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J. C. García Fajardo

A los amigos de Asilah

Sé que os alegrará saber que he comenzado el libro prometido, los Ryads de Asilah. Llevo unos días viviendo en una casita de dos plantas y terraza, frente al mar. En la parte de atrás tengo un jardín que me recuerda algunos rincones de Jhany, pero me faltaría Sitino, el viejo jardinero tan querido. Mi única obligación consiste, como sabéis, en cerrar las cinco puertas de la medina al anochecer y en abrirlas antes de que amanezca. Para que salgan las sombras de la noche y para dar paso a la luz del día. No tengo reloj, ni cuadros ni fotos. Una biblioteca seleccionada y buenos diccionarios, está claro que me acompañan. Mi vida es sencilla, cuido el jardín y las plantas de la terraza, voy al zoco cada mañana a comprar lo que necesito para hacerme la comida, escribo para vosotros y para tantos otros que no saben que existimos, en algún lugar tan mágico como Asilah y que pensamos en ellos, como quería Withman..."A ti, quienquiera que seas, así que pasen cien años, cuando tengas este libro en tus manos comprendarás que pienso en ti".

No, esta vez no participo en el Mussem ni hago vida social alguna. Ha saludado al alcalde Benaissa y al querido artista Melehi a quienes debemos el resurgir de Asilah. También he saludado a Aixa y a su hermana, cada vez más cerca de los cien años las dos pero con una memoria privilegiada que me ayuda en mi tarea. Por supuesto que, después de cenar, me voy a la terraza que hay en la Plaza de Ibn Khaldum a beberme una cerveza, fumarme un narguile y escuchar su buena música mientras contemplo estas puestas de sol que algunos tanto echáis de menos. Lo sé. Pero en donde quiera que estéis, a la hora que sea, en el día o bajo las estrellas, siempre podréis localizarme con el corazón, allí abajo, a la izquierda según bajáis, a 40 kilómetros de Tánger.

Sí, pienso en todos vosotros. ¡Claro que me acompaña Blog, mi labrador amigo de todos vosotros. Le afecta el calor pero sabe capearlo en sus sitios preferidos del jardín o de la terraza. Mientras escribo, está aquí, junto a mi relajado y digno.  Valete, Nesemu

9 comentarios

mohamed -

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Diego Ochoa -

Al principio fue una corta parada, pasajera, de 30 minutos, pero esa visita la recordaré siempre y más por la gente de quien estaba rodeado. Un abrazo a todos.

mocito -

Abrir y cerrar puertas. Cerrarlas. Y abrirlas. Al fin y al cabo todos somos ese sereno.

Más que suerte, "bon courage" con el libro. Un saludo.

Jarkoe -

Pfff...Sí que tenía algo mágico Assilah que nos abrazó a todos. Algo y todo. Estuvimos poco rato, pero ya sabe lo que es el tiempo y la alegría de vivir sobre él en cuanto podemos, entre colores que mecen calmas. Me encantará disfrutar de esos Ryads. Suerte profesor!Un abrazo.Y saludos también para Blog! Nos vemos pronto.

Leo -

Asilah. Todo aquel que ha recorrido sus calles, que ha visto sus olas y que ha sentido sus rincones suspira con su simple mención. Desde los más diversos puntos de España (o del mundo), Asilah siempre despierta algo hermoso dentro de nuestros corazones. Suerte con el libro profesor, nos vemos en octubre. Un afectuoso saludo del "León más tranquilo".

Muñoz -

Aún recuerdo esas blancas almenas recortando un cielo azul claro, alli donde se unen el cielo y el mar

Zola -

Desde el frío Norte, le deseo suerte profe."I shin den shin". Ánimo.
Yo seguiré disfrutando esta nueva pero breve vida. Sintiendo a flor de piel aquello que decía Wittgenstein sobre los límites del lenguaje, con la intención de derribar, poco a poco, los límites de mi mundo y conseguir hacerlo más grande.

Ricardo M. Platel -

Esperamos ese libro, Profe.

El espíritu del viaje de Abril continúa vigente.

Un abrazo.

Sergei -

Saldrá algo bueno de todo esto, seguro. Estoy deseando verlo.

Un abrazo fuerte!