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J. C. García Fajardo

Bob Marley, un profeta e icono universal de nuestro tiempo

 No conozco a ninguna persona inteligente y con sensibilidad que no se conmueva con algunas de las canciones de este auténtico profeta de nuestro tiempo. Por eso, ofrezco este buen reportaje de Diego A. Manrique, La secreta historia de Marley, para abrir un espacio de testimonios sobre este hombre genial.  El jueves se cumplen 25 años de su muerte. Bob Marley sigue siendo uno de los iconos pop más universales. Sin embargo, entre esa hojarasca del ídolo ‘rasta’ se suele olvidar su obra musical, en gran parte desconocida fuera de Jamaica. Un libro intenta recuperar ese legado. Nesemu
 
Lo saben todos los viajeros avezados: Bob Marley es omnipresente. En un puerto de Polinesia, en una choza perdida por la sabana africana, en un centro comercial japonés, en el rincón más insospechado surge su imagen hirsuta o su vibrante música. En palabras de Andrés Calamaro, “la voz de Marley te toca, primero, por esa fatiguita que conmueve; luego te reconforta, ya que cuenta que en algún lugar del mundo está brillando el sol y la vida es simple”.
Para la historia, Bob Marley ha quedado como la primera estrella global surgida de un gueto poscolonial. Y la suya no fue una fama fugaz. Tras su muerte, en 1981, su música se ha difundido más que antes. Legend, recopilación de sus grandes éxitos que Island sacó en 1984, es un pasmoso fenómeno comercial: no ha dejado de venderse, llegando a despachar hasta un millón de copias anuales en algún momento de la década de los noventa. Las sinuosas canciones de Marley son consumidas por sucesivas generaciones que se han apuntado a la liturgia canábica de la teología rastafariana, pero también por gente que sería incapaz de liarse un porro.
La leyenda de Marley ha superado muchas pruebas. Su golosa herencia provocó una catarata de batallas judiciales que aún colean, demandas y resoluciones que son estudiadas en los cursos de propiedad intelectual. Ha sido víctima de la sobreexplotación: cada año se publican discos suyos con alguna curiosidad más o menos inédita, aparte de que se pongan nuevos envoltorios a sus mil grabaciones. Abundantes libros, incluyendo la espinosa autobiografía de su esposa, Rita Marley (No woman, no cry. Ediciones B, 2004), han desvelado aspectos ingratos de su personalidad. A pesar de todo, su reputación ha sobrevivido casi intacta.
Pero, ay, en la recepción de su obra sí se aprecia que Marley tenía origen tercermundista. Muchos de los que todavía compran Legend ignoran que ese disco sólo cubre una parte de su trayecto, de 1973 a 1981, cuando se internacionalizó como profeta tropical. Para cuando Bob fue lanzado por Island Records –una audaz operación dirigida desde Londres por su compatriota Chris Blackwell–, ya llevaba más de diez años grabando exclusivamente para Jamaica y su diáspora. Muchas de sus piezas clásicas se registraron para su público natural y más tarde se reconstruyeron para el mercado del rock. Según sus devotos más puristas, en ese proceso se adulteró su esencia. De hecho, no faltan los que aborrecen parte de los discos millonarios y se concentran en los registros jamaicanos, ingresando en la secta de los coleccionistas dispuestos a pagar fortunas por vinilos con una tirada de, por ejemplo, 50 copias.
Si alguien desea conocer profundamente esa etapa isleña, surge el problema. En realidad, varios problemas anudados. Primero, habituar el oído. Las placas jamaicanas poseen la fuerza de lo auténtico, pero las técnicas de captación del sonido eran allí, en los años sesenta, rudimentarias. Por decirlo suavemente, Bob no se expresaba en estudios equivalentes a los de Abbey Road.
Segundo, el negocio fonográfico de Jamaica tiene mucho de jungla, tal como quedó reflejado en The harder they come (en España, Caiga quien caiga), la potente película de 1973 que fue, aparte de la eclosión de Marley, la baza decisiva para la aceptación planetaria del reggae. Bob sufrió a bastantes sinvergüenzas del negocio. Al explotar éstos la fama de Marley se multiplican las ediciones, hechas con cuidado o por la patilla: se cambian títulos, se le atribuyen canciones ajenas, se modifican los arreglos para que queden más contemporáneos.
Tercer problema, y no se asusten. La diminuta industria musical jamaicana ostentaba entonces una peculiar economía de subsistencia. Cantantes e instrumentistas solían cobrar por pieza grabada, pero los productores arañaban rentabilidad extra al transformar sus fondos musicales: en la cara B de muchos singles de Marley desaparecía total o parcialmente su voz en mezclas caprichosas, con efectos alucinógenos. Era el dub, invento nacido de la codicia que supuso una extraordinaria revolución conceptual bien aprovechada por los productores occidentales hasta nuestros días: a todos los efectos, la mesa de mezclas se transformaba en un hiperinstrumento que permitía a visionarios como Lee Perry realizar el equivalente sonoro de, por ejemplo, las recreaciones de Velázquez por Picasso.
Para enloquecer más la situación, en Jamaica era y es habitual la confección de dub plates, grabaciones exclusivas para determinadas sound systems, las discotecas móviles que servían para difundir el reggae cuando la radio estatal de Jamaica vetaba esa música por sus mensajes o por su crudeza sonora.
Se necesita paciencia y un fiable mapa de carreteras si alguien quiere internarse en la cara oscura de la obra de Marley o hacerse una idea de la realidad comercial que moldeó su arte cegador. La guía podría ser Bob Marley: su legado musical, el libro de Jeremy Collingwood que ahora se vierte al español; a pesar de la torpeza de su traducción, se erige como texto de referencia. En verdad, es un híbrido de discografía comentada y libro visual para la mesa del salón, con abundante material gráfico poco conocido: desde carteles hasta portadas de revistas, incluyendo páginas de la publicación jamaicana Swing. Y fotos emblemáticas, como las que muestran la pasión de Marley por el fútbol (llegó a contratar brevemente como representante al jugador Allan Skill Cole). El balompié fue la causa indirecta de su muerte: una lesión mal curada degeneró en un cáncer invencible. Otras fotos muestran al gran seductor: en el Regine’s parisiense, cortejando a una candidata a Miss Mundo; Bob terminaría cohabitando con la ganadoradel título, Cindy Breakspeare, y ella sería la madre de Damian, el último Marley que ha triunfado.
Estudiar el legado sonoro de Marley ofrece sabrosas revelaciones. Por ejemplo, que la tríada de sus preocupaciones estaba integrada por la política, la religión y el sexo-amor. Atención: a diferencia de lo habitual, su repertorio se radicalizó según conquistó mercados, con la prédica de su fe rasta y cierta ideología panafricana. Pero Bob aspiró al estrellato internacional y estuvo dispuesto a pagar, aunque regateando, el peaje necesario. De los miembros de los Wailers fue el único que se lo peleó. El más espiritual, Bunny Livingstone, sencillamente no quería salir de Jamaica.
Como trío vocal, los Wailers reconocían su deuda con los Impressions, el grupo que Curtis Mayfield fundó en Chicago, y adaptaron varios de sus temas (pero también de James Brown, que estaba al otro extremo del soul). Bob, que viajó fuera de Jamaica cuando era un desconocido, no ignoraba que existían otras músicas valiosas, aunque fueran ejecutadas por los blancos de la detestada Babilonia: la influencia de Bob Dylan aparecía cuando cantaba con una guitarra de palo; los Wailers grabaron temas de Lennon-McCartney o Sugar sugar, el himno del chicle pop.
Tipo astuto, Marley fue capaz de navegar entre las aguas homicidas de la política jamaicana. A distancia, apoyó a Michael Manley, el líder socialista que ganó las elecciones de 1972. Manley comenzó a hacerse carantoñas con Fidel Castro, y la CIA respondió desestabilizando Jamaica al introducir grandes cantidades de armas que repartió entre los gatilleros de la oposición. Puede que esas mismas pistolas con remite estadounidense atentaran contra la vida de Bob en 1976. Un intento de asesinato que, según otras fuentes, obedecía a asuntos turbios del gueto. Para ponerse a salvo, los Marley debieron exiliarse durante año y medio. A Bob no se le escapó la paradoja: en el libro de Collingwood se reproduce la portada de Soul revolution II, elepé primerizo donde los Wailers posan amenazadores con armas cortas y largas, supuestamente de juguete; en Soul rebels, otra edición del mismo disco, los cantantes han sido reemplazados por una taciturna guerrillera que lleva metralleta y enseña sus pechos desnudos.
Marley se enteró de la existencia de Soul rebels durante una visita a Londres. Más que por la funda, su estupor –y la ira consiguiente– vino de comprobar que su ilustre productor, Lee Perry, estaba traficando con sus cintas sin decirles ni una palabra. Obligado a manejarse con ladrones, el joven Marley decidió ser el propietario de sus grabaciones o, por lo menos, de los medios de producción. Los Wailers ya eran autónomos en 1967, cuando los Beatles todavía especulaban con la posibilidad de fundar su propio sello. La primera empresa del grupo fue Wail ’N Soul ’M, que no funcionó, pero que les proporcionó duras enseñanzas, asimiladas para la siguiente aventura independiente, la compañía Tuff Gong, que poseía su propio estudio.
Jeremy Collingwood insiste en su carácter pragmático: supo tratar con los grandes tiburones de la industria musical, incluso volviendo a colaborar con el carismático Lee Perry. Para Colligwood, la relación con esos hombres poderosos obedece a una necesidad interna de Bob, que creció sin una figura paterna: apenas conoció a su padre, el militar y funcionario colonial de Liverpool que se casó con su madre para legitimar a su criatura. ¿Psicología barata o percepción aguda? Lo indiscutible es que, en palabras de Collingwood, “su historia es la de una determinación para llegar a conseguir el éxito sin dejar de ser fiel a sus más profundas creencias. Siempre encontró la manera de responder a los reveses de la vida de una manera positiva y a convivir con un mundo imperfecto. Utilizó tanto sus creencias como su pasión para interactuar con el mundo, no para atacar o quejarse. Comprendió el poder transformador de la música y se convirtió en un chamán mundial.”
‘Bob Marley: su legado musical’, de Jeremy Collingwood, está editado en España por Blume (192 páginas).

23 comentarios

Mary -

Dios es sobre cualquier cosa y sobre cualquier ser humano y ninguno como él. Bob marley ojalá haya tenido la oportunidad de arrepentirse , pedir perdón y reconocer que Babilonia pereció desde el principio de la historia porque jesús es el Señor.

David .s bob -

Sin duda alguna el mejor del reggae y siempre sigiras siendo el mejor ''bob marley"en nuestro corazon soy venezolano y me alegro x ser un negro

NOhemy K. -

Bob es lo MAXIMOO!! no c d verdad como hay personas q no escuchan esta musik... q viva el VERDE AMARILLO Y ROJO... y no me olvido d ti JAH CHILDREN t llevo aki en mi corazon hermano q viva babilonia!! viva el cr RASTA!! bueh me despido d todos mis hermanos! y ya sabn buena vibra para todos!!!ABRAN SU MENT!! tengan CONCIENCIA d lo q esta pasando en el mundo ;) PEACE AND LOVE! para todos.
ATT.: LA RASTA!XD

VICKY! -

sobre bob se pueden decir miiles de cosas. pero yo creo que estando investigando, como yo lo estuve haciendo para un TP. hay mejores pag. y de las cuales mcuhas se copian unas de otras, y es asi que pierden originalidad!

PEACE AND LOVE SRES!! :)

DIAKONO (THE NATTY DREAD...you know) -

muy bueno el texto
yo sinceramente encuentro q bob marley es el mejor musico indescutiblemente
nacio en un pais muy pequeño era de ghetto tenia muy pokos recursos...
y yo q sou de chile lo llege a conocer
osea debe ser por su carisma su personalidad su habilidasd para la musica su forma de pensar su estilo de vida (rastafarismo ) etc
Robert marley en sus cancione entrega pofresias q al escucharlas nos entrega un sentimiento irie...
bob siempre sera recordado por su todo ...

bueno podria estar habalndo muxo mas de Marley pero lo dejo hasta ahi ...

UN consejo de un natty dread:no escapemos de babylon ,sino aprovechemonos de el ...

PEACE AND LOVE

Anegel (bugs) -

Me agrado mucho pasar por aka
apenas akabo de conocer a fondo los verdaderos sentimientos del rasta
antes estaba cegado por la fama ke habia eskuchado
de ke los rasta solose drogaban y ya
pero no
estodo lo contrario
y hoy mas ke nunka me asimilo kon estos sentimientos...
gracias por publicarlo...

som -

sabeis donde se puede encontrar el video de la muerte de marley ???

David -

BOB MARLEY fué el predicador. Èl iva mas allá sus sentimientos... su filosofia no era una religión sino que asi era la vida... porque rasta es el futuro jeje no quiero quitar meritos a tantos otros grandes... pero BOB MARLEY fue un DIOS y como dios que fué nos dejó su mensaje y se fué 'personas' así duran poco. Podría hablar de él hasta nunca acabar... un saludo a todos los que su mistyca les atrae

alicia -

Bob Marley es el mejor músico de la segunda mitad del siglo. Pero en España se le escucha mucho más de lo que se le conoce. Que bueno que se traduzcan estos libros al español.
Igual con lo del aniversario se empiezan a mover cosas. Por ejemplo el blog de www.bob-marley.es.

SEVILLANO -

Conseguir el éxito es fácil, lo difícil es merecerlo y todos estos personajes que habeis ido nombrando lo tenían ganado de sobra. La música llega a todos los corazones y más cuando son cantautores que ponen música a nuestros sentimientos.

Leo -

Los músicos, como los poetas, son mensajeros de lo invisible. Si cierras los ojos mientras escuchas a Bob puedes imaginar la viva voz de la libertad, el débil susurro del amor o el grito desgarrado de la paz. Bob Marley se sirvió de la música para ello, para llegar donde no llegaron Jesucristo o Mahoma, para entregar el mensaje de esperanza envuelto entre sus notas. Eso es lo que importa, más allá de los defectos que tuviera como ser humano.

Héctor -

Bob Marley es uno de los grandes mitos de la historia de la música a la altura de John Lennon, Elvis Presley o Freddy Mercury. Es el mejor ejemplo del importante papel de la música en la sociedad. A uno se le ponen los pelos de punta con una obra maestra como "No woman no cry".

Jarkoe -

Este reportaje viene a demostrar el destino del mito, al que atacan más después de muerto que antes. Pero lo que nadie podrá negar es que, como escribe Ochoa, "UNE", y hace sentir emociones escondidas, reconocer su sentir, compartirlo... Una persona como ésta, que entre dictaduras, ghettos a los que obligaron a tantos jamaicanos (entre otros), y hambre consiguió vivir con esa justa sonrisa (que los porros no crearían, apunto, sino que mostrarían más alerta), con ese espíritu que mostró en cada acorde y cada palabra, merece un respeto (y sobretodo compartir una esperanza), cantarle juntos de nuevo "Ey Bobby Marley, sing something good to me...", como tantas veces hizo Manu Chao; como tantas veces deseamos...

Estrada -

Es increíble cómo algunas personas ( Bob Marley, Janis Joplin...)pueden plasmar en unas pocas palabras todos esos sentimientos e ideas que muchos compartimos. Parece que leen nuestras mentes, les dan forma y lo acompañan con notas musicales.

Javi -

Un ideal llevado a la música, un sentimiento en un pentagrama. Bob Marley vive hoy y lo hará dentro de 25 años. Cómo diría otro gran cantante que habéis citado, show must go on.

Anahi -

Tenéis razón, pocos transmiten lo que este grande de la música. Para él todos somos iguales, siempre brilla el sol.
"Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el color de los ojos."

DavidCG -

Gracias por este video, Sergei. Es maravilloso poder ver esa actuación de QUEEN en el Live Aid. ¡Tan geniales como siempre!

Marley, como Mercury, tenía claro dónde quería llegar y el precio; ambos lo pagaron de su bolsillo y ninguno renunció a su estilo, ni a su perspectiva. Y esa es su grandeza. Y sólo recordar que este noviembre se cumple también el 15º aniversario de la muerte de Freddie.

Only the good die young!

Sergei -

Y ya que estamos con la música, os enlazo una de mis actuaciones favoritas de la historia del rock:

http://video.google.com/videoplay?docid=-7002417054368545663

Sergei -

Echad un vistazo, amigos:

http://www.youtube.com/watch?v=GlzltCS_LuE

La verdad es que hay pocos cantantes que transmitan tanto. Quizá Janis Joplin, Freddie Mercury... algunos gigantes.

Sonia Sanz -

Estamos en el apogeo del desmantelamiento de los grandes mitos. Está bien, no hay que perdonar a los engrandecidos si hicieron algo mal solo por ser grandes; pero eso sí, no hay que dudar de que lo que hicieron sigue ahí a pesar de las críticas. Y Bob Marley es una más de aquellas personas que consiguieron (y consiguen) decir grandes verdades que ni siquiera nuestros pensamientos han materializado aún haciéndonos pensar.

Quizás los cantautores son los grandes desscubrimientos en cuanto a los grandes mitos, por su capacidad de plasmar situaciones o ideas con las que nos vemos identificados. Marley era de aquellos, los que saben ver, plasmar y (por encima de todo) llegar y CALAR.

Sergei -

Que gran texto.

Marley es una de esas cosas que un día descubres y te golpea. Después, te acuna, luego te conmueve y finalmente te araña.

A mí me fascina con los Wailers y temas como African Herbsman o Sun is Shining.

Al menos ahora, gracias a Internet, no hay que ir hasta Jamaica o a tiendas especializadas para conseguir temas suyos :)

Diego Ochoa -

Bob es de las pocas, por no decir la única, superestrella del Tercer Mundo, aunque seguro que existen personas con mucho talento, pero cuyas oportunidades son mínimas.
Como dice Javi, es algo más que un artista, pero no sólo por su calidad humana, sino porque representa un LAZO que une a personas que pueden ser distintas, en cuanto gustos u opiniones, pero que comparten algo, la admiración a un mito. Puede que tenga algún trapo sucio, hubiera sido machista o violento, pero UNE, y eso hoy en día es difícil de conseguir.

Javi -

Bob Marley, algo más que un artista, como otros muchos que han extendido su influencia más allá de los escenarios. John Lennon, Jimi Hendrix... Hoy es difícil encontrar artistas como estos, no sólo por su calidad musical, sino por su calidad humana.