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J. C. García Fajardo

Nesemu: No callaremos ante el terrorismo de Estado

Un general chileno revela el paradero de 580 desaparecidos. La mayor parte fueron torturados hasta la muerte o lanzados desde el aire al mar, después de haber recibido la absolución de un capellán castrense. Fueron las declaraciones de un terrible Capitán conocido como el Angel Rubio. Ahora confiesa el General Contreras, mano derecha de Pinochet. Quiero recalcar que el Gobierno español de entonces estaba informado de la dictadura sangrienta de Pinochet, como todo el mundo. Era vox populi, pero el entonces Nuncio del Vaticano, era el ahora cardenal Sodano, número 2 en la Curia, después del Papa. El organizó el viaje de Juan Pablo II y lo hizo aparecer, junto al dictador, en el balcón principal del palacio presidencial Casa de la Moneda. Sí, en el mismo en donde dieron el golpe de Estado para derribar al gobierno legítimo de Allende. Todos hemos visto y las fotos están en Internet y en las hemerotecas al general Pinochet comulgando de manos de Juan Pablo II. Estos son hechos y no meras opiniones. No hemos escuchado una pública petición de perdón a los familiares de las víctimas y a los millares de personas que padecieron torturas, persecución y exilio por parte del Vaticano. Al contrario, en su día, Pinochet apareció como el enviado providencial para eliminar el peligro del socialismo ateo. Como en su día se consideró a Hitler por parte del nuncio en Baviera capaz de contener al ateismo soviético que amenazaba a la cristiana Europa.
Estos días padecemos la horrible represión en Uzbekistán por parte del Ejército del dictador que recibió 600 millones de dólares de EEUU por permitirles construir la mayor base aérea al Ejército USA en esa zona estratégica. El presidente de Uzbekistán es conocido como una bestia al servicio de Moscú. Claro, ahora la revuelta se cargará a la cuenta de los fundamentalistas islámicos que desgraciadamente tratarán de obtener réditos de la situación. Pero, ¿qué pais del mundo libre acudió en auxilio de ese pueblo oprimido? Ni la UE ni la ONU ni el Consejo Islámico ni por supuesto el gobierno de EEUU ocupado en apoderarse de las plazas que durante décadas ocupó la URSS. Todo esto debe hacernos reflexionar. Bush es responsable, como lo fueron anteriores presidentes de EEUU de lo sucedio en Chile. Que se lo pregunten a Kinsinger y a la CIA.
No esperemos 500 años para reconocer los errores y para evitarlos con políticas oscurantistas y enmudecedoras de aquellos que alzaron y alzan sus voces contra el despotismo y la tiranía. Estos también son formas de terrorismo. Nosotros no callaremos. No podemos ni sabemos ni queremos.
Nesemu

///El principal jefe de la policía militar de la Augusto Pinochet, general de Ejército en retiro Manuel Contreras, entregó a la Corte Suprema chilena un documento con los nombres de 580 desaparecidos, detallando el organismo que practicó el operativo, el día en que se practicaron las detenciones, dónde permanecieron encarceladas las víctimas y el destino final de los restos de estas personas. Muchas de ellas fueron lanzadas al mar, otras fueron asesinadas en el extranjero.

El ex jefe de la Dirección de Inteligencia Militar, más conocida por las temibles siglas de DINA, hizo llegar al máximo tribunal de la justicia chilena estos antecedentes previamente tramitados ante el notario Sergio Carmona Barrales.

En su escrito, Contreras asegura que la DINA dependió de la Junta Militar y en particular “de su presidente” haciendo alusión directa de Augusto Pinochet.

Contreras fue el hombre de confianza del ex dictador en los años en que Pinochet aplicó una política represiva en contra los disidentes del Golpe Militar, que encabezó el 11 de septiembre de 1973.

La unión que prevaleció entre ambos personajes de la historia más negra del país sudamericano comenzó a desmoronarse cuando comenzaron los juicios por violaciones a los derechos humanos, una vez instaurada la democracia a partir de 1990.

Lo que antes los unió ahora los mantiene distanciados hasta el límite de culparse mutuamente de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante los 17 años que Pinochet estuvo en el poder.

Manuel Contreras cumple ahora una condena de doce años de prisión por el secuestro calificado de un joven identificado como Miguel Ángel Sandoval.

En la lista sobre el destino que corrieron las 580 víctimas, sobre las que ahora informa Manuel Contreras, figuran hombres y mujeres acusados en su tiempo de haber muerto en enfrentamientos con las fuerzas militares.
Arturo Antonio Barría Araneda, de 33 años, era un joven maestro de música en una escuela estatal. Fue citado a un regimiento del Ejército, en Santiago de Chile, donde acudió por su propio pie, en agosto de 1974. Nunca más se supo sobre su destino. En la lista entregada este viernes por la mano derecha del ex dictador, se informa que el maestro murió en las referidas instalaciones del Ejército chileno y su cuerpo fue lanzado al mar.

(Por Mate GuerraPeriodista Digital)

4 comentarios

Juan Diego Botto -

Ese día, allí, a las puertas de la Audiencia Nacional, muchos de los familiares de desaparecidos en la dictadura argentina lloramos y nos abrazamos. Nos temblaron las piernas porque no estamos acostumbrados a las buenas noticias. Hemos aprendido a desarrollar un corazón coraza frente a tanta derrota. Acostumbrados como estamos a ver có-
mo la historia escrita por los vencedores tuerce nuestro pasado y nuestra herencia. Con ese "algo habrán hecho" clavado en nuestras pupilas; "algo habrán hecho" para que los detengan, para que los maten, serán terroristas o subversivos. Con ese "es mejor dejar las cosas del pasado en el pasado, ¿por qué desenterrar viejas heridas que sólo dañan a unos y a otros?". Como si víctimas y verdugos estuvieran al mismo nivel. Nunca falta un fiscal español para decir que Pinochet quiso restablecer el orden democrático quebrantado por Allende. Ese algo habrán hecho nos ha endurecido las manos y el alma, pero seguimos persiguiendo obstinadamente las buenas noticias.
POR ESO ese día histórico debería marcarse en los calendarios como el día universal de la justicia o de la justicia universal. (Continua)

Juan Diego Botto -

Hoy, semanas después, sueño más allá, con el día en que los jefes de Scilingo sean condenados de por vida, pero también con que los jefes de éstos, que por aquellos años 70 no vivían precisamente en Argentina, sean también encarcelados. Sueño con que Kissinger sea juzgado y condenado por su planificación, amparo y apoyo a las dictaduras chilena y argentina. Sueño con que se investigue lo que fue la Escuela de las Américas. Pero como soy muy ambicioso, y soñar es gratis, me atrevo todavía a soñar aún más; con que mis hijos vean cómo procesan a los responsables de la pesadilla que empezó el 19 de marzo del 2003 en Bagdad. Aunque quizá empezó hace más de 30 años, cuando un país se arrogó el derecho de decidir sobre otros.
Actor y miembro de la asociación HIJOS (Hijos contra la Impunidad por la Justicia contra el Olvido y el Silencio), creada por familiares de víctimas de la dictadura argentina. Su padre desapareció el 21 de marzo de 1977.

Juan Diego Botto -

En mis 29 años he vivido dos o tres momentos de ésos. De forma agridulce, el 15 de febrero del 2003, rodeado de dos millones de personas en Madrid, coreando todas un mismo grito. De manera negativa, la madrugada del 19 al 20 de marzo de ese mismo año, rodeado de mis compañeros de la Plataforma Cultura contra la Guerra, cuando Bagdad era bombardeada. Y de un modo positivo, el pasado 19 de abril, cuando la Audiencia Nacional condenó al capitán de corbeta Adolfo Scilingo a más de 600 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.ESE DÍA fue histórico para los miles de familiares de víctimas del terrorismo de Estado y genocidio en Argentina que por primera vez sentimos que la justicia se ponía de nuestro lado. Por primera vez un genocida era juzgado a la luz de la justicia universal fuera del país donde cometió sus tropelías y más de 30 años después. Eso en sí podría significar que cualquier dictador, torturador o cómplice pueda ser juzgado y condenado. En este caso no se condenó a Scilingo porque hubiera españoles víctimas de sus siniestros vuelos de la muerte, sino porque sus crímenes son una ofensa para el conjunto de la raza humana y se entiende que ésta debe juzgarlos y castigarlos allí donde se pueda.
(continua)

JUAN DIEGO Botto -

Hay ocasiones en la vida en las que uno siente que el mundo debería detenerse. Ocasiones en las que uno tiene la certeza de estar viviendo un hecho histórico. Uno se siente taladrado por emociones y recuerdos que caen por una suerte de hilo imaginario hasta lo más nítido de tus entrañas.
Ahí se mezclan el recuerdo de la primera tacita de café --ese inconfundible olor que es a la vez infancia y misterio de adultos--, el sabor metálico de la angustia cuando a los 3 años subiste a un avión con una madre, una hermana y una falta, las imágenes de tantas pérdidas: el país, los compañeros, los padres, los hermanos, los maridos o mujeres, los nietos, esa calle donde besaste por primera vez o ese colegio donde aprendiste a burlar la autoridad.
En esos momentos bajan por el hilo imaginario las fichas de tu vida. Quizá veas pasar la imagen de Menem indultando a los militares genocidas argentinos o a Alfonsín, hablando del punto final y la obediencia debida, mientras es flanqueado a izquierda y derecha por dos militares. O puede que uno vea a Pinochet bajando de un avión, abandonando su silla de ruedas y, como Lázaro, levantándose y andando. Seguro que también aparecen otros momentos, quizá la invasión de Panamá. Y quién sabe, a lo mejor también algún momento lindo, como la cara amable de Rigoberta Menchú o el sabor de las bananas aplastadas con dulce de leche que me hacía mi abuela. Todos esos recuerdos, vivencias y emociones explotan en tu cabeza y uno necesita que el tiempo se detenga, que esos segundos no cuenten, uno necesita un corredor de aire para recomponer su existencia.
(continua)