Bazofia periodística y falta de criterio de un juez "estrella"
1.- La Corona es una Institución que hemos aprobado democrática y constitucionalmente los españoles en su día. Representa a la nación española y es una forma de gobierno que tuvo su importancia a lo largo de la historia. Cuando queramos y podamos reemplazarla por una República constitucional, social y democrática disponemos de medios en la misma Constitución. O, en caso de tiranía, despotismo o abuso de poder, mediante la fuerza si fuera necesaria, en ejercicio del poder soberano del pueblo a alzarse contra los regímenes que se vuelven tiránicos aunque tuvieran "legitimidad de origen", pero que pierden la "legitimidad de ejercicio". Esta monarquía tiene su origen en una decisión personal y no consensuada del anterior Jefe de Estado, y dictador, pero la legitimamos mediante referéndum (cierto que fue más bien un plebiscito impuesto, pero fue legal, algunos dudan de que fuera legítimo, desde luego no fue justo sino interesado y anacrónico).
Rebus sic stantibus, (tal y como están las cosas) la Institución tiene todos los deberes y derechos que le hemos otorgado (no se olvide) y reconocido constitucionalmente. ¿Que, en no pocas ocasiones, se exceden en algunas formas exteriores, superadas por la evolución histórica, y que puede que confundan sus obligaciones y derechos con los negocios privados de algunos miembros de esa Familia? Está más que demostrado y sólo un tácito acuerdo de los medios de comunicación están hurtando a la opinión pública la fortuna del monarca que llegó sin patrimonio y que ha sido el ejemplo más desastroso de entrega a consejeros áulicos en materia de finanzas e inversiones, catastróficos, hasta el punto de que varios de ellos han pasado o están en la cárcel por delitos económicos. Que la vida personal de algunos miembros de esa Familia, comenzando por su titular, distan mucho de ser ejemplares o ajustados a las normas impuestas por esa moral católiconacional al resto de los ciudadanos, es evidente. Pero es su vida privada y mientras no atente a "la cosa pública", queda para el análisis de comentaristas e historiadores tan pronto como se pueda, y no en programas rosa de facineroso talante en el que una ex-vedette amenza con descubrir "su gran secreto": ¡el secreto de Polichinela! Como lo de Barcelona y tantas y tantas conductas que tradicionalmente se denominaban "cosas de los borbones". No "borboneo" al que fueron tan prioclives y funestos sus predecesores (injerencia en la política militar, económica o administrativa, hoy por hoy, llevada con prudencia por el actual monarca). Al mismo tiempo, es justo reconocer los servicios que la Corona ha prestado al Estado en el desempeño de su misión constitucional... nada menos que ayudarnos a salir del entramado de un régimen sin legitimidad de origen y trufado de arribismo, despotismo y de auténticos crímenes. Muchos dudamos de que su heredero sea capaz de hacerlo. No hay más que ver su tendencia a hacer realidad sus caprichos. Pero esto, hoy por hoy, parece que no repercute en el Estado, ¿o sí? Lo comprobaremos a no tardar mucho. Estoy convencido.
En cuanto a esa bazofia publicada en portada por una diz que revista humorística, para mí, como ciudadano y como periodista, no tiene pase alguno. Es vulgar, obscena y de un mal gusto que roza el esperpento o las limitaciones síquicas de su autor y editores. En democracia no vale todo, ni mucho menos. Atenta a la vida privada de dos ciudadanos, no de la Corona ni de las Instituciones. Es propia de la reprimida y enfermiza "necesidad" de pintar en las paredes de las letrinas. Pero ni yo ni cientos de miles de ciudadanos hubiéramos visto esa indecencia si no fuera por el excesivo celo de un juez "estrella2 (mala cosa) que se ha dejado influenciar por los aledaños de una "corte fantasmal y arribista" que por desgracia existe. Los medios siempre deben ser proporcionados al móvil o a la causa que los desencadena: aquí han pretendido matar moscas a cañonazos y han conseguido una difusión de la infamia a nivel mundial, ya no sólo nacional, gracias a estos formidables medios eléctrónicos. Un juez, como un editor o quien quiera que esté constituido en responsabilidades públicas, está obligado a prever el resultado de sus acciones.
Y no tengo más que decir. Me declaro republicano, ciudadano y respetuoso con todas las personas, entre ellas, los miembros de esa Familia de españoles a la que, como personas, aprecio y, como institución, respetaré siempre que su actuación sea ajustada a derecho. ¡Miren en qué estamos ocupándonos un hermoso domingo de julio en unas tierras maravillosas como son las nuestras de Galicia!
Rebus sic stantibus, (tal y como están las cosas) la Institución tiene todos los deberes y derechos que le hemos otorgado (no se olvide) y reconocido constitucionalmente. ¿Que, en no pocas ocasiones, se exceden en algunas formas exteriores, superadas por la evolución histórica, y que puede que confundan sus obligaciones y derechos con los negocios privados de algunos miembros de esa Familia? Está más que demostrado y sólo un tácito acuerdo de los medios de comunicación están hurtando a la opinión pública la fortuna del monarca que llegó sin patrimonio y que ha sido el ejemplo más desastroso de entrega a consejeros áulicos en materia de finanzas e inversiones, catastróficos, hasta el punto de que varios de ellos han pasado o están en la cárcel por delitos económicos. Que la vida personal de algunos miembros de esa Familia, comenzando por su titular, distan mucho de ser ejemplares o ajustados a las normas impuestas por esa moral católiconacional al resto de los ciudadanos, es evidente. Pero es su vida privada y mientras no atente a "la cosa pública", queda para el análisis de comentaristas e historiadores tan pronto como se pueda, y no en programas rosa de facineroso talante en el que una ex-vedette amenza con descubrir "su gran secreto": ¡el secreto de Polichinela! Como lo de Barcelona y tantas y tantas conductas que tradicionalmente se denominaban "cosas de los borbones". No "borboneo" al que fueron tan prioclives y funestos sus predecesores (injerencia en la política militar, económica o administrativa, hoy por hoy, llevada con prudencia por el actual monarca). Al mismo tiempo, es justo reconocer los servicios que la Corona ha prestado al Estado en el desempeño de su misión constitucional... nada menos que ayudarnos a salir del entramado de un régimen sin legitimidad de origen y trufado de arribismo, despotismo y de auténticos crímenes. Muchos dudamos de que su heredero sea capaz de hacerlo. No hay más que ver su tendencia a hacer realidad sus caprichos. Pero esto, hoy por hoy, parece que no repercute en el Estado, ¿o sí? Lo comprobaremos a no tardar mucho. Estoy convencido.
En cuanto a esa bazofia publicada en portada por una diz que revista humorística, para mí, como ciudadano y como periodista, no tiene pase alguno. Es vulgar, obscena y de un mal gusto que roza el esperpento o las limitaciones síquicas de su autor y editores. En democracia no vale todo, ni mucho menos. Atenta a la vida privada de dos ciudadanos, no de la Corona ni de las Instituciones. Es propia de la reprimida y enfermiza "necesidad" de pintar en las paredes de las letrinas. Pero ni yo ni cientos de miles de ciudadanos hubiéramos visto esa indecencia si no fuera por el excesivo celo de un juez "estrella2 (mala cosa) que se ha dejado influenciar por los aledaños de una "corte fantasmal y arribista" que por desgracia existe. Los medios siempre deben ser proporcionados al móvil o a la causa que los desencadena: aquí han pretendido matar moscas a cañonazos y han conseguido una difusión de la infamia a nivel mundial, ya no sólo nacional, gracias a estos formidables medios eléctrónicos. Un juez, como un editor o quien quiera que esté constituido en responsabilidades públicas, está obligado a prever el resultado de sus acciones.
Y no tengo más que decir. Me declaro republicano, ciudadano y respetuoso con todas las personas, entre ellas, los miembros de esa Familia de españoles a la que, como personas, aprecio y, como institución, respetaré siempre que su actuación sea ajustada a derecho. ¡Miren en qué estamos ocupándonos un hermoso domingo de julio en unas tierras maravillosas como son las nuestras de Galicia!
8 comentarios
Jesús Centeno -
pau -
A un rey, como a ti y a mi, no se le puede hacer responsable de lo que hace su familia. Estaríamos frescos que mi solvencia como hombre dependiera de lo que hace el impresentable de mi primo, o con quien se acuesta mi hija.
Deberíamos preocuparnos más de otras cosas... por ejemplo:
http://www.guerraeterna.com/archives/2007/07/justicia_saudi.html#comments
Un saludo.
José Sámano -
Emma Bernardo -
Xaime -
Sdan -
Y es que la cantinela ésa ("lo llaman democracia y no lo es") que uno se aprende yendo a las manifestaciones por la República, es una verdad como un templo.
Saludos.
Hugo -
Diego Lopez -
Yo estoy a favor de una Republica tambien.
Perdon por la ausencia de tildes, pero no hay en este teclado o no las encuentro.
Saludos y abrazos desde Liverpool.