Suenan tambores, la confusión está servida
Me impresiona este Editorial Sin compasión. Leedlo con detenimiento. Para mí suenan tambores de guerra o el temor abisal a un terrible desastre. No saben por donde van a recibir el golpe y se han preparado potenciando la seguridad por encima de toda lógica. temen que la batalla por Iraq está perdida y que, en cualquier momento, los chíis de ambos lados, iraquies e iraníes, se unan en una acción contra kurdos y nortemericanos. Por eso, la mano que mece la cuna, parece haberse adelantado a los acontecimientos para implicar a los estados europeos. la confusión está servida. Sigamos atentos al telescopio sin dejarnos engañar por lo que parezca más notorio. Nesemu Mantenimiento de los recortes de impuestos, más gastos militares y menos sociales: difícilmente podía Bush alejarse más del "conservadurismo compasivo" que dice defender a la vista del presupuesto de 2,77 billones de dólares que ha presentado al Congreso para el próximo año fiscal (septiembre de 2006 a octubre de 2007). En estas cifras que son espejo de su alma política -y que el Congreso previsiblemente modificará-, lo único que sube son los gastos de defensa (7%, hasta casi 440.000 millones de dólares, la mitad del PIB español, y un 45% más que cuando Bush llegó a la Casa Blanca en enero de 2001), los de seguridad interior y los del Departamento de Estado. Pese a las promesas de reducción del déficit fiscal -preocupante para el mundo entero-, la perspectiva más inmediata es que para el ejercicio en curso sube hasta un récord de 423.000 millones de dólares. Reaparecen incluso los fondos para sacar petróleo de los parques naturales de Alaska, programa que parecía haber desaparecido del reciente discurso presidencial sobre el estado de la Unión y que ya ha sido rechazado una vez por el Congreso. Los ministerios de Transporte, Justicia y Cultura son los que más recortes sufren, junto con el de Vivienda y Desarrollo Urbano. Qué rápido ha olvidado esta Administración las lecciones del devastador huracán Katrina. Hasta los dineros para la reconstrucción de un hospital de veteranos en la zona quedan para presupuestos suplementarios. La ayuda médica a los mayores y los más necesitados también queda recortada, en un conjunto de programas sociales diezmados. Sólo algunos créditos personales para los seguros médicos se ven favorecidos.
El aumento de las partidas del Pentágono -con nuevos programas contra el terrorismo y conflictos "irregulares"- no supone aún la esperada revisión a fondo de las prioridades militares, ni incluye los inmensos gastos derivados de la guerra de Irak y de Afganistán, que se dotarán separadamente. El conjunto de la propuesta puede llevar a pensar que se trata de un presupuesto de guerra. Pero en tiempos bélicos no se suelen recortar los impuestos, sino todo lo contrario. Bush no habrá conseguido que la rebaja fiscal que sacó adelante en 2001 y 2003 sea permanente, pero, si logra sus objetivos, habrá reducido los impuestos en beneficio de los más ricos en otros 300.000 millones en los próximos cinco años. Estas propuestas chocan en año de elecciones a la Cámara de Representantes y al Congreso, y han sido recibidas con cierto recelo incluso por los republicanos. Pero indican que la Administración sigue haciendo de la seguridad su máxima bandera. Sin compasión.
Mantenimiento de los recortes de impuestos, más gastos militares y menos sociales: difícilmente podía Bush alejarse más del "conservadurismo compasivo" que dice defender a la vista del presupuesto de 2,77 billones de dólares que ha presentado al Congreso para el próximo año fiscal (septiembre de 2006 a octubre de 2007). En estas cifras que son espejo de su alma política -y que el Congreso previsiblemente modificará-, lo único que sube son los gastos de defensa (7%, hasta casi 440.000 millones de dólares, la mitad del PIB español, y un 45% más que cuando Bush llegó a la Casa Blanca en enero de 2001), los de seguridad interior y los del Departamento de Estado. Pese a las promesas de reducción del déficit fiscal -preocupante para el mundo entero-, la perspectiva más inmediata es que para el ejercicio en curso sube hasta un récord de 423.000 millones de dólares.
Reaparecen incluso los fondos para sacar petróleo de los parques naturales de Alaska, programa que parecía haber desaparecido del reciente discurso presidencial sobre el estado de la Unión y que ya ha sido rechazado una vez por el Congreso. Los ministerios de Transporte, Justicia y Cultura son los que más recortes sufren, junto con el de Vivienda y Desarrollo Urbano. Qué rápido ha olvidado esta Administración las lecciones del devastador huracán Katrina. Hasta los dineros para la reconstrucción de un hospital de veteranos en la zona quedan para presupuestos suplementarios. La ayuda médica a los mayores y los más necesitados también queda recortada, en un conjunto de programas sociales diezmados. Sólo algunos créditos personales para los seguros médicos se ven favorecidos.
El aumento de las partidas del Pentágono -con nuevos programas contra el terrorismo y conflictos "irregulares"- no supone aún la esperada revisión a fondo de las prioridades militares, ni incluye los inmensos gastos derivados de la guerra de Irak y de Afganistán, que se dotarán separadamente. El conjunto de la propuesta puede llevar a pensar que se trata de un presupuesto de guerra. Pero en tiempos bélicos no se suelen recortar los impuestos, sino todo lo contrario. Bush no habrá conseguido que la rebaja fiscal que sacó adelante en 2001 y 2003 sea permanente, pero, si logra sus objetivos, habrá reducido los impuestos en beneficio de los más ricos en otros 300.000 millones en los próximos cinco años. Estas propuestas chocan en año de elecciones a la Cámara de Representantes y al Congreso, y han sido recibidas con cierto recelo incluso por los republicanos. Pero indican que la Administración sigue haciendo de la seguridad su máxima bandera. Sin compasión.
5 comentarios
Zola -
Provocar guerras para defender y promover el progreso fuera mientras lo detienes en tu casa...menuda paradoja.
mocito -
Andrés (Óscar) -
Está claro que la historia no ha terminado, que todavía está por escribir. Debemos aprender de la historia para no repetir errores pasados, comportamientos que se repiten en otros contextos, en otras épocas que se alargan en el tiempo y parecen no terminar.
Por eso algunos reivindicamos la memoria, para no pensar en cambiar el mundo, para cambiarlo...
Eduardo -
Es decir: Para evitar un conflicto armado, lo que debemos hacer es silenciar los tambores. Un tambor solo suena cuando alguien lo toca. Por eso tengo mis pequeñas reticencias a la hora de tirar de este hilo de los tambores de guerra - ¿No le estaremos echando leña al fuego?
Belén -
Los cimientos de los Estados Unidos no son los derechos civiles, ni la libertad de expresión. Las tres palabras que definen las bases políticas de norteamérica son: muerte, desconfianza y dinero.
La explicación de que invierten en armamento para aumentar la seguridad es, además de un oxímoron por si misma, falsa. La población estadounidense ve las guerras desde la lejanía, y la inversión en armamento no parece tan mala.
Pero cuando un niño de seis años mata accidentalmente a una compañera de clase porque encontró el arma de sus padres en un cajón de su casa, el grito de horror no se oye, porque el sonido de los billetes que ingrean los empresarios de armamento suena con más fuerza.