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J. C. García Fajardo

El gran error del capitalismo con la revolución industrial fue no comprender que era imprescindible una mejor distribución de los beneficios

Hacía tiempo que las empresas no gozaban de un clima tan favorable a su actividad y a la generación de excedentes. Aunque las que cotizan en Bolsa no sean las más representativas del censo nacional -y menos las del selectivo índice Ibex 35-, sus espectaculares resultados sí dan una idea de esa bonanza general. En los nueve primeros meses de este año se han registrado beneficios récord, con 29.844,8 millones de euros, que suponen un aumento del 33,6% sobre lo obtenido en el mismo periodo de 2005. En la contribución a los mismos hay que destacar el dinamismo de los negocios ordinarios, de forma muy destacada los realizados internacionalmente, y las plusvalías derivadas de la venta de participaciones y otros activos. También se incluyen los aumentos de escala derivados del incremento medio de la dimensión de las empresas, de las fusiones y adquisiciones.
En la medida en que lo que cotiza en Bolsa es esa capacidad para generar beneficios, no debe extrañar el comportamiento igualmente destacable del mercado de valores español. En ausencia de perturbaciones imprevistas, ese índice volverá a registrar este año crecimientos sin precedentes. Esto es bueno para la extensión de dichos mercados como alternativa diversificadora en el patrimonio de los españoles y para la continuidad de la inversión empresarial, al tiempo que contribuye a nutrir las arcas de la Hacienda pública.
Pero bueno sería también que, para completar estos excelentes resultados, la distribución de los ingentes beneficios encontrara cauces y facilidades para tener una repercusión más generalizada. Y producir así, mediante la actividad de la Hacienda pública, inversiones modernizadoras de la economía, de forma destacada en la educación. Sería asimismo deseable un tratamiento más favorable de las rentas que proceden exclusivamente del trabajo. Éstas han perdido peso específico en la distribución nacional de la renta durante los últimos años, de la mano de la intensa creación de empleo en sectores poco intensivos en valor añadido y en gran medida por la continuada oferta de mano de obra procedente de la inmigración, que, con todas sus grandes repercusiones positivas sobre la creación de riqueza general en España en el último lustro, han venido ejerciendo una innegable presión hacia la baja de los salarios.
Se trataría ahora de aprovechar esta gran bonanza general para dar un salto en la cualificación y en la calidad. Difícil será encontrar mejor ocasión que la que refleja el comportamiento excepcional de los beneficios empresariales.

6 comentarios

Sylvia -

Por desgracia el mundo se rige por el simple y mero entorno económico...cifras y números que mueven los intereses capitalistas de unos pocos; mientras otros muchos sufren condiciones denigrantes y se ven hundidos en la más profunda pobreza. Precisamente para huir de dichas condiciones de pobreza, numerosas personas se ven obligadas a dejar su tierra, sus costumbres y su familia para poder labrarse una vida mejor en un país que "al parecer" ofrece muchas oportunidades. Esto va unido muchas veces a tener que soportar condiciones de trabajo extremas y horarios intensivos que pasan por alto (restandole cualquier tipo de importancia)el hecho de que en la mayoría de los casos se trata de personas debidamente formada o con estudios y que tienen el derecho de poder optar a unas condiciones de vida y de trabajo dignas, precisamente por el hecho de ser "personas"...¡Definitivamente hay cosas en este mundo que no tienen nombre! ("ánimo a todos ellos").

Sara Picapeo -

Hay personas que trabajan 18 horas al dia,y ¿que son? ¿Alcaldes de Madrid?¿Politicos? ¿Empresarios? No.Son bellisimas personas que han venido de otro pais y que,a pesar de tener estudios y saber muchisimo de la vida,no pueden optar a un trabajo de 8 horas y a tener un poquito de vida para ellos mismos.Ocio,estar con su familia y amigos,eso es lo que necesitan,porque hasta entonces,hasta que eso se consiga,viven para trabajar.Ellos no son los que gozan de la riqueza española,es simplemente una media en la que muchos salen muy beneficiados,y otros muy perjudicados.
Ivan,lo conseguiras.

sopla levante -

Sí, sí, la riqueza del país puede que esté en alza, pero por ello el pobre no deja de ser pobre. Cuánto más tiene, más quiere la cartera de los acaudalados. Pero, ¿Qué es de las becas, qué es de los treintañeros que han hecho del cascarón un loft eterno, qué es de los estudiantes que con paciencia y una docena de velas a la patrona del barrio podrán llegar a obtener el título de mileurista en un futuro, qué es de los contratos de ETT que parecen muñecas rusas, qué de las condiciones de los inmigrantes que aunque titulados desempeñan los empleos que nadie quiere, qué de los sueldos que huyen del bolsillo por la hipoteca cómo los niños del coco, qué de las listas de esperas en la sanidad pública que tienen más telarañas que la lista de la compra de la familia Adams, qué de los parques y de las vías verdes, qué del transporte público, qué de unas pensiones por las que merezca la pena haber trabajado de por vida, qué de esos niños que maman guarderías y actividades extraescolares a causa de las jornadas laborales interminables de sus padres, qué de la vida? Qué del sueño? Como decía Calderón “la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. El Estado de Bienestar, un cuento, de esos que no tienen final...

Noelia (Roja) -

Debemos contribuir al crecimiento económico de los países del Sur... y no mirarnos tanto al ombligo de los ricos del norte

Estibaliz Ortiz de Orruño -

Parte de ese dinero debería destinarse a la Tercera Edad, sobre todo en temas en relación con la Sanidad. El otro día vi en el Telediario a los médicos que protestaban y decían que no podían dedicar siquiera 10 minutos seguidos a cada paciente. Se manifestaban para una atención digna para con los enfermos. ¿Cómo puede uno reivindicar 10 minutos para un enfermo, un moribundo? Eso no se debería pedir, debería estar hecho ya!!! ¿En qué están pensando las autoridades? En algunas cosas, este país es lamentable.

Después de la de vueltas que se le ha dado a la globalización... y los vejetes, los pobres, destrozados por una guerra civil, que ni siquiera saben qué puñetas es un DVD porque no han visto la tele hasta ser adultos, que no se enteran de nada porque les han arrancado una alfombra de los pies y están colgados del vacío... son los únicos que no se están beneficiando de los supuestos "avances y progresos" de la Sociedad de Bienestar. Concedémosles, al menos, 10 minutos cara a cara con su confesor, a las puertas de una muerte insondable, delincuente. No ya para paliar los dolores físicos. Al menos para hacer frente al MIEDO. Todos seremos viejos algún día. Pongámoselo fácil, y recemos para que algún día alguien haga lo propio por nosotros y escuche los lamentos de un ser en el otoño de su vida.

PATRICIA JIMÉNEZ BARCELÓ -

Muchos de los baremos que hoy en dia se utilizan en el mundo económico, sólo muestran números, cifras... El fallo de esta sociedad radica concretamente en esto, en olvidarse de las personas y suplirlas por números.