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J. C. García Fajardo

Contra erl Dakar: Escándalo en el Granada-Dakar

Malí, Níger y Burkina están entre los cinco países más pobres del mundo. La esperanza de vida no supera en Malí los 47 años y la mortalidad infantil en Níger es la más grande de la tierra. La mortalidad materna ocupa el 8º lugar en el mundo. En Malí el 70% son analfabetos y en Níger llegan al 81%. En Malí hay un médico por cada 25.000 habitantes que residen en las ciudades, y en Níger hay uno por cada 50.000 personas.  Sólo un 30% de la población tienen acceso al agua potable.
El 80% de los habitantes de Níger, Malí, Burkina y Mauritania habitan en zonas rurales en una de las regiones con mayor proceso de desertización de Africa.
La absurda carrera Granada-Dakar se ha desarrollado por Marruecos, Mauritania, Malí, Burkina, Níger y Senegal. Durante semanas, más de seiscientos camiones, coches y motos han destrozado sus pistas de arena y, a veces, de gravilla concebidas para sus frágiles medios de locomoción. La mayor parte de tracción animal.
Los prepotentes vehículos junto con los de los ayudantes y periodistas no han respetado nada: desviaron crestas de dunas, arrasaron plantas y matorrales cada uno de los cuales supone años de lucha. No han dejado más que deshechos de sus combustibles y de sus envases no biodegradables. Muchas cabras han dejado de dar leche al comer residuos plásticos y de toda índole. Innumerables cambios de aceite de hicieron a cielo abierto y sus vertidos quedaron en la poca maleza que existe para proteger los vehículos de la arena. Algunos tubos de escape incendiaron pastos secos que son vitales para la subsistencia de los ganados.
Montaron los campamentos en donde quisieron y vertieron las aguas con detergentes en pleno campo. Las avionetas de seguimiento así como las de filmación para televisión
Han contaminado el aire, han atravesado a gran velocidad los poblados, han roto la paz y no han llevado la justicia.
¿A qué pueblos pidieron permiso para violarlos así? ¿Saben los organizadores lo que significa el tiempo, las relaciones y el entorno en esas culturas? ¿Han respetado los espacios sagrados? ¡En pleno Ramadán!
¿Quién les ha autorizado? No valen unos permisos administrativos cuando todos sabemos como se consiguen. Por eso luchamos contra el trabajo infantil, la marginación de la mujer, la ablación, la infibulación, las enfermedades infecto contagiosas, los monocultivos y tantas otras miserias.
Produce pavor el estruendoso silencio de las ONG ecologistas ¿dónde están los activistas de Green Peace? y del Ministerio del Medio Ambiente que tendría que haberse opuesto a que la carrera partiera de ningún lugar de España.
Y los organizadores y hasta periodistas de quejan de que hayan asaltado a algunos participantes. Los denominan “bandidos”. Será porque siempre les toca estar en el bando de los perdedores.
Cualquier pueblo tiene legítimo derecho a defenderse de una invasión agresiva con centenares de miles de “caballos de motor”. Las autoridades de la capital pudieron haber concedido permisos a cambio de regalos y de la falacia de que iban a promocionar la imagen de sus países para el turismo. Todos hemos visto las imágenes desoladoras y los pobres comentarios descarnados y desarraigados de nuestros enviados especiales. ¿Se puede ser tan insensible de creer que se va en un safari, no para matar animales salvajes sino para un verdadero atentado ecológico?
Si tanta necesidad tienen de aturdirse y de quemar cientos de miles de litros de combustible de una manera absurda que se construyan pistas especiales y cerradas en sus  lugares de origen ya que nunca les permitirían allí esas “hazañas” en los bosques, campos y carreteras.
¡Lástima que los campesinos y los pueblos nómadas no hubieran sembrado las pistas de espinos y cavado zanjas de las que nunca hubieran podido salir los vehículos agresores! En esa lucha desigual es lícito prender fuego al campamento enemigo. Además no había mujeres y niños, sólo vientos de destrucción y de una falta de comprensión y de respeto infinitas.
Después organizaremos hipócritas campañas para ayudar a las víctimas de los huracanes.

 José Carlos García Fajardo .Madrid 14 enero 1999

5 comentarios

Virginia -

Hoy ha salido en las noticias que en Barcelona un montón de jóvenes han celebrado una fiesta rave (o sea, a lo bestia) de Nochevieja (aunque querían terminarla en Reyes, pero hoy la policía ha desmantelado todo). La fiesta se celebró ilegalmente en las tierras de un agricultor, que debido a esto ha perdido toda su cosecha. No sé si el pobre hombre recibirá alguna clase de ayuda, pero debería. Pues bueno, lo que pasa en el recorrido del rally africano es casi lo mismo, sólo que a los africanos nadie les hará caso, porque esa competición mueve bastante dinero. De nuevo queda en evidencia el egoísmo que existe en el mundo, tanto por los empresarios del deporte como por unos jóvenes desaprensivos.

Patricia -

Actualmente la palabra deporte equivale a negocio. Todo es válido para que se pueda realizar todo aquello que da dinero. El dakar está ganando cad vez más adeptos año tras año, pero ninguno se pregunta que será de aquellas tierras durante el resto del año. Quizá si viéramos una imagen de ese sitio y nos preguntáramos que pasa allí en agosto o días después del Dakar nos quedaríamos sorprendidos. No destruyamos los pocos paraisos que aún nos quedan.

Imán -

Toribio coincido contigo en que ningún equipo dona sus taquillas durante el resto del año, ni en ninguna final. Os imagináis que la recaudación de la final de la Champions o del Mundial se destina a proyectos humanitarios? De todos modos, las grandes estrellas son también víctimas de ellos mismos. Sus salarios, sus traspasos... son repartidos entre agentes, clubes y presidentes, que lavan su dinero procedente de negocios turbios. Sin embargo, tanto el rally como estos partidos o los grandes eventos sirven para denunciar la hipocresía que los fomentan y están detrás de ellos.

Toribio M.A. -

Es lamentable ver cómo los patrocinadores malgastan y millones de euros en técnicas tan inútiles como el merchandaising, a cambio de conseguir un seguimiento mundial de la carrera, sin importarle los daños colaterales que pueden ocasionar a millares de africanos.
Hemos perdido el norte. El deporte está por encima de los intereses humanos. Sólo hemos echar un vistazo a España: claúsulas de rescisión de un jugador de la Primera División de Fútbol podría acabar con gran parte de la pobreza del planeta. Lamentablemente todos somos conscientes de ello, pero estas cifras nos suenan tan familiares que no damos tiempo a la reflexión. Pero luego con organizar un partido anual en contra de la droga, en contra de la pobreza...todo solucionado. (Y estos partidos se suelen celebrar en fechas navideñas: demagogia)

Bárbara -

Cuando suceden cosas de este estilo, podemos darnos cuenta de la poca consideración que tenemos. Como son países pobres nadie se preocupa de ellos. S i esto pasara en un país rico, los gobiernos se quejarían y los causantes de estos problemas tendrían que pagar por ello, pero a Níger o Malí, nadie los defiende, a nadie le preocupan.