Rusia tiene derecho a administrar sus riquezas de gas y venderlas a precios de mercado
Sin defender para nada al personaje Putin estoy convencido de que Rusia tiene derecho a administrar sus riquezas de hidrocarburos "con arreglo a las reglas del mercado" que tanto les han encomiado. Igual que hacen todos los países del mundo con independencia de sus regímenes políticos. ¿O van a imponerles los occidentales cómo disponer de esa riqueza? Ucrania ha formado siempre parte de la historia de Rusia, hasta el punto de que serían irreconocibles una sin la otra. Pero si Ucrania ha elegido colocarse en la órbita de la OTAN y moviliza un "cordón sanitario" en torno a Rusia ¿por qué esta va a concederles un precio de favor por el gaz? Que se apliquen las reglas del mercado libre. No juguemos con los sentimientos y con laas mejores opciones políticas "para los intereses de Occidente". Necesitamos a una Rusia fuerte, independiente, rica y unida. La necesita la más elemental geopolítica. Recordemos lo que Occidente dejó de ayudar a Gobachov y la ruina la corrupción en que sometieron a la inmensamente rica Rusia y sus países amigos. Abramos los ojos. ¿O era mejor el corrupto e impresentable Yeltsin que propició la mayor sangría del gran pueblo ruso? Porque Putin nos parezca siniestro su mandato termina en 2008 y yttiene todo el derecho y hasta la imperiosa necesidad de recuperar su puesto clave en el concierto internacional. ¿Son mejores los dirigentes chinos o los que hoy pretenden dominar el mundo desde washington con una óptica imperialista? ¿Son mejores los gobernantes de Indonesia, de Singapur, de Egipto, de Congo, de Libia, de Turquía ... o los que rigen el mundo desde los paraísos fiscales? Por favor, sigamos muy de cerca esta mal llamada guerra del gas, porque es una fase de la lucha por la supervivencia. Nesemu. Rodrigo Fdez. envía una interesante crónica desde Moscú aunque un tanto sesgada, selecciono algunos párrafos de el País: //La guerra del gas muestra que tras las declaraciones rusas de querer consolidar la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que surgió después de la desintegración de la Unión Soviética, están en realidad los deseos de meter en cintura a los países díscolos del que era su patio trasero y utilizar cualquier instrumento a su alcance para tratar de ponerlos de rodillas. El primer blanco de esta política de mano dura ha sido Ucrania, que con sus casi 50 millones de habitantes es el país más importante después de Rusia en la CEI. Rusia, desde un comienzo, ha seguido atentamente el desarrollo político de Ucrania, país eslavo vecino con el que tiene muchísimos años de historia y cultura comunes. Además, Crimea y las provincias industriales del este de Ucrania son mayoritariamente rusohablantes; los inversores rusos tienen intereses en la economía de ese país y la base de la flota del mar Negro rusa se encuentra en el puerto ucranio de Sebastopol. Por último, el Kremlin utiliza en Ucrania dos radares que deben avisarle a tiempo en caso de un ataque nuclear, y componentes de más de cien misiles intercontinentales rusos siguen fabricándose allí...
El nuevo presidente no sólo comenzó a aplicar una política occidental, sino que despertó la furia de Moscú al crear, junto con Georgia y Moldavia, un frente democrático que el Kremlin veía como antirruso. Unidos a los países bálticos, podían formar un cordón sanitario en las fronteras de Rusia con Europa. Tampoco podían gustar a Moscú las insistentes declaraciones de diversos dirigentes ucranios sobre la necesidad de impulsar la toma de medidas que aceleraran un futuro ingreso en la OTAN. Harta del comportamiento desafiante de Ucrania, Rusia decidió actuar y golpear económicamente a su vecino. A las restricciones y barreras arancelarias impuestas a productos provenientes de Ucrania, Rusia sumó su arma más poderosa, el gas, y se propuso ahogar energéticamente al país rebelde. Para ello los dirigentes de Gazprom no dudaron en realizar un viaje relámpago a Turkmenistán y firmar un contrato que les permitiera afirmar que todo el gas que ahora llega de ese país centroasiático está destinado a Rusia. Así, el Kremlim podía cerrar no sólo el grifo del gas ruso, sino también del turkmeno, que es el que Ucrania más consume.
Moscú creía que en esta disputa iba a tener el apoyo de Europa y de Occidente en general, lo que le permitiría o poner de rodillas al régimen de Yúshenko o influir, gracias a la crisis energética que se desataría, en la política interior de Ucrania para garantizar la victoria de la oposición, liderada por Yanukóvich, en las parlamentarias de marzo próximo. El favorito del Kremlin se convertiría así en primer ministro, cargo que, según la reforma constitucional entrada en vigor, pasa a ser el más importante del país. Entonces Rusia podría mostrarse magnánima y acceder a un precio del gas que fuera razonable para Ucrania.
Los objetivos del Kremlin no están siendo alcanzados, al menos de momento. Ucrania ha seguido usando el gas; Gazprom, para no dañar la reputación de Rusia como socio fiable, ha tenido que bombear más combustible para cumplir sus compromisos con los países europeos, y Occidente no ha apoyado a Moscú.
Víctor Jristenko, ministro de Industria y Energía de Rusia, señaló ayer que había que "dejar de politizar la situación", cosa que, según Moscú, está haciendo Ucrania. Al mismo tiempo, acusó a Kiev de querer demostrar, "utilizando su factor de tránsito" del gas ruso, que es "el país más importante y con más perspectivas como posible miembro de la UE y de la OTAN".// De hecho, Rusia y Ucrania han alcanzado un acuerdo sobre el precio del gas natural tras cuatro días de conflicto. Desde ahora Gazprom cobrará 230 dólares por cada 1.000 metros cúbicos a una empresa que, tras mezclarlo con importaciones de otros países, lo venderá a la ucrania Naftogaz por 95 dólares.
9 comentarios
aly -
Xaime -
Marcos -
leticia -
Daniel Gomez -
Como en este mundo politica y economia van cogidas de la mano, es evidente que la estrategia de Gazprom tiene un claro trasfondo de presion politica. Esta empresa es utilizada por Putin como su titere para castigar a Ucrania por su giro hacia occidente. Esta vez le ha salido el tiro por la culata. Rusia ha metido la pata con sus compradores europeos que evidentemente necesitan desesperadamente su gas. Europa ya no puede confiar tanto en Rusia como proveedor de gas y, por tanto, va a tener que buscar o incrementar su suministro de otras fuentes.
Quizas deberiamos ir pensando en usar mas racionalmente esta fuente de energia. Porque tener la calefaccion encendida todo el dia a tope? Un poquito mas de abrigo en casa y mas moderacion en el consumo.
El gas y el petroleo no son eternos.
Eduardo -
Cartago -
Ángeles -
Ruth Pilar -
Lo primero es su autoabastecimiento y luego la venta.
Una cuarta parte del gas que consumimos en europa viene de allí, pero tenemos reservas, no hay que llevarse las manos a la cabeza, nos creemos que Rusia es como ese Tercer Mundo que tanto se explota a cambio de nada.
Me parece bien el plante. El que quiera peces...