Propuesta de rebelión ante el Año Nuevo
Hay personas que se angustian pensando en lo que les gustaría decir a otras y no encuentran el modo. Es preciso convertirse en "Robadores de momentos" y de todo lo bueno, hermoso y verdadero que pase a nuestro alcance para realizar la justicia en nuestro entorno. Es el modo más asequible de transformar esta sociedad que no nos gusta por miope e insolidaria. Muchas leyes no nos obligan en conciencia porque son injustas aunque legales, pero no podemos ser cómplices con nuestro silencio. Denunciamos la injusticia, estudiamos la realidad concreta, ayudamos al necesitado, proponemos opciones alternativas y caminamos junto a los poderosos manteniendo indómito el corazón.
Es una cuestión de "actitud", las conductas se "adaptan" a las situaciones concretas. Cuando digo que no nos obliga la ley lo hago con el espíritu de tantas personas que "han caído en la cuenta" de que toda realidad es relativa, que no vale la pena apegarse ni al desapego, que es absurdo además de injusto el que unos tengan tanto y otros no alcancen lo necesario. Es una aberración que va contra los derechos naturales de los seres humanos y de toda la naturaleza... luego, no obligan en conciencia las leyes que perpetúan esta situación.
El derecho de resistencia se convierte en deber cuando afecta a la justicia y a la libertad. ¿Cómo va a ser lícito colaborar con el opresor?
Hay que considerar la realidad socio económica bajo este prisma, de acuerdo con los datos de los Informes del PNUD. Es como si un opresor invadiera nuestras tierras, esclavizara a nuestros hombres, violara a nuestras mujeres, sodomizara a nuestros hijos... ¿tendríamos que colaborar con ellos? La razón natural, el sentido común, la ley escrita en nuestros corazones nos dice que no.
Como la Peste de que hablaba Albert Camus: nos ha invadido y nos estamos acostumbrando a vivir entre cadenas. ¿Cómo puede ser posible que el 18% de la humanidad acapare el 80% del consumo de la tierra? ¿Cómo puede ser posible que haya casi dos mil millones de seres en la miseria, sin acceso al agua potable, a la instrucción básica, a la sanidad más elemental, a una esperanza de vida acorde con nuestro tiempo, a un medio ambiente no degradado por el despilfarro de una industria letal, por la codicia y la ambición de unos pocos?
¡Están locos y nos hacen creer que los locos somos nosotros! Es un manicomio de gente sana regido por tarados. Como aquella granja en la que mandaban los cerdos. Durante miles de años se tuvieron por "normales" - estaban reguladas por normas legales,- la esclavitud, la inferioridad de las mujeres, el dominio de unos pueblos sobre otros, de unas culturas y de unas religiones sobre otras, el racismo, el imperialismo de la cruz y de la espada o de la media luna... En nombre de Dios y de la civilización cristiana y etnocentrista realizamos la conquista de América, la colonización de África y de Asia, la persecución de los que no pensaban como el grupo dominante, la Inquisición, el dominio capitalista y los totalitarismos comunista y fascista. Al igual que los musulmanes pretendieron y lograron "someter" (Islam) a tantos pueblos y gentes.
¿Acaso nuestros hijos no nos preguntarán cómo no sentimos horror ante las evidencias de las guerras actuales, de la criminal siembra de campos de minas que destrozan a inocentes, de la miseria impuesta a pueblos empobrecidos, de la prepotencia de las multinacionales, de la tiranía de las ideologías, de la divinización del consumismo, de la marginación de las gentes de color y de los que exigen su derecho a ser diferentes, del genocidio de los indígenas, de la explotación de los niños y de las mujeres, de los bombardeos de poblaciones civiles sin que medie declaración de guerra ni autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de los embargos que siempre padece la población civil y nunca los militares ni los policías ni los miembros del Partido en el poder?
¿Acaso no somos responsables, mediante el pago de nuestros impuestos de la fabricación de armas y de su venta por miles de millones de pesetas a gobernantes que envían a la muerte, al hambre y a la desesperación a sus pueblos?
La denuncia no puede quedar en retórica: como propósito ante el nuevo año deberíamos asumir el compromiso de rebelarnos ante las instituciones, recusar a los poderes públicos, practicar la desobediencia civil y denunciar sin tregua la fabricación y venta de armas en nuestro país. No vale el sofisma de que "si nosotros no lo hacemos lo harán otros". Si eso fuera válido, dedíquense al comercio de toda clase de drogas duras, a mejorar los sistemas de eutanasia para aliviar los presupuestos del Estado de la "carga" de los enfermos incurables, de los súbditos improductivos. Así no hubiera habido el progreso que se debe a la cultura y estaríamos bajo la ley de la selva. Ojalá dedicaran una parte de sus energías los cruzados del derecho a la vida de los nascituri a esta apremiante obligación de no ser cómplices en el exterminio de millones de seres vivos mediante las armas que nosotros fabricamos y les vendemos. Muchas veces, mediante el sarcasmo de créditos con Fondos de Ayuda al Desarrollo. Analícese el tema y se comprobará que el Estado español financia con nuestros impuestos la fabricación de barcos de guerra, entre otras armas.
¿No somos capaces de despertar ante este aullido de dolor, de envilecimiento, de absurda carrera hacia la destrucción y hacia la muerte? Cada día mueren en situaciones inhumanas millares de seres, cada día penan con enfermedades fácilmente controlables, cada día hay un ejército de millones de parados reclamando su derecho a participar en la construcción de la comunidad, cada día penan millones de seres en cárceles nauseabundas, cada día, cada día, cada día se puede oír el estruendo de los campos de concentración en que hemos convertido los arrabales de las grandes ciudades.
¿Cómo no va a ser legítima nuestra resistencia ante este estado de cosas y nuestra propuesta de justicia y de solidaridad? Cumpliremos las leyes con "restricción de conciencia" para derribar desde dentro este orden inhumano. No se trata de libertarismo ni de anarquismo alguno, que nunca condujeron a parte alguna. Se trata de un grito de libertad nacido de experienciar la soledad en que deambula perdido el ser humano. Esta sociedad es injusta, el orden socio-político-económico está tan equivocado como si tratáramos de resucitar el imperio de Roma, el califato de Damasco, el Cesaropapismo medieval, el derecho divino de los reyes, el feudalismo, las castas privilegiadas de la India, el Imperio del sol naciente, la Inquisición o el derecho de pernada. Fueron "legales" en su tiempo, aunque eran injustos.
Hoy la información que compartimos en la sociedad informática nos permite propagar el grito de libertad... que, como el amor, es contagioso. Basta con que unos cuantos se decidan en lo más profundo de su corazón a denunciar la injusticia que impera y cooperar en la regeneración del tejido social con la transformación de sí mismo. ¡No es preciso ser perfectos! Nos han engañado con el cuento de que si cumplimos tales y cuales normas, que ellos se han inventado para mantenerse en el poder y en su ceguera, tendríamos "seguridad". Eso es lo que nos han vendido: seguridad. En la salud, en el trabajo, en la escuela, en la familia, en la ancianidad, en la vida "civilizada". No es posible ser feliz mientras muchos padecen inhumanamente. El mundo se ha vuelto aldea y ahora nos sabemos responsables de todos. Siempre lo hemos sido, pero no lo sabíamos (de "sapere", saborear y hacerse uno con el otro y con todo lo que existe).
José Carlos García Fajardo
(Esto lo publiqué en la Navidad... de 1998 en veinte periódicos. Podría suscribirlo hoy, en 2006. Pero no quiero sucumbir a la depresión y al desánimo, después de tantos años de lucha. Es preciso seguir, paso a paso, cada día, quizás algún día despertarán "los que nos guían" )
19 comentarios
Nesemu para Jarkoe y los demás -
y que sollozar, si es preciso, para no morir de asco. Gracias por estar ahí,
aquí... sosteniéndonos a todos. ¿Sabíais lo que comentó un pedagogo? "Eh
chaval, tu padre también se masturba". Ahora que ya hemos crecido y que ese
pasatiempo lo tenemos asumido, hay que recordar esto otra: "Los maestros, a
veces, también lloran".
Sigue ahí/aquí porque necesitamos tu apoyo, tu aliento, tu grito o tu
abrazo, porque te necesitamos como en el poema de César Vallejo. ?¿Lo conocéis?
Nesemu, el fuego no se apaga (en lengua gueré)
Jarkoe -
Diego Ochoa -
Roman -
noelia -
Año nuevo, vida nueva. No sirve de nada con quedarse de brazos cruzados
Fer -
Zola -
mocito -
Patricia -
Siempre deseamos que llegue un nuevo año, ya que pensamos que va a ser mejor que el anterior, o al menos eso deseamos, pero creo que realmente todos sabemos que va a ser igual,ya que nosotros no vamos a hacer nada para que sea distinto. Todos son buenos propósitos,pero tristemente se quedan en eso: PROPÓSITOS.
Federico -
Alejandra Requena -
No hay más que ver como a partir de hoy miles de personas van de compras para aprovechar las rebajas. Sólo les importan las cosas que suceden en menos de un metro a la redonda, y por mucho que les digamos que cambien, a duras penas lo harán, como mucho darán una moneda a aquel que ve tirado en la calle(y por ser navidad), pero a continuacion seguirá con sus vidas, sólo con sus vidas.
Belén Francisco -
Escila -
elba -
Es un día cualquiera al que se le da más importancia de la que tiene. De un día para otro no pòdemos cambiar y es muy difícil cambiar todos esos propósitos que siempre nos proponemos, por desgracia seguimos siendo igual que ayer e igual que mañana.
En estos días es cuando más nos acordamos de esa gran mayoría de desfavorecidos que existen en el mundo, preparamos campañas de recogida de alimentos, ropa... pero no nos damos cuenta de que esto ocurre todos los días. No son desfavorecidos sólo en navidad sino todo el año y al igual que nos acordamos en estas fechas deberíamos hacerlo todo el año.
Ojalá se cumpla, por fin el deseo de acabar con la pobreza y el hambre en el mundo, algo que siempre se preopone pero rápido se olvida.
leticia Sequeira -
Dorian Gray -
Dorian Gray -
Teky -
Bárbara -