Blogia
J. C. García Fajardo

Peligrosa estrategia de Alemania y Rusia para la estabilidad de la U E

Los acuerdos entre Rusia y Alemania están dinamitando los esfuerzos para desarrollar una política energética común de la Unión Europea. Durante las últimas semanas, el Gobierno de Moscú ha decidido suspender las licencias de explotación de varios proyectos energéticos en Rusia (Sajalín 2, Chtokman, Khariaga y Lukoil) que perjudican a varias empresas de determinados países occidentales (Reino Unido, Holanda, Francia y Estados Unidos), mientras que refuerza sus acuerdos con varias empresas alemanas (E.ON Ruhrgas, Basf y Deutsche Bank).
La división europea en materia energética se ha agudizado por la aparición de nuevos estudios que pronostican serios problemas de abastecimiento, especialmente de gas, en los próximos años. Ante este panorama, la presidencia finlandesa ha propuesto debatir en la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que se celebrará en Lahti, la conveniencia de establecer un sistema que garantice los suministros de gas. A diferencia del petróleo, que los Estados miembros tienen la obligación de mantener unas reservas mínimas equivalentes a 90 días de consumo, no hay obligación de mantener almacenamientos de gas.
La presidencia ha sugerido que la cumbre de Lahti "puede ser una ocasión para analizar de nuevo la cuestión de cómo mejorar la transparencia y efectividad de las reservas de petróleo así como también examinar la posibilidad de establecer reglas más estrictas relativas a la seguridad del suministro de gas", según un documento al que ha tenido acceso EL PAÍS.
El objetivo es aumentar "la capacidad de la Unión colectivamente para resistir las interrupciones de suministro". La posibilidad de establecer un sistema común de reservas de gas ha tropezado con la oposición de Alemania, argumentando que no se pueden establecer este tipo de obligaciones a empresas privadas, según una fuente comunitaria.
Tras el alarde de su creciente poder económico -sólo Gazprom vale 237.000 millones de dólares (188.000 millones de euros), tras multiplicar su valor por 25 en pocos años-, en la pasada reunión del G 8, en San Petersburgo el pasado julio, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha pasado a la acción. En las últimas semanas Moscú ha tomado al menos cuatro decisiones que ponen al descubierto su deseo de ejercer un dominio absoluto sobre la explotación y gestión de sus propios recursos energéticos, especialmente el gas y el petróleo.
Señal de alerta
La primera señal de alerta saltó el pasado septiembre cuando el Ministerio de Recursos Naturales decidió retirar la licencia de explotación del proyecto Sajalin 2 - en el extremo oriental de Rusia, frente a las costas japonesas-, por motivos medioambientales. El proyecto, con una inversión de 22.000 millones de dólares (17.500 millones de euros), no tenía participación soviética y está liderado por el consorcio británico-holandés Royal Dutch-Shell (55%) y cuenta como socios con Mitsui (25%) y Mitsubishi (20%).
Después se produjo la exclusión de la francesa Total y de otras tres compañías occidentales del proyecto Chtokman, que tenía previsto inicialmente construir una planta para licuar gas en el mar de Barens para venderlo a EE UU. Las autoridades rusas han cambiado de idea y ahora proyectan en su lugar un nuevo gasoducto con destino a Europa.
El grupo francés Total también podría perder el año próximo la licencia de explotación del yacimiento petrolífero de Khariaga, según indicaron las autoridades rusas. El último gesto ha sido la amenaza de retirar 11 licencias de Lukoil, participada en un 20% por la estadounidense Conoco Phillips.
La revisión de estos acuerdos de producción compartida (PSA) ya había sido advertida por Olga Rybak, vicedirectora del Departamento de Política de Inversión del Ministerio de Industria y Energía en una entrevista en Energy of Industrial Growth. Rybak señaló que muchos de estos acuerdos de los años noventa "se realizaron únicamente con un decreto del presidente. Sus condiciones perjudican los intereses rusos en muchos aspectos".
Por el contrario, Moscú y Berlín han estrechado sus lazos con importantes acuerdos. El más importante fue la constitución el pasado diciembre de la Compañía del Gasoducto del Norte de Europa, participado en un 51% por Gazprom y el resto a partes iguales por las firmas alemanas Basf y E.ON, y que preside el anterior canciller alemán Gerhard Schröder. El que será el mayor gasoducto de Europa bombeará 27.500 metros cúbicos de gas anuales desde 2010, entre el puerto ruso de Viborg (San Petersburgo) y el alemán de Greifswald, por el fondo del mar Báltico. Tendrá 1.200 kilómetros de longitud y un coste estimado de 4.597 millones de euros.

Es preciso seguir este tema muy de cerca. Mientras Gran Bretaña duda de su identidad europea por los beneficios que le reporta su relación con EEUU, Alemania se abre hacia el Este apoyándose en el coloso ruso que no quiere seguir ninguneado por una UE vacilante y confusa en manos de mercaderes. Quien controle los hidrocarburos tendrá una enorme influencia en el resto de los países europeos que no producen ni el 25% de sus necesidades. Alemania despierta y Rusia reforzada con las inmensas ganancias por los beneficios desorbitados del petróleo... constituyen un peligroso tandem en el frágil tablero europeo. Sigámoslo muy de cerca. Ahora, Alemania llega hasta el Pacífico y tiene "frontera" virtual con la misma China. Nesemu

7 comentarios

Pablete -

Querer y no poder. Resiganarte a sus reglas o quedarte fuera del grupo hegemónico. La historia interminable del petróleo.

Noelia (Roja) -

La paz solo llegará si los grandes países y potencias militares se garantizan los recursos energéticos. Europa dejará con el culo al aire a nuestra tierra...

Dos Santos -

Mas de lo mismo, en la UE si hay veto hay desigualdades pero lo que esta claro es que muchos paises de la UE son lo que son actualmente gracias a los grandes pugiles que tiene el poder gracias al veto. Es el pez que se come la cola no podemos estar sin ellos pero sabemos que es injusto que puedan decidir practicamnete todo.

Alberto -

La solución es desarrollar fuentes de energía alternativa, porque mientras Rusia tenga el gas y el petróleo, el régimen del infame Putin seguirá en el poder violando los derechos humanos; por no mencionar el imperialismo en Chechenia, Georgia, Ucrania o el sostenimiento de la dictadura medieval de la Blanca Rusia. Si se saben fuertes porque dependemos de ellos para "sobrevivir" ellos seguirán a lo suyo. Como China o como Venezuela. El precio lo ponen ellos, y saben que pagaremos cueste lo que cueste porque lo necesitamos y más con las tensiones con Irán. Los países ricos en gas y petróleo excepto México, USA y Noruega (confío no olvidar ninguno) son dictaduras, o insultos a la democracia que se mantienen así por los intereses comerciales. Hagamos un favor a todos, incluido el medio ambiente y en vez de seguir pensando en abastecernos de gas, pensemos en abastecernos de energía eólica o de la biomasa.

Elena -

Esto es lo que ocurre con los grupos agregados. Se unen para alcanzar determinados intereses, pero cuando uno de los miembros se vuelve poderoso, los antiguos aliados se convierten en pesadas cargas que tarde o temprano habrá que aliviar. Esa unión no es duradera, sirvió para salir de una desastrosa situación tras las terribles guerras mundiales, pero...¿ahora? El sueño de Europa es una quimera, bonita para los que la deseamos, pero incómoda para los que recuperan u obtienen las mayores porciones de poder. Los poderosos no desean tener a nadie por encima. La Unión Europea es una de las realidades supranacionales más avanzadas de la historia y una de las más grandes conquistas de la democracia, pero...¿hasta cuándo? Los fantasmas de la vieja Europa no han desaparecido, y hay quien quiere, dentro y fuera de la Unión, que vuelvan a la vida.

ulises -

Estoy de acuerdo, parece que la Unión Eusopea se ha constituido para tener fuerza común frente al resto del mundo, ser una gran potencia, pero a la mínima oportunidad de un miembro de conseguir ventajas por su cuenta, ésta queda en segundo plano. La solución, aunque irreal a corto plazo sería poner unas reglas de obligado cumplimiento y acabar con el poder de veto. Y el que no quisiera aceptar estas reglas que se marcharara de la UE. El problema es que una UE sin Inglaterra o sin Alemania no tendría ningún sentido ni ninguna credibilidad respecto al exterior... vemos aquí, una vez más, la coexistencia de miembros de primera categoría, de segunda y hasta de tercera categoría. ¿Cuándo dejará de ser un "club económico" para convertirse por fin en una federación de estados, tal como lo veía el gran Ortega y Gasset? Tal vez lo vean nuestros nietos.

Marta -

Volvemos a lo que comentabamos con relación a la Constitución. ¿Cómo vamos a formar una federación de Naciones si aun siguen primando los intereses de los Estados?.
Si lo miramos bien, lo que Alemania está haciendo no es nada ilegal, y tampoco desleal. Solamente podría achacársele una postura antisolidaria para con el resto de los miembros de la Unión por la negación a controlar las explotaciones, pero lo que las relaciones diplomáticas, en materia económica, hagan con el gobierno ruso no debería ser cuestionado.
¿Cuál es la solución?. Invirtamos en I+D, invirtamos en energías renovables que no nos obliguen a depender de Rusia, EEUU, la OPEP, y de la arbitrariedad de sus decisiones, pactos, precios y condiciones.
Un último apunte... no se puede reprochar a Alemania mayor egoismo del que tiene el Reino Unido (de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por cierto), uno de los pocos países que viven sin el euro, aislados voluntariamente del continente y estableciendo los pactos que más les convienen. Para mí, y durante año y medio viviendo allí me dio tiempo a conocer más o menos de qué hablo, no hay nada más peligroso, o nada que frene más el avance de una Europa unida, en todas y cada una de las materias y aspectos, como Reino Unido.