"Los obispos tienen un problema ", editorial de ABC
Interesante editorial de un periódico no sospechoso de desafección a la Iglesia y a los planteamientos conservadores. Lo alarmante es que hayan tardado tanto tiempo. Ls deontología periodística no soporta conveniencias ni oportunismo. Hace mucho tiempo que los Informativos de la cadena de los Obispos vulneran la ética, la justicia y la misma convivencia ciudadana. La Historia se preguntará cómo ha podido aguantar tanto un Gobierno legítimado por las urnas sin denunciar los anacrónicos y, para muchos ciudadanos, obsoletos Acuerdos con el Vaticano. A ningún otro "Estado" extranjero se le hubieran permitido semejantes abusos, insidias y calumnias. Digo Estado del Vaticano porque en ningún otro país la Conferencia Episcopal está tan controlada y dirigida por el Embajador de ese Estado, o Nuncio. La supuesta mayoría de ciudadanos católicos se debería contrastar con la auténtica práctica de sus preceptos y doctrina. Uno de los problemas que un día habrán de afrontarse es por qué es tan difícil, casi imposible por las trabas clericales, darse de baja en las estadísticas de una organización eclesiástica que no ha sabido adaptarse al curso de los tiempos. Muchos ciudadanos admiran y siguen a Jesús de Nazareth pero disienten de las políticas clericales y vaticanas. Al menos, para que no cuenten con falsas estadística a todos los efectos. Se puede ser creyente y cristiano, sin dejar de ser un buen ciudadano ni sentirse de acuerdo con una manera de entender las relaciones entre la Iglesia y el estado, en un país en el que la Constitución proclama la separación de ambos, de acuerdo con la más sana teología y con las Constituciones del Concilio Vaticano. No hay dos verdades, una de fé y otra de razón, sería un averroísmo inaceptable, santo Tomás de Aquino dixit y, en caso de conflicto, la persona no puede actuar en contra de su razón ni de su conciencia. Es doctrina segura, pero para algunos clérigos es más cómoda una grey borreguil y adocenada. Nesemu
LA comparación entre las previsiones del ideario de la COPE y el comportamiento profesional de algunos de sus comunicadores arroja tal grado de incongruencia que no es extraño que los propios obispos hayan asumido ya que tienen un serio problema con su cadena de radio. Los denominados «objetivos» de la radio episcopal son la difusión de «la doctrina y actividades de la Iglesia Católica», la orientación «a la opinión pública con criterio cristiano» y la colaboración «en la promoción humana, social y cultural de la sociedad en general». Esos objetivos se corresponden en el ideario de la COPE con unos «compromisos profesionales y éticos» entre los que se encuentran -desarrollados con gran profusión de conceptos- «el rigor y la calidad profesional», además de «el servicio a la verdad con espíritu de convivencia y criterio independiente» y la promoción «de los valores del humanismo cristiano».
Sin embargo, episodios tan graves como la suplantación del presidente del Gobierno en una supuesta e irresponsable conversación telefónica con el jefe del Estado de Bolivia o la infiltración de encuestadores pagados para desacreditar de modo inadmisible, y seguramente ilegal, el Estudio General de Medios, demuestran que algunos de los profesionales al servicio de la COPE no se sienten vinculados al ideario de ese medio, cuyos propósitos editoriales quedan también desmentidos a diario mediante la práctica de un seudoperiodismo en el que impera el exabrupto, el insulto, la descalificación personal y el mayor de los sectarismos.
Desde la COPE no sólo se ha puesto en solfa la proyección exterior de España y se ha tratado de reventar el sistema de medición de audiencias de radios y diarios -que, siendo sin duda mejorable, debe intentarse desde la lealtad y los procedimientos más profesionales y transparentes-, sino que, además, se produce un constate ataque -desmedido e injurioso- a las instituciones del Estado, incluida la Monarquía, sin que de esta lluvia de improperios se libre el líder de la oposición. Tales ataques se perpetran, a mayor abundamiento, en unos términos abusivos y ad hominen, sin el más mínimo reparo para la intimidad, el honor y la imagen pública de los que resultan habitualmente vilipendiados de manera constante en no pocos programas de esta red de emisoras.
Esta situación ha creado, como no podía ser de otra manera, gravísimas contradicciones entre los obispos, pero, especialmente, entre los propios católicos, que no pueden reconocer en un medio eclesial los valores que su religión propugna y que Su Santidad el Papa ha resumido de modo extraordinario en su primera encíclica, la cual, no por casualidad, comienza con la expresión Deus est caritas.
La Iglesia, como editora de la COPE y responsable, por lo tanto, de sus contenidos, deberá abordar la desafección manifiesta de determinados comunicadores al ideario del medio y que a esa incoherencia añaden la infracción habitual de las más elementales normas de la deontología de la profesión periodística; tendrá, también, que responder de sus comportamientos probablemente ilegales y afrontar el hecho incontrovertible de que su radio se haya convertido en una auténtica piedra de escándalo, tanto en términos éticos y cívicos como en los que acotan una razonable convivencia democrática.
14 comentarios
celaya -
a. celaya -
Virginia -
Jam -
Martín Ergoyena -
enovilla -
Belén -
Las críticas deberían haber llegado mucho antes, pero no porque ataquen al Rey, a Rajoy o Zapatero, sino porque es una vergüenza para todo aquel que sea periodista.
Me da rabia y me fastidia pensar que cuando salgamos de la facultad nos tendremos que olvidar de los valores que hemos aprendido sobre el verdadero periodismo, porque, si no acabamos en el \"porno rosa\" (como dice el profesor Sorela) acabaremos metidos en uno de los bandos de esta guerra de medios que estamos viviendo, y que parece no tener fin.
Será en ese momento cuando nos preguntemos: ¿Qué hago yo aquí? y nuestra conclusión será tan descorazonadora que acabaremos pensando: No lo sé, sólo se que esto no es lo que yo quería...
Aún así, mejor tarde que nunca, me alegro de que el ABC también comprenda la gravedad del asunto.
Javier Ibáñez -
Andrés (Óscar) -
Esta cadena de radio presidida por la iglesia y pior algunos que un día se dijeron periodistas, fue medio político para el PP en principio, pero el miedo que imponían se ha vuelto en su contra. Ya tampoco apoyan al PP, y ya no sólo dejan caer su nostalgia de un pasado un poco menos reciente, pero no tanto...
Xaime -
Jarkoe -
Fran -
SEVILLANO -
Marcos -
La Conferencia Episcopal, especialista en absolver del pecado de la mentira, el insulto y la suplantación --recuerden el incidente con Evo Morales-- a los periodistas pecadores de su propia COPE, tendrá que hacerlo también con sus estafas. Quien deberá juzgarles es la justicia ordinaria. Quienes deseen contribuir a que la COPE continúe así que no olvide el incidente al rellenar la próxima declaración de la renta.