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J. C. García Fajardo

Retazos 071: Sergei, contador de cuentos

- Escucha, Sergei, sé que te ilusionó la posible compañía de otro aspirante a discípulo, pero debemos dejarlo madurar.
- A mí me parece, Maestro, que a él también. De hecho, supo encajar muy bien el golpe.
- ¿Qué golpe?
- ¡Maestro! Vino hasta aquí desde Pekín y contestó con naturalidad a las preguntas de tu lista. ¡Qué palo!
- Volverá a esta humilde posada.
- ¿Posada, Venerable señor? Pero si sólo en esta área del monasterio cabría mi pueblo entero. A no ser que... ¿Me das, Rostro impasible, licencia para contarte un cuento?
El Maestro hizo ademán de asentir y Sergei se ajustó los pliegues de su túnica, se acomodó bien y comenzó a hablar en un tono distinto. (El Maestro contenía la risa por dentro porque apreciaba mucho a este bárbaro venido de las estepas)
- Sucedió en India. Los guardias reales llevaron a presencia del soberano a un mendigo que se empeñaba en pasar la noche en aquella posada.
- "Pero ¿estás loco?, - exclamó el Rey - ¿llamas posada a es fabuloso palacio cuya construcción costó una fortuna?
- "¿A quién pertenecía antes este lugar?, - preguntó con naturalidad el mendigo.
- "¡A mi padre!
- "¿Y antes?
- "¡A mi abuelo!
- "¿Y antes?
- "¡A mi bisabuelo! ¡Y para ya de preguntar!
- "Perdona, Señor, pero ¿acaso no es una posada el lugar por donde las gentes van y vienen de paso?
El Maestro entorno los ojos, quedó pensativo y al cabo de un rato contestó a Sergei:
- ¿No creerás que por saber repetir historias del mercado te vas a librar de tu aprendizaje? El aspirante de Pekín es un médico con un gran porvenir, pero desea purificar su mente y aquietar su espíritu para practicar con fluidez el sagrado arte de la medicina. Sus manos sanarán en la medida en que su alma se conecte sin trabas con la naturaleza.
- No comprendo, Venerable Maestro, adónde quieres ir.
- Primero, a que recojas la cocina; después, a que traigas el servicio para el té..
- ... y, luego, a arreglar los alcorques. Perdona mi ignorancia, Padre mío, pero ¿por qué esa insistencia con los alcorques?
- Cada alcorque es un altar a la divinidad y al Cielo. Cada alcorque contiene el Cielo. Cuando domines y te abandones al arte de los alcorques podrás sostener otras vasijas entre tus manos. Y dar de beber de su agua a todo el que pase por esta posada. Gratis y agradecido, como el Maestro que acudió a recordar al rey de India las palabras del Buda: “Yo también he de envejecer, más vale que, mientras pueda haga el bien. La mayor posesión es una mente sosegada; el mayor privilegio, poder ayudar a los demás; el sentido más profundo, poner fin a la ofuscación de la mente”


José Carlos Gª Fajardo

 

7 comentarios

Jarkoe -

´...y en las raíces del alcorque está el comienzo...seguir su sentido será entonces conocernos, si lo hacemos de corazón. Siempre es maravilloso saber más que tan sólo lo que no quieres, creo yo...que no sea un sokatira, que sea un baile!

felicitas -

... cada alcorque necesita los cuidados necesarios para que, cuando llueva, el agua llegue hasta las raices...

Sergei -

Y ahora que sabéis lo que son... ¿a qué esperáis?

Mariola -

por fin....sé lo que son los \"famosos alcorques\"!!perdona mi ignorancia profesor, pero al igual que Sergie, yo tampoco lo sabía.

Bealma -

Acabo de aprender lo que es un alcorque. Fíjate, a estas alturas...

Ruth Pilar -

Las gentes van y vienen, por el camino se entretienen, algunos hacen el bien, otros sólo envejecen.

beatriz martinez -

Creo que Sergei va aprendiendo poco a poco aunque aun le queda mucho, como a nosotros. Lo más importante es que se esfuerza e intenta saber para que le va a servir todo lo que hace. En algún momento de la vida lo descubrirá como nos ocurrido a nosotros con muchos conocimientos y nos seguirá ocurriendo.