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J. C. García Fajardo

Los ancianos y los niños nos interpelan

También es este nuestro  pensamiento y lo repetiremos hasta que llegue a ser como una segunda piel. Nesemu

"La sociedad no está preparada para los mayores ni para los niños", afirma la escritora brasileña Lya Luft  en su último libro, Pérdidas y ganancias. Opina que la vejez no puede perderse en el lamento y la queja; la vejez, a su juicio, debe ser una conquista al servicio de la vida. Es preciso escuchar a personas maduras y responsables que han auscultado los grandes temas que afectan al ser humano y que en nuestra autora han sido tema principal de sus obras, la vida, la muerte, la soledad, la cobardía.

En una deliciosa entrevista que le hizo la periodista Carmen Morán, la autora habla desde sus 66 años para compartir la experiencia de su vivir y argumenta que no se quiere volcar en este libro sólo en el tema de la tercera edad. Porque Pérdidas y ganancias trata de la importancia de la vida, de la responsabilidad, de nuestra natural cobardía para cambiar. Pero sólo cambiando hay vida; “somos un poco cobardes, y lamentándonos, quejándonos, se desperdicia la vida. Yo creo, dice, que la madurez es comprender que somos un poco señores de nuestra vida, de nuestro destino y que podemos tomar decisiones para hacernos más libres, más felices, más sinceros, más humanos.”

Se enfrenta a la fascinación por lo joven que preside tantos ambientes en nuestro tiempo: los medios de comunicación, la moda, el ocio, la cultura y ese desván de frustraciones colectivas que es el mundo del deporte profesional. Se diría que ser joven  es un valor en sí cuando, por definición, es efímero porque se pasa con el tiempo. Valga el pleonasmo querido porque en los medios, cuando se refieren a la juventud, se auto flagelan con el pleonasmo incesante y la redundancia insegura. Permanezcan atentos a los mensajes publicitarios. Sobre todo en televisión, o en las representaciones que hacen de sus personajes en las series televisivas. Muchos de ellos son de auténtico alipori. Cierto que ya no son jóvenes quienes escriben sobre ellos. Los jóvenes se ocupan en vivir, que no es poco.

Lya Luft  argumenta contra la pretensión de que la juventud sea un valor en sí misma. ¿Cómo va a ser un valor una piedra, una flor o la nube que surca el cielo? Todo valor tiene un fundamento ético. No debemos fijarnos únicamente en el físico, dice, ni sólo en el deseo loco de ser siempre jóvenes y bellos, o pensar que lo bello está sólo en la juventud. A veces estamos enloquecidos con esos modelos imposibles que la sociedad nos impone. Sobre todo a las mujeres, pero poco a poco también a los hombres.

En cuanto a la experiencia que le proporcionan sus 66 años, afirma que todo es más divertido. “A los 30 años me ocurrían cosas por las que me hubiera arrancado el pelo, cosas que ahora se ven de otra manera; todo es más tranquilo, pero no muerto. Una de las cosas peores de la vejez es el mal humor; los viejos se quejan de que están solos, pero es que nadie aguanta a su lado. No veo por qué se ha de estar infeliz o de mal humor por tener 80 años si se tiene una salud normal; es necesario hacer actividades, cosas.”

La periodista  pregunta: “¿No cree que hay cierta obsesión por estar activo?” Y la escritora brasileña responde con gracia: La tranquilidad no es inactividad. Para estar activo no hace falta correr como un joven; para sentirse vivo basta con amar la vida, a las personas, contemplar la naturaleza, escuchar buena música. Los jóvenes también tienen pérdidas y muchas angustias, asegura. Y tienen las mismas necesidades que los mayores, alguien que les escuche, les apoye, les quiera...

Es, entonces, cuando surge el problema de si la sociedad está preparada para el envejecimiento de la población.

Y expresa en voz alta la experiencia constatada por sociólogos, médicos y expertos. La sociedad no está preparada ni para los mayores ni para los niños. Pero la vejez es individual, personal, cada uno debe pensar en la suya. Hay mucha gente que dice: "En mi tiempo eso no pasaba, en mi tiempo eso no era así". Qué pobreza, el tiempo no nos pertenece, nosotros somos quienes nos exilamos del tiempo, nos ponemos al margen. Por eso, Lia Luft concluye con este mensaje tan claro: Yo creo que cuando uno madura es necesario tener un bagaje interno de cosas positivas, de sabiduría, para no portarse siempre como un niño pequeño. Hay que ver qué se espera de la vida y aprender a convivir un poco con la soledad. Hay que procurar tener gente a quien se quiere y que te quiere, es tejido que se va creando a lo largo de la vida. Porque, si no, nos sentimos víctimas; y la victimización produce hostilidad contra todos y contra todo.

No podemos eludir el creciente desafío que se plantea en las sociedades modernas: ¿Qué hacemos con los viejos? Los niños cuando más tarde mejor, porque antes tenemos que vivir nuestras vidas. Y en ese “más tarde” tienen que recurrir a las modernas tecnologías para quedarse embarazados. Así, en plural genérico.

13 comentarios

flaa -

LOS Q COMENTARON SON TODOS UNSO GAYSSSSSS PUTITOSSS

Agustín -

en la belleza, en el anuncio de Jean Paul Gaultier, pero solo con la inteligencia, la experiencia, podremos encontrar momentos felices siempre que nos sea necesario: a través de nuestro pensamiento curtido, nuestra imaginación, nuestros sueños que no por no cumplidos no pueden aportarnos gozo mientras dormimos, en aquel paisaje que descubrimos y aquel descubrimiento que somos capaces de lograr cada vez que se lo enseñamos a alguien, en un libro que nos \"removió\" el alma, siendo incluso capaces de recobrar la juventud solo recordándonos de jóvenes. Quien vive contemplándose en un espejo, solo tendrá recuerdos de su frustración inducida por algo que ni siquiera ha llegado a comprender, habrá sido solo un pelele, una marioneta. La pena es que la vida es demasiado corta y ya es difícil encontrarle sentido cuando tu cabeza está constantemente trabajando para encontrar una respuesta. ¿ Cómo hayar la respuesta buscando en Vogue, Loewe, cirugía, drogas..?

Agustín -

La moda del ser joven, cosa que se pasa con el tiempo, se aferra uno a ella con todo lo que nos quieran vender, solo es una moda superficial, a flor de piel, quizás algún día, pues toda moda sucumbe, se vuelva a lo que también era.. COOL.. y era aparentar ser más viejo de lo que se era, se andaba como si se tuviera dificultad para ello, se vestía como una persona adulta cuando todavía se era imberbe, todo esto por aparentar ser aquello que solo el tiempo te concede: sabiduría, conocimiento, como yo lo diría: ser una persona interesante de conocer, alguien que ha logrado con el paso del tiempo y a través de la educación lo más valioso que se puede tener, conocimiento sobre como y donde hayar la felicidad, pues que es la vida sino constante búsqueda de la felicidad, pero la felicidad es efímera, no es eterna ni constante, en esto se asemeja a la juventud, pero el hayar estos momentos felices se puede encontrar \"espasmódicamente\" en la juventud,

Laura Serrano-Conde -

Al leer esto, he recordado una frase que escuché un día y que se me ha quedado clavada para siempre, nunca la olvidaré, “en la juventud aprendemos,
en la vejez entendemos”

DavidCG -

La sociedad no está preparada... Tenemos miedo a los cambios... Pero ¿si no lo hacemos nosotros quién lo hará? No hay más que ver esta página; los anuncios de Google; residencias, aparcamientos, vertederos.

DANIEL -

Recuerdo un reportaje que vi hace años en la televisión sobre una pareja anciana que era motera. Los dos tenían una moto, vestían con cazadora de cuero, guantes de cuero, botas moteras. Tenían una Harley Davison tuneada. A partir de ese momento empecé a pensar que la juventud no dura unos años, dura lo que te dure la ilusión. Sobre los niños creo que cuanto antes conozcan la verdad, mejor.

rocoli -

La "fascinación por la juventud" es aterradora. Parece ser que confundimos la importancia de esa "epidermis" o "superficialidad" mencionada por Vicente Verdú ("¿Quién dice que lo importante es únicamente la profunidad?" se preguntó el profesor) con el culto por la piel lisa, de tal manera que encontramos, por ejemplo, a mujeres de 50 años con menos arrugas que sus propias nietas. Es terrorífica la manera en que las personas están deformando sus caras (y sus pensamientos), olvidando la belleza que radica en la experiencia acumulada, en las arrugas fruto de las carcajadas de una vida.

Sonia Sanz -

Parece mentira que en tantos países los ancianos sean venerados. Nosotros llamamos a algunas de estas culturas "primitivas". Pues bien deberíamos aprender de ellas en vez de dejar a aquellos que pueden hacer nuestra vida más fructífera con sus vivencias abandonados o solos. Siempre se piensa que eso no nos pasará pero todo llega. Tiempo al tiempo.
Coincido con mis compañeros, la vejez es un sentimiento, no un estado físico al que llega nuestro cuerpo a cierta edad. Hay ancianos de veinte y jóvenes de ochenta.

Belén -

"Hay que ver qué se espera de la vida y aprender a convivir un poco con la soledad".
El tema de la soledad que propone la autora me parece interesante. Todo el mundo teme la soledad, y huye de ella como si fuera la peste. Creo que para que no nos obsesionemos con este tema es necesario que aprendendamos a estar solos de vez en cuando.
Debemos empezar a apreciar nuestros pequeños momentos de soledad para conocernos mejor a nosotros mismos, pensar en lo que hemos hecho, en lo que queremos hacer y en los temas que nos preocupan.
Esto no quiere decir que no nos relacionemos con los demás, ni nada parecido. Somos seres sociales, por lo que necesitamos tener a otras personas en nuestra vida, pero eso no quiere decir que no podamos disfrutar de la compañía que, muchas veces, nos proporcionamos nosotros mismos.

Virginia -

\"La vejez es una actitud\", vi escrito una vez. Es decir, uno es viejo sólo cuando se siente viejo, y, como dice el texto, ser viejo no es no poder correr y bailar como antes. Ahora hay jóvenes que parecen viejos y viejos que no aceptan envejecer y por eso no saben cómo llevarlo. Lo importante es saber disfrutar de todas las cosas de la vida, como el amor, la buena música, el campo...

Jarkoe -

Creo que la vida no edades concretas para hacer esta u otra cosa, por lo que, por ejemplo, el silencio (refiriéndome a la cita de Zola)depende de momentos más que de edades; así, puedes querer callar tanto a los 15 años como a los 70, lo importante es hacerlo y disfrutarlo tanto como un grito, que tampoco tiene edad sino sólo momentos, según el sentimiento. Así, por mucho que alguien quiera difundir valores como "la juventud" o "la vejez", siempre habrá personas que sepa apreciar cada momento como tal, independientemente de quién seas o cómo crean que eres. Saber ser sincero con uno mismo, tal y como señala esta escritora. Aprovechar el beneficio de la duda para encontrarnos.

Jam -

\"Para estar activo no hace falta correr como un joven; para sentirse vivo basta con amar la vida, a las personas, contemplar la naturaleza, escuchar buena música\". Nada más acertado que esta reflexión.

Zola -

Recuerdo un artículo de Manuel Vicent que leí en este blog y decía: "El tiempo también es el silencio, de modo que a cierta edad lo más sabio a veces es callar, pero nunca obedecer. A cierta edad el tiempo que te quede por vivir será tu único patrimonio. Mientras seas joven no pasa nada si parte de ese patrimonio lo cedes a otra persona, si lo malgastas o si permites que alguien te lo arrebate. La vida te dará oportunidades para recuperarlo"