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J. C. García Fajardo

Nesemu: Ser nsotros mismos, siempre

2) APRENDA a DECIR NO, sin sentirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

Los silencios, cuando en nuestro interior sentimos que deberíamos manifestarnos, pueden convertirse en delitos por omisión, aunque no se enteren los jueces.
¿Y si nos equivocamos al decir NO? Pues rectificas, te disculpas y a seguir adelante pues en ningún lugar está escrito que los seres humanos no tengamos derecho a equivocarnos; quizás es una de las manifestaciones más humanas de nuestra condición.
Lo que importa es interiorizar y sabernos consecuentes. Cuando era niño me impresionó esta frase en los muros del frontón de nuestro Instituto: 'El dejar de participar por temor a perder constituye un acto tan poco deportivo como valiente' Lo único que importa es que, si me equivoco, me equivoco YO.
Siempre, en las afirmaciones y en las negaciones, lo que las engrandece es hacerlas nuestras y ser consecuentes.
No decir NO cuando sabemos que debemos hacerlo puede convertirse en una injusticia hacia otras personas.
Hay otro ámbito, el interior e íntimo, en el que saber decir NO, por ahora, o porque sí, o porque me da la gana... es una garantía de higiene mental. Sabemos que muchas veces actuamos casi de manera automática o impulsiva o autocomplaciente, producto de una racionalización más que de un razonamiento. Bueno, y ¿qué pasa? Recordad lo que aprendí en la cárcel: Nunca pasa nada y si pasa ¿qué importa? y si importa ¿qué pasa? No debemos sentirnos culpables sino responsables. A veces un No puede aliviarse con una postergación en el tiempo, para actuar de manera responsable, porque me da la gana. En griego no existe el término 'pecado' sino que está escrito amarteia que significa injusticia o desorden. No es lo mismo que buye en nuestro subconsciente minado y a veces devastado por una ideología en este aspecto maniquea e inhumana. Prefiero la libertad consecuente y coherente y, si meto la pata, la meteré yo y procuraré sacarla yo. Nunca habrá nada que no pueda perdonarse y transformarse. Vivir es necesario, desesperarse y amargarse y rendirse y aniquilarse (nihilismo), no.
En otras ocasiones, quizás haya que seguir el consejo de Oscar Wilde y asumir la tentación como algo que libera. Al final, todo lo que hace una persona cabal, hasta sus errores, termina por convertirse en algo positivo. Adapto una frase latina: Para quienes quieren ser coherentes, todo cuanto sucede redunda en su bien.
(Diligentibus Deum omnia cooperantur in bona) Puede aplicarse sin temor a todos los órdenes de la vida pues el Dios del que habla San Pablo podemos entenderlo como Verdad, Libertad, Bondad, Unidad y Belleza. llámele cada cual como quiera.(Un día de estos publicaré aquí ese texto que tanto ha influido en mi vida, el Desiderata. ¿Por qué no hoy?)

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Nesemu

6 comentarios

J.Lennon -

Sin temor a decir no, reflexionado sobre si ésto está bien o está mal...y ante todo, asegurándome siempre de lo que quiero. No tengamos ese absurdo miedo al NO, la negativa en ocasiones es tremendamente beneficiosa, pero rechacemos el no que hiere, ese no seco y mortal que clava pequeñas espinitas en nuestros corazones, nuestros cuerpos, y nuestra conciencia.

Carlos Miguélez -

A veces es difícil deternimar qué es lo que queremos. Nustra intuición nos dice una cosa, nuestro razonamiento otra. Por eso a veces me cuesta trabajo decir 'no'. Ya cuando lo tengo claro, me armo de valor.

Laura Blanco -

profe, gracias por este comentario... yo peco mucho de querer agradar y de que me cueste decir no. Pero muchas veces es imprescindible hacerlo.

Sergei -

Por descontado. Un NO que hace daño no es un buen NO.

Nesemu -

Hace años leí este consejo: Cuando tengas que decir No, procura hacerlo de tal manera que la persona a la que se lo digas se vaya casi tan contenta como si lo hubiera conseguido. Es un arte.

Sergei -

Saber decir NO es fundamental para vivir. Agradarte es más importante que agradar al otro, aunque no siempre podamos cumplirlo.

Decir siempre SÍ te lleva a las contradicciones, a la mentira, al resentimiento e incluso al lado oscuro (al más puro estilo Star Wars).

No hay que sentirse culpable. Un NO a tiempo es terapeútico, es bueno, incluso puede ayudar a provocar un SÍ posterior más edificante.

Hace tiempo que me di cuenta de la importancia de saber decir NO; desde entonces, lo hago a menudo... y me sienta muy bien.