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J. C. García Fajardo

Nesemu: Aprendamos de Vietnam, ante el futuro de Iraq

El problema crucial en Iraq es ¿qué se ha conseguido con el derrocamiento de Sadam mediante una ilegítima guerra preventiva? Junto con Siria, eran los únicos países del Medio Oriente con gobiernos laicos y que tenían a raya a los fundamentalismos islámicos de cualquier secta: chiítas, wahabitas o salafitas. Con las elecciones que tanto elogian Bush y su sanedrin ahí tenemos al gran ayatollah Sistaní exigiendo una Constitución asentada en la Sharia, o Ley Islámica. Como modelos tienen a Arabia Saudita, Nigeria, Sudán y a Irán, para empezar. ¿No es Irán el enemigo a abatir, y no por sus presuntos ensayos nucleares, repeterimos siempre, que en Israel ya no son presuntos pues disponen de más de 300 cabezas nucleares listas para ser lanzadas y que son ilegítimas e ilegales? Lo que les hace temer es el fundamentalismo religioso que informa el régimen de Irán. No meno sgrave que el de Arabia pero éste ha sido un socio de EEUU y de Occidente que les garantizaba petróleo y enormes beneficios.Pues van a hacer un pan como unas tortas. Donde no había terrorismo han convocado a la más grande caterva de terroristas enloquecidos, han abietro las puertas a un fundamentalismo imparable y que puede llevar a la secesión de los kurdos y a la masacre de los musulmanes sunitas, lo que llevaría aparejada una conmoción en los países musulmanes desde Casablanca hasta Filipinas. Atentos a la voz del zoco.
Para ayudar a esta reflexión adjunto el artículo de Andrés Oertega /Transformacionalista/ que arranca de lo que se decía en 1967 de los éxitos militares en Vietnam. No olvidemos cómo acabó Vietnam: ganaron los charlies, con el vietcong a la cabeza, y han construido un país que avanza imparable con un crecimiento del 8% anual. Por supuesto que no es una democracia a la occidental, pero tampoco la sentina en que se había convertido el Vietnam católico, capitalista y corrupto. Cfr la historia de las últimas décadas.

Nesemu

(sigue) /Transformacionalista/
/Funcionarios de Estados Unidos se sorprendieron y alegraron del alcance de la participación en la elección presidencial en Vietnam del Sur a pesar de una campaña terrorista del Vietcong para interrumpir la votación. Según informaciones de Saigón, el 83% de los 5,85 millones de votantes registrados depositaron ayer su voto. Muchos de ellos arriesgaron represalias del Vietcong. El éxito de las elecciones ha sido una clave en la política del presidente Johnson de alentar el crecimiento de procesos constitucionales en Vietnam del Sur/. Estas palabras, en The New York Times, el 4 de septiembre de 1967, circulan mucho estos días, debido al paralelismo que ofrecen con las elecciones celebradas en Irak.
Pese a las dificultades, Irak no es Vietnam; es casi lo contrario. No en el sentido de ganar o perder, sino en la doctrina que guía a Estados Unidos. En Vietnam, Estados Unidos se metió en una guerra (equivocada) de contención de lo que veía como el enemigo comunista (y no se dio cuenta hasta tarde que hacía frente a una resistencia también nacionalista).
En Irak, pese a las mentiras para la guerra y que haya también una resistencia nacionalista (al menos suní) y un impulso islamista, lo que la Administración Bush trata es de introducir un cambio geoestratégico de primera magnitud en toda la región. No es nada seguro que pueda funcionar. Más bien lo contrario. Pero implica que, si les dejan, las tropas de Estados Unidos, aunque en menor número, se queden durante tiempo.
Desde luego, mucho más allá de las primeras elecciones con la nueva Constitución, incluso si se desarrollan en diciembre e incluso si se ponen en pie, con la ayuda europea y de otros, fuerzas de seguridad autóctonas suficientes. Hay que contar con que el terrorismo y la resistencia sigan durante años. Pues ya se sabe cómo empiezan estas cosas pero nunca cómo terminan. Y si hay tensiones disgregadoras en este Irak que se ve como la /Yugoslavia de Oriente Medio/ (con petróleo), la presencia militar de Estados Unidos puede convertirse en una garantía contra la ruptura, aunque esta permanencia impida a la vez la estabilización del país: es parte de la solución y parte del problema.
Se pide a la Administración Bush un plan de salida. Pero no lo hay, pues el plan es no salir. Estados Unidos está construyendo más de una docena de bases permanentes en Irak. Posiblemente sus tropas dejen de cumplir labores abiertas de orden público, pero ahí estarán, para cambiar la ecuación estratégica en Oriente Medio y Asia Central (esencial, además, para un petróleo por el que ahora compite con China e India). Conviene tomárselo en serio: Bush quiere cambiar las cosas, es un transformacionalista, palabreja en boga (y muy neocon, pero /transformación/ es también una obsesión en la OTAN, que tiene un mando principal así bautizado). En parte por su guerra contra el terrorismo, en parte por interés imperial, ha ido construyendo una estructura de fuerza en todo Asia Central y ahora en Irak (aunque falten soldados para estos planes, y la guerra esté reduciendo el número de voluntarios). Al menos un cambio significativo es que desde Washington ya no se deje el encauzamiento del conflicto israelo-palestino para el final, sino que se empuje al primer plano. Thomas Barnett, autor de El nuevo mapa del Pentágono (The Pentagon’s new map, 2004), tiene una visión radical y transformacionalista. Ve el mundo dividido entre /el núcleo/ (formado por Estados Unidos, Europa, el Cono Sur de América Latina, Australia y los nuevos que han ingresado, como China), mientras que el resto está en /la brecha/. La estrategia de Estados Unidos debe consistir en /reducir la brecha/, incorporar a cada vez más países y poblaciones al núcleo de la globalización. Según esta visión, el 11-S fue una perturbación sistémica. Y la invasión de Irak, un /intento manifiesto de crear una perturbación del sistema centrada en el golfo Pérsico/.
Por eso, /no salir significa no tener estrategia de salida/. Mientras, Europa planea qué hacer en Irak, pese a pensar que la estrategia americana no va a resultar, pero no tiene otra que proponer.// Andrés Ortega

3 comentarios

David -

En Irak se disputa la nueva fase del "Gran Juego". Oriente Medio ha tenido una importancia vital para las grandes potencias imperialistas desde el siglo XIX. Primero, como acceso a toda Asia. Y, después de los hallazgos de petróleo, como fuente "inagotable" de 'oro negro.'Los norteamericanos no están tratando sino de restablecer las llamadas 'rutas' británicas y rusas hacia la India. Quizás el Presidente de los Estados Unidos de América luzca dentro de poco en su cabeza la corona de los zares.

Laura -

Ya se sabe, Roventy, que hay siempre quien aun jugando a la chica se dedica a los faroles... El día que se destapen las cartas de la dichosa administración Bush,se verá si eran o no tan buenas, o más bien las jugó con seguridad. Europa lo que más necesita es dejar de creerse jugador de segunda.

Rôvënty -

Me voy a centrar un poco en la posición de Europa con respecto a Irak, ya que las demás posturas me parecen ya lo suficientemente claras.

Europa no tiene propuesta sobre Irak, quizá porque no había previsto que los acontecimientos se desarrllaran en esta vertiente, o quizá porque simplemente esperaba a verlas venir. Pero esta expresión encierra un doble significado. Verlas venir significa, no solo esperar a ver el transcurso de los acontecimientos, sino también estar al rechace de posibles conclusiones. Pero Europa se ha limitado tras las elecciones irakies a elogiar la valentía ciudadana y a dar la razón a Wasingthon. Conclusión: Europa no tiene alternativa. Empiezo a comprender el respaldo de Bush en Estados Unidos. Mientras en Europa nadie lleva pares ni juego, la administración Bush, lleva treinta y uno, siendo mano y echando un ordago al mundo.