Blogia
J. C. García Fajardo

Acusar de un antisemitismo que no existe es sembrar peligrosos vientos

Ahora va a resultar que los ciudadanos del Estado de Israel, así como cualquier judío de la nacionalidad que sea podrá criticar y dar su opinión sobre cualquier política de cualquier gobierno o institución del mundo, pero si alguiense atreve a criticar o dar su mera opinión sobre las políticas del Gobierno del Estado de Israel ya es en condenado como antisemita. Con todo lo que esto conlleva. Es un abuso inadmisible. Los judíos, ni los ciudadanos de cualquier otra nacionalidad o grupo tiene patente de corso alguna. Se han erigido en las víctimas propiciatorias del mundo como si otros pueblos y grupos no hubieran sufrido lo suyo. Creíamos que era un tema superado, nos habíamos acostumbrado a considerar a los judíos como a cualquier otro pueblo del mundo. Si continuan con esta furia descalificadorat, si amenazan y se sientern pueblo escogido, raza predilecta, gente distinta y superior están repitiendo el error que tanto daño les ha causado en la historia. Si siembran vientos de exclusión, de pretendidos privilegios o de víctimas del resto de la humanidad, recogerán tempestades. Que un ciudadano español (o con los dos pasaportes, como suelen muchos) se atreva a calificar al presidente del Gobierno español de antisemita, repito con lo que esto conlleva es intolerable. Que el embajador del Estado de Israel actúe como si fuera el Censor ey Gran Inquisidor de los tiempos modernos, causaría risa si no fuera preocupante. Si la Ilustración y el Modernismo, la ciencia y la cultura nos han ayudado tanto a liberarnos de tabúes religiosos y tratamos a los representantes de las diversas confesiones como lo que son, ciudadanos como los demás sin privilegio alguno, ahora va a resultar que el único tabú en este mundo va a ser la omnimoda y no pocas veces errática o criminal política de algunos Gobiernos del Estado de Israel. No estamos de acuerdo y es preciso pararlos a tiempo. No podemos tolerar que nos califiquen de antisemitas por expresar nuestra opinión libre y democráticamente.  En este terreno no podemos dar ni un solo paso atrás. Lo que ocurre y les duele y les remuerde con un sentimiento de culpa que se ha convertido en complejo para muchos descendientes de judíos europeos es el no haber alzado su voz en el mundo libre lo suficiente , elno haber aportado su influencia para denunciar y luchar en todos los frentes contra las monstruosidades de los regímenes nazis o soviético. Muchos callaron por una ancestral manía de intentar pasar desapercibidos en espera de la ocasión propicia. Y así, muchos callaron y muchos vieron morir y padecer a sus parientes y amigos y algunos no soportaron la liberación y se quitaron la vida (Primo Levi, y tantos otros) por eso, después del Holocausto, se juramentaron para que Nunca Más volviera a ocurrir ese estruendoso silencio de tantos judíos en aquellos años. Y se propusieron saltar sobre el primero que osase criticar algo referido a algún judío, dar primero el golpe y preguntar o razonar después. Esa es la madre de todo este asunto del supuesto e inventado antisemitismo, porque tan semitas son los judíos como los árabes, los nabateos o los arameos. Como, encima, una gran mayoría de judíos son ateos o agnósticos y se aferran a unas tradiciones como fenómeno cultural que los distingue y los mantiene por encima de los demás poueblos pues se han tragado esa especie de ser "elegidos", pues ya tenemos el cirio montado. Felizmente no todos los judíos reacionan como estos visionarios excluyentes y atorrantes. Por si acaso les recordamos las palabras de Cevantes "Llaneza, muchachos, que toda afectación es vana" Y peligrosa para la convivencia racional, libre y democrática. Nesemu 

Adjunto el juicioso análisis de un editorial de ayer en El País, y no creemos que nadie se atreva a calificar a ese medio de comunicación de antisemita,: "Una foto poco afortunada del presidente del Gobierno con la kufiya o pañoleta palestina y una crítica contundente a Israel por el uso de "una fuerza abusiva" en su enfrentamiento con Hezbolá han propiciado la aparición de acusaciones de antisemitismo contra el Gobierno español, aplaudidas con ardor guerrero por el Partido Popular. Se trata de acusaciones injustas y perjudiciales para todos, empezando por los propios intereses de Israel.
La reacción del Gobierno de Ehud Olmert contra las provocaciones de Hamás y de Hezbolá es tan susceptible de crítica como las acciones de sus adversarios. Nadie puede protegerse detrás de la condición de víctima propiciatoria universal para rechazar el cuestionamiento de su política. Criticar la política del Gobierno de Israel no es antisemitismo. La actuación de Israel, en un entorno claramente hostil, puede entrar perfectamente dentro del principio de la legítima defensa. Pero la legítima defensa exige una respuesta proporcionada al ataque del que ha sido víctima. ¿Lo es la que está dando el Gobierno israelí? El Ejecutivo de Olmert no puede atacar objetivos civiles y destruir infraestructuras básicas para la vida de los ciudadanos acogiéndose a la legítima defensa. Menos aún tratar de justificar con ese argumento la muerte de más de 300 personas, en su mayor parte civiles inocentes, en apenas una semana de hostilidades.
Rodríguez Zapatero, en perfecta sintonía con gran parte de la opinión española e internacional, piensa que la acción de Israel es desproporcionada, al tiempo que condena las actuaciones de Hamás y Hezbolá y apela a una solución diplomática. Considerar todo esto como signo de antisemitismo es una ofensa a los propios ciudadanos israelíes, especialmente a aquellos que han expresado democráticamente el desacuerdo con su Gobierno.
Por eso, agitar el fantasma del antisemitismo está completamente fuera de lugar... Si las relaciones entre España e Israel pasan un mal momento, como ha señalado el embajador Víctor Harel, no es ni mucho menos para alegrarse. Al contrario. Zapatero debe trabajar para evitar que las instituciones internacionales traten con tanta asimetría a Israel y a los palestinos, porque es la mejor manera de que las cosas avancen en Oriente Próximo. Pero debe ser cauto, sabiendo que cualquier cosa será aprovechada en un conflicto que tanto envenena las relaciones internacionales. En cualquier caso, hace falta que el jefe del Ejecutivo se implique más a fondo en esta materia. En un mundo tan interrelacionado, la política internacional no puede ser la cenicienta del Gobierno.

6 comentarios

¿anti-todo? -

Hola, no conozco de nada a nadie, navegaba por internet buscando webs de ONG para ver si tenían alguna editorial sobre el conflicto israelí-musulmán y accedí a este foro por un enlace. No soy experto en estos temas como parecen ustedes, pero querían entrar en una valoración más a nivel de comentarios que del tema en cuestión. No se si se conocen personalmente o no, a lo mejor peco de novato pero me parece que la forma en la que trata usted, Kufiya, a Xaime no es muy gentil, "por decirlo fino" como dice en su comentario. Un foro en sí, conlleva debate, los foros de pensamiento único no existen o son inocuos; pero no noto en Xaime ninguna exaltación, más bien una opinión pensada que, contraria o no a la suya, no se merece una "orden" de su parte. Si tan mal estuviera, el administrador sería el único con derecho a reprimirlo, incluso suprimiendole el comentario, por algo no lo habrá hecho. Y "entrando al trapo", las preguntas de Xaime me parecen muy correctas aunque algo superficiales. Xaime, la cuestión no es la denominación ni la satanización de uno de los dos lados, ni las actitudes de un Gobierno que ha demostrado su ingenuidad en la diplomacia; hay que pensar más allá, fuera de manipulaciones de periódicos, lean una crónica en El Pais y otra en La Razón sobre un mismo bombardeo y sabrán de que les hablo. ¿Por qué hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué Inglaterra al ver, ya desde el siglo XIX, como aumentaban los judíos en esa parte del mundo decidieron lavarse las manos?. Pero si es verdad, que el movimiento anti-judío que está saliendo ahora, se basa en unas ideas anti-americanas y en contra de la democracia liberal y del libre mercado.

Kufiya -

Xaime basta de vocear en este blog, hasta aquí hemos llegado. Como dijo Cándido Méndez "algunos quieren esconder detrás de un pañuelo su afición por la guerra".

P.D. Zaplana hace cuatro años se fotografió con un pañuelo palestino. El mismo señor hace menos de dos meses en el Mundial se fotografió junto a cuatro aficionados y una bandera Anticonstitucional por decirlo fino

Xaime -

¿Cuando un judío juzga como antisemita la actitud del Presidente no es un juicio personal?, y cuando ese mismo Presidente con su sonrisa sempiterna acepta ponerse ese pañuelo al cuello, ¿no se está posicionando? y cuando en una manifestación de su partido se escucha "Queremos ver a Zapatero quemar la embajada de Israel", ¿no es anti-judia esa frase?. A los que defienden la postura de los terroristas islámicos se les etiqueta de antisemita ¿y a los que defienden la postura de Israel? nazis o fascistas o racistas o cosas peores y claro, ¿ellos -musulmanes- aceptan las críticas con tolerancia?. Demasiadas preguntas para que no me sean contestadas. Inadmisible es que un hombre llamado "diplomático" trate de tú y con desprecio a una persona pública e inadmisible la ingenuidad (espero que sea eso y no maldad) de Zapatero.

Perru -

Que vaya el profesor al Líbano a solucionarlo todo, que seguro que puede. La sabiduría unievrsal es tan maravillosa...

Media Veronika -

Es un recurso demasiado fácil utilizar el victimismo como un método de defensa; amparados en lo políticamente correcto, y siguiendo la dinámica del malo y el bueno, este recurso está dejando asomar sus plumas. Si se continúa por ese camino, terminará convirtiéndose en un arma invalidada que ya comienza a parecer ridícula.

Jorge P. -

Había algo más cuando se acusaba el Gobierno de antisemitismo. Se trataba del recurso constante a la pasada condición de víctima. Es injusto señalar a todo un pueblo, pero hay quien no lo ha superado, o peor aún, lo utiliza de forma deliberada para justificar el abuso del Gobierno Israelí.