Acusar de un antisemitismo que no existe es sembrar peligrosos vientos
Ahora va a resultar que los ciudadanos del Estado de Israel, así como cualquier judío de la nacionalidad que sea podrá criticar y dar su opinión sobre cualquier política de cualquier gobierno o institución del mundo, pero si alguiense atreve a criticar o dar su mera opinión sobre las políticas del Gobierno del Estado de Israel ya es en condenado como antisemita. Con todo lo que esto conlleva. Es un abuso inadmisible. Los judíos, ni los ciudadanos de cualquier otra nacionalidad o grupo tiene patente de corso alguna. Se han erigido en las víctimas propiciatorias del mundo como si otros pueblos y grupos no hubieran sufrido lo suyo. Creíamos que era un tema superado, nos habíamos acostumbrado a considerar a los judíos como a cualquier otro pueblo del mundo. Si continuan con esta furia descalificadorat, si amenazan y se sientern pueblo escogido, raza predilecta, gente distinta y superior están repitiendo el error que tanto daño les ha causado en la historia. Si siembran vientos de exclusión, de pretendidos privilegios o de víctimas del resto de la humanidad, recogerán tempestades. Que un ciudadano español (o con los dos pasaportes, como suelen muchos) se atreva a calificar al presidente del Gobierno español de antisemita, repito con lo que esto conlleva es intolerable. Que el embajador del Estado de Israel actúe como si fuera el Censor ey Gran Inquisidor de los tiempos modernos, causaría risa si no fuera preocupante. Si la Ilustración y el Modernismo, la ciencia y la cultura nos han ayudado tanto a liberarnos de tabúes religiosos y tratamos a los representantes de las diversas confesiones como lo que son, ciudadanos como los demás sin privilegio alguno, ahora va a resultar que el único tabú en este mundo va a ser la omnimoda y no pocas veces errática o criminal política de algunos Gobiernos del Estado de Israel. No estamos de acuerdo y es preciso pararlos a tiempo. No podemos tolerar que nos califiquen de antisemitas por expresar nuestra opinión libre y democráticamente. En este terreno no podemos dar ni un solo paso atrás. Lo que ocurre y les duele y les remuerde con un sentimiento de culpa que se ha convertido en complejo para muchos descendientes de judíos europeos es el no haber alzado su voz en el mundo libre lo suficiente , elno haber aportado su influencia para denunciar y luchar en todos los frentes contra las monstruosidades de los regímenes nazis o soviético. Muchos callaron por una ancestral manía de intentar pasar desapercibidos en espera de la ocasión propicia. Y así, muchos callaron y muchos vieron morir y padecer a sus parientes y amigos y algunos no soportaron la liberación y se quitaron la vida (Primo Levi, y tantos otros) por eso, después del Holocausto, se juramentaron para que Nunca Más volviera a ocurrir ese estruendoso silencio de tantos judíos en aquellos años. Y se propusieron saltar sobre el primero que osase criticar algo referido a algún judío, dar primero el golpe y preguntar o razonar después. Esa es la madre de todo este asunto del supuesto e inventado antisemitismo, porque tan semitas son los judíos como los árabes, los nabateos o los arameos. Como, encima, una gran mayoría de judíos son ateos o agnósticos y se aferran a unas tradiciones como fenómeno cultural que los distingue y los mantiene por encima de los demás poueblos pues se han tragado esa especie de ser "elegidos", pues ya tenemos el cirio montado. Felizmente no todos los judíos reacionan como estos visionarios excluyentes y atorrantes. Por si acaso les recordamos las palabras de Cevantes "Llaneza, muchachos, que toda afectación es vana" Y peligrosa para la convivencia racional, libre y democrática. Nesemu
Adjunto el juicioso análisis de un editorial de ayer en El País, y no creemos que nadie se atreva a calificar a ese medio de comunicación de antisemita,: "Una foto poco afortunada del presidente del Gobierno con la kufiya o pañoleta palestina y una crítica contundente a Israel por el uso de "una fuerza abusiva" en su enfrentamiento con Hezbolá han propiciado la aparición de acusaciones de antisemitismo contra el Gobierno español, aplaudidas con ardor guerrero por el Partido Popular. Se trata de acusaciones injustas y perjudiciales para todos, empezando por los propios intereses de Israel.
La reacción del Gobierno de Ehud Olmert contra las provocaciones de Hamás y de Hezbolá es tan susceptible de crítica como las acciones de sus adversarios. Nadie puede protegerse detrás de la condición de víctima propiciatoria universal para rechazar el cuestionamiento de su política. Criticar la política del Gobierno de Israel no es antisemitismo. La actuación de Israel, en un entorno claramente hostil, puede entrar perfectamente dentro del principio de la legítima defensa. Pero la legítima defensa exige una respuesta proporcionada al ataque del que ha sido víctima. ¿Lo es la que está dando el Gobierno israelí? El Ejecutivo de Olmert no puede atacar objetivos civiles y destruir infraestructuras básicas para la vida de los ciudadanos acogiéndose a la legítima defensa. Menos aún tratar de justificar con ese argumento la muerte de más de 300 personas, en su mayor parte civiles inocentes, en apenas una semana de hostilidades.
Rodríguez Zapatero, en perfecta sintonía con gran parte de la opinión española e internacional, piensa que la acción de Israel es desproporcionada, al tiempo que condena las actuaciones de Hamás y Hezbolá y apela a una solución diplomática. Considerar todo esto como signo de antisemitismo es una ofensa a los propios ciudadanos israelíes, especialmente a aquellos que han expresado democráticamente el desacuerdo con su Gobierno.
Por eso, agitar el fantasma del antisemitismo está completamente fuera de lugar... Si las relaciones entre España e Israel pasan un mal momento, como ha señalado el embajador Víctor Harel, no es ni mucho menos para alegrarse. Al contrario. Zapatero debe trabajar para evitar que las instituciones internacionales traten con tanta asimetría a Israel y a los palestinos, porque es la mejor manera de que las cosas avancen en Oriente Próximo. Pero debe ser cauto, sabiendo que cualquier cosa será aprovechada en un conflicto que tanto envenena las relaciones internacionales. En cualquier caso, hace falta que el jefe del Ejecutivo se implique más a fondo en esta materia. En un mundo tan interrelacionado, la política internacional no puede ser la cenicienta del Gobierno.
6 comentarios
¿anti-todo? -
Kufiya -
P.D. Zaplana hace cuatro años se fotografió con un pañuelo palestino. El mismo señor hace menos de dos meses en el Mundial se fotografió junto a cuatro aficionados y una bandera Anticonstitucional por decirlo fino
Xaime -
Perru -
Media Veronika -
Jorge P. -