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J. C. García Fajardo

Nesemu: KERALA, propuestas alternativas

Es preciso destacar ejemplos de desarrollo humano que promueven políticas coherentes centradas en las comunidades. Es el caso del estado de Kerala, en India. Con 22 millones de habitantes ha logrado eliminar la pobreza absoluta sin alcanzar un rápido crecimiento del PNB. El éxito de Kerala se debe a una inteligente reforma agraria, a la alfabetización gratuita de hombres y mujeres y al auge de los movimientos sociales para la conservación del ambiente. La lucha por los derechos individuales y la participación de los trabajadores han sido fundamentales.
Aunque no hayan erradicado toda la pobreza, - ¿quién lo ha logrado?- , es esperanzador que consiguieran su nivel por caminos alternativos sin someterse al modelo impuesto por los organismos financieros internacionales. Caso único de un gobierno progresista con el que cooperan otros partidos para la consecución de unos logros inéditos en otros estados de India con similares condiciones infrahumanas de Kerala.
Acaba de hacerse público el Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD 2003, imprescindible para abordar esos grandes temas que no siempre coinciden con el crecimiento económico ni con el modelo de desarrollo impuesto por los países industrializados.
La ayuda al desarrollo es sólo un aspecto de la relación entre países pobres y ricos, vinculada a las políticas no siempre acertadas de los organismos financieros internacionales, del comercio internacional y de la prepotencia de las transnacionales. Un comercio internacional sin cortapisas, las inversiones adecuadas, el control de la venta de armas y la transformación de la deuda son mucho más importantes para un desarrollo humano endógeno, sostenible y equitativo. Pierden sentido los fondos de ayuda a los pueblos indígenas en la administración de los bosques si los agentes comerciales talan árboles sin control para exportar madera a países ricos.
Una auténtica cooperación apoya derechos y reivindicaciones sociales más que impone un crecimiento económico basado en privatizaciones o transferencias de bienes. La ayuda al desarrollo no puede reducir la pobreza en regiones destrozadas por guerras civiles alimentadas por quienes les exportan armas y les facilitan créditos FAD. Tampoco es admisible la ayuda a países que violan los derechos humanos como China, Indonesia, Pakistán, Arabia e Israel principales receptores de la ayuda de los países ricos.
Podemos promover un desarrollo humano sostenible para forjar una ética de la ciudadanía global que afirma que los seres humanos son promotores de cambio capaces de definir el ámbito de su bienestar con alternativas a los poderes establecidos.

José Carlos Gª Fajardo

4 comentarios

Nesemu para Jorge -

Me lo dijo Julius Nyerere, La Conciencia de Africa, antiguo presidente de Tanzania referido a la donaciones de algunos países ricos (que explotaban las riquezas naturales de Africa a precios criminales): No nos echen una mano (al cuello), preferimos que nos quiten el pie de encima. (Lo cuento en Encenderé un fuego para ti.)
Nesemu

Cide Hamete Benengeli -

La primera frase del profesor resume perfectamente una manera de hacer cooperación: el desarrollo humano basado en políticas coherentes que se centren en las comunidades.

La pregunta es la de siempre: ¿es lo coherente, lo razonable lo que se aplica?, ¿o es la sinrazón la que rige la cooperación actual? Largo es el camino por recorrer...

Atento -

"No necesitamos ayuda, basta que nos quiten el pie de encima". No recuerdo quién lo dijo -¿qué más da? Estas palabras encierran la clave de como ha de ser entendida la solidaridad entre Estados, y también entre personas, que son lo importante, lo que está detrás de ese concepto Estado tan obtuso a veces.
Uno no va a dar de comer al que tiene hambre sino que le tiende una mano, coopera con él para que en adelante no tenga que mendigar.
Todos somos dignos. Esa es la grandeza de la solidaridad, radicalmente diferente a la caridad.

Rôvënty -

Otro mundo es posible. Se demuestra cada día en los rincones más insospechados del planeta. Hay una alternativa al neoliberalismo a la mal llamada globalización. El único problema es que estas alternativas se conozcan y se demuestren los resultados positivos que tienen. Nosotros como periodistas debemos hacer llegar esa información. Tenemos el poder de informar y la responsabilidad de ayudar a cambiar las cosas. La lucha de la contrainformación continua, seguiremos...