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J. C. García Fajardo

Filantropía, sí; peror prefiero una auténtica justicia social

Las dos mayores fortunas del mundo, Bill Gates y Warren Buffett, comparten algo más que abultados patrimonios. Este último acaba de anunciar la cesión de gran parte de su riqueza personal, equivalente a unos 24.000 millones de euros, a la fundación del creador de Microsoft y su esposa. Tras esta operación, la Fundación Gates dispondrá de más de 48.000 millones de euros. Una cantidad enorme, pero que resulta necesario poner en perspectiva: la cifra equivale, más o menos, a lo que EE UU asigna anualmente a la ayuda a los países menos desarrollados. En todo caso, se trata de un patrimonio muy superior al de las demás fundaciones americanas o europeas.
Además de ser los más sobresalientes exponentes del capitalismo americanoambos empresarios coinciden en la defensa de posiciones no muy habitales en quienes han conseguido amasar fortunas tan espectaculares. Se oponen radicalmente a la exención tributaria sobre las herencias, son decididos partidarios de la meritocracia y, desde luego, confían en las posibilidades de la filantropía. Están convencidos de la estrecha relación entre la innovación, la capacidad para asumir riesgos y la igualdad de oportunidades. También asumen como principales propósitos la reducción de la pobreza, la lucha contra las enfermedades, el apoyo a la planificación familiar en el Tercer Mundo, la defensa del aborto o la oposición a la proliferación del armamento nuclear. Los medios de la fundación y su espíritu permitirán invertir en innovación para combatir los males que se proponen.
La decisión de Buffett alimenta una ya larga tradición estadounidense, que parte de la idea de que el que recibe de la sociedad tiene la obligación moral de devolverle algo.
Estas acciones compensan en cierta medida las insuficiencias del gasto público en el presupuesto federal, ya que las estimaciones sitúan en más de 250.000 millones de dólares lo que ciudadanos e instituciones donan anualmente en Estados Unidos bajo el concepto genérico de filantropía y obras de caridad. Es difícil entender los avances científicos y educativos, así como las redes de asistencia social en aquel país, sin contemplar el papel de esos ejercicios de generosidad individual".                        Sigo sospechando de esta filantropía y de un modelo de sociedad y de desarrollo que permite la formación de semejantes fortunas. Aquí no caben la lógica ni las matemáticas en asbtracto, pues no sólo los sueños de la razón producen monstruos sino que nunca será justo un sistema en el que un hombre pueda llegar a ser tan rico que pueda comprar a otro hombre; ni que permita que exita un hombre, familia o nación qe san tan pobres que tengan que venderse a otros hombres para sobrevivir. Nesemu

4 comentarios

Mario -

lo que esta en la base de la discusion como estos hombre lograron ser tan ricos...
como nos lo han enseñado algunos intelectuales para que alguien se aextremadamente pobre ha de haber personas extremadamente ricas.
no quiero ponerlo en blanco y negro pero aun sospecho de ciertos modelos e ideas "importados" del ambito empresario para ser implementados en el ambito de lo social.

maria rosa -

¿como luchar contra el poder?
lo definiria asi, tanto a nivel politico, empresarial( las grandes multinacionales) como social si te ves con poder siempre quieres mas....asi la desigualdad crece y crece desmesuradamente...¿la solidaridad? ya es custionable...

Luis Fernández -

Siempre son bienvenidas estas aportaciones, si luego llegan a quien realmente las necesita. Sinembargo si todas estas "ayudas" no vienen acompañadas de un verdadero y sincero cambio interior en el ser humano, no servirá para cambiar nada o casi nada, a mejor. Todo esto está ya inventado y dicho hace miles de años. Pero ¿cómo hacer ese cambio?

Olga -

Reseñado en
http://www.canalsolidario.org/web/noticias/noticia/?id_noticia=7836