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J. C. García Fajardo

Nesemu: Tema para novela negra

Me dice el Khan Blog, que ya está bien por hoy de cosas serias. Me pide que os pase esta perla /La misteriosa muerte de un banquero/ como tema base para una novela negra muy negra que podrá ser llevada al cine para las masas. También, muy malicioso, me pregunta ¿Te has fijado en los apellidos que adornan a este lobo? ¿Por qué?, reaeguyo a la gallega. ¡Por nada! Si no eres capaz de verlo, acude al Google/ Así es este Khan. Yo sólo le transcribo por no oírlo.
Nesemu

//La investigación del asesinato del financiero francés Edouard Stern sigue tres teorías. Por Octavi Martí - París
El banquero Edouard Stern. (EFE)

La noche del 2 de marzo, en su lujoso apartamento de Ginebra, fue asesinado el banquero Edouard Stern. De tres balazos, dos de ellos en la cabeza. La mafia rusa fue la primera sospechosa. Después, cuando se supo que la víctima iba vestida con una combinación de látex, tomó cuerpo la hipótesis sadomasoquista. Ahora se baraja la posibilidad de que todo sea un ajuste de cuentas entre profesionales franceses de las finanzas. Las tres teorías parecen válidas, máxime cuando no medió robo en un piso en el que las tentaciones eran muchas: obras de arte, objetos y dinero en metálico.

Edouard Stern nació en París hace 50 años, hijo de un padre que pertenecía a una dinastía de banqueros y de una madre criada en las sucesivas embajadas de papá. Los Stern y los Laroche son parientes de los Rotschild, los Servan-Schreiber, los Goldschmidt, los David-Weill, un mundo de millonarios, artistas y científicos. Hijo menor -que no de altura, pues medía 1,97-, Edouard tenía tres hermanas. Estudiante bullicioso, brillante pero poco aplicado, dotado de tanta memoria como de un empleo selectivo de la misma, a los 23 años entró en la banca familiar de la mano de su tío Phillipe. Con él, y ante la evidencia de que el padre, Antoine Stern, la dirigía como un diletante, deciden dar un golpe de estado y apoderarse de la misma. Estamos en 1974 y el comportamiento de Edouard escandaliza en un medio que tiene como norma el respeto de las formas. Durante 15 años padre e hijo no volverán a hablarse. Edouard se dedicó a las razzias bursátiles contra sociedades en dificultades. En 1984, después de reflotar la banca, la vende y se embolsa una plusvalía importante. Un año antes se casó con Beatrice David-Weill, de la que tendrá tres hijos. En 1992, su suegro, Michel David-Weill, le propone entrar en la banca Lazard para prepararle como su sucesor. "Le traté como un hijo pero él me trató como a su padre", dice hoy David-Weill, que tuvo que desprenderse de Edouard en 1997, quien conspiraba para acelerar la sucesión.

Con varios centenares de millones de euros, Stern elige instalarse en Ginebra por razones fiscales. Crea una discreta sociedad de inversión y se dedica a la compra-venta de acciones, a intentar desestabilizar grupos como la farmacéutica Rhodia o la banca Suez. Gana y pierde, como al póker. Invierte en el sector inmobiliario ruso, trata ahí con gente poco recomendable. Mientras, gracias a su jet privado, tan pronto vive en París como visita a su esposa en Nueva York. Se han separado pero mantienen buena relación.

En Ginebra, entre financieros, la vida privada de Stern se destapa en clubes nocturnos considerados más que inquietantes, peligrosos. Como inquietaba el rumor de que, en su aventura rusa, había perdido 140 millones de euros. Tenía desde hacía un par de años permiso de armas. Y no era para servirse de ellas en sus safaris africanos.

Quienes le criticaban dicen que "era un hombre de táctica pero sin estrategia", es decir, "un tipo al que le agradaba dar golpes, pero incapaz de construir algo". Todos coinciden en decir que siempre tenía prisa, que no soportaba que le hiciesen esperar y en que en él convivían dos personas, una seductora, inteligente y divertida, que sabía mezclar su pasión por Marcel Proust y Francis Bacon con su talento como esquiador; la otra persona era cruel y sin escrúpulos, víctima de accesos de rabia. Él decía de sí mismo: "Mis palabras pueden ir más allá de lo que pienso. Les ruego que no las tomen en consideración". La advertencia no siempre servía para hacerse perdonar. Hace pocas semanas, otro banquero le comentaba que "a los 50 años uno no sólo tiene amigos en esta vida", a lo que Edouard le respondió: "También me digo que no es posible que sólo tenga enemigos".

Tres balas han acabado con la vida de ese meteoro de las finanzas que Douglas Sirk habría convertido en el héroe autodestructor de uno de sus melodramas, demasiado mimado de pequeño para, de mayor, no sentir placer en el dolor. Bertolt Brecht habría sido menos cariñoso o elegante y se habría limitado a mostrarlo como el más bello de los lobos de la manada//.

3 comentarios

Anónimo -

como continua la novela negra

Fer -

¡Menudo perro!, este Blog Khan.

Sergio -

Con una combinación de látex... ni Jota Pedro, vamos.

Curioso lo de este Blog Khan: no sólo escribe, también tiene buen olfato literario :D