, pero por lo menos se consigue dinero para una buena causa.

Elia Pesquera -

Si le digo la verdad, me enteré de la campaña de lo del BMV por una amiga, y como claro ejemplo le digo que ella no me dijo que fuese una campaña de una ONG.
Las ONG están muy desprestigiadas por esas otras llamadas ONG que son como parásitos que al final no hacen nada. La gente ya no confia en dar su dinero gratuitamente a las ONG. Piden una seguridad de que realmente están haciendo algo.
HAce años estuve en Greenpeace y salí un poco desencantada porque no podía participar en nada. Me daba la sensación de no hacer nada de nada.

Sara Ayllón -

Creo que el concepto de solidaridad está un poco confuso ultimamente...
En mi opinión, no basta con bailar cuatro canciones en un programa de televisión o posar en el típico calendario benéfico (que no quito importancia adichos actos, ni a los personajes que en ellos participan). A lo que me refiero, es que la solidaridad es una virtud que la gente posee. Ser solidario es pasar cada viernes con un grupo de niños deficientes (desinteresadamente), o dar clase a una niña que no sabe NADA de español (desinteresadamente)...podría citar mil casos. Yo llevo cuatro años trabajando con la asociación Caminando sin Fronteras. Esta creada, y formada por jóvenes que sólo desean hacer sonreir a los niños. Durante el año organiza, acampadas, convivencias, actividades..y en verano campamentos... quien trabaja con este grupo, como es mi caso, se implica en él desde el primer momento, en primer lugar no cobra nada, intenta a yudar siempre, preparando actividades, intentando "traer" niños...Perdonad que os cuente esto, pero es el caso más cercano que os puedo contar...Yo podría dedicar esos 15 días de campamento a estar en la playa con mis amigas...sin embargo, por SOLIDARIDAD, y simplemente por gusto, relizo esas actividades...
Animo a todo el mundo a que trabaje con este tipo de asociaciones...es muy gratificante de verdad!!.

gelys martinez mendez -

es lamentable que se utilicen tecnicas como la de ganar algo, para que los beneficios vayan a ONGs. también es inaudito, que grandes empresas y medios de comunicaciones las utilicen para limpiar su imagen, pues muxas de ellas explotan a personas con 14 horas diarias de trabajo, para ganar al final de mes la suma de 60 euros. tambien,es dificil confiar en todo tipo de ONGs porque hay algunas que se quedan con parte del dinero,o su destino no era por lo que tu apostabas. creo que una buena forma de ayudar es haciendolo tu mismo, y no ignorar lo que ocurre a tu alrededor. mira que hay seres muy afortunados en esta vida, compartir es la clave, aunque sea solo un pedacito de pan.

Emma Bernardo -

Es cierto; no es ético y esa ayuda tiene como base el marketing...Pero imaginemos que estamos muriéndonos de sed, aparece un populista o algún personaje público, nos ofrece agua...¿la rechazamos?
Vivimos en un mundo imprefecto y toda ayuda es poca.

Montoyamama -

SE podria decir que la intencion es lo que cuenta pero hay que partir de que la solidaridad debe ser hecha desde el anonimato y no buscando ganar algo x ello , parece que se estan haciendo un lavado de conciencia.Sabemos que estos actos solidarios no son mas que marketing forrado de buenas intenciones pero yo m pregunto porque en vez de convertir esto en algo malo lo miramos desde lo bueno quiza si este tipo de actos los potenciasemos podriamos conseguir mas resultados de los esperados = que la tele usa esta causa(lo cual me parece patetico )por que no usar a la tele para difundir la realidad del mundo pero para ello hay que buscar el como marcar la sensibilidad de la gente de manera permanente

Sonia Sanz -

¿Lo hacen por pena? Lo tenían que hacer por rabia, como miles de personas que dan de comer con sus propias manos, que no van a bailar a la tele.

Elvira Martínez -

A parte de todo este marketing, que me parece jugar con fuego puesto que tratan con material sensible, aún más me preocupa el hecho de si la gente es consciente de la situación.

Es decir, a todo el mundo se le revuelve el estómago cuando ve los anuncios (por cierto, más habituales en Navidad...) contra el hambre y el otro día la calle estaba llena de gente que protestaba por la pobreza en el mundo.

Pero mi pregunta es: ¿cuánta gente se acuerda no ya al mes siguiente, sino al día siguiente de toda esta miseria? ¿sirven estos actos para concienciar o para lavar conciencias?

Sopla levante -

Por una parte habría que analizar a aquellos que desde sus casas participan en dichas farándulas. La gente está muy quemada de la corrupción que ha habido en no pocas ONGs, carecen de información sobre éstas y en su mayoría se esfuerzan poco por enterarse de cómo va el juego. Con esto y con la irrupción de la televisión, a la cuál se le tiene más respeto que a cualquier tipo de organización, las personas creen intrínsecamente que la información que sale por televisión es la válida y la única que va a velar porque sus donativos lleguen a su lugar de destino y no se pierdan por el camino. Hacerlo desde el sofá mediante un sms es cómodo, fácil, y encima cumple con la obra de caridad del mes. Esto es aberrante pero cierto.Aunque tampoco se han de buscar muchos intereses personales en esta práctica(en el caso de ElPaís,difiere, ya que entran en un sorteo). Los que si saben muy bien qué papeljuegan son el resto de protagonistas: desde los cantantes que partipan y así peca de solidario y comprometido; los medios de comunicación que tienen un lavado de imagen mediático pero están sucios por otro tipo de mañas para que laempresa les sea más solvente(contratos ETT, etc);hasta las propias ONGs que se involucran en estas patrañas, se arrodillan pidiendo limosna cuandolo que tienen que hacer es levantar la vista bien alto y defender los derechos humanos no como una caridad,o una buena obra social, sino como la justicia que ha de hacerse y aun,hoy, en el siglo XXI, no se ha hecho.

El Cisne Negro -

No podemos hablar de marketing porque con el HAMBRE, la NECESIDAD, la HIGIENE, la EDUCACIÓN, la SANIDAD y todo lo que NOS PERTENECE por DERECHO a TODOS, no se puede MERCADEAR. No puedo estar más de acuerdo con el artículo.

Rôvënty -

no se trata de caridad, se trata de justicia

Eva Losada -

Todos esos programas de "telemaratones de solidaridad", desfiles solidarios, conciertos solidarios, etc, etc, está claro que son simplemente marketing y publicidad, al montar programas como esos la televisión gana en audiencia y queda muy bien, pero ¿realmente lo hacen por ayudar? no sé...pero yo creo que no, hay otras maneras mucho mejores de ayudar. Y la gente que llama para dar dinero, por supuesto que no dudo que lo hagan con su mejor intención, pero deberían plantearse si no es mucho mejor dar ese dinero a organizaciones solidarias de verdad, ya que es fácil, cómodo y mucho más eficaz.