La sombra del viento, como fenómeno de ventas, a pesar de sus fallos
Acabo de leer "La sombra del viento", de Carlos Ruíz Zafón, 575 págs. de la que dicen que se han vendido más de 50 edic. Me parece un fenómeno digno de ser comentado. Con indudables aciertos y fallos manifiestos, juega con un "argumento río" con el que podría estar hasta la pág. 3000. Todas las casualidades imaginables se dan cita, retuerce y retuerce las situaciones y el protagonista acaba siendo abuelo de su padre, o poco menos. La ficción no necesita ser verosímil, basta que esté bien contada aunque sea con un abuso manifiesto de frases hechas que parecen sacadas de un cuaderno en el que las ido apuntando durante años. Daniel, joven hijo de un librero, descubre un libro del que casi no se han vendido ejemplares. Toda la trama consiste en buscar a su autor para descubrir que se puede identificar con él mismo y con sus avatares. Llega a extremos insufribles por forzados. La clave reside en esta frase "hubo un tiempo, de niño, (en el) que decidí que quería ser novelista y llevar una vida de melodrama". De ahí arranca la novela desde sus 10 años... Esto es la novela: un melodrama que cae en el folletín y en el folletón más gruesos. Por eso me interesa su análisis, porque cientos de miles de personas la han leido y se la pasan unos a otros. ¿Su clave? La de los folletones: cada capítulo parece terminar con ¿qué sucederá mañana? Y así entretiene la espera, o el aburrimiento. Frases ingeniosas pero de las que abusa hasta la exasperación "un silencio a gritos que aún no había aprendido a callar con palabras", "la claridad del amanecer se filtraba en soplos de luz sesgada", "cuchillas de luz se perfilaban".. tiene una obsesión con la luz y abusa de metáforas muy forzadas y no pocas veces cursis de morirse "Aquél era otro Aldaya, adulto y robado de inocencia...". "museo de ecos y sombras", "su idioma eran las texturas y los ecos, el color de las voces..." "combates de silencios" "alcé la vista y vi el temporal derramarse como manchas de sangre entre las nubes", otra obsesión: las manchas de sangre en las paredes, en las nubes, en la noche... "sentí que se me encogía la garganta y a falta de palabras me mordí la voz", "eché los ojos al patio""la lengua se me adelantó". Una vez está bien, diez pueden pasar, pero mil frases bonitas llegan a cansar. Situaciones insólitas:el joven Daniel, 16 años, conoce a un mendigo, borracho y sucio, con más de 50 años, se lo lleva a casa, lo bañan entre su padre y él, lo secan y lo visten y lo acuestan en la cama del crío etc. Increíble pero va a resultar unpersonaje clave de la novela. Con estas libertades igual podría haber convocado a Peter Pan. pero resulta que el tal mendigo, se convierte en el factotum de la librería "no había título que se le escapase", ahí es nada en una librería de viejo y de coleccionistas de libros raros... y esto a los pocos días de entrar a trabajar allí como ayudante. El resumen y una de las claves de la novela está en pág 214, bien tratado "...porque aquellos a quien (quienes) necesita amar son sólo sombras que viven en el alma de un extraño". Es muy bueno. Pero ¿quién no se ha "identificado" o soñado ser un personaje de ficción y retuerce los argumentos para "parecerse" a él. Hay alguna frase muy forzada aunque ingeniosa: "El modo más eficaz de hacer inofensivos a los pobres es enseñarles a querer imitar a los ricos. Ese es el veneno con (el) que el capitalismo ciega...". Prefiero la de Garralda: "Los pobres son ricos sin dinero, tan pronto le toca la uno a primitiva ya no hay quién lo pille". El tal exmendigo, pide al camarero "cervezas varias..." y luego, "se sirve un vaso de vino", y no lo habían pedido antes pues la mesa estaba vacía. Esto sucede muchas veces. Incoherencias, errores cronológicos ¡al cabo de dos o tres páginas! Dice de un señor muy elegante "engalanado con un abrigo de camello... y un bastón de marfil que blandía como una mitra cardenalicia". Aquí quise dejar el libro, ¿sabe lo que es una mitra? ¿uno se engalana con un abrigo de (pelo) de camello? ¿?se puede blandir una mitra, cardenalicia (que no existen) o no?
Después, se hacen insufribles los barbarismos y abusos del lenguaje: "la echaba a faltar", "se le echa a faltar", "¿Alguien lo encuentra a faltar?" Pues lo utiliza más de doce veces, no ha sido un descuido del autor y de la editorial. "Motivado a salvar a Tomás," en vez de "movido a.." etc, "y qué se hizo de Julián?", "quejido brusco", vaya oxímoron, Otra manía: "vahído de aire triste", esto del vahído lo usa para todo, vahído de aire, de agua, de lo que sea... Otra manía de la que abusa sin piedad "inducía a..." taquicardias, lástima, risa..."Su esposo de tres años le comunicó que la abandonaba"... toma ya, en lugar de durante tres años. Otra burrada inadmisible en Planeta: "La madre de Julián enfrentaba la ventana sentada al borde de un camastro". Otra manía: "partieron un alba de 1926" Esto de el alba lo utiliza a troche y moche, para todo. Otra "se dignase a darle la dirección", "desprendía el color y el olor de un osario", toma ya. "Un hombre de rasgos cincelados con indiferencia" No se cincela con indiferencia. Es casi es un oxímoron. "Federico se retiró con prestancia y nos dejó solos". ¿No hay correctores de estilo en Planeta? Otra manía "Por entonces,... Por entonces... " y así varias veces en una pág. "Había esperado a amar a su mujer hasta después de haberla perdido". "Empujó la puerta de un puntapié", Otra manía "anegada de escombros o de aire, o de humo o de luz... No se puede anegar más que con agua. La luz del mechero de bencina, en el mismo párrafo, es ámbar o azul o blanca, le da igual. "El enfermo estaba cercenado de morfina". Cercenar es cortar, pero insiste Ruíz Zafón "Carax se cernía ya sobre él". Otra obsesión, la miseria, los mendigos, la pobreza en personajes que, pocas páginas antes, vivían en palacios del Tibidabo, en la opulencia, con "infinidad de criados" etc "Una banda de palomas que le picaban los ojos indujo a la policía a descubrir un cadáver sentado en el parque". Ya, desde la pág 527, el autor de la famosa novela "te seguía, observaba, te veía crecer y se preguntaba quién eras" ¡a Daniel!, el protagonista de esta otra novela que lo andaba buscando, "porque te habías convertido en el hijo que había perdido"... ¡Demasiado para el cuerpo! "Fumero, le tendió la mano velada de sangre en demanda del arma". Me parece excesivo, manchar por velar.
Otra manía con la que voy a concluir, "El viento escupía la nieve a ráfagas" Ruíz Zafón utiliza escupir para todo: escupia el aliento, las palabras, el sudor, la lluvia, la niebla "el viento helado me escupió en la cara". Es demasiado para que nadie se haya dado cuenta y se lo haya advertido en alguna de las sucesivas ediciones. Todo esto me mueve a reflexionar, ¿cómo es posible vender tantos libros a pesar de tantas barbaridades? No sirve decir que el autor es catalán para disculpar algunos barbarismos. Pero lo increíble es cómo se puede fabular y fabular saltándose tantas normas de la coherencia, de la gramática y hasta de la sintaxis, del elemental conocimiento que se supone en un autor, que va a tratar de ese ambiente, de las normas de conducta y del estilo de un estamento determinado, en este caso, la riqueza opulenta de la burguesía catalana que parece fascinar a Ruíz Zafón. Chirría. Bueno, pues las 575 páginas del libro, y hasta las 3200, si se lo hubiese propuesto, se leen sin poder abandonar el libro. ¿Moralejas? Hay bastantes. ¿Te animas a compartirlas? Demos ya por asumida, la envidia por haber sido capaz de vender tantos libros. A partir de ahí, dialoguemos. Nesemu
12 comentarios
Patricia -
Bea -
Sara -
Angellore -
Verdades, hubo y habrá tantas cómo personas en el mundo. Que la vida en sociedad nos permita converger en alguna que otra definición de -verdad-, dista mucho de la realidad, donde cada ser humano puede decir, pensar y opinar lo que le venga en gana.
¿Acaso las reglas gramaticales las creó un dios?, ¿Y dónde está el análisis psicológico de la gramática?. Una fisiología sistemática no implica un -ser- sistemático.
Caer en la crítica erudita, aferrarse a una idea sin crear un balance con las ideas discordantes, todo eso es, incluso, peor que la ignorancia: el ignorante quizás tenga potencial.
La Sombra del Viento es un libro que apunta a -generar sentimientos-, no a convertirse en un referente gramatical, o en un libro de filosofía. Entonces, gente, midamos las cosas por sí mismas... Como humanos tenemos la capacidad de discriminar, de analizar, de -definir-.
Un juicio que es comparado mecánicamente contra un valor pre-definido, nunca es propio. Las leyes y normas son lineamientos que ayudan a no tener que replantear las ideas cada nueva generación, no -una idea impuesta-; son armas, no balas.
Realmente, si no se disfruta de un libro por el simple hecho de leerlo, entonces mejor dejarlo y comenzar con uno nuevo porque eso sí que es, en resumen, una triste pérdida de tiempo...
Carver -
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Nadie -
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Jorge P. -
Nadie -