Tim Robbins vino a inaugurar un Festival de Cine SOLIDARIO
Un actor comprometido con las causas sociales
Nacido en California en 1958 y crecido en el Greenwich Village neoyorquino, Tim Robbins y su pareja, la actriz Susan Sarandon, han demostrado su compromiso político desde hace más de una década. En la gala de los Oscar de 1993 alzaron sus voces para denunciar la reclusión en la bahía de Guantánamo de centenares de haitianos enfermos de sida. Forman parte del partido verde y han mostrado su oposición frontal a la guerra de Irak y al Gobierno de Bush. En febrero de 2003, Robbins se unió a la manifestación contra la guerra en Londres. "He tenido mucha suerte de haber crecido en una familia y en un tiempo en el que se pensaba que el compromiso social y político era una parte muy importante de las personas", aseguraba ayer. Él rechaza cualquier actitud victimista y piensa que su postura no le ha cerrado puertas. "Un actor no comprometido políticamente tiene altibajos. Pensar que el compromiso tiene algo que ver con esto es paranoico y peligroso. He conocido a gente maravillosa como Altman o Springsteen gracias aello". El ganador de un Oscar por su interpretación en Mystic River se mostraba tenso. Con la misma convicción y gravedad con la que interpreta sus personajes, declaró haberse sentido "utilizado". Vino a Madrid para apoyar un festival de cine solidario que abrió anoche su programación con su nueva película, Atrapa el fuego. Sin previo aviso, se encontró posando frente a los fotógrafos junto a Alberto Ruiz-Gallardón. "Mi intención era apoyar el festival, no posar con él. Me parece curioso que siendo un festival sobre solidaridad el alcalde encuentre la manera de sacarse la foto y, sin embargo, no sea capaz de solidarizarse con una manifestación en la que 150.000 ciudadanos piden la paz. A lo mejor alguien me lo puede explicar", declaró Robbins. El actor expresó su solidaridad con las víctimas del último atentado de ETA y aprovechó para enfatizar lo mucho que le gusta pasar por Madrid. No vino as Madrid invitado por el Ayuntamiento sino por su productora para promocionar su película.
El director de Pena de muerte quería evitar estar en la foto con las autoridades locales.
Declaró en su hotel a la prensa:"Encuentro muy inspirador que la gente salga a la calle a rechazar la violencia, especialmente viniendo de un país tan adormecido como el mío. No creo que en Estados Unidos se pudiera dar una manifestación así".
El actor tuvo duras palabras para su presidente: "Tras la votación abrumadora para acabar con la guerra de Irak en noviembre, sigue despreciando al pueblo americano. Ahora envía a 20.000 soldados más".
A pesar de la firmeza de sus convicciones políticas, Robbins confiesa sentirse atraído por la complejidad del ser humano, por la transición que lleva "a un hombre bueno hacia el mal". Uno de los caminos es la tortura. La misma con la que que su personaje, el policía surafricano Nic Vos, castiga a los sospechosos del Consejo Nacional Africano que luchan contra el apartheid en Atrapa el fuego. "Mi trabajo consiste en tener empatía con el personaje que interpreto aunque la historia le haya juzgado. Me acerqué a Vos más allá de la política, pensando en qué consiste ser policía en un Estado que se desintegra", explicó. Robbins rechaza la idea de que el torturador quede impune moralmente: "Al torturar estás matando una parte de ti. El policía que tortura compromete su humanidad y su moralidad". Las sociedades que permiten esto tampoco quedan incólumes, sostiene: "La pregunta que deberíamos hacernos es si nuestro Gobierno está metido en torturas, qué parte de nuestra moralidad está comprometida, qué parte de nosotros se está matando".
El actor no busca justificaciones pero sí incorpora información a sus juicios: "Me reuní con policías surafricanos que torturaron. Algunos sabían que estaba mal y otros lo hicieron como un acto patriótico. Me interesa saber cómo la gente acaba haciendo el mal". Asegura que el miedo es un factor importante en esta historia, como lo sigue siendo en la coyuntura política actual de Estados Unidos: "Nuestros líderes están usando el miedo para gobernar".
Tim Robbins y su esposa Susan Sarandon son actores comprometidos con las causas sociales.
Nacido en California en 1958 y crecido en el Greenwich Village neoyorquino, Tim Robbins y su pareja, la actriz Susan Sarandon, han demostrado su compromiso político desde hace más de una década. En la gala de los Oscar de 1993 alzaron sus voces para denunciar la reclusión en la bahía de Guantánamo de centenares de haitianos enfermos de sida. Forman parte del partido verde y han mostrado su oposición frontal a la guerra de Irak y al Gobierno de Bush. En febrero de 2003, Robbins se unió a la manifestación contra la guerra en Londres. "He tenido mucha suerte de haber crecido en una familia y en un tiempo en el que se pensaba que el compromiso social y político era una parte muy importante de las personas", aseguraba ayer. Él rechaza cualquier actitud victimista y piensa que su postura no le ha cerrado puertas. "Un actor no comprometido políticamente tiene altibajos. Pensar que el compromiso tiene algo que ver con esto es paranoico y peligroso. He conocido a gente maravillosa como Altman o Springsteen gracias aello". El ganador de un Oscar por su interpretación en Mystic River se mostraba tenso. Con la misma convicción y gravedad con la que interpreta sus personajes, declaró haberse sentido "utilizado". Vino a Madrid para apoyar un festival de cine solidario que abrió anoche su programación con su nueva película, Atrapa el fuego. Sin previo aviso, se encontró posando frente a los fotógrafos junto a Alberto Ruiz-Gallardón. "Mi intención era apoyar el festival, no posar con él. Me parece curioso que siendo un festival sobre solidaridad el alcalde encuentre la manera de sacarse la foto y, sin embargo, no sea capaz de solidarizarse con una manifestación en la que 150.000 ciudadanos piden la paz. A lo mejor alguien me lo puede explicar", declaró Robbins. El actor expresó su solidaridad con las víctimas del último atentado de ETA y aprovechó para enfatizar lo mucho que le gusta pasar por Madrid. No vino as Madrid invitado por el Ayuntamiento sino por su productora para promocionar su película.
El director de Pena de muerte quería evitar estar en la foto con las autoridades locales.
Declaró en su hotel a la prensa:"Encuentro muy inspirador que la gente salga a la calle a rechazar la violencia, especialmente viniendo de un país tan adormecido como el mío. No creo que en Estados Unidos se pudiera dar una manifestación así".
El actor tuvo duras palabras para su presidente: "Tras la votación abrumadora para acabar con la guerra de Irak en noviembre, sigue despreciando al pueblo americano. Ahora envía a 20.000 soldados más".
A pesar de la firmeza de sus convicciones políticas, Robbins confiesa sentirse atraído por la complejidad del ser humano, por la transición que lleva "a un hombre bueno hacia el mal". Uno de los caminos es la tortura. La misma con la que que su personaje, el policía surafricano Nic Vos, castiga a los sospechosos del Consejo Nacional Africano que luchan contra el apartheid en Atrapa el fuego. "Mi trabajo consiste en tener empatía con el personaje que interpreto aunque la historia le haya juzgado. Me acerqué a Vos más allá de la política, pensando en qué consiste ser policía en un Estado que se desintegra", explicó. Robbins rechaza la idea de que el torturador quede impune moralmente: "Al torturar estás matando una parte de ti. El policía que tortura compromete su humanidad y su moralidad". Las sociedades que permiten esto tampoco quedan incólumes, sostiene: "La pregunta que deberíamos hacernos es si nuestro Gobierno está metido en torturas, qué parte de nuestra moralidad está comprometida, qué parte de nosotros se está matando".
El actor no busca justificaciones pero sí incorpora información a sus juicios: "Me reuní con policías surafricanos que torturaron. Algunos sabían que estaba mal y otros lo hicieron como un acto patriótico. Me interesa saber cómo la gente acaba haciendo el mal". Asegura que el miedo es un factor importante en esta historia, como lo sigue siendo en la coyuntura política actual de Estados Unidos: "Nuestros líderes están usando el miedo para gobernar".
Tim Robbins y su esposa Susan Sarandon son actores comprometidos con las causas sociales.
40 comentarios
Sergio Martín -
verónica ortega -
Azahara Corrales -
Emma Bernardo -
En esta expresión, el valor está influido por la situación económica. ¿Llevar las lentejas a casa, o defender las ideas? La clase obrera encontró una solución: los sindicatos de clase. La unión hace la fuerza.
Silvie -
gelys martinez mendez -
Tim Robbins me parece de esos actores excepcionales, no solo por muchas de sus películas, sino por defender sus ideales desde siempre sabiendo que se puede jugar mucho. Unas declaraciones increíbles, sin duda alguna. Saludos
Teresa Villar -
Marta -
Isabel Muñoz -
Cuando lo escuché pensé que hablaban de otro suceso, paralelo y de otro personaje...
¡Que falta de consideración!
Neus -
Patricia Pérez Cámara -
Juan Martín Quevedo -
Tim Robbins es un hombre muy comprometido, y un crítico muy agudo. Si quereis saber a que me refiero os recomiendo una pelicula de 1992 protagonizada -y no se si dirigida- por él llamada "Ciudadano Bob Roberts". Encarna a un politico republicano y a sus tacticas para hacerse con el poder. Simplemente genial.
Sara Picapeo -
alejandro estrada -
noemí -
Me alegra saber que entre los grandes famosos y más aún que entre los estadounidenses todavía existan personas que nos pueden aportar ideas coherentes e interesantes. Un viva! por Tims Robbins y Susan Sarandon.
Belén -
Lo maravilloso de la libertad de expresión es que te da el derecho a opinar sobre lo que quieras, seas o no el más adecuado.
Además, creo (no estoy muy segura) que a Robbins le invitó la productora y no el ayuntamiento.
Un saludo!
Sopla levante, virginia -
Pablo J -
Es increíble pero así somos las personas!!
Alicia Martín -
A otro personaje que yo admiro mucho es a Bono por su incasable carrera en contra de las injusticias mundiales.
David Gamella Pérez -
Sylvia -
Alberto Luque -
Toribio -
Maximiliano de Xochimilco -
Rocio -
Por otra parte, no entiendo cómo los americanos pueden permitirle a Bush semejantes aberraciones. Puedo añadir que yo viví dos meses en Estados Unidos y no ví por ningún lado esa libertad de la que tanto presumen.
SEVILLANO -
Iván -
Esto demuestra, una vez más, que no hay ningún criterio político en cada uno de nosotros, ya que si nos paráramos a analizar a cualquiera de los dos, el resultado habría sido otro.
Pero está claro que esto a Uds. no les interesa. Prefieren seguir pensando que el "culpable" siempre está en el otro lado.
Si todo el cine es tan comprometido, que no acepten subvenciones de instituciones públicas con cuyos gobiernos no están de acuedo.
Muchas gracias
Tano -
jose navareño garrido -
Elena García Montero -
ulises lazaro -
Diego López -
El artículo se llama 'La batalla perdida de Tony Blair'. Traía muchas cosas interesantes hoy El País como la columna de la contraportada de Rosa Montero. Genial.
Un abrazo.
PD: Yo estoy en contra de Bush y su política, no de los norteamericanos.
Irene Zugasti -
Personas - y personajes públicos- como Robbins, Susan Sarandon o Sean Bean, son mi esperanza en el pueblo americano.
Noelia (Roja) -
Isabel Muñoz -
Teresa Montesinos -
Marta Gálvez Z. -
Sonia Sanz -
Belén -
Me quedo con este frase que me ha parecido muy sensata, (como todo lo que ha dicho):
"Un actor no comprometido políticamente tiene altibajos. Pensar que el compromiso tiene algo que ver con esto es paranoico y peligroso."
Larry -