Así escribió Andrés Ortega sobre el genocidio del pueblo palestino a manos de los militares de Israel:
Devastadora "Lluvia de verano" "La entrada masiva del Ejército israelí en Gaza, en la Operación Lluvia de Verano (¿quién diablos elige estos nombres?), ha puesto de manifiesto el fracaso de la retirada unilateral impuesta por Sharon. Contra la desconexión unilateral, que con tanta alegría apoyó la comunidad internacional pues no había otra cosa, alertaron desde posiciones y razones opuestas el ex ministro laborista Shlomo Ben Ami y el ex primer ministro derechista Netanyahu. Pensar que Israel podía
desconectarse era ilusorio. Divorcio antes que paz, Israel pretendía forzar a los palestinos a aceptar un Estado demediado o nada, y forzar sus contradicciones. Pero tras la retirada el pasado otoño, la frustración ha crecido en una Gaza prácticamente en estado de sitio -de forma absoluta con la reinvasión-; desde la franja se han disparado decenas de cohetes caseros contra Israel matando a civiles, los palestinos se han radicalizado, lo que se tradujo en la victoria de Hamás, Israel ha proseguido con sus
asesinatos selectivos, pero con crecientes
daños colaterales, muertes no buscadas. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ordenó la reinvasión de Gaza en principio en busca de un cabo capturado por Hamás tras una inusitada incursión en suelo israelí dirigida contra militares. Su captura tocó una fibra muy sensible de la opinión pública israelí que veía cómo sus fuerzas armadas habían perdido capacidad de persuasión y de disuasión. La captura se convirtió en secuestro, contrario a las convenciones que protegen a los prisioneros de guerra y prohíbe usarlos como rehenes, en este caso para exigir la liberación de un millar de presos palestinos en cárceles israelíes. También la destrucción por Israel de puentes, carreteras, edificios, del aeropuerto (que ya estaba destrozado), de centrales eléctricas en Gaza y otros "objetos indispensables para la supervivencia de la población" que un Estado ocupante, como lo es Israel en los territorios palestinos, no debe tocar. Una de las razones de la retirada unilateral de Gaza (y de la planteada por Olmert para una parte de Cisjordania) era hacer ver que estaba frente a una apariencia de Estado que se podía atacar desde fuera. No ha sido así, e Israel ha tenido que volver a Gaza, lanzando además un aviso a Damasco que no parece dirigido sólo contra Siria, sino contra todo el mundo árabe para que no se meta en esto. Éste no es un conflicto que pueda aislarse. Las imágenes de los destrozos de la Lluvia de Verano han vuelto e recorrer el mundo árabe y musulmán, sembrando más odio. La operación recuerda a la forma en que Israel invadió el sur de Líbano en 1982, sembrando también la destrucción, y de donde tuvo que retirarse en 2000 presionado por una opinión pública que no aguantó las muertes en vano de sus jóvenes. Esta vez, ante Gaza, Olmert y su Gobierno se han visto obligados a intervenir, lo que ha puesto al Ejecutivo en manos del Ejército, algo que no pasaba hace tiempo. La política israelí puede radicalizarse y esfumarse el sueño de gobernar Israel desde un nuevo centro. La detención de decenas de parlamentarios y varios ministros es un paso más que provocado que refuerza a Hamás cuando el Gobierno del grupo terrorista e integrista estaba perdiendo popularidad. Une a los palestinos y a un Hamás que estaban divididos. El acercamiento entre Al Fatah, el partido del presidente Abu Mazen, y una parte de Hamás sobre la base del llamado
documento de los presos (que cuenta con el apoyo de Maruán Barguti, el verdadero líder carismático de Al Fatah desde la cárcel) y que se puede interpretar como un reconocimiento implícito de Israel, abonaba también la posibilidad de un Gobierno de tecnócratas con el que el resto del mundo pudiera tratar. "
Y así escribió el relator de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios ocupados, John Dugard, criticó ayer a EE UU, la UE, Rusia y las propias Naciones Unidas por ignorar el sinfín de violaciones que comete Israel, entre ellas, el uso de bombas sónicas, que causan graves daños a los niños y castigan a la población civil. "La conducta de Israel es moralmente indefendible, viola las normas más elementales del derecho humanitario", dijo. La actividad militar israelí prosigue sin pausa. La artillería bombardeó todo el día de ayer la zona norte de Gaza, y cazabombarderos F-16, tras dos días sin estruendo, volvieron a romper la barrera del sonido provocando las bombas sónicas, una práctica que acarrea severos daños psicológicos a los niños y graves trastornos a las mujeres embarazadas.
El Ejército israelí ha disparado en los 10 últimos días miles de proyectiles sobre la franja de Gaza. Es dueño absoluto del espacio aéreo. En tierra, los milicianos palestinos se mueven con dificultad. El brazo armado de Hamás lanzó un cohete sobre la ciudad israelí de Ashkelon el martes. El Gobierno de Ehud Olmert fue contundente: "Las reglas de juego deben cambiar" para golpear a Hamás y a "las instituciones palestinas en Gaza y Cisjordania".
La aviación israelí lanzó un misil pasado el mediodía en la capital de la franja y calcinó a dos supuestos milicianos -en Jericó (Cisjordania) mataron a tiros a otro activista, y ya son 12 desde que fuera capturado, el 25 de junio, el cabo israelí Gilad Shalit-. Una escuela fue destrozada y la Universidad Islámica fue objetivo de los misiles por segunda vez. El Ministerio del Interior en Gaza, ya atacado la semana pasada, quedó destrozado durante la madrugada, al igual que las viviendas adyacentes, varios de cuyos vecinos fueron heridos. En la tarde de ayer, otro cohete de Hamás alcanzó Ashkelon.
"Se adoptarán medidas muy serias. Existe una amplia operación que continuará", dijo el ministro israelí Isaac Herzog. No hay respuesta de los dirigentes políticos palestinos, que se hallan en la clandestinidad en un territorio en estado calamitoso tras el bombardeo de la única central eléctrica y de decenas de carreteras. La guerra contra Hamás no tiene vuelta atrás. Lo saben los médicos que ayer, en un hospital de Beit Lahia, en el extremo norte de la franja, aseguraban: "Si comienzan a llegar entre 10 y 15 heridos al día tenemos sueros, antibióticos y anestesia para una semana". Están seguros de que no tardarán en atender a milicianos malheridos.
Pero los palestinos, que desdeñan las amenazas, no creen que haya cambio a peor en las reglas de juego, tal como advirtió el Gobierno israelí. Están convencidos de que la captura del soldado judío es un pretexto al que se acoge el Ejecutivo israelí para justificar sus operaciones militares. La mayoría aguarda una grave escalada militar; el asesinato de sus dirigentes e incluso la vuelta atrás que supondría la división de Gaza, con los militares israelíes impidiendo la circulación dentro de la franja. Nada nuevo.
ESTE ES UN GENOCIDIO QUE CLAMA AL CIELO ¿DÓNDE ESTÁN LAS VOCES DE PROTESTA DE LA UNION EUROPEA Y DEL RESTO DE DEMOCRACIAS DEL MUNDO? ¿DÓNDE ESTÁ LA CONDENA DEL GOBIERNO ESPAÑOL? Nesemu
1 comentario
Jorge P. -