Nesemu: Relaciones Iglesia - Estado
Alejandro Bolaños escribe en El País El adiós de un cura poderoso . Es un tema que lleva décadas en el candelero, obispos como Javier Martínez de Córdoba y otros muchos no podían comprenderlo en una Andalucía con paro, hambre y necesidad en donde hay más monasterios y conventos casi despoblados y con necesidades. En donde se critica a quienes piden a los clérigos, sostenidos por el Esatdo, coherencia y compartir las cargas sociales como los demás ciudadanos, en una tierra de emigrantes y con problemas sociales... este hombre se retira a su casa de Marbella, blindado con cerca de dos millones de Euros para "garantizar su vejez y las de sus dos hermanas, sobrinos y parientes"... No es serio. No se trata de anticlericalismo alguno, ni de oscurantismo. Se trata de coherencia y de mirar por el telescopio de una vez, al menos, una vez. En Internet se pueden leer las andanzas de este cura trabucaire e impresentable. Pero el Vaticano lo respaldó contra su propio Obispo, que pretendía sólo ser consecuente.
Nesemu
NEGOCIOS - 05-06-2005
De un hombre que ha sido causa directa de dos cambios legislativos en el Congreso y de otros tantos en el Parlamento andaluz, se puede intuir que es alguien poderoso. En Córdoba, el poder que ha ejercido el sacerdote Miguel Castillejo en los últimos 26 años tiene poco de espiritual. Su trono ha sido la presidencia de Cajasur, la caja que gestiona el 60% de los ahorros de los cordobeses y es uno de los puntales financieros de la Iglesia. Abdicó el viernes, con 75 años, tras un lustro de dura polémica con la Junta de Andalucía y de pugna eclesiástica.
Don Miguel, como le llaman en Córdoba, levantó en armas la ciudad en 1999 cuando la Junta intentó equiparar Cajasur al resto de cajas. Sacó provecho del enfrentamiento entre la Junta (PSOE) y el Gobierno (entonces PP), para inducir a los populares a recurrir la ley andaluza ante el Constitucional. Después, la Junta confirmó que la caja se había gastado 2,9 millones para asegurarle una alta retribución cuando se jubilase. El entonces obispo de Córdoba, Javier Martínez, puso el grito en el cielo. Castillejo hizo valer su poder económico en la Iglesia y buscó el respaldo vaticano: Martínez perdió el pulso. Y, con el auxilio del Gobierno, volvió a parar en los tribunales la ofensiva de la Junta.
El cambio político en Madrid auguraba el fin de su reinado, pero Castillejo amenazó con alargar la resistencia y tomó como rehén la gestión de la caja. La Iglesia y la Junta pactaron: el consejero de Economía, José Antonio Griñán, garantizó al nuevo obispo, Juan José Asenjo, que respetaría por ley los privilegios de la Iglesia (entre ellos, nombrar el presidente) en Cajasur a cambio de asegurarse la salida de Castillejo y un mayor control de la gestión.
Un busto enorme en la entrada de la caja, y el mayor palacio de congresos de España, ambos bautizados con su nombre, son sólo dos apuntes de su vasto poderío en Cajasur y en la ciudad. El parque joyero, que se inaugura esta semana, también podría llevar su nombre: la caja financió un 80% de la inversión, un gasto con un elevado nivel de riesgo, según el Banco de España. Pero de este informe, que ha acelerado su salida, nadie habla; tampoco la alcaldesa, Rosa Aguilar (IU). El pacto es arreglar el desaguisado en silencio. "Me voy sin resentimiento", dice Castillejo, que no renuncia al homenaje de una presidencia honorífica. Ahora tendrá más tiempo para la fundación que creó y para dar paseos por Marbella, su lugar de descanso favorito. Pero quienes le conocen no dudan de que se mantendrá en la trastienda del poder en Córdoba. Ni tampoco de que empezará a cobrar ya el seguro millonario que la Junta denunció. Y aquí paz y después gloria.
Nesemu
NEGOCIOS - 05-06-2005
De un hombre que ha sido causa directa de dos cambios legislativos en el Congreso y de otros tantos en el Parlamento andaluz, se puede intuir que es alguien poderoso. En Córdoba, el poder que ha ejercido el sacerdote Miguel Castillejo en los últimos 26 años tiene poco de espiritual. Su trono ha sido la presidencia de Cajasur, la caja que gestiona el 60% de los ahorros de los cordobeses y es uno de los puntales financieros de la Iglesia. Abdicó el viernes, con 75 años, tras un lustro de dura polémica con la Junta de Andalucía y de pugna eclesiástica.
Don Miguel, como le llaman en Córdoba, levantó en armas la ciudad en 1999 cuando la Junta intentó equiparar Cajasur al resto de cajas. Sacó provecho del enfrentamiento entre la Junta (PSOE) y el Gobierno (entonces PP), para inducir a los populares a recurrir la ley andaluza ante el Constitucional. Después, la Junta confirmó que la caja se había gastado 2,9 millones para asegurarle una alta retribución cuando se jubilase. El entonces obispo de Córdoba, Javier Martínez, puso el grito en el cielo. Castillejo hizo valer su poder económico en la Iglesia y buscó el respaldo vaticano: Martínez perdió el pulso. Y, con el auxilio del Gobierno, volvió a parar en los tribunales la ofensiva de la Junta.
El cambio político en Madrid auguraba el fin de su reinado, pero Castillejo amenazó con alargar la resistencia y tomó como rehén la gestión de la caja. La Iglesia y la Junta pactaron: el consejero de Economía, José Antonio Griñán, garantizó al nuevo obispo, Juan José Asenjo, que respetaría por ley los privilegios de la Iglesia (entre ellos, nombrar el presidente) en Cajasur a cambio de asegurarse la salida de Castillejo y un mayor control de la gestión.
Un busto enorme en la entrada de la caja, y el mayor palacio de congresos de España, ambos bautizados con su nombre, son sólo dos apuntes de su vasto poderío en Cajasur y en la ciudad. El parque joyero, que se inaugura esta semana, también podría llevar su nombre: la caja financió un 80% de la inversión, un gasto con un elevado nivel de riesgo, según el Banco de España. Pero de este informe, que ha acelerado su salida, nadie habla; tampoco la alcaldesa, Rosa Aguilar (IU). El pacto es arreglar el desaguisado en silencio. "Me voy sin resentimiento", dice Castillejo, que no renuncia al homenaje de una presidencia honorífica. Ahora tendrá más tiempo para la fundación que creó y para dar paseos por Marbella, su lugar de descanso favorito. Pero quienes le conocen no dudan de que se mantendrá en la trastienda del poder en Córdoba. Ni tampoco de que empezará a cobrar ya el seguro millonario que la Junta denunció. Y aquí paz y después gloria.
6 comentarios
Nesemu -
El voto de pobreza sólo lo tienen los religiosos y clérigos regulares (sometidos a una Regla conventual o monástica), también -aunque parezca un sarcasmo- los miembros de Institutos Seculares como el Opus Dei, Legionarios de Cristo etc. Quienes no lo tienen, repito, son esas organizaciones que acumulan, mueven, y especulan con inmensos capitales de auténtico escándalo para la Persona, el Mensaje y el Ejemplo del Rabí de Nazareth: /pobre en la cuna, más pobre en su vida, pobrísimo en la Cruz/ según escribieron los Santos Padres.
Nesemu
Sergei -
Lo alucinante es que viven -no sobreviven: viven- en simbiosis con el PSOE de Chaves y con la IU de Rosa Aguilar. Todos ellos hacen y deshacen a su antojo en una Andalucía que necesita un cambio.
Una comunidad envejecida en la que la gente mayor no vota al PP por miedo a la vuelta de la derecha... ya se encargan los acólitos de Chaves de meter el miedo en el cuerpo: 'os quitarán las pensiones, los subsidios, privatizarán, etc.'. Desgraciadamente, Andalucía sigue siendo tierra de caciques.
pancho -
pancho -
Jorge P. -
Scicker -
Una vez más parece que los intereses de la Iglesia dejan a un lado la fé para hacer negocios.