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J. C. García Fajardo

Crónica de una devastación anunciada

La inundación de Nueva Orleans, al ser una catástrofe meteorológicamente anunciada, no hizo mover un ápice la política económica, fiscal y de medio ambiente que la Administración Bush puso en práctica a partir de 2001Ernest Ekaizer realiza en El País un incisivo análisis de la catástrofe en Nueva Orleans, Lusiana y la costa de México en donde se realizan a mayor parte de los refinados de crudo de EEUU. Subraya que Las ayudas previas a Nueva Orleans no figuraban en la agenda de Bush, a pesar de estar anunciados en mil ocasiones los riesgos de desbordamineto del mayor lago artificial del mundo,Pontchartrain, y del río Missisipi. Ha sido la crónica de una catástrofe anunciada y no evitada.
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La imprevisión como política

"No creo que nadie anticipara la ruptura de los diques", dijo el jueves, día 1 de septiembre, el presidente George W. Bush, en referencia a la vía de agua abierta al paso del huracán Katrina en la muralla de diques del lago Pontchartrain. ¿Despiste? ¿Mentira? Calificaciones aparte, los hechos permiten conocer hasta qué punto la ruptura de los diques era o no uno de los escenarios de la crónica de una devastación anunciada.

En el año 2004, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos explicó a la Administración que era necesario reforzar la muralla de diques y elevar su altura ante huracanes de mayor fuerza. Para ello solicitó 11 millones de dólares. El presidente Bush cogió las tijeras y pidió al Congreso 3 millones. El Congreso, a su vez, aprobó 5,5 millones.

Fue un año clave. Por dos cosas: por la experiencia del huracán Iván y precisamente por el recorte de la financiación federal. También por una tercera razón: el tijeretazo provocó la paralización de gran parte del proyecto. Era la primera vez en 37 años que ello ocurría.

Si en el caso de los atentados terroristas del 11-S, el presidente Bush recibió advertencias previas del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet, y del responsable de la lucha contraterrorista, Richard Clarke, todas clasificadas y, por tanto secretas, las tensiones por la petición de fondos para reforzar los diques de Nueva Orleans llenaron portadas de periódicos, programas de radio y telediarios. Los ingenieros militares estaban solicitando a Bush dinero para preparar las murallas ante un huracán de grado cuatro o cinco.

Uno de los diarios locales, el Times-Picayune, tituló una de sus informaciones así: 'El Cuerpo de Ingenieros alerta: Los diques no están a la altura; muchos no son tan elevados como se pensaba'.
Los expertos, por otra parte, no ocultaron sus temores tras la paralización de las obras de reforzamiento. 'Parece que el dinero se ha desplazado en el presupuesto del presidente para hacer frente a la seguridad interior y la guerra de Irak, y supongo que es el precio que estamos pagando. Nadie se siente feliz aquí de que los diques no puedan terminarse, y vamos a hacer todo lo posible para mostrar que para nosotros ésta es una cuestión de seguridad', dijo el 8 de junio de 2004 Walter Maestri, jefe de uno de los equipos de emergencia del consejo local de Jefferson, Luisiana, al Times-Picayune.

Otros periódicos fueron todavía más agresivos en sus titulares. El Pittsburgh Post-Gazette, por ejemplo, encabezó así, el 17 de octubre de 2004, la noticia sobre la reducción de la financiación federal: 'Nueva Orleans en peligro de inundación. El huracán Iván pasó de largo, pero un impacto directo de otro vendaval inundará sus diques y dejará miles de muertos'.
La Administración Bush es blanco a estas horas de críticas por su incapacidad manifiesta para haber garantizado la evacuación y, ahora, la ayuda a las víctimas. Pero las lecciones de estos días, según los expertos, son de largo alcance.

. Y ello a pesar de que, como señaló Maestri, estaba en juego una cuestión de seguridad. En la región se concentra el 20% de la capacidad de refino de petróleo de EE UU.

1 comentario

Emiliano -

Muchas veces me he puesto a pensar si realmente un país como México debería tener ejército. Fuera del combate al narcotráfico y la represión al EZLN, nuestro ejército no ha disparado una sola bala desde hace casi 60 años. Por lo general, los soldados son empleados en misiones de ayuda a la población ante una catástrofe natural como lo son sismos y huracanes. Gracias a ello, en este país en vías de desarrollo es mínimo el número de muertes tras tempordas de hurcanes de casi 5 meses.
Después de que el gobierno de Lousiana elevera a 10 mil la cifra de meurtes tras el paso Katrina, me pregunto que pensarán los americanos de que sus aviones, helicópteros y miles de soldados se encuentren librando una absurda guerra al otro lado del mundo en vez de ayudary cuidare realmente a su población en su propio territorio.
Creo que una vez más los americanos tienen la oportunidad de generar un pensamiento crítico y darse cuenta que la prioridad del gobierno de Bush no es precisamente el bienestar de su población.