La caza de brujas en Polonia alcanza al fallecido Kapuscinski
En este blog ya nos habíamos ocupado de este tema cuando elogiamos la labor periodística de Kapuscinski. Pero no pasó de ahí. No es posible trabajar profesionalmente bajo una dictadura sin relacionarse con el régimen. De ahí a convertirse en espía, topo, confidente o colaborador de la represión va un trecho. Es preciso no desorbitar las cosas como sucede con el Premio Nobel Günter Grass. El actual régimen político de Polonia es peligroso por excluyente, y puede dificultar la integración de la Unión Europea. No se puede construir el futuro con la mirada en el pasado. LLo cualno quiere decir que si alguien ha cometido un grave delito contra los derechos humanos no tenga que dar cuenta del mismo. Pero sin venganzas ni descalificaciones generalizadas. Nesemu
La caza de brujas lanzada en Polonia para limpiar cualquier resto del pasado comunista ha alcanzado a uno de los escritores y periodistas más prestigiosos del país, Ryszard Kapuscinski. El reportero, que falleció en enero, colaboró con los servicios secretos del régimen comunista mientras viajaba por medio mundo para escribir las crónicas que le hicieron famoso, según un expediente archivado en el Instituto de la Memoria Nacional, organismo utilizado por el Gobierno para su campaña de depuración ideológica anticomunista.
Kapuscinski no delató a ningún compañero, ni proporcionó información útil a la policía secreta, según se desprende del expediente secreto que ayer publicó la revista Newsweek Polska. Como todos los corresponsales extranjeros de las agencias estatales de noticias de la Europa comunista, debía colaborar con los servicios secretos si quería salir del país. Pero en el estado de histeria anticomunista que ahora vive Polonia, impulsada por los gemelos conservadores Lech y Jaroslaw Kaczynski (presidente y primer ministro), cualquier indicio de haber ayudado a la dictadura comunista es motivo de polémica. El Gobierno ha amenazado varias ocasiones con destapar el pasado comunista de lo que los Kaczynski llaman "falsas figuras de prestigio".
"Durante su colaboración, se ha mostrado cooperador, pero no ha proporcionado a la GB [policía secreta comunista] informaciones interesantes", según escribió un agente en uno de los informes que aparecen en su expediente y en los que se dice que trabajó para los servicios secretos entre 1967 y 1972. Sin embargo, el periodista se limitaba a describir la situación política general de los países que visitaba. Tres documentos muestran que recibió dinero a cambio.
Fuentes periodísticas polacas afirmaban ayer que la filtración del documento es un intento de desacreditar al escritor, que entre 1959 y 1981 cubrió los conflictos más importantes como corresponsal de la Agencia Nacional Polaca y retrató la pobreza de África y América Latina. El mismo Kapuscinski reconoció hace tiempo que, cuando trabajaba, tenía que escribir tres versiones de la misma historia: una para él mismo, otra para que se pudiera publicar en la agencia y otra para los espías.
La filtración de este expediente, archivado en el Instituto de la Memoria Nacional (investiga el pasado comunista), se produce después de una serie de informaciones que han salido a la luz estos días sobre la supuesta colaboración de prominentes figuras de la vida polaca con la policía secreta del régimen que dirigió el país de 1945 a 1989.
El Constitucional debía decidir sobre una polémica medida del Gobierno que obligaba a periodistas, profesores y directores de empresas cotizadas a confesar si colaboraron con los servicios secretos. Un diputado del partido de los Kaczynski aireó entonces los informes secretos de dos de 15 magistrados. Los jueces afectados dimitieron, aunque ayudaron a los espías tan poco como Kapuscinski. Pese a las presiones, el Constitucional declaró ilegal la iniciativa del Gobierno.
Kapuscinski, que sonó como candidato al premio Nobel, escribió libros que son auténticos referentes para los periodistas de hoy, como El emperador, El sha y La guerra del fútbol. "Los reporteros estadounidenses no tenían que trabajar con la CIA para salir del país", explicó a Reuters Ernst Skalski, periodista y amigo del reportero polaco. "Kapuscinski tuvo que hacerlo... Si no lo hubiera hecho, no habría escrito sus libros".
La caza de brujas lanzada en Polonia para limpiar cualquier resto del pasado comunista ha alcanzado a uno de los escritores y periodistas más prestigiosos del país, Ryszard Kapuscinski. El reportero, que falleció en enero, colaboró con los servicios secretos del régimen comunista mientras viajaba por medio mundo para escribir las crónicas que le hicieron famoso, según un expediente archivado en el Instituto de la Memoria Nacional, organismo utilizado por el Gobierno para su campaña de depuración ideológica anticomunista.
Kapuscinski no delató a ningún compañero, ni proporcionó información útil a la policía secreta, según se desprende del expediente secreto que ayer publicó la revista Newsweek Polska. Como todos los corresponsales extranjeros de las agencias estatales de noticias de la Europa comunista, debía colaborar con los servicios secretos si quería salir del país. Pero en el estado de histeria anticomunista que ahora vive Polonia, impulsada por los gemelos conservadores Lech y Jaroslaw Kaczynski (presidente y primer ministro), cualquier indicio de haber ayudado a la dictadura comunista es motivo de polémica. El Gobierno ha amenazado varias ocasiones con destapar el pasado comunista de lo que los Kaczynski llaman "falsas figuras de prestigio".
"Durante su colaboración, se ha mostrado cooperador, pero no ha proporcionado a la GB [policía secreta comunista] informaciones interesantes", según escribió un agente en uno de los informes que aparecen en su expediente y en los que se dice que trabajó para los servicios secretos entre 1967 y 1972. Sin embargo, el periodista se limitaba a describir la situación política general de los países que visitaba. Tres documentos muestran que recibió dinero a cambio.
Fuentes periodísticas polacas afirmaban ayer que la filtración del documento es un intento de desacreditar al escritor, que entre 1959 y 1981 cubrió los conflictos más importantes como corresponsal de la Agencia Nacional Polaca y retrató la pobreza de África y América Latina. El mismo Kapuscinski reconoció hace tiempo que, cuando trabajaba, tenía que escribir tres versiones de la misma historia: una para él mismo, otra para que se pudiera publicar en la agencia y otra para los espías.
La filtración de este expediente, archivado en el Instituto de la Memoria Nacional (investiga el pasado comunista), se produce después de una serie de informaciones que han salido a la luz estos días sobre la supuesta colaboración de prominentes figuras de la vida polaca con la policía secreta del régimen que dirigió el país de 1945 a 1989.
El Constitucional debía decidir sobre una polémica medida del Gobierno que obligaba a periodistas, profesores y directores de empresas cotizadas a confesar si colaboraron con los servicios secretos. Un diputado del partido de los Kaczynski aireó entonces los informes secretos de dos de 15 magistrados. Los jueces afectados dimitieron, aunque ayudaron a los espías tan poco como Kapuscinski. Pese a las presiones, el Constitucional declaró ilegal la iniciativa del Gobierno.
Kapuscinski, que sonó como candidato al premio Nobel, escribió libros que son auténticos referentes para los periodistas de hoy, como El emperador, El sha y La guerra del fútbol. "Los reporteros estadounidenses no tenían que trabajar con la CIA para salir del país", explicó a Reuters Ernst Skalski, periodista y amigo del reportero polaco. "Kapuscinski tuvo que hacerlo... Si no lo hubiera hecho, no habría escrito sus libros".
16 comentarios
María Vindel -
Ana Carrión Guijarro -
Teresa Montesinos -
Irene Zugasti -
Eva Losada -
Alicia Martín -
jose navareño garrido -
Irene Moreno Palmero -
Ana Caterina López -
Raúl -
carla -
Ignacio Álvarez -
Sara Martín -
David González Punzón -
David Gamella Pérez -
pau -
Lo mismo de siempre, la historia de la eterna caza.
Y lo peor es que me alegraré.