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J. C. García Fajardo

Retazos de Sergei 039: Autoestima

Un joven aprendiz de discípulo pidió al Maestro que le ayudase para que lo valorasen más, pues se sentía inútil y nadie lo apreciaba.
El Maestro le respondió con simpatía
- Si quisieras ayudarme tú a mí, quizás podría ayudarte pero antes tengo que vender este anillo para pagar una deuda. Vete al mercado a venderlo. Es necesario que no aceptes menos de una moneda de oro.
El joven, apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes pero, en cuanto mencionaba la moneda de oro, nadie quiso pagar ese precio.
Regresó triste a casa del Maestro y le dijo :
- Maestro, no es posible conseguir lo que me pides. No creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- Eso que has dicho es muy importante – contestó sonriente el Maestro-. Antes, debemos conocer el verdadero valor del anillo. Ve a ver al joyero y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joyero examinó el anillo y le dijo al muchacho:
- Dile al Maestro que, si lo quiere vender ahora, no puedo darle más de cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.
- ¿Cincuenta y ocho monedas? – exclamó el joven.
- Sí – replicó el joyero-. Yo sé que podríamos obtener por él cerca de setenta monedas, pero si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del Maestro a contarle lo sucedido.
- Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única – le dijo el Maestro después de escucharlo-. Y sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y, diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda. El joven se inclinó ante el Maestro y con una sonrisa nueva fue admitido como discípulo.

José Carlos Gª Fajardo

33 comentarios

elba -

Todos somos un dimante en bruto, una joya como decía el relato, pero deberíamos aprender a valorarnos un poquito, ya que por regla general tendemos a infravalorarnos. Por desgracia la envidia es muy grande y si no somo nosotros mismos los que decidimos hasta donde podemos llegar, nadie lo hará por nosotros.

Ochoa de Alda -

Cuando valoran u opinan sobre una persona, es bueno. Es difícil darse cuenta en uno mismo que algo no funciona bien que tienes valores negativos. Es igual que cuando nos probamos un traje o nos cortamos el pelo, necesitamos saber la opinión de nuestro alreredor. Dime que tengo mal y así podré cambiarlo.
También tenemos que valorarnos, para aumentar nuestra confianza y motivación, pero nunca te tienes que sentir inferior o superior a nadie. Vales lo mismo que el que está a tu lado, busca para qué, busca con que te sientes mejor y puedes contribuir de alguna forma a ayudar a los demás.

Jam -

Propongo una cosa: vamos a olvidarnos de las convenciones sociales y del qué dirán, actuemos cómo queremos y nos dé la gana. Vamos a pasar de todo el mundo, de lo que nos diga la gente, del que te critica, del que habla bien de ti, y hagamos las cosas que queramos hacer y cómo queramos hacerlas. Yo hace tiempo que empecé a actuar de esta manera, y aunque aún no he conseguido aplicarlo al cien por cien, pues es difícil, puedo decir que soy en muchas ocasiones feliz, que estoy contento de ser como soy.

Bealma -

Creo que el truco esta en 'no venderse'. Nadie es de nadie, por eso el reconocimiento, la medida de lo que pagan por tí, debería de estar omitido como 'necesidad' y aparecer como expontaneidad de los que de verdad merecen la pena. Lo demás sobra (debería).

felicitas -

Todos desde pequeños tenemos un poco de ese discípulo. Desde entonces hemos crecido en una sociedad cuyos valores (ahora refugiados en creencias y dogmas) parecen obsoletos, y dan paso a otros (aquellos que podrían tranquilamente trasplantarse a máquinas, o aparatos de última tecnología) que por desgracia, lejos están de lo más íntimo y sensible del ser humano. El reconocimiento personal o el de los otros se ve nublado en esta atmósfera que hemos creado, en la que parece que debemos sobrevivir, compitiendo, y que a la vez nos hace inseguros y por consiguiente, seguidores de la masa, de las tendencias, etc. Necesitar que alguien nos valore, nos de su aprobación, no es caso raro pues no somos capaces ver solos, estamos confeccionados para obedecer y hacer los que otros nos dicen.
No actúo porque me lo reconocerán, sino por que así lo creo. Es importante tener convicciones propias y valerse por sí mismo, aunque nunca esta demás compartirlas (pues así han llegado hasta nosotros) y sólo así podremos seguir aprendiendo.

Iván -

Cierto es todo lo que los compañeros vienen apuntando, ser valorado por los demás es importante y muy gratificante, pero es esencial para nuestra formación como personas valorarse a uno mismo. Creedme, y permitidme el atrevimiento de ofreceros un consejo, desde mi escasa experiencia, no hagaís caso a quien con sus alabanzas os eleve a categorías semi divinas, ni a quién con sus descalificaciones os rebaje hasta la humillación, valéis mucho menos y mucho más que todo eso, valéis lo que vuestra conciencia os dicte. El hombre más feliz es el que llega a admirarse sinceramente a sí mismo. Tened en cuenta, como decía Diderot, que engullimos de un sorbo la mentira que nos adula, y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga. No nos atragantemos por beber tan rápido lo bueno ni nos quedemos con sed por probar muy poco de lo malo.

DANIEL -

Hay que saber valorarse a sí mismo. Yo me valoro mucho, y no me importa lo que el entorno piense de mi. Además, hoy en día, tal y como está el mundo nadie te va a valorar si no te valoras tú a ti mismo.

Jose Mendoza -

Sentirse valorado es muy importante para cualquier persona. Pero no sólo en el ámbito del trabajo, sino también en el campo de la amistad, del amor, del deporte y de muchos más. ¿A quién no le gusta saber que su trabajo o su dedicación está dando sus frutos? Sin embargo, aún más importante es estar contento con tu trabajo y saber que lo estás haciendo bien ya que, como dijo Gaona, el tiempo pone a cada persona en su sitio.

Jose Mendoza -

Sentirse valorado es muy importante para cualquier persona. Pero no sólo en el ámbito del trabajo, sino también en el campo de la amistad, del amor, del deporte y de muchos más. ¿A quién no le gusta saber que su trabajo o su dedicación (según se mire) está dando sus frutos? Sin embargo, aún más importante es estar contento con tu trabajo y saber que lo estás haciendo bien ya que, como dijo Gaona, el tiempo pone a cada persona en su sitio.

Patricia Palacios -

La falta de autoestima solo es falta de amor a uno mismo. Solo si nosotros encontramos nuestros propios dones les daremos el valor real y, por tanto, el resto de las personas también los verán.
Muchas veces, la inseguridad y el miedo nos llevan a la falta de autoestima, pero pienso que de los errores se aprende y que por tanto, hay que probar todo y no tener miedo a nada.

Eduardo -

Pues sí, sin duda sentirnos valorados y estimados es muy importante. Pero también lo es el valorar a los demás, el sentir que todos somos como el anillo de oro. Hay veces que valorando los actos ajenos podemos encontrar sentido a los nuestros.

También es importante no olvidarnos de la labor del maestro. Esta fábula pretende mostrar las impresiones del discípulo, pero de la labor del maestro podemos extraer una enseñanza: También son importantes esas personas que nos hacen sentirnos bien, en definitiva, que nos ayudan a valorarnos a nosotros mismos y a creer en nuestras posibilidades.

El artículo, para acabar, me recordó una cita del profesor en clase, que venía a decir algo así como "para poder hacer algo, primero tenemos que creer que podemos hacerlo".

Sonia Sanz -

A veces simplemente porque endiosamos a otros, a veces simplemente porque nos queremos poco, el caso es que tan peligrosa como la poca humildad es la falta de autoestima. No consiste en sacarle defectos al otro para ponerle a nuestro nivel, sino en saber descubrir nuestras propias virtudes. Seguramente si hiciéramos una lista sobre nosotros mismos podríamos escribir más aspectos negativos que positivos. Siempre se nos ha dicho que no es muy bonito ponernos a nosotros mismos por las nubes, pero eso no quita que reconozcamos lo que realmente valemos. Nosotros somos lo único que al final del camino realmente tenemos, así que por qué no reconocer nuestro propio "infinito" valor.

rocoli (Basílica de San Pedro) -

Di, Jesucristo, ¿por qué me besan tanto los pies?
Soy San Pedro aquí sentado,
en bronce inmovilizado,
no puedo mirar de lado
ni pegar un puntapie,
pues tengo los pies gastados,
como ves.
Haz un milagro, Señor.
Déjame bajar al río,
volver a ser pescador,
que es lo mío.

("Roma, peligro para caminantes", Alberti).
Creo que las personas más contentas son las que rechazan toda veneración. Ser uno mismo vaya, sin necesitar adulación.

Mariola -

Son numerosas las veces que para nuestras acciones nos guiamos por el "qué dirán", sin obrar con naturalidad, ni con nuestra forma de ser, lo cual es una equivocación, cada uno tenemos una personalidad y tenemos que actuar así y sin falsedad alguna.
También hemos de valorarnos a nosotros mismos, que frecuentemente lo hacemos en los demás y nos olvidamos de nosotros.

Borja -

Cada persona es un mundo, no se puede pretender que todo el mundo te comprenda, comparta opiniones o que te aprecie.
Cada persona tiene unos valores, unas virtudes que forman la parte de un todo. Las personas son especiales en si mismas, no en lo que les rodea. Hay que encontrar un grupo de personas que sepan apreciarte y viceversa. Pienso que cada persona tiene que encontrar su parte, ser un poco egoísta y buscar la felicidad.
No existe gente que incomprendida, sino, gente que aún está buscando su lugar.

Mariola -

Es frecuente pensar siempre en el \"qué dirán\" o actuar de una forma que no es la tuya, simplemente para satisfacer a los demás, pero eso no debe ser así, cada uno tenemos una personalidad y hemos de mantenerla, sin actuar con falsedad.
Y hemos de valorarnos nosotros mismos, al igual que lo hacemos con los demás.

Borja -

Cada persona es un mundo, no se puede pretender que todo el mundo te comprenda, comparta opiniones o que te aprecie.
Cada persona tiene unos valores, unas virtudes que forman la parte de un todo. Las personas son especiales en si mismas, no en lo que les rodea. hay que encontrar un grupo de personas que sepan apreciarte y viceversa.Pienso que cada persona tiene que encontrar su parte, ser un poc egoista y buscar la felicidad.
No existe gente que incomprendida, sino , gente que aún está buscando su lugar.

Alejandra Requena -

Lo primero es que uno tiene que ser uno mismo, con sus más y sus menos, sí, pero al fin y al cabo uno mismo. Sólo así podemos aceptarnos y aumentar nuestra autoestima.
La opinión de los demás también cuenta, siempre y cuando no nos hagan cambiar, ser diferentes por lo que puedan pensar. Tenemos que tener en cuenta que en algún lugar habrá un joyero que sepa valorarnos.

Alejandra Requena -

Lo primero es que uno tiene que ser uno mismo, con sus más y sus menos, sí, pero al fin y al cabo uno mismo. Sólo así podemos aceptarnos y aumentar nuestra autoestima.
La opinión de los demás también cuenta, siempre y cuando no nos hagan cambiar, ser diferentes por lo que puedan pensar. Deberíamos recordar que en algún lugar habrá un joyero que sepa valorarnos.

Alejandra Requena -

Para poder saber lo que valemos hay que ser uno mismo, con sus más y sus menos, sí, pero al fin y al cabo uno mismo.
Solo siendo uno mismo podemos mostrarnos seguros y aumentar nuestra autoestima.
La opinion de los demás tambien cuenta, sin embargo no por ello tenemos que cambiar, cada uno es como es, y en algún lado habrá un joyero que nos sepa valorar.

Gaona -

Reconocer nuestros defectos es el primer paso para valorar las cualidades de los demás, aunque también es importante que cada persona sepa valorarse a sí misma. A todo el mundo le gusta que los demás le valoren, pero no hay que obsesionarse con ello. El tiempo pone a cada persona donde le corresponde, y el que merece ser valorado lo acaba consiguiendo.

Juan José Madrigal -

Nadie es menos que nadie. Es necesario que alguien te estimule, para que encuentres tus verdaderos valores que quizás aún no has encontrado. Todo el mundo tiene una esencia, ni buena ni mala, distinta. Lo hermoso es mostrante sin falsedades, siendo transparente se llega más lejos. La base de la autoestima es confiar en nosotros mismos.

J.Lennon -

hay que aprender a valorar los "valores" (valiendo la redundancia) y la "esencia" (por así decirlo), en definitiva, la sencillez de la persona, antes que mirar a su alrededor a ver cuánta gente le acompaña. Son mucho más importantes los pequeños valores de cada persona, que son los que hacen el conjunto. La autoestima, bajo mi punto de vista, es más que nada personal, en tanto que influyen , obviamente, los demás, es algo íntimo. De ello dependerán las relaciones cn los demás. Por mi parte, estoy muuy agusto con mis amigos de verdad (que desgraciada o afortunadamente, son pocos, me llevan acompañando algunos mis 18 años de vida, y puedo poner la mano en el fuego de que seguirán haciéndolo. No busquemos falsas compañías ni agradar. Tengamos un poco más de orgullo propio.

J.Lennon -

Que sí, que siempre es bueno que nuestra gente nos anime de vez en cuando y resalte nuestros valores... a quién no le gusta lo bien que ha hecho ésto o aquello?? A TODO EL MUNDO!!! pero también nostros deberíamos hacerlo con los demás, no solo esperar a que nos halaguen, sino también halagar o animar a quién creas que lo necesite en un momento determinado. Por el otro lado, es mejor no intentar "caer bien" a todo el mundo, es inútil como ello sólo. Cada persona tiene un modo de ser, un carácter, y, por consiguiente, unas compatibilidades. Por lo tanto, siempre tendremos nuestro grupo de amigos, más o menos extenso, con el que, aunque no coincidamos en carácter con todos sus miembros, quizá lo hagamos en inquietudes, pero es imposible (IMPOSIBLE) ser el típico "relaciones públicas" (como suelo llamarlos yo) que cae bien a todo el mundo.

Cristina G. A. -

Solo tenemos que ser nosotros mismos, dejar a un lado las falsedades. De esta forma agradaremos a las personas. No por tener más gente a nuestro alrrededor vamos a ser más felices. Si pretendes caerle bien a todo el mundo conseguirás al final lo contrario, hay que ser natural para que los demás puedan encontrar la belleza de ese diamante que cada uno guarda en su interior.

Cristina G. A. -

Solamente tenemos que ser nosotros mismos, dejar a un lado las falsedades. De esta forma agradaremos a las personas. No por tener más gente a tu alrededor vas a ser más feliz. Si pretendes caerle bien a todo el mundo acabarás por conseguir lo contrario, hay que ser natural, para que los demás puedan encontrar la belleza de ese diamante que cada uno guarda en su interior.

RöXyE -

"El que sólo busca la salida no entiende el laberinto, y, aunque la encuentre, saldrá sin haberlo entendido"
No podemos pretender que el otro conozca nuestros valores antes que nosotros mismos.La autoestima es el camino de conocimiento interior de cada uno que nos permite alcanzar el punto en el que podamos decir "yo sé quién soy" (y me gusta, que es lo importante).

Santiago C. -

Autoestima, cuantas veces he repetido esa palabra.
Muchas veces sabemos lo mucho que valemos, pero además de saberlo,necesitamos el apoyo y la adulación de la gente para asentarlo. Pero si nos encontramos con que esa aceptación o apoyo social no existe, nuestra propia confianza se desvanece.
Creo que saber valorarnos realmente es un elemento de maduración. De lo que estoy seguro es que es mucho más importante el valorarse uno mismo que la aceptación que nos puedan ofrecer los demás, y que muchas veces buscamos antes.

laura suárez -

en verdad es una formula que tenemos inscrita en la cabeza. nos encanta caer bien a la gente,s er admirados por otras personas y servir de ejemplo para los demás.
Ante todos estos pensamientos, la pregunta que surge es:¿para qué? ¿ qué consigues con esto? la aportacion es nula. consigues vivir por y para losdemás y eso no tiene valor en la vida. tú sabes cuanto vales y como eres, no hace falta tener a nadie detras que nos lo diga.siempre te gusta que de vez en cuando te den una palmadita en la espalda y te digan que vales y que eres bueno pero por ello tu mundo no ha degirar en torno a los demás. tu eres tú y eso nunca nadie te lo arrebatará. no hay que dejarse anular por los demás.

tEKy -

Hay veces que por intentar agradar podemos perder nuestra esencia. Hay veces que no nos damos cuenta que si no andamos avispados, alguien, cualquiera puede moldearnos creyéndose possedor de la fórmula mágica (¡¡pobre iluso diría yo!!)pero no, como dice el maestro, el díscipulo y cada uno de nosotros \" somos una joya valiosa y única \". Empecemos a valorarnos de una vez y aprendamos a no darnos a cualquier ladrón de joyas que nos pueda vender en el primer mercado por el que pase...

Escila -

El problema de la autoestima no es lo que valemos, sino saberlo. Hay gente que tiene la autoestima muy alta y no valen nada, literalmente nada. Hay quien no sabe lo que vale ni deja que los demás lo perciban, y nace un duelo interno. Y luego está el típico caso, del que vale, no lo sabe, pero los demás lo notan y le valoran. Por útimo tenemos el que sabe lo que vale y ansí demostrarlo, pero da con que esa no es la fórmula. Se queda esperando a que un cazatalentos (alguien que de verdad sepa ver a las personas) descubra el maravillosos mundo que esconde. Todos somos experiencias, tratos, todos tenemos un pasado que nos ha forjado y al que debemos gran parte de lo que somos.

María -

Si vamos por la vida intentando agradar a todos no encontraremos si no lo contrario, y anularnos.
Si nos preocupásemos más de saber cuánto vale nuestro prógimo que de que él nos aprecie correctamente, sólo conseguiremos andar solos por la vida.

Por otro lado, yo sé lo que valgo, no más que nadie, pero tampoco menos. Eso es lo que importa. Pero a veces es bueno que te lo recuerden.

DavidCG -

...Vaya...
Impresionante. Añadiría además que somos como diamantes en bruto (la fórmula "potencia y acto" aristotélica) pero ya está muy manido.

Desde aquí un saldudo a todos aquellos que han conseguido saberse valiosos.