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J. C. García Fajardo

El lugar

Aquí comienza la historia del sereno de Asilah. Esta medina se encuentra a 40 kilómetros de Tánger, según bajas, a la derecha. Es blanca y transparente como las olas del mar que la bañan, es misteriosa y sabe guardar los secretos de los enamorados. Como Mogador, como Tombuctú o como la isla de Lemu, cerca de Zanzibar. Son espacios que sólo se abren para acoger a quienes caminan con el corazón a la escucha, a los buscadores de luz y de silencio, a las gentes de paz. Encerrada entre murallas, es sabrosa como la sal y dulce como las vigilias de los enamorados.
En esta medina hay un sereno que recibió el cargo por mensajero real. Como aqule jardinero que quiso llegar cuando ya todos se habían ido porque sólo pretendía ser jardinero de su jardín. En Asilah las gentes lo conocen y lo saludan con respeto al pasar pero todos saben que no es hombre de palabras sino de silencios y ellos agradecen que él se ocupe de abrir y de cerrar las cinco puertas de la medina. Al menos, pueden dormir tranquilos y los niños
no tienen pesadillas, ni las mujeres nostalgias ni los hombres urgencias. Todo funciona como debe ser. Cada cosa a su tiempo, como el curso del sol, las mareas y los desplazamientos de la luna.
Pero antes de nada fijaos bien en esta fotografía, miradla bien y permaneced atentos para estar seguros de que no pasaréis de largo cuando el corazón os lleve en busca de lo mejor de vosotros mismos. envuelta entre estas murallas se encuentra la medina blanca de Asilah:

8 comentarios

María -

Sin duda, lugar de los pocos donde te pudes encontrar con una persona muy especial. Una persona que siempre está con nosotros pero a la que no le dedicamos el tiempo de la manera que se lo deberiamos dedicar. Porque estas grandes ciudades no te dejan hacerlo, al menos durante mucho tiempo.

Esta persona somos nosotros mismos.

nerea -

La magia que esconden las gentes de Assilah, las pequeñas historias que guardan sus murallas, pedacitos de mi corazón que allí se quedaron algun día.¡Me transmite tanta paz y felicidad!

habiba -

yo soy de asila y vivia en ella pero ahora solo voy de vacacionescomo todos vosotros pero ahora estoy en madrid preparandome para mi futuro

Jorge P. -

Me gustaría ser sereno de Assilah por una noche...hasta el amanecer.

Anónimo -

Nos estamos yendo, viejo marinero en tierra, nos estamos yendo. ¿No lo estás notando? Algo se mueve

Fran -

¿Qué hacemos aquí que no nos vamos?

Sergei -

En estos tiempos en que todo es tan urgente, en que vivimos con tanta prisa, merece la pena pararse y mirar. Aunque sea en foto, esta vista de la murala de Assilah se merece su tiempo.

Carlos Miguélez -

Que la vida me deje volver a ese lugar mágico al que fui unos instantes, como por equivocación, una mañana de febrero.