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J. C. García Fajardo

Nesemu: Privataizar las pensiones

BUSH, CONTRA LA SEGURIDAD SOCIAL, es el artículo escrito por NOAM Chomsky y que merece la pena leerlo.
Nesemu

• El Gobierno de EEUU se ha inventado una crisis falsa para poder privatizar las pensiones

En el debate sobre la Seguridad Social, los asesores del presidente George W. Bush ya han ganado, al menos a corto plazo. Bush y Karl Rove, el número dos de su gabinete, han conseguido convencer a la mayoría de la población de Estados Unidos de que hay un serio problema con la Seguridad Social. Eso abre el camino para considerar la propuesta del Gobierno de invertir en fondos privados en vez de confiar en el sistema público de pensiones.
Los ciudadanos han sido aterrorizados, de un modo similar a lo que pasó con la amenaza de Sadam Husein y sus armas de destrucción masiva. Ahora aumenta la presión sobre los políticos: los líderes del Congreso esperan tener redactado un proyecto de ley sobre la Seguridad Social para el próximo mes.
Para ver las cosas con perspectiva, es bueno señalar que la Seguridad Social en EEUU es uno de los sistemas públicos de pensiones menos generosos de entre los que existen en los países avanzados, según un nuevo informe de la OCDE.
Y el Gobierno de Bush quiere reformar esta Seguridad Social, lo que significa desmantelarla. Una enorme campaña gubernamental de propaganda ha creado una "crisis fiscal" que no existe. Porque si aparece algún problema en un futuro distante, se podría superar con medidas triviales, como elevar los topes del impuesto sobre la renta.
La historia oficial es que los baby boomers (niños nacidos tras la segunda guerra mundial, cuando hubo una explosión demográfica) van a imponer un carga más pesada al sistema, porque el número de gente trabajando en relación a los ancianos declinará, lo cual es cierto. Pero ¿qué pasó con los baby boomers durante sus primeros 20 años de vida? ¿No estaban los trabajadores haciéndose cargo de ellos? Y eso, en una sociedad mucho más pobre.
En la década de los años 60, la demografía fue un problema, pero no una crisis. Se encaró ese boom con un gran aumento del gasto en escuelas y otras infraestructuras. El problema no fue grande cuando los baby boomers tenían entre 1 y 20 años. Entonces, ¿por qué lo ha de ser ahora, cuando están entre los 70 y los 90? La cifra que hay que tomar en cuenta es la proporción de población activa respecto de la población total. Esta proporción alcanzó su punto más bajo en 1965. No va a alcanzar nuevamente ese punto hasta el año 2080, según los cálculos de la Administración de la Seguridad Social.
Además, cualquier problema fiscal que pudiera surgir en el cuidado de los boomers ancianos ya ha sido pagado, a través del aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social, diseñadas con ese propósito. Y para el momento en que haya fallecido el último boomer, la sociedad será mucho más rica, con cada trabajador produciendo mucho más.

EN OTRAS palabras, ya hemos pasado la crisis. Cualquier cosa que venga será sólo una cuestión de ajustes. Mientras tanto, otra crisis fiscal muy real está vislumbrándose: la atención médica. EEUU tiene uno de los sistemas más ineficientes del mundo industrializado, con un costo per cápita mucho más alto que el de otras naciones y con uno de los peores resultados. El sistema está privatizado, lo que es una de las razones de su ineficacia. Pero reformar el sistema de atención médica no está en la agenda. Así que nos enfrentamos a una paradoja: la verdadera crisis nos dicen que no existe, y en cambio se exige actuación drástica, que socavará un sistema eficiente, para solucionar una falsa crisis.
Un observador sin prejuicios podría encontrar qué diferencias entre la Seguridad Social y el sistema de salud pública explican la paradoja. Las razones son simples. No se puede reformar un sistema de atención médica que está bajo el control de las compañías de seguros y de las empresas farmacéuticas. Ese sistema es inmune, aunque esté causando tremendos problemas financieros y humanos.
la Seguridad Social tiene muy poco valor para los ricos, pero es crucial para la supervivencia de los trabajadores, de los pobres, de los dependientes y de los incapacitados. Y como es un programa gubernamental, tiene costes administrativos tan bajos que no le ofrece nada a las instituciones financieras. Beneficia solamente a la "población subyacente", no a los "ciudadanos sustanciales", para utilizar la ácida terminología de Thorstein Veblen.
El sistema médico, en cambio, trabaja muy bien para la gente de "importancia", en un sistema donde la atención médica se recibe en función de la riqueza, y enormes ganancias fluyen a poderes privados gracias a una administración de enorme ineficacia. El Congreso de EEUU promulgó recientemente una reforma sobre quiebras que aumenta la opresión de la "población subyacente". Cerca de la mitad de las quiebras en EEUU son resultado de gastos médicos.

LA OPINIÓN y la política oficial no están sincronizados. Como en el pasado, la mayoría de los americanos están a favor de un seguro de salud nacional. En una encuesta de The Washington Post y ABC News del 2003, un 80% consideraba la atención médica universal "más importante que rebajar los impuestos". La Seguridad Social se basa en un principio extremadamente peligroso: el de que usted debe preocuparse de si la viuda incapacitada que vive en su pueblo tiene alimentos. Los reformadores de la Seguridad Social preferirían que usted se concentre en aumentar su consumo y que se subordine al poder. Así es la vida. Preocuparse por otra gente y asumir responsabilidades sociales por cosas tales como salud y jubilación es algo profundamente subversivo.

1 comentario

Elisa -

Si tenemos una vaca que nos da leche cada día, tendremos beneficios a diario. Pero, ¿qué ocurre si vendemos esa vaca, aunque sea a buen precio? Pues que obtendremos un beneficio sustancioso pero solo a corto plazo. Esto me recuerda a la política de privatización masiva del señor Aznar, quien repartió entre sus amigos empresas públicas españolas en forma de acciones. Eso sí que es destructivo. Lo mismo en EEUU, donde si no vas con los billetes por delante no hey médico que te revise. Veremos lo que pasa con las pensiones.