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J. C. García Fajardo

Nesemu: Gozar el placer de los sentidos

Debido a una muy discutible educación padecida durante siglos en el mundo de los sentidos, de la naturaleza humana y de los goces de los placeres, arrastramos una enorme rémora por la dicotomía maniquea entre alma y cuerpo, espíritu y materia.... como si, a la postre, no formara todo parte de una unidad radical y transformante. En otras culturas se ha mantenido la espléndida autonomía del cuerpo, de los sentidos, de los instintos y de las pasiones ordenados hacia fines integradores y creativos. Todas las potencias del ser humano son como resultantes de fuerzas dirigidas en una dirección y coordinadas por una mente y por una energía (llámale espíritu si quieres, ¿por qué no?)responsables. No se trata de que todo dé igual, de que todo es lo mismo, ni de nihilismo alguno. Esto no es de recibo y a la postre no produce felicidad. La perfección no es un accidente. Per-fectus, bien hecho, satis-factoriamente hecho. Siempre de vuelta a la unidad, a la verdad, al orden, a la bondad y a la belleza, los trascendentales de la filosofía. Y sin sabiduría-sofía no hay vida que merezca la pena de ser vivida. (Sabiduría no equivale a conocimiento ni a ciencia ni a dominio de las técnicas) Por eso, tenemos que recuperar el goce de los placeres asumidos y vividos con plenitud. El goce de los sentidos, del orden y de la medida, de la moderación y de la responsabilidad, también de la justicia pues no se puede gozar a costa de otro ni haciendo del otro el instrumento o medio de mi placer. El otro nunca podrá ser un medio sino que es un fin en sí mismo, siempre.
Seguimos con la lectura del Profeta de K. Gibrán aunque recordando que en este tema está la influencia de su condición de libanés y cristiano maronita sumergido en un ambiente oriental y cosmopolita. Conociendo estas coordenadas, como las abejas, podemos libar y quedarnos con lo que nos apetezca. Al fin y al cabo, el placer tiene mucho que ver con querer lo que hacemos, si queremos hacer lo que queremos. Ojo con las morales vinculadas a determinadas religiones, escuelas filosóficas o sicológicas, o culturas varias. La Ética fundamental y básica está por encima y antes de esas morales de situación en el espacio y en el tiempo. No pueden ser impuestas a nadie bajo argumento alguno y mucho menos bajo amenazas y miedos a hipotéticos castigos eternos o a inventados paraísos. Estos no son más que proyecciones en el futuro del mito de la Edad de Oro, que nunca existió pero que ayuda a muchos a seguir tirando porque no aceptan la /insoportable levedad del ser/, la caducidad de la vida humana, el paso del tiempo, la enfermedad, el dolor, la vejez y la muerte que sabios como Buda, Jesús y tantos otros han sabido integrar transformándolos y haciéndose uno con el todo. La vida, como dicen los católicos en el prefacio de la misa de difuntos, se cambia, no se pierde. Vita mutatur non tollitur. Aunque los sabios que en este mundo son y han sido, saben que ese cambio ya tiene lugar aquí y no es preciso esperar a ultratumba. Aquí y ahora. Sabernos uno con el todo. Por eso, hoy es el día.

Nesemu

Entonces un ermitaño, que visitaba la ciudad una vez al año, se adelantó para pedir: ¡Háblanos del Placer!

Y él contestó así:

El placer es un canto de libertad. Mas no es la libertad. Es el florecimiento de vuestros deseos, Mas sin ser su fruto. Es una sima que llama a una altura, Mas no es la suma ni la altura. Es el enjaulado adquiriendo alas, Alas no es el espacio cerrado. ¡Ay, la gran realidad es que el placer es un cántico de libertad! Y me agradaría que lo cantarais a pleno corazón. no obstante, no desearía que perdierais vuestros corazones al cantar.
* * *
Algunos de vuestros jóvenes buscan el Placer como si eso fuera todo, y se ven juzgados y censurados. Yo no los juzgaría ni los censuraría. Haría que lo buscasen. Pues hallarían el Placer, mas no solo; Siete son sus Hermanas, y la menor de ellas es más bella que el placer. ¿No habéis oído hablar del hombre que cavando la tierra en busca de raíces encontró un tesoro?
* * *
Y algunos de vuestros ancianos recuerdan apesadunbrados los placeres como si fueran faltas cometidas en la ebriedad. Más el pesar es el oscurecimiento de la mente y no su castigo. Deberían recordar sus placeres con agradecimiento, como si fuera la cosecha de un verano. No obstante, si su pesar les sirve de confortamiento, permitidles que se consuelen de esa forma. Y existe entre vosotros quienes no son jóvenes para buscar ni viejos para recordar; Y en su temor de buscar y de recordar escapan de todos los placeres, temiendo menospreciar al espíritu o causarle alguna ofensa. Pero hasta en su privación está su placer. Y de esta manera igualmente hallan un tesoro aunque cavan en busca de raíces con manos temblorosas. Pero decidme, ¿quién es el que puede ofender al espíritu? ¿Puede el ruiseñor ofender a la quietud de la noche, o la luciérnaga a las estrellas? ¿Puede vuestra llama o vuestro humo ser una carga para el viento? ¿Consideráis que el espíritu es un lago de agua quieta que podéis vosotros enturbiar agitándola con un palo?
* * *
Muchas veces, al privaros del placer no hacéis más que conservar el deseo en lo más recóndito de vuestro ser. ¿Sabe alguien si eso que hemos guardado hoy, no brotará mañana? Hasta vuestro cuerpo conoce su herencia y asimismo sus legítimas necesidades y no desea ser engañado. Y vuestro cuerpo es el arpa de vuestra alma. Y de vosotros depende arrancarle música dulce o sonidos confusos.
* * *
Y ahora preguntadle a vuestro corazón:
'¿Cómo diferenciaremos lo que es bueno en el placer de aquello que no lo es?' Id a vuestros campos y a vuestros jardines y aprenderéis que el placer de la abeja estriba en libar la miel de la flor. Pero asimismo el placer de la flor estriba en brindar esa miel a la abeja. Pues para la abeja, una flor es fuente de vida, Y para la flor, una abeja es mensaje de amor, Y para las dos, abeja y flor, el dar y el recibir placeres una necesidad y un éxtasis.
* * *
¡Pueblo de Orfalis, sé en tus placeres como las flores y las abejas!//

5 comentarios

Audrey -

Hace poco escuché en el Programa La Ventana (Gemma Nierga - Cadena Ser), la necesidad de darnos un pequeño placer cada día y luchar por buscarlo. No hacen falta grandes placeres. En esto días de calor un simple trago de agua fresca puede ser un placer, hablar con un amigo y sonreir al desconocido y ser correspondido. Os animo a que lo intenteis. La vida se compone de pequeños placeres.

Casielles -

Si el dolor es un aviso del cuerpo para cuidarlo, por qué no el placer otro aviso, para seguir por ese camino? al fin y al cabo, deja de haber placer cuando hay exceso, y sólo en exceso son malas las tentaciones.

Jose -

El comentario anterior es mío, he tenido problemas con el antispam.

Anónimo -

Estamos sujetos a distintas indeterminaciones de la vida. Siempre anhelamos cosas que no tenemos, sin valorar lo propio. Así, es muy difícil ser muy bueno en algo, si uno no lo siente.

Rôvënty -

El placer es un canto a la libertad, no la libertad en sí misma. Y cada cual elige su propio destino. O quizá cada destino elige a su cada cual.